Estamos seguros de que en más de una ocasión has estado usando el móvil, hablando con otras personas en voz o usando WhatsApp y de repente entras a otras apps como Instagram y te encuentras anuncios relacionados con esos temas. Quizá somos un tanto paranoicos con esto, pero no sería la primera vez que ocurre y pensábamos que estamos siendo espiados en todos momento. Un ingeniero de Twitter ha anunciado que WhatsApp realmente escucha todo lo que hablamos en el móvil y la compañía ha argumentado que se trata de un "bug".
Borja Colomer
Borja Colomer
Estamos seguros de que en más de una ocasión has estado usando el móvil, hablando con otras personas en voz o usando WhatsApp y de repente entras a otras apps como Instagram y te encuentras anuncios relacionados con esos temas. Quizá somos un tanto paranoicos con esto, pero no sería la primera vez que ocurre y pensábamos que estamos siendo espiados en todos momento. Un ingeniero de Twitter ha anunciado que WhatsApp realmente escucha todo lo que hablamos en el móvil y la compañía ha argumentado que se trata de un "bug".
La sociedad moderna se rige por unos estándares de tecnología y calidad de vida usando una serie de herramientas. Tenemos dispositivos, aplicaciones e incluso IA que nos ayudan en nuestro día a día, pero esto también supone un problema por el que pensar. Dado que en todos estos casos damos acceso a nuestros datos, también estamos siendo vigilados en cierta medida, supuestamente controlada dependiendo de los permisos que damos en nuestro smartphone.
WhatsApp usa el micrófono del móvil en segundo plano para escucharnos
Se podría decir que el poder elegir qué permisos damos a nuestro smartphone nos debería dar la libertad de elegir que no se utilice el micrófono. Al parecer este no es el caso del ingeniero de Twitter Foad Dabiri, pues este asegura que WhatsApp está usando el micrófono del móvil para escuchar en todo momento, incluso mientras duerme. Este comportamiento no debería estar permitido, pues viola nuestra privacidad y peor aún, no sabemos donde acaban esos datos recolectados.
Afortunadamente, antes de que nos llevemos las manos a la cabeza y consideremos hacer algo con la app, la compañía ha ofrecido su respuesta. Han tardado 3 días, pero al fin WhatsApp ha informado que se trataría de un bug en Android, el cual ha afectado a este usuario, poseedor de un Pixel 7 Pro. La compañía indica brevemente de que se ha malinterpretado el panel de privacidad y asegura que los usuarios tienen control total sobre el micrófono.
WhatsApp se lava las manos y culpa a Google de todo lo sucedido
WhatsApp argumenta que la aplicación de mensajería solo accede al micrófono cuando el usuario hace una llamada o graba un mensaje de voz o vídeo. Además, para calmar las quejas, asegura que estas conversaciones están completamente protegidas con cifrado de extremo a extremo. Es por ello, que la compañía afirma que esto no ha sido problema de WhatsApp si no de Google y es esta última la que debe solucionarlo. Lo curioso es que esto no ha acabado ahí, pues el tuit tuvo una gran repercusión, millones de visitas e incluso Elon Musk comentó que no se puede confiar en WhatsApp.
Además, se han reportado problemas no solo con el Google Pixel 7 Pro, sino con otros móviles como los Pixel 5a y los Samsung Galaxy S23 y S22 Ultra. De hecho, se confirma que el problema empezó hace alrededor de un mes y en estos últimos días se ha incrementado el número de usuarios afectados. Ahora dependemos de que Google se pronuncie y asuma la culpa como WhatsApp quiere o quizá veamos más drama sobre el asunto.
El gobierno británico vigilará las redes sociales pagando a contratistas privados
La caza de brujas está servida. El gobierno británico va a gastar unos 755.000 dólares (600.000 libras) en un proyecto en el que participarán contratistas cuyo trabajo consistirá en vigilar las redes sociales en busca de “información errónea perjudicial e relatos de desinformación”.
Así se desprende de un anuncio publicado en el sitio web Contracts Finder del gobierno, que contiene información sobre contratos por un valor superior al equivalente a 15.000 dólares, como es el caso de éste, que demuestra que el gobierno busca un servicio para vigilar y analizar la desinformación.
La licitación fue convocada por el Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS). Se publicó el 23 de abril y se cerrará este mes. Según el anuncio, el contrato tendrá una duración de nueve meses, con posibilidad de renovación.
No es la primera vez que se detecta la fiebre de la desinformación en los contratos del gobierno británico. Una búsqueda de los contratos que figuran en este sitio muestra que 24 de ellos mencionan la palabra “desinformación”, pero sólo tres de ellos son anteriores a este año.
El contrato de servicios que el gobierno pretende adjudicar ahora está abierto tanto a las pequeñas y medianas empresas como a las VCSE (empresas de voluntariado, comunitarias y sociales), y quien resulte adjudicatario deberá firmar un acuerdo de confidencialidad.
El futuro socio del Ministerio de Cultura para el seguimiento y análisis de los contenidos de las redes sociales deberá centrarse en el público británico, explican las bases del concurso, que añaden que este enfoque deberá estar presente siempre que sea posible hacer esta distinción.
Como viene siendo habitual, el objetivo se describe en términos bastante vagos y amplios, como la identificación de narrativas dañinas de desinformación, comportamiento inauténtico Coordinado o manipulación sistemática del entorno informativo.
No se sabe qué hará el Ministerio de Cultura con los informes de su futuro contratista de vigilancia, pero no es difícil de adivinar. El franquismo fue pionero en estos manejos. Entonces al dinero público destinados a los periodistas leales se le llamaba “fondo de reptiles”.
Pero ahora están dando un paso más. A los periodistas leales se les añaden los soplones.