Este 20 de marzo se cumplen dos décadas de estos bombardeos que dieron inicio a la invasión de los Estados Unidos y sus títeres occidentales a Irak. Poca gente recuerda esto, la propaganda lo oculta. ¿Por qué empezó este genocidio contra el pueblo-nación iraquí?
Primero sepamos que se subieron al carro genocida de los yanquis los gobiernos de Gran Bretaña, Australia, Ucrania, España y Dinamarca, los eternos amiguitos del sionismo globalista que tiene sus sedes en Washington, Londres y Tel Aviv. Siempre los mismos títeres en cada saqueo.
Por otra parte, se opusieron Rusia y China, pero también Francia, Bélgica y Alemania, que no quisieron quedarse pegados con ese mamarracho. Aunque solo se metieron en serio Irán y Arabia Saudí, para defender respectivamente a los rebeldes chiitas y sunitas. Menudo quilombo, sí.
El asunto es que el entonces presidente yanqui George Bush (h), con el pretexto del 11-S, acusó de la nada a Saddam Hussein de tener armas químicas en Irak e incluso mandó al general Colin Powell a mentir en el Consejo de Seguridad de la ONU para justificar la agresión militar.
Con la cara como un yunque, Powell mostró en la reunión del Consejo de Seguridad un frasquito que, según él, contenía ántrax. Y esa fue la “prueba conclusiva” de que en Irak había armas químicas. Un frasquito con sal en Nueva York probó la existencia de ántrax en Irak.
Años más tarde el gobierno de los Estados Unidos iba a confesar que en Irak no había nada de eso, ningún arma química. Y que Saddam Hussein no había envenenado al pueblo iraquí ni nada por el estilo. Nada de nada, la guerra contra Irak se hizo porque sí, para saquear nomás.
El país fue efectivamente saqueado, se llevaron todo el oro de las reservas y a Hussein lo colgaron del pescuezo. Todo por el frasquito de Colin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU. Destruyeron todo, mataron a un millón de iraquíes y ejecutaron a su líder por un frasco.
El imperialismo occidental es así, no necesita excusas para hacer el negocio del complejo industrial-militar-farmacéutico y saquear a un pueblo. ¿Por qué les va a creer Ud. a estos mismos saqueadores genocidas ahora en el caso de Ucrania? ¿No ve que es la misma maniobra repetida?
Es siempre el mismo truco, es siempre poner al otro en el lugar del mal absoluto e ir a enderezarlo “por el bien de la humanidad”. Los mismos tipos con la misma narrativa una y otra vez. ¿Cuándo vamos a empezar a darnos cuenta de que nos están cagando como de arriba de un poste?
La Corte penal internacional de La Haya debería sentar a todos los criminales de guerra en el banquillo. Estos tres transhumanos fueron responsables desde 2003 de más de 600.000 muertos en una guerra basada en falacias y mentiras.
Nunca descansarán en paz.
Analistas revelan los resultados de la invasión estadounidense de Irak
Irak, incluso dos décadas después de la invasión estadounidense, sigue siendo la sombra de un Estado antaño fuerte y próspero, mientras que Estados Unidos y sus aliados emplean con éxito tácticas aprendidas durante aquella guerra para reprimir las voces de la disidencia en el conflicto de Ucrania, afirmaron analistas consultados por Sputnik.
"Llegamos a Irak con gran respeto por sus ciudadanos, sus civilizaciones y las religiones que practican. No tenemos otro objetivo que eliminar la amenaza y devolver el control del país a manos de su propio pueblo", proclamó el expresidente de EEUU George W. Bush el 20 de marzo de 2003.
Ese día, hace exactamente 20 años, la coalición internacional liderada por Estados Unidos lanzó una operación militar bautizada con el nombre en clave de Libertad iraquí.
La operación se llevó a cabo hasta el 1 de mayo de 2003 sin la sanción de la ONU. La razón oficial de la invasión fue la vinculación del entonces líder iraquí Sadam Huseín con el terrorismo internacional, así como la versión de la CIA de que Irak tenía armas de destrucción masiva, que posteriormente se comprobó que no estaba confirmada.
