Seguridad

Evaluación preliminar de la masacre en el hospital cristiano Al-Ahli en Gaza

Administrator | Lunes 23 de octubre de 2023
Raphael Machado
El resumen para los que no quieran leerlo todo es: Israel llevó a cabo un ataque aéreo con un JDAM (probablemente MK-84, con espoleta de proximidad) contra la entrada del Hospital Anglicano de Gaza, también llamado “Hospital Árabe Al-Ahli”, y el número de víctimas fue un poco inflado por Hamás.
En cuanto al ataque en sí, en primer lugar, no sería el primer hospital atacado por Israel en este conflicto. Hasta ayer, por lo que pude ver, Israel había atacado 10 hospitales palestinos (en otras palabras, no sería algo sin precedentes por parte de Israel en los últimos 10 días), matando a docenas de personas en total en estos ataques.
Los hospitales atacados (o cuyas operaciones fueron afectadas por bombardeos cercanos) fueron: el Hospital Infantil Durrah, el Hospital de Campaña Jordano, el Hospital Abu Yousef al-Najjar, el Hospital Al-Quds, el Hospital Al-Awdah, el Hospital Al-Shifa, el Hospital al-Wafa, el Hospital Al-Rantisi, el Hospital Beit Hanoun y el Hospital Arabe Al-Ahli (sí, es el mismo hospital de ayer, que ya había sido atacado el 14 de octubre, cuando 5 personas resultaron heridas).
Nota importante: Israel no ha negado ninguno de estos ataques. Todos fueron «justificados». El hospital Abu Yousef al-Najjar ha quedado inutilizado.
Además, Israel ha ordenado la evacuación de otros hospitales, con advertencias de que serán atacados: Hospital Kamal Adwan, Hospital Al-Kuwaiti.
En otras palabras, el acto en sí no tiene nada de nuevo. Israel ha atacado hospitales y no niega que haya atacado hospitales. El propio Hospital Arabe Al-Ahli fue atacado anteriormente y estaba bajo aviso de evacuación.
En cuanto a si había o no demasiada gente en él: los 22 hospitales, (bueno, creo que ahora son 20…), de Gaza, están por encima de su capacidad, y no sólo porque haya demasiados heridos, sino porque en una ciudad bombardeada la gente alberga la ilusión de que los hospitales son espacios seguros (deberían serlo, talvez) y se refugia allí.
Por ello, el Hospital Árabe Al-Ahli estaba abarrotado, no sólo en sus habitaciones, sino también en los pasillos, sobre todo en el pasillo de entrada y en la propia entrada del hospital, junto al aparcamiento.
Un dato importante es que “The Guardian” informa de que el hospital se incendió tras el bombardeo, por lo que, de nuevo, no veo muchos motivos de sorpresa en lo que se refiere al elevado número de víctimas. Era un hospital abarrotado, lleno de gente a la entrada, y se incendió.
Según uno de los médicos, el techo de uno de los quirófanos se derrumbó. Así que el hospital sigue en pie, pero ha sufrido daños estructurales y cierto grado de colapso interno parcial. Para quien pueda dudar de la información, el hospital está dirigido por la Iglesia Anglicana (antes se divulgó como Bautista, pero pasó de bautistas a anglicanos a finales de los 80), así que la Iglesia Anglicana está sobre el caso y ellos confirmarán el estado concreto del hospital.
Sin embargo, por lo que se refiere a las imágenes de los cuerpos ya recogidos ayer, es posible contar alrededor de 150 personas sólo por las fotos. A ellas hay que añadir los cadáveres que aún se encuentran en el interior del hospital (¿enterrados?), así como los muertos y heridos terminales trasladados al hospital Al-Shifa.
Supongo que la cifra rondará los 400-500 muertos, pero muchas de estas muertes se deberán también al hecho de que hay pocas condiciones para recibir y tratar los heridos, incluso en los hospitales que siguen funcionando.
En este sentido, no creo que haya habido 1.000 muertos como informan algunas fuentes de Hamas. Pero todo sigue siendo confuso. La cifra de aproximadamente 500 se acerca a los primeros números, incluso los ofrecidos por la defensa civil de Gaza.
