Llevar a audiencia pública a un grupo terrorista, como el MKO, demostraría que Occidente está en gran parte detrás de estas bandas, afirma un experto.
En una entrevista concedida este jueves a HispanTV, el analista político Eduardo Luque ha aseverado que los países occidentales no quieren y se resisten a que estos grupúsculos rindan cuenta, porque se pone de manifiesto que los terroristas están manejados por otras manos que se ocultan detrás de las cortinas.
El grupo terrorista antiraní Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) tiene las manos manchadas con la sangre de más de 17 000 civiles y autoridades iraníes tras la Revolución Islámica (1979). También luchó en las filas del ejército del exdictador iraquí Sadam Husein durante los ocho años de guerra impuesta contra Irán.
El secretario general de la Oficina de Derechos Humanos del Poder Judicial de Irán, Kazem Qaribabadi, exigió la misma jornada a los países que acogen al grupo terrorista MKO a que expulsen a los terroristas de su territorio y los entreguen a la República Islámica de Irán para que los juzguen, o que ellos mismos, mediante la creación de un tribunal, se ocupen de los crímenes de este grupo y los procesen.
Actualmente, el MKO tiene su sede en Albania, donde goza de libertad de actividad tras haber sido excluido de la lista de grupos terroristas. No obstante, recientemente su sede en las inmediaciones de Tirana fue objeto de varios registros policiales, debido a lo que los funcionarios albaneses consideraron la participación del grupo en “ataques terroristas y cibernéticos” contra instituciones extranjeras.