En España disfrutamos de un Presidente de Gobierno que o es muy mal alumno de Maquiavelo o es más tonto que Abundio.
El pasado 8 de julio, en compañía del mandamás lituano, un títere de Washington llamado Gitanas Nauseda, de los muchos que hay por las tierras bálticas, muy amigos de los separatistas catalanes y a los que tenemos que pagar la defensa ante la “inminente agresión rusa” que llevamos esperando dos décadas, montaron una astracanada ridícula, interrumpiendo abruptamente la rueda de prensa porque los aviones de la base aérea de la OTAN en Siauliai (Lituania) recibían una Alpha Scramble (hay que ser majadero para hablar con estos términos) y tenían que salir a interceptar no se sabe cuántos aviones rusos que, según un relato disparatado y enloquecido, podrían estar iniciando un ataque para liquidar al presidente español y al caradura de su anfitrión…
¿Chifladura? Completa. Pero los medios españoles no han ahorrado palabras para hablar de “ataque ruso”, “amenaza”, provocación”…
¿Es lejanamente creíble? Nadie en su sano juicio pensaría en tal cosa y se podrían haber ahorrado sacar los aviones, ahorrar el combustible y continuar con la insulta y babosa rueda de prensa que celebraban.
¿Entonces? Pues que hay que dar el espectáculo, el sainete del día para hacer creíble la amenaza rusa, lo propio de ese Patio de Monipodio que es la Unión Europea y la banda de matones de discoteca que es la OTAN, chulos de feria al que hacen coro legiones de periodistas vendidos por salarios tan míseros como el valor y el intelecto del que presumen.
Pedro Sánchez volvió a dejarnos en vergüenza con otros 29 segundos bochornosos que superan a su larga entrevista con Biden. ¡Qué valor! ¡Qué arrojo! ¡Qué entereza! ¡Que se preparen los aviones rusos!... ¡Mío Cid, Mío Cid! ¡Santiago y cierra España! ¡Aur, aur, desperta ferro! ¡A mí La Legión!...
Pierdan toda esperanza los ciudadanos españoles. Se pueden lograr cotas mayores de ridículo y este hombre conseguirá batir todas las marcas. Es medalla de oro en todo. ¡Qué días de gloria nos esperan!
¿Y qué hacía allí el Presidente?
No se sabe. Si es más tonto que Abundio, dejarse llevar por los que alimentan su pobre ego, siempre insatisfecho para esconder un profundo complejo de inferioridad. Pero si es un Maquiavelo de tercera, guiado por su escudero Iván Redondo, la cosa se explica mejor. Y para que el español medio pueda entenderlo, vayan unos apuntes:
Esa es nuestra política exterior. Lacayuna, arrastrada, mendicante, vendida, sin soberanía alguna, lastimosa, bochornosa, vomitiva… Y así llevamos años, muchos años. Porque es lo que ocurre cuando ha desaparecido toda dignidad nacional, la soberanía, la libertad y la independencia. Eso sí, desde Bruselas y Washington lograron exterminar nuestras identidades nacionales, culturales, sociales, espirituales, nos impusieron la ideología globalista de Bruselas, antieuropea por esencia, la de los “valores fundamentales” de la UE, la del capitalismo y el liberalismo, la de Occidente…
¿La solución? No la hay…
Occidente delenda est.
Por Juan A. Aguilar