Pero, ¿hubo realmente un ataque israelí? ¿Y qué hay de las pruebas que lo confirman (¿o refutan?)
En cuanto a las pruebas, repasémoslas una a una:
  • En primer lugar, como es habitual, incluso en otros ataques israelíes contra hospitales, el ataque contra el hospital Al-Ahli fue confirmado por el portavoz oficial del gobierno israelí, Hananya Naftali, que celebró el ataque, justificándolo como necesario porque albergaba a combatientes de Hamás.
  • La publicación en las redes sociales fue borrada posteriormente.
  • Otros funcionarios del gobierno israelí también celebraron el ataque, y poco después borraron sus publicaciones en las redes sociales.
  • Es importante señalar que Hananya Naftali no es una mera «influencer virtual», como afirman algunos difusores de noticias falsas. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu estuvo en su boda e incluso comentó en su momento que Naftali trabajaba con él.
  • En este sentido, parece que el portavoz trató el ataque como un ataque israelí «estándar» contra hospitales palestinos y emitió el discurso estándar de disculpa. Hasta que se hizo público que el número de víctimas era mucho mayor de lo habitual, momento en el que comenzó una operación híbrida de control de daños y desinformación.
  • Un vídeo muestra que ayer, hacia las 20.00 hora de Jerusalén, mientras Hamás realizaba un ataque de artillería contra Israel, un avión israelí sobrevolaba la zona y supuestamente disparó un artefacto que impactó en la entrada del hospital, provocando dos explosiones.
  • El mismo hospital, repito, había sido atacado antes.
  • Los otros vídeos, presentados por Israel, son de 2022, uno es de la hora equivocada y otro está editado para no mostrar el avión israelí y mostrar sólo el ataque de Hamás.
  • En cuanto al audio capturado, lo siento, pero la fuente original es la misma que la de los 40 bebés decapitados, información bastante dudosa que aún no se comprobó. Además, uno de los “terroristas” de Hamás habla un árabe terrible y parece estar leyendo un texto. Las señales de sus voces también están separados a izquierda y derecha, lo que sólo es posible en estéreo, mientras que la conversación grabada sólo podía ser en mono por el tipo de captura.
  • Los «militantes de Hamás» afirman también que el misil procedía del cementerio próximo al hospital, pero esta afirmación no concuerda con los otros vídeos aportados por Israel, la distancia, la trayectoria, etc.
  • Esa es, francamente, la prueba más débil.
  • Las afirmaciones sobre el «pequeño cráter», «cómo murió tanta gente si la bomba cayó en el aparcamiento», etc., imagino que ya las he resuelto en los comentarios anteriores: había una gran cantidad de gente en la región de entrada del hospital, como refugiados de los ataques.
  • La cuestión del arma utilizada es posible de desarrollar un poco: el JDAM, ya apuntado, es un tipo de dispositivo que permite transformar bombas ordinarias en municiones inteligentes y guiadas. La principal candidata para haber recibido este dispositivo es la bomba MK-84 de la época de la guerra de Vietnam, que tiene un alto poder de desplazamiento del aire, así como un elevado aumento de la temperatura en la zona de detonación. El cráter sería pequeño porque la bomba habría detonado en el aire, a causa de la espoleta de proximidad.
  • El tipo de bomba coincide con la descripción de la escena (presentada como prueba de que no fue Israel): Pequeño cráter, muchos coches calcinados, edificio con daños típicos de un incendio, ventanas rotas.
En resumen, fue un ataque atroz, que golpeó un hospital de refugiados de guerra, lleno hasta el techo, que ya estaba dañado (el ataque anterior de hace 4 días habría destruido al menos una planta del hospital) y que se incendió a causa del ataque, y cuyas víctimas fueron por cierto, capitalizadas por Hamás y otros portavoces con fines de propaganda de guerra, lo que sencillamente es común en ese contexto.
No es el primer hospital atacado por Israel, e imagino, no será el último.
ANÁLISIS DEL ATAQUE AL HOSPITAL BAPTISTA:
Fue una explosión de aire. La bomba explotó a la distancia perfecta para causar el mayor daño.
