Alrededor de 1.000 personas se concentraron la noche del martes en un céntrico parque de Richmond, donde algunos manifestantes portaban carteles con leyendas como "Colón representa el genocidio", informa la prensa local.
Una activista instó a los presentes a "comenzar con las personas que llegaron primero a esta tierra" y los manifestantes, con ayuda de cuerdas, sacaron la estatua de sus cimientos, para después arrastrarla decenas de metros hasta un pequeño lago mientras algunos escupían y pateaban al monumento, al que prendieron fuego junto a una bandera estadounidense.
Por otro lado, el gobernador de Virginia, el demócrata Ralph Northam, prometió luchar contra el fallo de un tribunal que impide el retiro de una estatua del general sudista Robert E. Lee, quien comandó el Ejército Confederado de Virginia del Norte durante la Guerra Civil estadounidense, que se eleva sobre una avenida de Richmond.
"La estatua de Cristóbal Colón en el parque Byrd cayó en manos de manifestantes. Testigos dicen que sobre las 20:30 (GMT-4) del martes [el 9 de junio] los manifestantes usaron tres cuerdas para derribar la estatua de Cristóbal Colón", dice el medio.
Después de derribar el monumento, los manifestantes lo arrastraron hacia el cercano lago Fountain. Según uno de los manifestantes que habló con el canal WRIC, el derribo de la estatua no estaba planificado.
?El 4 de junio el gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam, ordenó retirar una estatua del general Robert Lee, comandante en jefe de la Confederación durante la Guerra Civil en EEUU. Sin embargo, el 8 de junio la justicia de Virginia bloqueó por 10 días esa orden.
El 6 de junio un grupo de manifestantes en Richmond derribaron la estatua del general confederado Williams Carter Wickham en el parque Monroe.
HBO retira la película 'Lo que el viento se llevó' de sus plataformas tras recibir acusaciones de racismo
En medio de las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía, el servicio de 'streaming' HBO Max ha decidido retirar 'Lo que el viento se llevó' de sus plataformas después de que la película haya recibido acusaciones de racismo.
La cinta está ambientada en el sur de EE.UU. durante la época de la Guerra de Secesión. Estrenada en 1939, fue una de las primeras películas a color y se convirtió en un gran éxito, ganando ocho premios Óscar. Sin embargo, el filme ha sido criticado durante mucho tiempo por romantizar la esclavitud y representar falsamente a los afroamericanos.
"Sentimos que mantener esta cinta sin una explicación y una denuncia de esas representaciones sería irresponsable", anunció HBO en un comunicado, agregando que la película podría volver a sus plataformas más tarde acompañada con una nota que alerte de sus "temas controvertidos" y ofrezca una "discusión de su contexto histórico".
La medida tiene lugar poco después de la publicación de un artículo de opinión en LA Times escrito por Hohn Ridley, un reconocido guionista afroamerciano, quien aseveró que la película "glorifica el Sur del país de antes de la guerra" e ignora "los horrores de la esclavitud".
La decisión ha provocado polémica en las redes sociales, donde numerosos usuarios recordaron que la película icónica resultó en el primer premio Óscar para una actriz afroamericana, Hattie McDaniel. Sin embargo, durante la ceremonia de entrega, a McDaniel no se le permitió sentarse en la misma mesa que al resto del reparto debido a las leyes de segregación racial que imperaban en aquel momento en el país norteamericano.
Análisis: La censura de HBO lo confirma: a la sociedad ya no le interesa el arte
El Museo Metropolitan de Nueva York tuvo que plantarse y negarse con rotundidad a una petición para que se retirara una pintura de Balthus, cuyos cuadros fueron considerados pedófilos. El director escénico Leo Muscato reescribió y modificó el final de la Carmen de Bizet. En su versión, estrenada hace dos años en Florencia, la cigarrera sevillana mata a disparos a su despechado amante don José. Amazon Studio eliminó en 2018 los contratos de rodaje con Woody Allen y hasta la editorial Gallimard desistió de publicar las memorias de Céline, por considerarlas antisemitas.
