EE.UU. negó durante décadas la participación de la CIA en el golpe de Estado que supuso el fin del Gobierno más democrático que ha conocido Irán. Los materiales completos al respecto no se habían publicado hasta ahora.
Documentos desclasificados publicados la semana pasada arrojan luz sobre el papel que tuvo la CIA en el golpe de Estado de 1953 en Irán que tuvo como desenlace el derrocamiento del entonces primer ministro, Mohammad Mosaddeq, ampliamente considerado como el líder más cercano a los valores democráticos que jamás ha tenido Irán.
Aquel golpe alimentó una oleada de nacionalismo que finalmente culminó en la Revolución Iraní de 1979 y llevó al empeoramiento de las relaciones entre EE.UU. e Irán hoy en día.
La culpa fue del petróleo
La operación de la CIA, conocida como 'operación Ajax', tenía sus raíces en el petróleo. Durante décadas las empresas occidentales habían controlado las riquezas energéticas de la región. A finales de 1950, la Compañía Petrolera Árabe-Americana en Arabia Saudita acordó compartir los ingresos de manera uniforme con Riad. Teherán presionó a la Compañía de Petróleos Anglo-Iraní para que siguiera el ejemplo de los estadounidenses, pero Londres se negó.
Ante la negativa, Mosaddeq decidió nacionalizar la industria petrolera iraní, después de lo cual los británicos empezaron a colaborar con los servicios de inteligencia estadounidenses para apartar a Mosaddeq del Gobierno y restaurar el poder del sah Mohamed Reza Pahlaví, próximo a Occidente.
Intentos de cancelar el golpe
Los documentos, de unas 1.000 páginas, también revelan por primera vez los detalles de cómo la CIA trató de cancelar el golpe de Estado del 15 de agosto de 1953, que fue rápidamente abortado. El conspirador principal, el general Fazlollah Zahedi, se escondió y el sah huyó del país.
Entonces desde la sede de la CIA escribieron a su representante principal en Irán que "se intentó la operación y ha fallado; no deberíamos participar en ninguna operación contra Mosaddeq en la que pueda adivinarse el papel de EE.UU.", revela un cablegrama recién desclasificado enviado el 18 de agosto de 1953.
No hemos terminado aquí
No obstante, Kermit Roosevelt, principal oficial de la CIA en Irán, ignoró estas instrucciones. "No hemos terminado aquí", insistió. Hasta ahora se desconocía el contenido de esta correspondencia.
Las consecuencias de su decisión fueron enormes: con la ayuda de multitudes 'contratadas' con la asistencia de la CIA, el 19 de agosto de 1953 el golpe tuvo éxito, el primer ministro iraní fue encarcelado y el sah volvió de su breve exilio en Roma. Tras la deposición de Mosaddeq, la Compañía Anglo-iraní de Petróleo, renombrada como British Petroleum, intentó recuperar el campo perdido.
Este golpe avivó las llamas del sentimiento antioccidental en Irán, que alcanzó su culminación en 1979 con el derrocamiento del sah y la creación de la República Islámica.
Historia de la publicación de los documentos
El Gobierno de EE.UU. negó durante mucho tiempo su participación en el golpe. Solo en 1989 el Departamento de Estado publicó por primera vez documentos relacionados con la operación, pero modificó todas las referencias al papel que desempeñó la agencia.
Las autoridades prometieron publicar una edición más completa, y algunos materiales salieron a la luz en 2013. La publicación del material íntegro tuvo lugar la semana pasada, aunque se sabe que numerosos telegramas originales de la CIA de aquel período desaparecieron o fueron destruidos hace mucho tiempo.
El papel del ayatolá Kashaní
Los documentos también revelaron nuevos detalles sobre el rol que jugó en el golpe de Estado el entonces ayatolá iraní, Seyyed Abolqasem Kashaní, clérigo y figura política destacada de los años 1950. El ayatolá Kashaní se opuso a Mosaddeq porque creía que el primer ministro era demasiado débil para salvar al país de lo que consideraba la 'amenaza' socialista ante la creciente influencia del partido comunista, el Tudeh.
Los documentos desclasificados demuestran que el líder religioso también estuvo en estrecha comunicación con los estadounidenses durante todo el período previo al golpe, y habría pedido a los norteamericanos asistencia financiera. No obstante, se desconoce si llegó a recibir realidad algún tipo de apoyo económico. "Kashaní fue crucial. Ese día sus partidarios estaban en plenitud de fuerzas para derrotar a Mossadeq", dijo al portal 'Foreign Policy' Abbás Milaní, profesor de estudios iraníes en la Universidad de Stanford.