Seguridad

Un informe de la Defensa rusa acusa oficial y directamente a EEUU de haber preparado y lanzado la “pandemia” de Covid 19

Elespiadigital | Sábado 26 de agosto de 2023

El gobierno de la Federación Rusa ha publicado un informe (“Informe del Jefe de las Tropas de Protección Biológica, Química y Nuclear de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, Teniente General Igor Kirillov, sobre la actividad bio-militar de los Estados Unidos“) en donde, como resultado de los documentos que cayeron en poder del ejército ruso en la operación militar especial en curso en Ucrania, surge que Covid-19 es –como ya se ha denunciado de múltiples maneras en los últimos tres años- resultado de un conjunto de actividades bio-militares, llevadas a cabo deliberadamente por parte de zonas del poder norteamericano.

Redacción

 



El gobierno de la Federación Rusa ha publicado un informe (“Informe del Jefe de las Tropas de Protección Biológica, Química y Nuclear de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, Teniente General Igor Kirillov, sobre la actividad bio-militar de los Estados Unidos“) en donde, como resultado de los documentos que cayeron en poder del ejército ruso en la operación militar especial en curso en Ucrania, surge que Covid-19 es –como ya se ha denunciado de múltiples maneras en los últimos tres años- resultado de un conjunto de actividades bio-militares, llevadas a cabo deliberadamente por parte de zonas del poder norteamericano.

El gobierno de Rusia ha reportado esto oficialmente al más alto nivel, solicitando un Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para denunciarlo, ya en marzo de 2022, y ha insistido, aportando posteriormente lo que consideran documentos relevantes.

Según el reporte, hay una conexión entre varios factores: los intereses de la industria farmacéutica, los intereses del sector de Defensa norteamericano, la ideología del actual liderazgo político americano -con más énfasis en figuras principales del Partido Demócrata-, y un conjunto de instituciones académicas y ONG, que han trabajado en conjunto para preparar el evento y dirigir su respuesta a nivel global, bajo el paraguas de legitimidad de la OMS y sus satélites público-privados.

La publicación Extramuros ya informó oportunamente de varios aspectos vinculados a la investigación de la EcoHealth Alliance del anglo-ucraniano P. Daszak, llevada adelante por el estado con fondos directos de NIH, así como del involucramiento de DARPA y otras agencias del sector de la Defensa norteamericana.

Esto se realizó -según este informe- bajo la cobertura de actividades bio-militares en terceros países -uno de ellos de particular importancia, Ucrania- que violan a los acuerdos de la Convención sobre Armas Biológicas y Toxinas [Biological and Toxins Weapon Convention, BTWC].

A continuación, el informe con sus gráficos, traducido en su totalidad.

Informe del Jefe de las Tropas de Protección Biológica, Química y Nuclear de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, Teniente General Igor Kirillov, sobre la actividad bio-militar de los Estados Unidos

16 de agosto de 2023

El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa sigue analizando las actividades biológicas y militares de los Estados Unidos y sus aliados en Ucrania y en el territorio de otros países.

 

Como lo hemos hecho notar antes, la actividad bio-militar de los Estados Unidos supone una amenaza a la seguridad de muchas naciones en el mundo.

Pese al hecho de que los objetivos declarados de los programas norteamericanos son vigilar la incidencia de las enfermedades y proveer asistencia a los países en vías de desarrollo, de hecho, vemos que el Pentágono está llevando adelante investigación de doble propósito, sin control, eludiendo sus obligaciones internacionales bajo el BTWC [Biological and Toxins Weapon Convention, Convención sobre Armas Biológicas y Toxinas].

 

Los proyectos del área militar norteamericana están dirigidos primariamente a estudiar agentes potenciales para construir armas biológicas -antrax, tularemia, coronavirus, así como patógenos para infecciones con significación económica- gripe aviar patogénica, y fiebre porcina africana.

Hay una tendencia clara: los patógenos que caen dentro del área de interés del Pentágono, tales como Covid-19, gripe aviar, fiebre porcina africana, luego se convierten en pandemias, y las farmacéuticas norteamericanas se vuelven beneficiarias.

 

Anteriormente hemos informado acerca del posible involucramiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID) en la emergencia del nuevo coronavirus.
La organización intermediaria EcoHealth Alliance juega un rol clave en la implementación de proyectos para estudiar este patógeno. Desde 2015, los especialistas de esta compañía han estado estudiando la diversidad de la población de murciélagos, buscando nuevas variantes de coronavirus y mecanismos para su transmisión de animales a humanos. Un total de más de 2500 especímenes han sido investigados.

 

Recuerdo que el 18 de octubre de 2019, dos meses antes de los primeros reportes oficiales sobre la emergencia de la infección por el nuevo coronavirus en China, la Johns Hopkins University condujo el ejercicio llamado Evento 201 en Nueva York.

Este ejercicio simuló la epidemia de un coronavirus de murciélago previamente desconocido que, de acuerdo con ese escenario, era transmitido de murciélagos a humanos vía un organismo porcino, como portador intermedio del virus.

El desarrollo de la pandemia bajo tal escenario, así como la implementación de los proyectos de EcoHealth, plantea preguntas sobre la naturaleza posiblemente intencional del COVID-19 y el involucramiento de los Estados Unidos en el incidente.

El siguiente paso, tomado por los Estados Unidos para realizar sus planes estratégicos de establecimiento de un control global biológico, fue la creación de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta a Pandemias.