Esta semana se suma un nuevo ejemplo a los episodios de censura en nombre de determinadas reivindicaciones de progresía o tolerancia. Se trata de la decisión de la plataforma de streaming HBO Max de retirar la película Lo que el viento se llevó de su catálogo en Estados Unidos. ¿La razón? La película, basada en la novela de Margaret MItechell, supuestamente ofrecía una visión idealizada de la esclavitud y, por tanto, perpetúa los estereotipos racistas. Resulta contradictorio, porque el primer Oscar a una actriz negra fue concedido a Hattie McDaniel por su papel de Mammy.
Otras compañías como Disney o la cadena de televisión Paramount tomaron decisiones parecidas en un momento de especial tensión por las protestas globales contra el racismo, desatadas a partir del asesinato de George Floyd. En un contexto donde las libertades son mayores, se multiplica el examen. Eso no es lo suficientemente feminista; aquello es maltrato animal; aquí se huele algo de racismo. Se juzga y se sentencia con presunciones. Las cortapisas surgen en el lugar que más ha sufrido históricamente la censura: la cultura, que es la esfera natural de la representación simbólica, el centro del conflicto y el escenario de producción de sentido. De subjetividad. Por eso ha sido objeto de presiones a lo largo de la historia. Y sigue siéndolo.
La sociedad desprecia el arte
A la sociedad actual no le interesa el arte. Desprecia las paradojas que el arte está obligado a generar. La creación en sí misma es un combate y por tanto ni puede ni debe ceder a una visión aplanada de una realidad que es esférica. La ola de corrección política o neoconservadurismo tiene algo de franquicia del Santo Oficio en el siglo XXI. Así lo vimos con el #MeToo, que consiguió grandes avances al tiempo que sepultó carreras como las de Kevyn Spacey o Plácido Domingo.
La corrección o ya directamente la hoja de parra moral que colocó Muscato a la cigarrera sevillana de Prosper Mérimée pretendía hacer una llamada de atención a los feminicidios, a costa de alterar, mutilar y deformar un personaje desafiante que encuentra en su trágico desenlace parte de la naturaleza misma de su rebeldía y su transgresión. Y sin embargo termina teniendo un efecto opuesto, porque eso es lo que suele provocar la censura moral: un efecto pendular.
Las versiones censuradas o pasadas por la guillotina normalmente acusan lo contrario de lo que interpretan. Por ejemplo, el manuscrito de Lolita fue rechazado en siete ocasiones hasta que el sello parisino de literatura erótica The Olymplia Press apostó por este libro con el que Nabokov puso ante el espejo a una sociedad que se escandalizó al leerla. A mitad de camino entre la historia de amor, incesto y perversión, en Lolita, Nabokov elaboró en ella un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, y que fue capaz de convertirse en una obra universal, como Ana Karenina, Madame Bovary o Moby Dick.
Al momento de su publicación en Norteamérica -tres años más tarde con respecto a la edición parisina-, Lolita había vendido 300.000 ejemplares, una cifra importante pero despreciable frente a los 14 millones que alcanzó en las décadas siguientes. Su popularidad se hizo mayor cuando Stanley Kubrick la llevó al cine, en 1962 -en España no pudo ser vista hasta 1972-. Si se aplica la lógica del borrado en su totalidad, probablemente no podamos ver más al Otelo de Shakespeare y puede que tengamos que proscribir la mitad de los Westerns. Descontextualizar la historia y reescribirla no resuelve los conflictos, sólo los posterga.
Un mundo embozado, profiláctico, ahogado en hidrogel y furibundamente tolerante se expresa cada vez con más fuerza. El sustrato populista que recorre estos tiempos muestra hasta qué punto la censura tiene un poder de contagio. Los aficionados a la ocultación se transmiten la paranoia: agigantan las opacidades y los silencios con cada vez más frecuencia. La pasión por silenciar es antigua, un clásico del repertorio. Esconder y omitir entrañan un cierto paternalismo que instala a los ciudadanos en una infancia perpetua. la labor del artista, en tanto agitador, contradice la armonía a la fuerza, desordena, problematiza, crea. Aunque, el arte, parece haber dejado de interesarle a la sociedad del siglo XXI. Y episodios como el de HBO lo confirman.