Esto no puede ser un misil fallido. Caería al suelo, causaría menos daño y no produciría presión hacia abajo sobre los automóviles. Pudo ser termobárico.
Estados Unidos debería proporcionar los datos satelitales del área del hospital Al-Ahli, en Gaza, para determinar la verdad sobre el ataque a ese centro médico, dijo el canciller de Rusia Serguey Lavrov.
"Ahora todos discuten la tragedia en la Franja de Gaza. Fue atacado un hospital, cientos de personas murieron y cientos resultaron heridos. Se podría pedir a los estadounidenses (que proporcionen) datos satelitales, porque sin duda están monitoreando ese territorio por satélite", declaró en una entrevista para el programa ruso de televisión "60 minutos".
Agregó que "un ataque de este tipo no pudo pasar desapercibido".
Tanto Hamás como Israel podrían tener motivos para ocultar la verdad sobre la explosión en el hospital de Al-Ahli
Scott Ritter
La niebla de la guerra es una realidad siempre presente, definida por la incertidumbre fáctica provocada por los recuerdos imperfectos de personas sometidas a tensiones impensables en la vida cotidiana.
No es raro que las partes opuestas en un conflicto presenten narrativas contrapuestas sobre un evento determinado, y cada parte cree que es exacta, pero sus respectivos hechos y las conclusiones derivadas de ellos no se alinean. Sin embargo, a veces una o ambas partes tienen algo que quieren ocultar, una realidad incómoda que, desde su perspectiva, nunca debería ver la luz. En ese caso, la niebla de la guerra se convierte en una cortina de humo deliberada diseñada para engañar y desviar a la audiencia para que nunca se descubra la verdad. Si sólo una de las partes participa en tal engaño, el hecho generalmente encontrará una manera de revelarse. Pero si ambas partes se dedican a una ofuscación deliberada, resulta prácticamente imposible encontrar la verdad.
Ha habido una gran cantidad de acusaciones sobre un incidente en el Hospital Árabe Al-Ahli en Gaza la noche del 17 de octubre de 2023. No hay duda de que justo antes de las 7 de la tarde del 17 de octubre, un cohete de origen indeterminado impactó el estacionamiento del hospital Al-Ahli en Gaza. Aún no se ha determinado el número exacto de víctimas. Aún así, la mayoría de las fuentes coinciden en que varios cientos de palestinos que habían sido obligados a abandonar sus hogares por las bombas israelíes y buscaron refugio en los terrenos del hospital murieron, y cientos más resultaron heridos.
Hamas inmediatamente culpó a Israel, una narrativa rápidamente recogida por la mayoría de los medios de comunicación de todo el mundo, provocando una tormenta de indignación contra Israel y, por extensión, Estados Unidos. Por su parte, Israel negó vehementemente haber tenido algún papel en el ataque. En cambio, transfirió la responsabilidad a la Jihad Islámica Palestina (JIP), un aliado de Hamás que participó en los acontecimientos del 17 de octubre y que también lleva a cabo ataques con cohetes contra ciudades israelíes desde Gaza. Los israelíes afirmaron que un cohete disparado por la Jihad Islámica no funcionó correctamente y aterrizó en el hospital.
Israel respaldó su afirmación proporcionando varios datos, incluidos datos de radar utilizados para rastrear cohetes y morteros procedentes de Gaza, supuestas comunicaciones interceptadas entre dos combatientes anónimos de Hamás que corroboraron las afirmaciones israelíes de que la fuente de la mortal explosión en el hospital fue un cohete errante de la Yihad Islámica en Palestina, y una serie de vídeos de varias fuentes que, desde la perspectiva israelí, parecían mostrar el cohete de la Yihad Islámica que funcionaba mal impactando en los terrenos del hospital.
