Los países árabes se apresuran a comprar aviones de combate estadounidenses, a pesar de las revelaciones que confirman las modificaciones realizadas en los aparatos destinados a ellos para degradar sus capacidades. Desprovistos de ciertos dispositivos, incluido el moderno dispositivo electrónico y de misiles, están lejos de ser similares a los que tienen el ejército estadounidense y sus aliados.
Redacción
Los países árabes se apresuran a comprar aviones de combate estadounidenses, a pesar de las revelaciones que confirman las modificaciones realizadas en los aparatos destinados a ellos para degradar sus capacidades. Desprovistos de ciertos dispositivos, incluido el moderno dispositivo electrónico y de misiles, están lejos de ser similares a los que tienen el ejército estadounidense y sus aliados.
Los países del Golfo Pérsico, como Emiratos, Arabia Saudí o Kuwait, al igual que otros gobiernos árabes se apresuran a comprar aviones de combate y bombarderos estadounidenses.
De hecho, los países árabes consideran que los aviones de combate norteamericanos son los más sofisticados del mundo, aunque a menudo carecen de dispositivos electrónicos y misiles modernos clave y, además, se les entregan en condiciones que restringen considerablemente su uso, según confirma la revista Military Watch,, especializada en armas y equipo militar.
Military Watch reveló hace unos días que EEUU había realizado modificaciones, incluida la eliminación de toda la tecnología electrónica, a los aviones de combate en un esfuerzo por hacerlos menos capaces y eficientes; la revista reconoce la existencia de diferencias significativas entre los aviones destinados al ejército estadounidense o sus contrapartes occidentales, y los fabricados para la venta a países del Tercer Mundo, en particular los árabes, con el fin de mantener su inferioridad frente a “Israel”.
Por ejemplo, en plena amenaza de la ofensiva del Daesh en Iraq entre 2014 y 2017, el ejército iraquí adquirió de urgencia 34 cazas F-16 que nada tenían que ver con los utilizados en ese momento por militares estadounidenses e israelíes. Para que fuesen incapaces de evitar las repetidas incursiones del ejército israelí en el espacio aéreo iraquí, los cazas estaban desprovistos de misiles, dispositivos de vigilancia, guiado electrónico y otros equipos similares, y esto, mientras el ejército iraquí era entrenado por el ejército estadounidense.
Según Rai al-Youm, Washington ha revelado su intención de vender este tipo de aviones y otro equipamiento militar por valor de 4.200 millones de dólares a Jordania a los que se suman acuerdos similares con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
El periódico Rai al-Youm informa que el mito de la supremacía de los aviones estadounidenses se está erosionando rápidamente, por varias razones, incluido el desarrollo de misiles rusos y chinos capaces de derribarlos, pero también por el desarrollo de drones de reconocimiento y ataque de bajo costo. Después de que la defensa antiaérea siria atacara un F-16 estadounidense durante un ataque aéreo en las profundidades de Siria en 2018, ningún otro avión estadounidense se atrevió a violar el espacio aéreo de ese país.
EEUU impuso una prohibición a la venta de aviones de combate a muchos países, incluidos Irán, Venezuela y Corea del Norte, lo que no impidió que un país como Irán desarrollara la fabricación de misiles y drones de varios tamaños, señaló Rai al-Youm.
Una frase popular en estos días es que EEUU vende armas chatarra a los árabes por decenas, si no cientos de miles de millones de dólares. El fracaso del sistema de defensa aérea Patriot para interceptar los misiles Ansarulá en la guerra en Yemen resaltó la ineficacia de las armas estadounidenses desplegadas en Oriente Medio.
Al contrario, recuerda el rotativo, los bombarderos y cazas rusos, del modelo Sujoi, en particular el Su-35, han demostrado, por su eficacia en el campo de batalla en Ucrania, su superioridad frente a sus pares estadounidenses. Los chinos, según los expertos, también pueden sorprender a EEUU y sus aliados con sus nuevos cazas de quinta generación. De ahí quizás, cree Rai al-Youm, la determinación de Ankara de poseer el S-400 ruso, incluso si eso significa privarse del F-35 estadounidense a pesar de su membresía en la OTAN.