Estados de EE.UU. comienzan a retirar a la Guardia Nacional tras respuesta a los disturbios por George Floyd
Autoridades regionales de casi todo EE.UU. han comenzado a reducir la presencia de la Guardia Nacional en su territorio, tras la respuesta de ese cuerpo militar a los disturbios desatados por la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo, informó a Fox News un funcionario del Pentágono.
Para el sábado pasado había "más de 43.300 miembros de la Guardia Nacional desplegados en 34 estados y el Distrito de Columbia" para enfrentar las protestas, mientras que otros 37.000 integrantes de esa fuerza seguían "apoyando la respuesta al covid-19", reportó el propio cuerpo en su perfil de Twitter.
Para este martes, los efectivos que permanecen en servicio activo ante las manifestaciones ya son 38.498, aseveró el funcionario, y agregó que en los próximos días habrá un "declive muy constante" a medida que los estados estén desactivando a sus respectivos contingentes de guardias nacionales.
En el punto álgido de las operaciones, en Washington D.C. (Distrito de Columbia), que registró algunas de las protestas más intensas en EE.UU., fueron desplegados más de 5.000 efectivos de la Guardia Nacional local y de otros 11 estados, añadió la fuente. No obstante, este martes ya se han retirado las tropas de Tennessee y de Carolina del Sur, mientras que los militares de Idaho están preparándose para abandonar la capital estadounidense el miércoles.
"Todo está bajo perfecto control"
La disminución de la presencia militar en sitios conflictivos de EE.UU. se produce luego de que el presidente de la nación norteamericana, Donald Trump, informara este domingo que había ordenado a la Guardia Nacional su retirada del Distrito de Columbia, "ahora que todo está bajo perfecto control".
Según escribió el mandatario en su perfil de Twitter, la noche del sábado 6 de junio se congregaron "muchos menos manifestantes de los esperados". Trump advirtió, sin embargo, que aunque las fuerzas de la Guardia Nacional "se van a casa", "pueden volver rápidamente si es necesario".
La brutal muerte del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de uniformados policiales en la ciudad estadounidense de Mineápolis, estado de Minnesota, ha provocado múltiples protestas contra la brutalidad policial y el racismo en EE.UU. Sin importar la pandemia, las clases más desprotegidas del país se han congregado para reclamar que se desmantelen o reformen los departamentos de policía en toda la nación.
A las protestas escenificadas por la sociedad estadounidense afroamericana en las calles de su país para manifestar nuevamente su repulsa contra estos crímenes de odio, se ha sumado la comunidad internacional en muy distintas partes del mundo.
Miembros de la Guardia Nacional de Washington dan positivo por covid-19 tras las protestas
Algunos miembros de la Guardia Nacional de Washington D. C. (EE.UU.) que respondieron a las protestas registradas en la capital estadounidense la semana pasada por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía, han dado positivo por el nuevo coronavirus, informó la teniente coronel Brooke Davis, portavoz del cuerpo.
Aunque la Guardia Nacional no dará a conocer el total de efectivos infectados, algunos funcionarios federales que hablaron bajo condición de anonimato creen que no son muchos, al menos hasta ahora.
Mientras parte de las tropas de la Guardia Nacional que respondieron a las protestas llevaba equipo protector, la mayoría no llevaba mascarillas, resultando, por otra parte, imposible mantener el distanciamiento social.
Los comandantes de unidad eran responsables de garantizar que sus tropas acataran las directrices que indican que los miembros de la Guardia Nacional deben utilizar equipo de protección y mantener el distanciamiento social donde sea posible, señaló Davis en un comunicado.
Según la vocera, las tropas de la Guardia fueron examinadas antes de su llegada, y se someterán a nuevas pruebas médicas antes de su partida.