Israel, sin embargo, tiene un historial de ser poco sincero sobre incidentes en los que sus fuerzas armadas están involucradas en la muerte de poblaciones civiles inocentes. Un ejemplo de ello es la masacre de Qana en 1996, en el sur del Líbano, donde el fuego de artillería israelí mató a decenas de refugiados libaneses que se habían refugiado en un búnker ubicado en una base perteneciente a las fuerzas de paz de la ONU. Los israelíes mintieron sobre todos los aspectos de su participación, probablemente porque intentaban ocultar la participación de una unidad de comando secreta que operaba cerca de los búnkeres. Sólo más tarde, cuando las Naciones Unidas publicaron su propia investigación sobre el incidente, Israel finalmente dijo la verdad: que la unidad de comando había sido detectada por combatientes de Hezbollah, e Israel disparó rondas de artillería de manera indiscriminada para ayudar a que el escuadrón (comandado por futuro primer ministro israelí, Naftali Bennett) a un lugar seguro.
En el caso presentado sobre el hospital árabe Al-Ahli, la presentación israelí deja mucho lugar a dudas. La supuesta comunicación interceptada parecía artificial y, dado el hecho de que Israel, en el mismo momento en que presuntamente tuvo lugar la conversación, estaba buscando activamente actividad en teléfonos celulares que pudiera geolocalizarse y ser objetivo, dos combatientes de Hamás violaron los protocolos de seguridad de las comunicaciones para Hasta ese punto, mientras participa en una conversación que convenientemente expuso el caso israelí, pone a prueba la credulidad.
Los datos de radar proporcionados por Israel parecían mostrar la trayectoria de los cohetes que fueron disparados en el momento del ataque, creando un escenario plausible en el que uno podría haberse desviado de su rumbo por cualquier motivo y haber impactado en el estacionamiento del hospital. Sin embargo, los datos del radar se vuelven menos convincentes en comparación con una cronología de eventos asociados con el incidente hospitalario.
Al Jazeera ha creado una cronología convincente basada en evidencia en torno al incidente del Hospital Árabe al-Ahli. Lo primero que cabe señalar es que el incidente no tuvo lugar de forma aislada, sino que fue parte integrante de una batalla más amplia librada por la Fuerza Aérea de Israel contra Hamás y las fuerzas de la Yihad Islámica en Palestina que operaban en las proximidades del hospital. Entre las 18:54 y las 18:58, Israel llevó a cabo cuatro ataques aéreos contra objetivos en la zona general del hospital Al-Ahli. Esto implica que se estaba llevando a cabo una actividad que Israel consideró necesario interceptar.
Una pista de lo que fue aquella actividad se produjo a las 18.59 horas, cuando se dispararon numerosos cohetes desde una posición al sur del hospital, hacia Israel, volando en dirección norte-noroeste. La mayoría de estos cohetes se lanzaron entre 21 y 32 segundos después de las 6:59 p.m. Estos misiles fueron interceptados por el sistema de defensa aérea israelí Cúpula de Hierro ubicado justo al norte de la frontera norte de Israel con Gaza.
Hay un intervalo de tres segundos entre el momento en que se disparó el último cohete de la salva y el despegue de un solo cohete desde el mismo lugar. Se puede ver este cohete elevándose hacia el cielo nocturno antes de que, cinco segundos después, fuera interceptado por Iron Dome y destruido.
A las 18:59 55 segundos se puede observar una pequeña explosión a unos cientos de metros del hospital Al-Ahli. Dos segundos después, se produjo una explosión mayor en los terrenos del hospital. Este fue el ataque que se cobró tantas vidas inocentes.
La evidencia física de un ataque es tal que las afirmaciones de Hamás sobre una bomba israelí, como las que han destruido gran parte de Gaza desde que comenzó la represalia israelí, podrían ser inmediatamente descartadas. Sin embargo, Hamas controló el acceso a los terrenos del hospital e hizo todo lo posible para avivar la indignación internacional contra Israel por llevar a cabo tal ataque. En primer lugar, el tamaño del cráter y el daño físico causado a la zona circundante eliminan la posibilidad de una bomba israelí. Pero también tiende a eliminar muchas de las armas utilizadas por la Jihad Islámica en Palestina, cuyo poder destructivo habría producido un cráter más grande y una destrucción física más general de la que es evidente sobre el terreno.
