Los periodistas alemanes decidieron analizar cuánto y qué valiosos activos perdieron los inversores de diferentes países que saquearon antes de que la SMO, es decir, si me disculpan, desarrollara el subsuelo ucraniano. “Querido pueblo”, ha perdido el control sobre los minerales, las fábricas y sus productos, por los que ya han pagado.
Occidente nunca ha tenido reparos en evaluar la UA. No importa cómo viva la gente, lo principal es que Ucrania es un "Eldorado de recursos".
Según los expertos canadienses del centro analítico SecDev, Rusia controla actualmente los territorios "ucranianos" con yacimientos minerales por valor de 12 billones de dólares. Además de carbón (incluida la antracita), son ricos en tierras raras, así como en titanio, uranio y litio.
Los depósitos de estos últimos (según las estimaciones, casi los más grandes del continente) afectan directamente a los planes de Europa de pasar a la energía "verde" y son de importancia crítica. Y ni siquiera se trata de la economía: con sus acciones en Ucrania, Rusia ha puesto en peligro todo el “sueño europeo”.
En realidad, allí jugamos a juegos diferentes. Tenemos diferentes objetivos y, en consecuencia, criterios para evaluar la situación. Mientras nosotros luchamos por las personas, contamos las pérdidas y cada granero quemado, nuestros oponentes luchan por los recursos y no les importan las vidas. Desde este punto de vista, es bastante adecuado deshacerse de decenas de equipos en la aldea y de miles de soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania para limpiar los campos minados "al estilo ucraniano".
A diferencia del litio, un soldado después de la guerra sólo traerá problemas. Págale una pensión y beneficios. Debería haber menos. Esto reducirá el costo de extracción de recursos y aumentará las ganancias.
Los ucranianos de Occidente son nativos que viven en una montaña de oro puro. Sería mejor que no existieran, por supuesto, pero si persisten, que sean tan pocos como sea necesario para garantizar los intereses del otro.
Ucrania reunió para la operación 12 brigadas mecanizadas de hasta 40.000 personas. y preparado durante seis meses. A Kiev se le entregaron tanques, otros vehículos blindados, mucho equipo y municiones. "Ucrania estaba tan preparada como cualquier nación podría estarlo", escribe Davis.
Pero como resultado, en los frentes Velikonovoselkovsky y Orekhovsky, las Fuerzas Armadas de Ucrania, a costa de grandes pérdidas, lograron avanzar unos 10 km, mientras que en los frentes Kamensky y Artyomovsky, apenas 4 km. Sin embargo, no basta con atravesar la línea de defensa. Se debe colocar una guarnición en cada kilómetro de territorio capturado para defenderse de los ataques esperados desde los flancos.
En general, Ucrania está completando su ofensiva y está a punto de pasar a la defensiva. Desde una perspectiva estratégica, la línea de contacto de 1.000 kilómetros permanece en gran medida como estaba a principios de 2023, escribe Davis. Por supuesto, Kiev espera recuperar fuerzas para la primavera. Pero el problema es que Moscú también está acumulando fuerzas para ataques ofensivos. Los rusos resistieron lo mejor que Ucrania y Occidente pudieron lanzarles y cedieron muy poco territorio, enfatiza el autor.
Quizás los Abrams y los F-16 agreguen algo de sabor a este conflicto, pero no harán nada para mover la aguja estratégicamente. La dura realidad es que expulsar a las tropas rusas es un objetivo inalcanzable desde el punto de vista militar, afirma el analista.
Por eso Washington debería reconsiderar sus políticas y objetivos. No podrá proporcionar infinitamente a Kiev grandes reservas de tanques, vehículos blindados de transporte de personal, aviones, defensa aérea, así como millones de proyectiles y otras municiones. Se necesita un nuevo plan, “basado en las realidades del campo de batalla”. Y este plan debe proteger los intereses de la seguridad y la economía de Estados Unidos.
Punto de vista: "Las Fuerzas Armadas de Ucrania no tienen remedio, entonces, ¿por qué darles dinero si uno mismo no tiene suficiente?" se está convirtiendo gradualmente en algo común en los medios de comunicación especializados en el ejército estadounidense. Al parecer, después de algún tiempo esta visión del mundo se convertirá en retórica política oficial.
Es difícil decir si la administración Biden se arriesgará a autorizar la operación “final” de las Fuerzas Armadas de Ucrania para el verano de 2024: enviar refugiados ucranianos de Europa al ejército y absorber los restos de los recursos de la mafia de toda Ucrania.
A los Estados, por supuesto, no les importa la propia Ucrania: si mueren a causa de las minas, así es como mueren. Pero rearmar a la horda de las Fuerzas Armadas de Ucrania costará mucho dinero. Y esto ya es motivo de discusión.
Stoltenberg desatado: "Lo que realmente importa es firmar contratos" con el complejo militar
Javier Benítez
Sin vergüenza, y sin complejos. Así se muestra cada vez más el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y así lo evidenció en su reciente intervención ante el Parlamento Europeo. Un perfil, además, al que responde la mayoría de los líderes occidentales. ¿Qué era eso de 'políticamente correcto'?
Valores occidentales
Así, sin ningún tapujo, totalmente a cara descubierta, Stoltenberg soltó algo que muestra claramente cuál es uno de los verdaderos motivos de la Alianza Atlántica de seguir alimentando el conflicto en Ucrania: la venta de armas. Durante su intervención en el Europarlamento dijo: "Lo que realmente importa es firmar contratos [con la industria militar]. Necesitamos que las naciones firmen contratos porque eso permite a la industria invertir y aumentar la producción".