Según las autoridades, unos 5.000 miembros de la Guardia Nacional fueron desplegados en Washington D. C. para hacer frente a los disturbios civiles, incluidos unos 1.200 efectivos de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia. El resto procedía de otros 11 estados: Florida, Idaho, Indiana, Maryland, Misuri, Misisipi, Nueva Jersey, Ohio, Carolina del Sur, Tennessee y Utah.
Los efectivos que regresen a sus estados de origen pueden permanecer en activo cobrando dos semanas adicionales para que puedan estar en cuarentena en caso de haber estado en riesgo de contraer el coronavirus.
La Alcaldesa de Washington, afroamericana, acusa a Trump de usar a los militares como un "juguete para intimidar a los estadounidenses"
Muriel Browser, alcaldesa del Distrito de Columbia (Washington D.C.) sigue tensando la cuerda con el presidente de EE.UU. por el despliegue de militares en la capital del país para sofocar las manifestaciones que claman justicia por la muerte de George Floyd y que han alzado su voz contra el racismo institucionalizado.
"Vimos en Washington D.C. fuerzas federales utilizadas en medio de un truco político para atacar protestas pacíficas", declaró Browser en una entrevista en el programa 'Morning Joe' de MSNBC, en donde señaló a Donald Trump por haber usado a militares para dispersar a los manifestantes y poder así protagonizar una sesión de fotos (biblia en mano) frente a la Iglesia Episcopal de San Juan, cercana a la Casa Blanca.
Las críticas de la alcaldesa fueron más a allá y alertó a los ciudadanos del país ante las acciones del mandatario. "Vimos que los militares estadounidenses se movían por nuestro país como soldados de juguete para intimidar a los estadounidenses", afirmó, agregando que considera que "los militares de EE.UU. nunca deberían usarse de esa manera" y que los estadounidenses en todo el país "deberían tener miedo" por ello.
Tensiones 'in crescendo'
Estos comentarios constituyen otra gota más que va llenando un vaso de desencuentros entre ambos políticos y llegan solo una semana después de que Trump ordenara a las fuerzas del orden y a la Guardia Nacional dispersar a los manifestantes que protestaban frente a la Casa Blanca, a la que se ha rodeado con una valla de protección.
Ya a finales de la semana pasada, Bowser solicitó a Trump que retirara "toda la fuerza militar federal extraordinaria y la presencia militar" de Washington, algo que se cumpliría el domingo, cuando el presidente ordenó a las tropas de la Guardia Nacional que comenzaran a retirarse de la ciudad.
El fundador de grupo “Antifa” en Australia confesó en 2017: Soros quería que “Antifa” fuera más peligroso que ISIS
El fundador del movimiento Antifa en Australia, admite que George Soros quería que el grupo terrorista fuera más peligroso que el ISIS. También ha denunciado las ayudas recibidas por Soros y sus intenciones.
Se trata de Shayne Hunter, el fundador de Antifa Australia, dice que renunció al grupo radical de extrema izquierda después de 4 años, tras darse cuenta de que “Soros nos estaba usando para comenzar guerras civiles en todos los países del mundo”.
En una entrevista con News.com.au, Shayne describe su experiencia:
“Me radicalicé en Sydney. Originalmente me preocupaba la intervención occidental en Siria. Las personas radicales de izquierda dominaron las manifestaciones y comencé a asociarme más con ellas. Mis supuestos amigos “normales” se alejaron. Pasábamos el rato en una biblioteca anarquista en Sydney. Es como una red extremista. Llegué a creer que la guerra era un síntoma de sistemas más grandes en juego en la sociedad y que eran el verdadero enemigo: la supremacía blanca y el patriarcado. El movimiento Antifa cree que estos sistemas deben ser destruidos a través de un proceso de “plataformas” para salvar al mundo. Esta micro sociedad se convirtió en mi vida durante cuatro años. Creen históricamente que en sus raíces está la lucha contra la opresión nazi. Dirigen un sitio web que se actualiza cada dos semanas con una lista de personas de derechas a los que hay que acallar. Leí que Antifa en los Estados Unidos está entrenando a personas para disparar y golpear. Es lo mismo que pasa aquí (en Australia). Antifa en Sydney está entrenando a su gente en artes marciales para, como dicen, “luchar contra los nazis. Es una mentalidad paramilitar”.