Un análisis rudimentario del cráter revela una dirección de viaje que sugiere que el cohete probablemente se originó en un lugar situado al sur-suroeste del hospital, lo que, hasta cierto punto, respalda la afirmación israelí. Sin embargo, debido a que la evidencia en video no respalda esta afirmación, no se puede llegar a la conclusión de que el cohete en cuestión provino de la Yihad Islámica en Palestina. Además, el tamaño del cráter apunta a una pequeña ojiva que posee menos de 50 libras de explosivos de alta potencia, lo que abre la puerta a la posibilidad de que esa noche se haya utilizado un arma diferente: ni un cohete de la Yihad Islámica en Palestina ni una bomba israelí.
Había otra arma que Israel estaba haciendo uso extensivo en el conflicto de Gaza: el misil aire-tierra Mikholit , transportado por drones Hermes 450, que se utilizaban para llevar a cabo los llamados ataques de “golpe de techos” , diseñados para alertar a los residentes de los edificios. designado para la destrucción para huir. El Mikholit también se utilizó para realizar ataques precisos diseñados para neutralizar un objetivo y minimizar los daños colaterales.
Teniendo esto en cuenta, otra evidencia podría iluminar lo que realmente sucedió en el Hospital Al-Ahli la noche del 17 de octubre. A las 8:23 pm, Hananya Naftali, asesora de contenido digital del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, publicó lo siguiente en X:
“La Fuerza Aérea Israelí atacó una base terrorista de Hamás dentro de un hospital en Gaza. Un gran número de terroristas han muerto. Es desgarrador que Hamás esté lanzando cohetes desde hospitales, mezquitas, escuelas y utilizando a civiles como escudos humanos”.
Naftali eliminó este tweet, alegando que lo publicó incorrectamente basándose en una noticia de Reuters.
Sin embargo, la historia en cuestión, tal como se publicó originalmente, se titulaba “Más de 300 muertos en ataque aéreo israelí contra el hospital de Gaza – funcionario de defensa civil”. El cuerpo de la historia contenía información similar: “Más de 300 personas murieron en un ataque aéreo israelí contra un hospital en la Franja de Gaza el martes por la tarde, dijo el jefe de defensa civil a Al-Jazeera TV. Un funcionario del Ministerio de Salud de Gaza dijo que al menos 500 personas murieron y resultaron heridas en el ataque aéreo”.
El tuit de Naftali, sin embargo, contenía información muy específica que faltaba en el artículo de Reuters citado: cuál era el objetivo (" una base terrorista de Hamas" ) y cuáles fueron los resultados del ataque ( "varios terroristas han muerto" ) . . También proporcionó una justificación legal detrás del ataque ( “Hamás está… utilizando a civiles como escudos humanos” ).
Si superponemos la posibilidad de que un dron israelí Hermes 450 disparara un misil aire-tierra Mikholit, que impactó el estacionamiento del Hospital Al-Ahli en Gaza la noche del 17 de octubre de 2023, surge un escenario alternativo de lo que posiblemente ocurrió comienza a surgir.
El tuit original de Naftali habla de una “base terrorista dentro de un hospital en Gaza”. También habla de “escudos humanos” utilizados por Hamás. Esto implica que los israelíes poseían información extremadamente precisa sobre la naturaleza del objetivo y entendían que el objetivo estaba rodeado por un mar de civiles palestinos que se refugiaban en el estacionamiento del hospital.
El misil Mikholit se guía hacia su objetivo mediante el uso de un sistema láser/electroóptico (es decir, una cámara montada en la nariz) o una ojiva guiada por GPS. La ojiva láser/EO tiene una precisión de un metro, mientras que la ojiva GPS tiene una precisión de cinco metros. Se podría haber empleado cualquiera de los dos, aunque dada la especificidad de la descripción del objetivo, parecería deseable una mayor precisión. La ojiva del misil Mikholit contiene alrededor de 30 libras de explosivos de alta potencia y puede ser un arma de penetración o una ojiva de fragmentación de bolas de acero. Asimismo, la ojiva puede configurarse para detonar al contacto con el suelo, tener un retardo (útil para penetrar búnkeres y/o edificios) o utilizar una detonación de proximidad (para la ojiva de fragmentación). Dada la existencia de un único cráter y A pesar de la evidencia de impactos de fragmentación en las paredes de los edificios adyacentes, los israelíes podrían haber utilizado un solo misil Mikholit configurado con una ojiva unitaria de alto explosivo fusionada para detonar al impactar.