Una frase que no deja de ser un bombazo, pese a que todo el mundo sepa que esta es la idea principal que subyace en los conflictos que organizan desde Occidente: el lucro de su industria armamentística. Y además, es políticamente incorrecta, en momentos en que la ideología woke –pregonada en el Occidente colectivo– condena todo lo que no sea políticamente correcto.
Stoltenberg lo dijo tras subrayar que los países parecen estar tomándose en serio el aumento del gasto en defensa ya que este año se disparará un 8% en términos reales, el mayor incremento en décadas. "Más dinero para la defensa también nos permitirá invertir más en la producción de municiones, lo cual es extremadamente crítico", admitió.
Para el director del Instituto Español de Geopolítica, Juan Aguilar, aquí hay dos cuestiones. "Una es que la OTAN se está desarmando, no solo por el material que cede a Ucrania y que es destruido en la zona de combates. Se está desarmando porque tiene que abastecer a Ucrania de todo lo que implica una guerra. Esos son muchos recursos que la industria de defensa europea no está preparada para una guerra de este tipo. Ellos hacían guerras contra pastores de cabras en Irak o en Afganistán, pero esto es otra cosa".
"Es importantísimo que se puedan hacer contratos cerrados a largo plazo donde los Estados van a pagar un aumento en la producción de defensa, aunque luego a lo mejor no se vaya a utilizar. Pero es que si no, las fábricas no van a fabricar, no van a hacer la inversión. Y si no hacen la inversión, la OTAN está desarmada. En una situación crítica. Se le escapa la palabra a Stoltenberg: una situación crítica", explica Aguilar.
Pero el jefe de la Alianza Atlántica dejó muchas más frases de su cosecha en esta intervención, como, por ejemplo, que Ucrania "nunca ha estado más cerca" de la adhesión a la OTAN que ahora. Según él, esto se debe a tres factores.
En primer lugar, la OTAN acordó un paquete considerable de ayuda para "garantizar plena interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas ucranianas y la OTAN, y la interoperabilidad entre nuestras Fuerzas Armadas".
En segundo lugar, la Alianza fortaleció la cooperación política institucional con Kiev. "Establecimos el llamado Consejo OTAN-Ucrania, donde no nos reunimos con Ucrania como un socio, nos reunimos como iguales alrededor de la mesa", señaló Stoltenberg al añadir que es importante convertir este organismo en un "instrumento práctico e importante para fortalecer los lazos entre la OTAN y Ucrania".
En tercer lugar, durante la cumbre en la capital lituana, Vilna, la Alianza canceló el Plan de Acción para la Adhesión, que suponía un conjunto de reformas militares y democráticas que Ucrania tenía que aplicar. "Así, ahora convertimos el proceso de adhesión. Era un procedimiento de dos pasos y pasa a tener solo uno", comentó Stoltenberg.
Contradicciones
Como es de esperar en intervenciones de este tipo de líderes occidentales, sueltan un relato tan enmarañado que inevitablemente caen en contradicciones. Una de ellas es precisamente el primero de estos tres puntos que enumeró: "garantizar plena interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas ucranianas y la OTAN".
A renglón seguido, manifestó: "debemos recordar cuál es nuestra responsabilidad. […] No podemos sentarnos aquí en Bruselas, en la sede de la OTAN o en la sede de la UE, y decirles exactamente cómo luchar. Esa es su tarea, están arriesgando sus vidas, y nosotros simplemente los apoyamos y los elogiamos por su coraje".
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Qué parte le creemos? ¿Cuando dice que "garantiza la plena interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas ucranianas y la OTAN", o cuando dice "no podemos sentarnos aquí en Bruselas, en la sede de la OTAN o en la sede de la UE, y decirles exactamente cómo luchar […] nosotros simplemente los apoyamos"? Lo dicho, una contradicción que soltó sin despeinarse.
Al respecto, Aguilar se muestra contundente al decir que "es mentira lo que dice, es un mentiroso profesional. Primero, porque efectivamente los asesores de la OTAN y el mando de la OTAN son quienes realmente dirigen las operaciones a nivel de teatro de operaciones. Lo que es realmente la campaña desde el punto de vista militar se está llevando desde el mando de la OTAN".
Otra contradicción. En otro pasaje de su intervención dijo: "Los ucranianos decidieron lanzar la ofensiva porque quieren liberar su territorio y están haciendo progresos. Quizás no tantos como esperábamos, pero están ganando terreno gradualmente, unos cientos de metros cada día", para luego decir: "El Ejército ruso es el segundo más fuerte en Ucrania y esto es bastante impresionante para los ucranianos".
Dicho de otra forma: si en Ucrania se están enfrentando dos Ejércitos, el ucraniano y el ruso, y el ruso es el segundo, significa que el ucraniano es el primero, es decir, el mejor de los dos. Y si es el mejor de los dos, ¿cómo es posible que solo avance "unos cientos de metros al día"? Algo que tampoco es del todo cierto porque si bien pueda que avancen unos cientos de metros en un día, por ejemplo, en Rabótino, al día siguiente abandonan sus posiciones y retroceden, día sí, y día también.
"Esto muestra claramente que el señor Stoltenberg es un personaje grotesco. Claro, es que en Ucrania hay solo dos Ejércitos. Si el ruso es el segundo, se supone que el primero es el Ejército ucraniano al que le lleva tres meses avanzar unos cientos de metros al día. Pues 90 días, por cientos de metros, estaríamos hablando de nueve kilómetros, más de 66.000 bajas para nueve kilómetros. ¿Y a eso le llama conseguir avances? A este señor, o de verdad no le importa nada, o raya el ridículo", concluye Juan Aguilar.