Autores: Niko Roa y otros
Editorial: Mandala Ediciones
Categoría: Política
Nº de páginas: 290 págs
Cuando se cumplen siete años del inicio de la injerencia extranjera en Siria, con el fin declarado de derrocar al presidente electo, y poner en su lugar un gobierno ahormado a los intereses de las potencias occidentales –o vasallas de Occidente –cabe echar la vista atrás y analizar lo que ha sido esa guerra impuesta, las terribles consecuencias que ha tenido para el pueblo sirio, para su patrimonio, para su futuro en paz. Un país truncado, cercenado, tan sólo por la ambición desmedida y los intereses espurios de países que se denominan a sí mismos desarrollados.
Es difícil comprender la guerra en Siria en su totalidad porque nos encontramos con menos de cuatro guerras solapadas unas sobre otras; y las más antiguas hunden sus raíces en cuestiones irredentas y dilatadas en el tiempo.
Por ello, el esfuerzo de los autores de arrojar luz y de enfocar adecuadamente lo que ocurre en ese rincón del Mediterráneo, ya que nos va mucho a todos. Y es que es para ruborizarse el tratamiento que la "prensa-niñera” occidental, con sus periódicos y sus telediarios, ha dado a esa agresión de un estado soberano.
A día de hoy, con el ectoplasma de Estado Islámico desaparecido de la escena, la guerra en Siria ha mutado. Nuevos actores que estaban entre bambalinas, como Israel, Arabia Saudí o Hezbolá, acuden a la escena, y el conflicto adquiere perfiles mucho más peligrosos.
De hecho, la nueva fase del conflicto sirio puede arrastrar a la región entera a la guerra, con consecuencias imprevisibles y funestas, amenazando con extenderse a otros países como Líbano, Palestina y sobre todo Irán, objetivo último e inconfesable.
“SI ALGUIEN CONOCE LO QUE ESTÁ OCURRIENDO EN SIRIA QUE LO DIGA”
Ese es el espíritu que anima el libro que el lector tiene entre sus manos. En mayo de 2017 un grupo de personas que estábamos comprometidos a través del FRENTE DE SOLIDARIDAD CON SIRIA con la causa del pueblo sirio, y en contra de su muerte, decidimos aunar los esfuerzos que veníamos haciendo de manera aislada y poco útil. Por ello nos propusimos divulgar al pueblo español lo que entendemos es el enfoque correcto de ese conflicto, tarea ardua pero imprescindible.
Y ello ¿por qué?
Sobre todo, por honestidad y por decencia, porque estar callado sabiendo lo que allí ocurre es connivente, y ello es inmoral.
Tras algunas reuniones y muchas charlas logramos reunirnos un grupo heterogéneo de personas de diferentes ámbitos culturales, con distintos puntos de vista, de opiniones políticas dispares, pero a los que nos unía el pundonor de luchar contra la mentira, la manipulación, y contra eso que últimamente ha venido en llamarse de forma pedante post verdad.
¿Con qué objetivo?
Con el de aportar cada uno un punto de vista ponderado sobre temas concretos de ese conflicto de cara a que el público español tuviera una herramientaque le sirviera para analizarlo con criterio. A partir de este libro si uno quiere creer mansamente lo que pontifican desde los medios de prensa y gobiernos implicados es muy libre, pero ya no podrá argumentar que no existe información seria y rigurosa que disienta de la oficial.
Cada ensayo aborda un aspecto determinado de la compleja urdimbre sociopolítica de aquel país. Sin embargo, considerados globalmente en el presente libro se adquiere una visión poliédrica, y creemos que acertada, de los diversos intereses que se están elucidando en territorio sirio.
Y es que en Siria están anidados unos sobre otros no menos de cuatro conflictos, puede que más, según con qué criterio se mire, por ello es una labor difícil, cuando no imposible, para un ciudadano corriente desentrañar lo que allí pasa, cuál es la razón última de aquella guerra. Este trabajo viene a desbrozar esa maleza.
