Alexander Dugin
Alexander Dugin
El transhumanismo actual está ganando popularidad en todo el mundo, y sobre todo en Occidente, donde se originó. Su símbolo es un círculo con la letra latina H, de human, el ser humano, y el signo + (más). Los partidarios de este movimiento asumen con entusiasmo todos los datos de la tecnología moderna, y llevan la idea de progreso a su conclusión lógica.
El perfeccionamiento tecnológico, en su opinión, conduce a la humanidad a un estado de transformación de la especie humana a través de la creación artificial de los seres humanos más perfectos. Esto se logra mediante la perfección de todas las partes del cuerpo humano a través de la sustitución de esas partes por otras artificiales, no distinguibles de las partes del cuerpo y de los órganos. Esto incluye la simulación de la tecnología del conocimiento o la grabación de la conciencia en los portadoras individuales: cartografía o 'mapping' cerebral. Los últimos descubrimientos en el campo de la estructura del genoma, permiten el ajuste de los organismos para mejorar su calidad a un nivel básico.
La letra H y el signo más, en su simbología, representan al post-humano libre de enfermedades y de imperfecciones que, finalmente, llega a la inmortalidad física. El cuerpo puede ser cambiado o corregido, y después de algún tiempo, incluso impreso en una impresora 3D. Las redes virtuales se convertirán en un nuevo hábitat que desplazará gradualmente nuestra realidad habitual. En el contexto del "H+", la utopía o distopía de Matrix, se convierte en algo arcaico y superado.
El transhumanismo no es sólo un hobby de excéntricos, fanáticos y diseñadores del progreso tecnológico. Este vector es el resultado de los últimos siglos, a lo largo de los cuales, la humanidad seguía creyendo en el mito del progreso y la evolución.
El "H+" es la última conclusión lógica de toda la época del Nuevo tiempo, de la Edad Moderna. La idea principal de la Edad Moderna fue la liberación del hombre de todas sus limitaciones vinculantes, empezando con la religión, la Tradición y la sociedad de clases. Después atacaron al Estado y a la nación a favor de la sociedad civil, suprimieron la idea normativa de los sexos y de una familia normal, legalizando las diversas formas de mutaciones y deformaciones de género. Todos estos hechos ocurrieron en el contexto de las mejoras tecnológicas: las nuevas formas de producción, la tecnología informática, la programación y el progreso en la síntesis de nuevos materiales. Poco a poco, la ideología y la tecnología se han fusionado en algo íntegro e inseparable. El progreso tecnológico se ha convertido en un factor ideológico, y la ideología, a su vez, se ha convertido en tecnología. Por esta razón, los politecnólogos están sustituyendo las formas clásicas de la política.
Y así llegamos a la última fase de la liberación de la humanidad de sus límites. Occidente ya no tiene religión, ni un Estado en el sentido pleno de la palabra, no hay jerarquías políticas, y no hay familias normales. Todas las formas de superar los límites o la transgresión son completadas en su totalidad. Sólo queda una por hacer, que seria el último paso: cruzar los límites de la especie humana. Se trata del "H+": la última palabra del liberalismo. El transhumanismo no es un extraño efecto secundario del desarrollo tecnológico, sino un final lógico de la Nueva Era. Hemos tenido que llegar a esto: a la era de los cyborgs, de los híbridos, los mutantes y quimeras, y lo hicimos.
Por supuesto, hoy en día, la gran mayoría de la humanidad no está preparada para convertirse en un cyborg o un mutante. Pero, ¿quién le va a preguntar a esta mayoría de la humanidad? Toda la historia está hecha por las élites. Las masas nunca están preparadas. Pero esto no tiene la menor importancia. Si no están preparadas, las prepararán, tanto es así que nadie se dará cuenta. El transhumanismo es inevitable si nosotros aceptamos la tendencia principal de los tiempos Modernos, que es la creencia en el progreso, el desarrollo y la perfección de la humanidad. Esta religión, o más bien pseudorreligión, ha traído a Europa y al mundo el progreso de la educación. Poco a poco, esta herejía ha sustituido o expulsado a la periferia a todas las formas tradicionales de la religión, especialmente el cristianismo. El progreso es imposible pararlo a medio camino. Si pronunciamos la letra "a" entonces estamos obligado a decir "b", "c", "d", y todas las otras letras del abecedario. El "H+", es la letra después de la cual comienza el lenguaje informático.
Los tradicionalistas consistentes y fundamentales, son los únicos que están en el lado opuesto del post-humanismo. Pero ellos rechazan no sólo esta última mutación, sino todo el Modernismo: la misma idea de progreso, del desarrollo, la imagen científica del mundo, la democracia y el liberalismo. En cambio, los tradicionalistas afirman y seguirán afirmando a Dios, a la Iglesia, el Imperio, el Estado, lo estamental y las costumbres populares, pero ningún progreso. El mundo moderno no es un resultado del progreso, sino de la disminución. Es el reino del Anticristo. Luchar contra el "H+" para rechazar su última transformación, que es dictada por la lógica de la ideología liberal de la modernidad, y aceptar en cambio los otros aspectos de la modernidad, no tiene ningún sentido. El transhumanismo es el inevitable día del mañana si estamos de acuerdo con nuestra actualidad. Si queremos cambiar nuestro destino, debemos retroceder en el tiempo y comprender ¿dónde hemos cometido un error fatal?
La Sagrada Tradición confirma que el diablo puede hacer casi todo, pero no puede crear a un humano. Sólo es capaz de crear una parodia, un simulacro. El "H+" es, claramente, idea suya.
Fuente: katehon