Según el tuit eliminado de Naftali, los israelíes confirmaron múltiples muertes entre los terroristas objetivo. Esto implica la capacidad de distinguir entre terroristas y civiles, lo que también implica la existencia de información lo suficientemente precisa como para identificar un grupo de personas en el terreno y que estas personas estaban siendo monitoreadas visualmente durante todo el ataque. Mediante ingeniería inversa de estas extrapolaciones, se puede postular la siguiente narrativa.
Una célula de Hamás se vio obligada a abandonar su refugio subterráneo y tomar posición en el aparcamiento del hospital Al-Ahli. La declaración de Naftali sobre el “lanzamiento de cohetes desde hospitales” de Hamás y el “uso de civiles como escudos humanos” también implica una comprensión de la metodología operativa de los objetivos. Esta especificidad sugiere que los israelíes estaban operando utilizando inteligencia muy precisa, como la capacidad de interceptar y rastrear las comunicaciones asociadas con una célula o líder específico de Hamás.
A diferencia de la larga comunicación por teléfono celular producida por Israel que buscaba vincular el misil que impactó el hospital con la Jihad Islámica Palestina, lo más probable es que Hamas hubiera instituido una disciplina extrema al recurrir al uso de teléfonos celulares, sabiendo muy bien que la inteligencia israelí Estaría rastreando el éter en busca de cualquier señal que pudiera ser detectada y geolocalizada para su interdicción inmediata por parte de activos preparados precisamente para ese propósito. Por esta razón, Hamás probablemente haya instituido un sistema de correos combinados con teléfonos fijos cableados para la comunicación: el uso de teléfonos móviles se limitaría a aquellas situaciones en las que los correos y los teléfonos fijos no estuvieran disponibles o no fueran prácticos. Si se utilizara un teléfono móvil, la conversación sería muy breve y utilizaría un sistema de códigos. Además, ningún teléfono celular se usaría más de una vez, lo que significa que cada célula de Hamás tenía un suministro de teléfonos “de prepago” que serían desechados después de un solo uso.
Si Israel pudo detectar y localizar una célula y/o líder de Hamás utilizando comunicaciones interceptadas, sugiere que conocían el número de teléfono en cuestión y su asociación con un individuo específico. La inteligencia israelí lleva años intentando infiltrarse en la cadena de suministro de teléfonos móviles de Hamás; De hecho, fue de esta manera que Israel pudo poner un teléfono celular equipado con 15 gramos de explosivos de alta potencia en manos de Yahya Abd-al-Latif Ayyash , también conocido como “el Ingeniero”, un notorio fabricante de bombas que construyó la mayoría de los dispositivos utilizados por los terroristas suicidas de Hamás a mediados de los años 1990. Cuando los agentes de inteligencia israelíes llamaron al número de teléfono celular y confirmaron que era Ayyash al otro lado de la línea, detonaron la carga explosiva de alto poder, matándolo instantáneamente.
Si Israel fuera capaz de tomar el control de la cadena de suministro de teléfonos desechables y tuviera conocimiento específico de los números en cuestión y su asociación con la jerarquía de Hamás, éste sería uno de los secretos mejor guardados de la comunidad de inteligencia israelí: el tipo de secreto que sólo se compartiría con un grupo muy selecto de personas en función de la estricta necesidad de saberlo. Cualquier compromiso de tal capacidad resultaría en que Hamás abandonara los teléfonos “desechos” en cuestión o utilizara los teléfonos comprometidos para difundir desinformación. Por esta razón, Israel sería reacio a actuar utilizando la inteligencia obtenida de esa fuente por temor a que, al hacerlo, habría alertado a Hamás de la existencia de teléfonos comprometidos.