En el ensayo que firma Niko Roa el autor nos repasa los diversos actores que concurren en la tragedia siria y sus respectivos intereses, prácticamente espurios y antisirios. El autor nos ofrece claves para comprender por qué los países del entorno están volcados en una carrera frenética para colmar el vacío dejado por el presidente Bashar Al Assad una vez desalojado del poder. Desde Turquía a Arabia Saudí, desde Estados Unidos a Israel, sin olvidar a Francia y sus anhelos neocoloniales. Finalmente, Niko Roa nos propone una arriesgada hipótesis: el verdadero objetivo de la guerra no es tanto la desestructuración y cantonalización de Siria cuanto cercar para asfixiar definitivamente a Irán; la pieza de caza mayor a batir.
Carlos Paz, presidente del FRENTE DE SOLIDARIDAD CON SIRIA en España, es un buen conocedor de Siria y de su realidad, ha viajado numerosas veces a ese país y fruto de sus viajes es un interesante libro de entrevistas. En su artículo defiende la multiconfesionalidad de Siria como un país sin el que no se entendería Occidente. Una Siria, madre del cristianismo y de la tolerancia entre grupos étnicos, y que es precisamente en ese respeto a las diferentes religiones y a sus pueblos donde hay que buscar el porqué de la guerra mercenaria que sufre.
En el capítulo que firma Augusto Zamora presenta una disección sobre los orígenes del conflicto sirio y el papel de este país en la geopolítica de las grandes potencias. Siria está estratégicamente situada en un lugar privilegiado, a caballo de regiones ricas en hidrocarburos y de países consumidores de esos productos. En el gaseoducto que Qatar intentó llevar al Mediterráneo a través de Siria se encuentra un motivo fundamental del origen de la guerra, otro en el pecado de haber sido siempre una firme aliada de la antigua URSS, y ahora de Rusia.
El interesante ensayo de Raúl González nos adentra en una de las cuestiones más olvidadas del conflicto sirio, cual es la larga mano de Israel, sin cuyo concurso no se puede entender nada, nada tiene verdadero sentido. Pero Israel no ha llegado al conflicto de Siria hace poco, en realidad Siria es un estado en permanente guerra con Israel desde que éste ocupó hace cincuenta años los Altos del Golán, territorio que pretende ilegalmente anexionarlos. He ahí otro motivo, si no el primero del largo conflicto del país árabe.
Si alguien tiene verdaderas razones para difundir a los cuatro vientos lo que ocurre en Siria ese es Muhsen Bilal, corresponsal oficial de la Agencia SANA y gran difusor del terror que asola su patria. En su ensayo Bilal nos ofrece la visión más descarnada del cáncer que corroe Siria… ¡desde hace 30 años! Y es que los Hermanos Musulmanes tristemente son unos viejos conocidos del pueblo sirio. La Hermandad Musulmana, movida por sus patronos, lleva acosando al estado sirio desde los años ochenta con atentados y matanzas, pero su ofensiva actual ha sido la más sangrienta de todas.
José Baena conoció Siria en los años ochenta, cuando éste era uno de los estados más prósperos y tolerantes de Oriente Próximo, ha viajado y conocido su cultura secular. Por ello es una voz autorizada para desenmascarar lo que acertadamente define como el “ectoplasma de Estado Islámico”. Dicho Estado Islámico no existe, ni ha existido nunca, es una emanación coyuntural de los intereses de Estados Unidos para su ordenación geoestratégica en la región, pero antes se llamó de otras maneras y apareció en otros países, como Afganistán, Irak o Libia. Su ensayo no tiene desperdicio.
La aportación de Juan Antonio Aguilar a la comprensión del conflicto sirio es básica porque conoce como pocos en España la imbricación de Rusia en el mismo. En la guerra siria hay un antes y un después de la intervención de rusa, allá por 2015. Si el lector quiere tener una visión de conjunto suficiente necesaria debe comprender las razones que movieron a Putin a implicarse de una manera tan decisiva en el mismo. La visión geoestratégica de Aguilar del concepto de “Pentalasia” arroja un nuevo enfoque acorde con los planteamientos de los think tanks más influyentes.