Establecí un movimiento terrorista en Australia y renuncié
news.com.au25 DE OCTUBRE DE 2017 5:55 A.M.
No hay una declaración de misión, más bien, es una retórica peligrosa. Hay muchas personas muy dañadas que se sienten atraídas por él.
Muchos activistas vinieron de la Universidad de Sydney. Me invitaron a algunas de sus conferencias. Cuando estaba organizando la manifestación de 'Recuperar Australia' y empujando a Antifa a Brisbane, delegamos roles en toda la reunión. Alguien imprimiría panfletos que difundieran nuestra propaganda. Alguien más se ocuparía de las redes sociales y en línea, todos reunimos personas para venir.
Estuve ideológicamente poseído durante cuatro años. Hablaba más alto en el transporte público para que la gente pudiera oírme hablar, esperando escuchar mi mensaje.
La izquierda radical de Antifa se presenta como compasión y empatía; es un caballo de Troya. Todas las conversaciones son sobre derechos y derechos, nunca sobre responsabilidad. Cuando estas personas hablan de libertad, realmente quieren decir libertad de cualquier responsabilidad.
A menudo, las personas que se sienten atraídas por este culto no tienen una identidad fuerte fuera de él. No soy psicólogo, pero, como el ISIS, le da a las personas la sensación de pertenecer a algo y tener un propósito.
Apareció un video titulado 'guerrero de la justicia social' en mi feed de redes sociales. No lo vi al principio. Un par de semanas después apareció de nuevo, así que presioné play. Fue como ver todo el culto a través de una lente exterior. Me despertó. Me di cuenta de que todo lo que había empezado a creer estaba mal.
No conoces la humillación hasta que dejas la secta; perdí cuatro años de mi vida.
Corté lazos a tiempo. Todavía estoy en contacto con algunos ex miembros de la secta, pero no veo a nadie que todavía esté activo.
En mi generación de 20 y pico, las redes sociales juegan el papel de un predicador las 24 horas del día los 7 días de la semana, como un predicador de bolsillo. Cada día estás siendo validado por el eco en tu teléfono.
Antifa diría que no hay nada bueno en la sociedad australiana. Sus mentes proyectan esa creencia, y todo se filtra a través de esta ideología.
Sin duda es una amenaza enorme y creciente para la sociedad australiana. Es una mentalidad miserable. Cuando salí de allí dejé de sentirme oprimido, finalmente sentí que podía tomar el control de mi vida. Eso es lo que pretendo hacer ahora.
Análisis: El Maidán americano
Leonid Savin
… Tiananmen / perestroika / revolución de color / conspiración plutocracia (eliminar lo innecesario).
Los acontecimientos actuales en los Estados Unidos relacionados con los disturbios, las revueltas y protestas son interesantes por su profundidad política, complejidad y revelación de numerosos detalles que antes no eran visibles detrás del telón de la corrección política y las construcciones mitológicas. Al mismo tiempo, por un lado, muestran el potencial de un conflicto social, las razones por las cuales están enraizadas estos conflictos en el sistema de estatal estadounidense, y por otro, revelan la debilidad del gobierno, que solía reaccionar con dureza y sin piedad ante tales disturbios.
Cuando el reincidente negro George Floyd intentó pagar con un sospechoso billete de 20 dólares en una tienda (1), el vendedor llamó a la policía, luego de lo cual ocurrió un incidente que se convirtió en el catalizador de los disturbios actuales. Muchos no se molestaron en absoluto por la cuestión de la cadena de eventos preliminares; de hecho, una reacción en cadena comenzó de inmediato, pasando de protestas a los levantamientos. Sin embargo, según la ley actual de los Estados Unidos, la policía tiene el poder de usar la fuerza contra los sospechosos que se resisten. En otras palabras, era un caso de rutina, pero la prensa y algunos activistas lo convirtieron en un nuevo fetiche político, que se publicitó bajo la etiqueta de una campaña antirracista.