 

El establecimiento oficial de la Oficina se publicó en el sitio de la Casa Blanca el 21 de julio de 2023.

Se prevé que la nueva estructura será responsable de fijar el curso y coordinar las acciones del combate a desafíos biológicos conocidos y desconocidos, incluyendo patógenos que pudiesen disparar una emergencia global.

Las prioridades de esta Oficina incluyen el trabajo en vacunas y drogas para combatir virus y sus variantes genéticamente modificadas, así como la introducción de tecnologías avanzadas en la bioproducción.

El General Retirado de la Fuerza Aérea Paul Friedrichs, asistente especial del presidente, y director principal de seguridad y biodefensa del Consejo de Seguridad Nacional, dirigirá la estructura.

Por tanto, como en 2019, los Estados Unidos se han comenzado a preparar para una nueva pandemia, buscando mutaciones virales. No descartamos que los Estados Unidos puedan usar las así llamadas tecnologías defensivas, para propósitos ofensivos, así como usarlas para una gobernanza global, creando situaciones de crisis de naturaleza biológica.

Al hacerlo, la Casa Blanca está creando una nueva agencia gubernamental y, al mismo tiempo, está intentando disipar las preocupaciones del mundo acerca de sus actividades biológicas ilegales.

 

El Instituto de Investigación para Enfermedades Infecciosas del Ejército de los Estados Unidos, dirigido por el coronel Constance Jenkins, jugará un rol de dirección en el programa de guerra biomédica de los militares.

Debe destacarse que el instituto fue establecido en Fort Detrick en una instalación de armas biológicas, y tiene el nivel de contención biológica máximo de un biolaboratorio, de 4 (BSL-4).

Es parte importante del Sistema de Vigilancia Electrónico Integrado de Enfermedades (EIDSS).

Documentos, obtenidos durante la operación militar especial en Ucrania, muestran que la institución está involucrada directamente en la recolección de patógenos peligrosos en distintas regiones del mundo, en la prueba de drogas no registradas, así como en la implementación de programas de doble uso, ordenados por la Agencia de Defensa para la Reducción de Amenazas del Departamento de Defensa de EEUU (DTRA).

El Instituto de Enfermedades Infecciosas del Ejército de los Estados Unidos ha estado involucrado en programas biológicos en Ucrania. Así es que representantes del citado instituto llevaron adelante activamente proyectos identificados con los códigos UP-1 y UP-8. Estos proyectos investigaron la posibilidad de usar artrópodos para esparcir rickettsias, encefalitis viral de la garrapata, fiebre hemorrágica del Congo-Crimea, y hanta virus.

Representantes del Instituto están trabajando activamente en Sud América, África, Transcaucasia, y el Sudeste asiático. Se usan para ello instalaciones del Centro de Investigaciones Médicas de la Marina, y el Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed.

El brote de ébola de 2014-16 en Uganda, Kenia, Guinea y Liberia, ocasionó una expansión significativa de la presencia de personal del Instituto de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos en estos países africanos, para obtener ejemplares vivos del virus de esta letal enfermedad.

Por tanto, la producción disponible y la base experimental de dicho Instituto hace posible participar en una vigilancia global de la situación biológica y llevar adelante un completo rango de trabajo militar aplicado con patógenos peligrosos, componentes de armas biológicas, incluyendo el trabajo de agravar las propiedades patogénicas de los patógenos de enfermedades peligrosas para animales y humanos.

El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa ha recibido documentos que le permiten ampliar el dossier bio-militar de Ucrania.

 

Hoy, quisiéramos complementar esta lista con representantes de instituciones del estado de Ucrania y compañías privadas envueltas en la implementación de programas bio-militares de los Estados Unidos. Ellas son:

Natalia Dudko, trabajó como Coordinadora de Proyecto y Especialista Principal del STCU (Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania). Durante 25 años coordinó más de 250 proyectos del STCU

Lyudmila Chernenko, Directora General del Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania. Está en la lista de especialistas ucranianos que han participado de proyectos financiados por Estados Unidos.

Aleksandr Matskov, Subdirector General del Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania. Supervisó la implementación general de un proyecto de uso dual de COVID-19 con financiación norteamericana.

El Ministerio de Defensa de Rusia sigue publicando los nombres de oficiales de corporaciones de biotecnología y otros contratistas del Pentágono, involucrados en la implementación de programas bio-militares en el territorio de Ucrania.

Nuevo estudio demuestra que el ARNm de Pfizer indujo turbocáncer

En un nuevo estudio belga de Sander Eens et al. inyectaron 14 ratones con 2 vacunas de ARNm de Pfizer COVID-19.

2 días después de la segunda dosis de Pfizer, 1/14 ratones (7 %) murieron repentinamente, tenían turbocáncer con infiltración de linfoma en muchos órganos: hígado, riñones, bazo, pulmones e intestinos.

El ratón con cáncer no había mostrado signos clínicos de enfermedad antes de la muerte súbita.

Este es el segundo estudio que muestra turbocáncer después de la vacunación con ARNm de Pfizer.

Estos fueron los tipos de estudios que Pfizer & Moderna deberían haber realizado en ratones pero nunca lo hicieron.

Punto clave: este estudio de 14 ratones fue más grande que el estudio realizado para aprobar las inyecciones de refuerzo de ARNm bivalente Omicron COVID-19 que se administraron a cientos de millones de personas; ese estudio solo se hizo con 8 ratones.