El héroe de los Castillejos fue rematado mientras agonizaba, víctima de un complot urdido por el duque de Montpensier, cuñado de Isabell II, con la posible intervención de los alfonsinos, a través del general Serrano y quizá de Cánovas del Castillo.
Las conclusiones provisionales de la Comisión Multidisciplinar Prim de Investigación de la Universidad Camilo José Cela apuntan a que el presidente del Consejo de Ministros y hombre fuerte del régimen provisional instaurado en 1868, murió estrangulado (y no desangrado o por la infección de las heridas, como se había creído hasta ahora), mientras yacía en su propia cama, agonizando a causa de los trabucazos recibidos poco antes en un atentado perpetrado en la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas) de Madrid, el 27 de diciembre de 1870.
Tras practicarle numerosas pruebas a la momia del general, muerto hace 142 años, los forenses y científicos han detectado la existencia de unos surcos en el cuello que, al parecer, no obedecen al proceso de momificación del cuerpo, sino que se trataría de marcas producidas antes de morir por una correa de cuero con la que Juan Prim habría sido estrangulado en su lecho de muerte.
Prim había proclamado en el Congreso que los Borbones “jamás” volverían a reinar en España
Presidente del Consejo y ministro de la Guerra, Prim se ganó la enemistad declarada de los Borbones al proclamar por tres veces en el Congreso, en un célebre discurso que “jamás” esa dinastía volvería a reinar en España. A la inquina de los isabelinos se sumó, al ver frustrados sus planes, el odio de don Antonio de Orleáns, duque de Montpensier (y Borbón por parte de madre), quien aspiraba al trono de España tras la destitución de su cuñada, la reina Isabel II –tatarabuela de don Juan Carlos-.
Otro actor notabilísimo de esta tragedia fue el Regente del régimen, el general Francisco Serrano, a quien Prim convirtió en jefe del Estado, pero despojándole de todo poder efectivo. La animadversión de Serrano a Prim es algo ya fuera de toda duda. Incluso parece más que fundado que personas de su círculo más íntimo contrataron a los asesinos, comandados por el exaltado periodista y agitador Paúl y Angulo. También aparece en escena, aunque en un segundo plano, el hombre clave de la Restauración alfonsina: Antonio Cánovas del Castillo, a quien, al parecer, se informó de inmediato de la muerte del presidente del Consejo.
Las causas de la muerte del general Prim, héroe nacional distinguido por tres veces con la Laureada de San Fernando, siguen siendo objeto de estudio, a la espera de las conclusiones definitivas.
Lo cierto es que su desaparición alteró por completo el curso de la historia de España. El reinado de Amadeo de Saboya, muy efímero sin el apoyo de su valedor, podría haber instaurado una nueva dinastía reinante en España y haber impedido definitivamente la vuelta de los Borbones, que se produjo pocos años después con Alfonso XII. De haber sido así, es muy posible que en la actualidad no reinara Juan Carlos I de Borbón y Borbón.
Pero la historia es la que es, y sólo queda esperar esas conclusiones de los expertos, que se conocerán en pocos meses. Tras las pruebas forenses al cuerpo del general, su momia será restaurada y exhibida públicamente con ocasión del ‘Año Prim’, que se celebrará en 2014.
Por: Ángel Luís León Fuente: Diálogo Libre