Minneapolis, que es una ciudad feliz y próspera en comparación con las aglomeraciones similares del “cinturón de óxido”, se convirtió en un foco de protestas violentas, desde las cuales estas se extendieron rápidamente a otros Estados.
Todo esto tiene lugar en el contexto de la pandemia en curso del coronavirus con una gran cantidad de muertes, pero suceden como si el virus no afectara a los rebeldes. Los rebeldes mismos se dividen en varios grupos: grupos antisistema, incluidos negros, anarquistas y otros grupos políticos marginales como los antifa; saqueadores que roban tiendas; defensores de los derechos humanos que buscan chivos expiatorios; así como políticos y funcionarios gubernamentales que, por diversas razones, apoyan las protestas.
Todo esto amenaza con convertirse en una nueva categoría política e histórica. En Washington, el 1 de junio, una pequeña sección de la calle se llamaba Black Lives Matter Plaza. Esto se realizó bajo la dirección del alcalde de la capital, Muriel Bowser. Mientras que en otros lugares se producen profanaciones de monumentos tanto de individuos como de monumentos colectivos.
La campaña de protesta también alcanzó una nueva dimensión con nuevas demandas: apareció un nuevo eslogan “dejar de financiar a la policía”. La prensa, que simpatiza explícita o implícitamente con los manifestantes, comenzó a publicar todo tipo de investigaciones sobre el grado de militarización de las agencias policiales en los Estados Unidos y los medios que se utilizaron en sus actividades. Se supo que la policía de Nueva York en 2019 gastó $ 187 millones en operaciones antiterroristas y otros 116 millones en capacitación policial. Probablemente, para algunos parecerá demasiado y bajo la presión de los contribuyentes, o más bien la aparición de esta presión, algunos legisladores se apresurarán a convertir esto en capital político.
Sin embargo, varios políticos, principalmente del Partido Demócrata, ya se han apresurado a extraer los máximos dividendos del caos en curso. El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, visitó el lunes 8 de junio a la familia del difunto George Floyd. Se escuchan voces que dicen que Biden debe construir su campaña con el lema de desmilitarización de la policía estadounidense (2).
Algunas agencias en realidad comenzaron a publicar manuales sobre cómo protestar de manera segura y qué se debe hacer para protegerse de la vigilancia digital, la vigilancia y las posibles consecuencias legales de tales operaciones (3).
El funeral de este hombre negro asesinado tuvo lugar siguiendo las mejores tradiciones de las películas de Hollywood sobre familias mafiosas: un ataúd dorado, un ritual de arrodillamiento, muchas charlas patéticas sobre los derechos humanos. Si ignoramos la historia y miramos las imágenes, parece que no están enterrando a un criminal reincidente, sino a un importante hombre de negocios o a un funcionario de alto rango no inferior a un ministro.
La violencia organizada, mientras tanto, se está expandiendo en todo el país. Si algunos arrojan a los autos de la policía cócteles Molotov, otros preparan dispositivos explosivos improvisados (4). Las bombas vuelan hacia la policía. En Richmond, un adolescente negro le disparó a dos policías (5). Ya aparecieron las primeras víctimas entre la policía por artefactos explosivos improvisados. A ese ritmo, la espiral de violencia en los Estados Unidos solo aumentará.
Aunque la policía, la guardia nacional y las compañías de seguridad privada estuvieron involucradas en casi todos estos programas: helicópteros, vehículos blindados e incluso tanques salieron a las calles de muchas ciudades de los Estados Unidos. En Washington, con la ayuda de helicópteros del ejército, se intentó dispersar a la multitud (6). Después de eso, varios estados y ciudades impusieron restricciones al uso de medios especiales por parte de la policía durante las protestas. Estos incidentes también están politizados.