Hablar de Iván de Vargas es hacerlo de un hombre conocedor de Oriente Medio, a donde ha viajado a casi todos sus países, además de comprometido con la suerte de los cristianos que allí viven. La persecución que sufren los cristianos de Oriente Medio, y de Siria en particular, adquiere proporciones de masacre, y ello por mor de una determinada fe y creencia. Sin embargo, esto no parece conmover las conciencias de los países occidentales –todos cristianos –más atentos a imputar crímenes al gobierno de Bashar al –Asad. El artículo de Iván de Vargas nos retrotrae a los orígenes de nuestra civilización occidental.
Hayan Sidaui es un sirio-libanés que vive en Francia, y que cuando tuvo conocimiento del proyecto editorial quiso sumar su opinión al mismo. Bienvenido fue, y su aportación bien lo valió. El tema de los kurdos y del Kurdistán es la gran incógnita a despejar en el conflicto sirio. Las sinergias que allí confluyen son muy poderosas y hacen muy difícil pronosticar donde acabará, pero es muy posible que sea en el Kurdistán, ámbito geográfico que comparten turcos, sirios, iraquíes, iraníes, y hasta armenios, donde la guerra de Siria termine por incendiar toda la región. Nadie quedaría a salvo de tal incendio.
El último artículo lo firma Enrique Refoyo, una de las mentes más perspicaces que actualmente se interesa por cuestiones de geopolítica. El concepto que él maneja: “proxy” puede resultar novedoso para un profano, pero no para los analistas y eruditos en nómina en los think tanks. Ello hace alusión a los agentes interpuestos por parte de las potencias –aunque en puridad desde 1991 cabría hablar únicamente de potencia en singular –a la hora de intervenir en guerras donde tienen intereses, o quieren actuar sin que se note su mano. Estos proxys pueden ser países (Arabia Saudí o Qatar), entelequias, como Estado Islámico, o “agencias de seguridad” como Blackwaters.
Desde que dimos a imprenta los artículos han pasado en Siria muchas cosas que en buena medida estaban vaticinadas en los trabajos. La guerra ha entrado en una nueva fase, más peligrosa y letal, con nuevos agentes y distintas realidades. Estos nuevos agentes, en realidad, siempre han estado allí, solamente había que saber mirar porque estaban bien camuflados. Ahora, sin embargo, se muestran ya sin pudor y a cara descubierta. Israel es el país que más sale perjudicado, dado que el país hebreo apostó por los mercenarios opuestos al gobierno sirio para propiciar la implosión de este. Ello no solamente no se produjo, sino que su archienemigo en la región, Irán, creció a expensas de los conspiradores y organizadores del conflicto. Con Irán mejoró su posición en el tablero regional su alter ego, Hezbolá, organización que como se sabe ha ocasionado dolorosas derrotas a Israel.
Por todo ello, Israel se está implicando más y más en el conflicto, y está arrastrando a la globalización del conflicto a los Estados Unidos del volcánico e imprevisibleTrump, que ya muestra sin reservas su deseo de satisfacer esas demandas y acumula agravios contra el país persa de cara a una futura campaña militar (¿selectiva, global?). Todo ello afectará naturalmente a países que hasta ahora han estado discretamente en un segundo plano (Líbano, Jordania), y a otros actuantes pero que pueden moverse de bando en función de sus propios intereses (Turquía, Egipto). Los Estados Mayores hacen planes de contingencia para una guerra, pero cuando suena el primer disparo todo se viene abajo y hay que trabajar con lo que manda la realidad.
Ello es aplicable a la nueva fase en la que parece entrar la guerra en Siria, una guerra que muchos han dado por terminada pero que desgraciadamente tiene visos de ser interminable.