A pesar de las promesas estadounidenses de erradicar el terrorismo y construir una "nación libre", hoy este Estado de Oriente Medio sigue padeciendo extremismo y violencia, atraso económico y debilidad de las instituciones estatales. Sin embargo, como señalan los interlocutores de Sputnik, incluso después de dos décadas, Occidente todavía se resiste a decir que fue la intervención estadounidense la que provocó el colapso del Estado iraquí.
"Es difícil exagerar el daño causado a Irak por este ataque ilegal. Tras una invasión prolongada, una guerra civil, una convulsión económica, una ocupación extranjera y una invasión de insurgentes extremistas, Irak sobrevivió milagrosamente como Estado. Está cojeando, convirtiéndose en una sombra de la potencia que fue en los años noventa, relativamente próspera y respetada en todo el mundo", comentó Peter Ford, exembajador británico en Baréin y Siria.
Al evaluar el impacto de los acontecimientos de hace 20 años, lamentó que el país siga disfrutando sólo de una "semisoberanía" de Estados Unidos, cuyas tropas siguen presentes en suelo iraquí desafiando las protestas. En opinión de Ford, a los funcionarios de la Administración Bush Jr. que prepararon la invasión les importó poco implantar un buen gobierno en el país, centrándose principalmente en desactivar las amenazas al dominio estadounidense en la región de Oriente Medio.
"La arrogancia de la fantasía de Bush y [el jefe del Pentágono, Donald] Rumsfeld de que Irak podría transformarse en una fuerte democracia proestadounidense sólo puede compararse con su ignorancia. La fantasía ha sido destrozada por realidades regionales, donde los lazos tribales y religiosos imponen la necesidad de una dictadura o de una dispensación política basada en un fino equilibrio", opinó el diplomático británico retirado.
Viejos trucos con un nuevo giro
La invasión militar, la guerra civil y el terrorismo han matado a cientos de miles de ciudadanos iraquíes. Según algunas estimaciones, sólo las hostilidades entre 2003 y 2011 se cobraron la vida de casi medio millón de personas. La balcanización del país y la violencia que la acompaña han proporcionado un terreno fértil a los extremistas, sobre todo a la filial de Al Qaeda* en Irak, que en 2013 anunció la formación del Estado Islámico*. Hasta el invierno de 2017 no fue posible recuperar las ciudades capturadas por los militantes.
Según Francis Boyle, profesor de Derecho de la Universidad de Illinois, la intervención militar de Estados Unidos y sus aliados fue "una agresión ilegal desatada para saquear sin control la economía y los campos petrolíferos de Irak, violando el derecho internacional". La "masacre", subraya Boyle, se ajusta a la definición clásica de genocidio, que es "la creación deliberada de condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción total o parcial de un grupo de personas".
"La guerra formó parte de una campaña de más de dos décadas de sanciones genocidas y agresión ilegal emprendida por sucesivos presidentes estadounidenses y sus equipos entre 1990 y 2012, que se cobró la vida de 3,3 millones de iraquíes, entre ellos 750.000 niños", explicó el analista.
El trágico resultado de una política exterior miope, según Peter Ford, debería haber enseñado a la clase política estadounidense a evitar "las ilusiones y la arrogancia imperial". Sin embargo, añade con pesar el exembajador británico, estas lecciones no se han aprendido.
"En cambio, los políticos aprendieron a manipular la oposición interna a su aventurerismo militar con mayor eficacia, en particular imponiendo controles más estrictos a los medios de comunicación corporativos. La crisis ucraniana ofrece un claro ejemplo de cómo se han aplicado exactamente estas lecciones. La disidencia sobre la injerencia en los asuntos internos de Ucrania está siendo reprimida a una escala orwelliana, mientras que Estados Unidos ha demostrado una capacidad infinita para tolerar las bajas ucranianas", señala.
Otro resultado desafortunado de la "aventura iraquí", afirma el exdiplomático, es que Estados Unidos es ahora el último país que tiene derecho a enseñar a los demás cómo cumplir con el "orden internacional basado en normas".
"Que un Estado que ha invadido y ocupado otro Estado sea ahora un faro de virtudes no es respeto, sino burla. La opinión pública controlada de Occidente puede ser engañada, pero el sur global ve mejor cómo son las cosas en realidad", concluyó Ford.