No menos interesante es el papel de las corporaciones en estos sucesos. Muchas de ellas se apresuraron de inmediato respaldar los disturbios e incluso comenzaron a brindar algo de apoyo a los saqueadores y aquellos grupos que se oponen al Estado.
Entre las grandes compañías que han apoyado abiertamente el Black Lives Matter y los “antifa” se incluyen The Academy (que otorga los Oscar), Airbnb, Adidas, Amazon (cabe señalar por separado que esta compañía es propietaria del New York Times y que critica constantemente a Donald Trump), American Airlines, American Express, Bank of America, Bayer, BMW, BP, Booking.com, Burger King, Cadillac, Citigroup, Coca Cola, DHL Express, Disney, eBay, General Motors, Goldman Sachs, Google, H&M, IBM, Levi’s, Lexus, LinkedIn, Mastercard, McAfee, McDonald’s, Microsoft, Netflix, Nike, Paramount Pictures, Pepsi Co, Pfizer Inc, Porsche, Procter & Gamble, Society Generale US, Sony, Starbucks, Twitter, Uber, Verizon, Wal Mart, Warner Bros., YouTube, Zara. En total, se conocen unas 300 empresas y organizaciones (7).
Este es un síntoma característico del avance de la globalización, cuando las corporaciones transnacionales sienten que tienen suficiente fuerza y ??dinero para desafiar a los Estados, incluso en una forma tan indirecta. Aunque muchos jefes de estas corporaciones olvidan las lecciones de la historia, en las que muchos capitalistas que financiaron revoluciones y golpes de Estado fueron eliminados debido a la inutilidad posteriormente. Y el proteccionismo estatal actual es un fenómeno residual, incluso en los Estados Unidos, el cual se convierte en un obstáculo para el capital global. Pero también se advierte esta “rebelión plutocrática” (8), cuando el capital privado en los Estados Unidos provoca el crecimiento de la brecha económica, que conducirá precisamente a un aumento de las actividades criminales y los disturbios sociales.
Otros “accidentes” también son interesantes, ya que muestran un cierto carácter sistémico en tales protestas a gran escala, donde sea que ocurran. Durante manifestaciones públicas en Minneapolis, se vio al famoso pianista David Martello (9), que había actuado previamente en Estambul y Kiev en campañas antigubernamentales. Por cierto, en Turquía y Ucrania, el derrocamiento del poder fue apoyado por algunas de estas compañías, por ejemplo, la Fundación Pierre Omidyar de eBay.
Los analistas en los Estados Unidos dicen que “Estados Unidos se ha convertido en un Estado frágil y no se espera ninguna estabilización en el futuro cercano” (10). Existen críticas más severas. “Somos un error atrasado, disfuncional, malvado, anti-intelectual. No solo Trump, las noticias por cable o Twitter, sino toda esta maldita cultura… y los futuros historiadores designarán el desastre de 2020 como el comienzo del fin del experimento estadounidense” – escribe Duncan Munch (11).
Dado que todo esto sucede en la víspera de las elecciones presidenciales, a Donald Trump le queda poco tiempo para tomar decisiones efectivas y conseguir el control de esta situación. El círculo de sus oponentes está creciendo. Incluso su exsecretario de Defensa, James Mattis, calificó a Trump como nada más que una “amenaza a la Constitución” (12). Y el Día de la Independencia el 4 de julio puede convertirse tanto en un catalizador para una nueva ola de protestas como en un momento de reconciliación nacional. Pero será muy difícil de lograr. La sociedad estadounidense está más polarizada que nunca.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Notas:
2.https://warontherocks.com/2020/06/how-to-get-started-on-rolling-back-police-militarization/
5.https://www.lawenforcementtoday.com/two-officers-shot-by-teenager-in-richmond-barely-survive/
6.https://thehill.com/homenews/news/500622-military-helicopters-used-to-disperse-dc-protestors
10.https://www.worldpoliticsreview.com/articles/28817/the-looming-american-nightmare
11. https://www.tabletmag.com/sections/news/articles/great-american-break-up