Marcos Lamelas. El nuevo referéndum de independencia que impulsa Escocia es un espejismo peligroso para el independentismo catalán. La conclusión, tajante, es de la fundación Catalonia Global Institute, un 'lobby' soberanista con sede en Suiza que acaba de publicar un demoledor informe sobre la actual estrategia de la política exterior de la Generalitat. El centro de estudios aconseja al presidente Pere Aragonès abandonar por completo su actual hoja de ruta, desmarcarse de los separatistas escoceses —que siempre han renegado de sus pares catalanes— y volcarse en su lugar con el Gobierno británico, que podría ser mucho más proclive a la independencia de Cataluña.
Tras el Brexit, Escocia ha planteado hacer un segundo referéndum, una idea que ha impactado de manera profunda en la política catalana. Aragonès está intentando asegurar una reunión oficial con la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, mientras la CUP ha propuesto que Cataluña repita su consulta haciéndola coincidir con el hipotético referéndum escocés de 2023. Sendos errores estratégicos, asegura el Catalonia Global Institute, que considera "improbable" un escenario de referéndum unilateral escocés. Aunque para el secesionismo catalán pueda resultar electoralmente rentable apoyar al nacionalismo escocés, será geopolíticamente desastroso.
"La posición oficial del Gobierno escocés —en especial desde que Nicola Sturgeon tomó posesión del cargo— ha sido eludir la cuestión catalana todo lo posible", recuerda la entidad. "El Gobierno escocés prefiere adoptar un perfil bajo a la hora de abordar otras reivindicaciones del derecho a la autodeterminación. Además, como consecuencia de la posición de la UE contra la autodeterminación catalana y su apoyo a las medidas represivas de España, intenta evitar la vinculación de su caso con el de Cataluña. Esta actitud contrasta con el apoyo expresado por los partidos políticos y las organizaciones civiles catalanas durante el referendo de Escocia de 2014 y el Brexit", contextualiza.
O, lo que es lo mismo, si quieren apostar de verdad por la independencia, tanto Aragonès como la CUP deben olvidarse de Escocia. "Después del referéndum de 2017, Sturgeon siempre ha adoptado una postura clara basada en diferenciar el caso de Cataluña del de Escocia. Sturgeon se ha referido a la estrategia unilateral catalana en términos negativos en varias ocasiones, señalando a Cataluña como el ejemplo opuesto de lo que Escocia pretende", sentencia el informe.
Sin ventana de oportunidad
El Catalonia Global Institute se creó en Zúrich en 2021 bajo la forma jurídica de una fundación. Su presidente es Abel Riu, un politólogo experto en Rusia residente en Suiza, y cuenta con siete trabajadores fijos y una quincena de colaboradores, según su página web. Su aproximación a la política internacional apuesta por el realismo, algo que escasea en el mundo independentista catalán. "Hasta el momento actual, la posición estratégica del movimiento independentista y del Gobierno autonómico de Cataluña ha estado alejada de un análisis en clave realista de su posición y oportunidades a nivel internacional, lo que dificulta cualquier escenario en el que se puedan estrechar relaciones con Londres a nivel político", valoran en este texto sobre Escocia.
Sus conclusiones son igual de categóricas: se necesita un cambio radical de la política exterior catalana. Un primer paso es dejar de apoyar a Escocia y su movimiento independentista. "En caso de ser preguntados, los representados catalanes deberían expresar su apoyo al derecho a la autodeterminación, pero deberían abstenerse de adoptar una postura abierta a favor de la independencia de Escocia", recomiendan, para que "Cataluña no pueda ser considerada como una promotora del secesionismo en otros países y no debería limitar sus opciones con Londres apoyando activo a la independencia escocesa". No existe ventana de oportunidad alguna para Cataluña en una eventual repetición del referéndum escocés, zanja el 'lobby'.
Londres antes que Edimburgo
Así que la Generalitat debería acometer un giro estratégico copernicano y apostar por Londres antes que por Edimburgo, ya que "la independencia de Escocia no cambiará la posición de la Unión Europea respecto a la autodeterminación", asegura el instituto soberanista. En resumen: la foto que necesita Aragonès no es con Nicola Sturgeon, sino con un Boris Johnson enfrentado a Bruselas.
"En un escenario donde las tensiones entre Reino Unido y la UE sigan creciendo, Londres podría ver al movimiento independentista de Cataluña como un socio valioso. Por tanto, Cataluña debería adoptar un enfoque realista en su estrategia, utilizando su potencial económico, cultural, académico y estratégico para tender puentes con Reino Unido", se asegura en las conclusiones.
Según los autores, los líderes independentistas —empezando por Carles Puigdemont— están equivocados, ya que Europa nunca respaldará la independencia de Cataluña. "La UE preferiría sacrificar parte de su credibilidad democrática a corto plazo para evitar la posibilidad de múltiples secesiones internas y la oposición de la mayoría de sus estados miembros. Por tanto, el movimiento independentista catalán debería abstenerse de hacer de este escenario un elemento central en su estrategia, tanto en términos prácticos como retóricos", escriben.
Mientras que Waterloo y el grueso del soberanismo catalán insisten desde 2017 en el mantra "Europa nos dará la razón", este nuevo planteamiento rompe con esa línea para señalar que el camino es justo el contrario.
Fuente: El Confidencial