Si Israel actuara basándose en información de inteligencia de tal sensibilidad, la naturaleza del objetivo –como una célula o líder específico de Hamas– tendría que justificar el riesgo de un posible compromiso. Una decisión de esta magnitud se tomaría al más alto nivel: el primer ministro. Esto podría explicar por qué un creador de contenido digital estaba en posesión de detalles tan específicos sobre la naturaleza del objetivo, los resultados del ataque y cualquier conversación que pudiera haber tenido lugar entre quienes autorizaron el ataque y los asesores legales sobre la legalidad de dicho ataque. ataque bajo el derecho de la guerra, donde las cuestiones de proporcionalidad de la respuesta están vinculadas al valor militar del objetivo en cuestión.
También expondría a Hananya Naftali como uno de los asesores más incompetentes del universo que rodea a Benjamín Netanyahu.
La verdad sobre lo ocurrido en el Hospital Al-Ahli aún está esperando ser contada. La evidencia necesaria para exponer esta verdad existe en los terrenos del hospital, en el cráter y sus alrededores, en forma de restos de cohetes que mataron e hirieron a tantos civiles palestinos inocentes. Es comprensible por qué Israel intentaría ocultar cualquier detalle que vinculara el ataque con él. Menos aún es por qué Hamás haría lo mismo. Una razón aparente es que la evidencia que existe validaría la afirmación israelí de que el cohete en cuestión fue disparado por la Jihad Islámica Palestina; Hamás nunca querría admitir esto, después de haber invertido tanto esfuerzo en mantener la creencia de que Israel estaba detrás del ataque. .
Pero ¿por qué Hamás suprimiría las pruebas de que Israel, de hecho, llevó a cabo el ataque al hospital? Si un cohete Mikholit fuera, de hecho, el culpable, Hamás sin duda tendría la evidencia física para respaldar tal conclusión. Un problema que podría estar asociado con la divulgación de dicha información es que cambia el guión de una manera que podría resultar inconveniente para Hamás. Tal como están las cosas actualmente, Hamas tiene el control de una narrativa que se presta convenientemente a la indignación global por el bombardeo indiscriminado de Gaza por parte de Israel y la matanza de civiles que esto ha producido. La indignación por estas acciones israelíes se ha unido en torno al incidente del hospital Al-Ahli. Se ha manifestado en manifestaciones en todo el mundo que, tal como se desarrollan, benefician claramente a Hamás.
En condiciones normales, la niebla de guerra se genera por la incertidumbre sobre lo que sucedió durante un evento y es el subproducto de la confusión producida por el estrés relacionado con el combate. A veces, sin embargo, la niebla de la guerra se genera deliberadamente, como una cortina de humo, para impedir la búsqueda de la verdad. En cuanto al incidente del hospital Al-Ahli, lo segundo parece más probable que lo primero. (Cabe señalar que Israel niega categóricamente que se estuvieran llevando a cabo operaciones militares en las cercanías del Hospital Al-Ahli en el momento del incidente del 17 de octubre, algo que la evidencia en video proporcionada por Al Jazeera refuta fácilmente. Israel no reconoce públicamente operaciones especiales y/u operaciones de inteligencia en curso. La negación israelí sólo refuerza la probabilidad de que el tuit original de Naftali se basara en información precisa).
Si Hamás presentara pruebas que demostraran que el ataque no fue resultado de un bombardeo israelí indiscriminado sino que se llevó a cabo utilizando un cohete Mikholit, la narrativa cambiaría dramáticamente. Lejos de ser un caso de matanza sin sentido, el ataque asumiría más bien el carácter de una acción israelí deliberada contra una célula de Hamás cuya existencia y actividades Hamás no querría hacer públicas, especialmente si los hechos se prestan a una narrativa que hace que Hamás utilice Los civiles palestinos se amontonaron en el estacionamiento del hospital como escudos humanos. En tal escenario, las sensibilidades operativas de ambas partes llevarían a que tanto Israel como Hamás encubrieran la verdad sobre lo ocurrido en el hospital Al-Ahli, una connivencia perversa con un hecho común: la voluntad de ambas partes de tratar al pueblo palestino. como peones trágicos en una lucha de poder más amplia entre dos potencias opuestas que son criminalmente indiferentes a la carnicería humana resultante.

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