El Gobierno de Olaf Scholz fue de los pocos países en el mundo –y de los muchos en Occidente- que dio su apoyo incondicional a Israel y que criticó al secretario general de la ONU por pedir un cese al fuego para hacer llegar a los palestinos ayuda humanitaria.
Así, en Alemania se ha llegado a
prohibir la mayoría de las protestas pro-Palestina. En el caso del barrio berlinés de Neukölln, cuya mayoría es de ascendencia árabe y palestina, la Policía fue más violenta al utilizar spray de pimienta, cañones de agua y un uso excesivo de la fuerza.
Las autoridades alemanas justificaron la medida alegando que había "un peligro inminente" a que las manifestaciones pro-Palestina derivaran en una "glorificación a la violencia" que "incitara eslóganes antisemitas" –a las autoridades alemanas se les olvida que los árabes también son un pueblo semita y que el Gobierno israelí ha matado a 9.000 palestinos en menos de un mes-.
Aunque los ataques contra judíos aumentaron en Alemania durante el reinicio de las hostilidades entre Israel y Hamás, la prohibición de cualquier protesta a favor de Palestina es una violación de los derechos civiles de los alemanes, sean de ascendencia germana o inmigrantes. De hecho, el derecho a la protesta es uno de los principios básicos de la libertad y a la democracia, de la que Occidente tanto presume.
La senadora Katharina Günther-Wünsch envió una carta a todos los directores de las escuelas de la capital ofreciéndoles la opción de prohibir a los estudiantes que vistiesen cualquier símbolo propalestino, alegando que "cualquier acto o expresión de una opinión puede ser entendida como una aprobación de los ataques contra Israel, lo cual constituye una amenaza para la paz de la escuela"… solo que no lo hace.
Alemania no está dando imagen de ser un Estado pacífico y solidario, sino represivo y beligerante, tras las imágenes que han trascendido en redes sociales: menores arrestados por llevar los colores de la bandera de Palestina, una mujer de ascendencia judío-israelí siendo detenida por llevar un mensaje antibélico, policías arrancando del suelo a manifestantes, antidisturbios destrozando un diminuto círculo de velas en honor a los civiles palestinos asesinados por lops bombardeos israelíes.
La censura del Gobierno de Scholz hacia Palestina se expandió a los profesionales: canceló la Feria del Libro de Frankfurt porque participaba la escritora palestina Adania Shibli, acusó al filósogo esloveno Slavoj Žižek de relativizar los crímenes de Hamás solo por decir que era importante escuchar a los palestinos para comprender el conflicto, canceló una obra teatral de sátira política sobre el conflicto entre Palestina e Israel tanto en idioma árabe como en hebreo del director israelí Yaeli Ronen, y el periodista estadounidense Ben Mauk fue agredido por la Policía en una manifestación.
Un club alemán de fútbol despide a Anwar El Ghazi por apoyar al pueblo palestino
El club alemán Mainz de la Bundesliga despidió al futbolista neerlandés de ascendencia marroquí, Anwar El Ghazi, tras las declaraciones del jugador en apoyo a Palestina, en medio de la creciente escalada del conflicto entre Israel y Hamás.
"FSV Mainz pone fin a la relación contractual con Anwar El Ghazi y despidió al jugador con efecto inmediato el viernes [3 de noviembre]. El club toma esta medida ante las declaraciones y publicaciones del jugador en las redes sociales", consignó el equipo en un comunicado.
El 18 de octubre, el equipo suspendió al jugador luego de que este se pronunciara sobre el conflicto palestino-israelí en una publicación que, posteriormente, borró. De acuerdo con el vocero del Mainz, Silke Bannick, El Ghazi fue "liberado de las actividades de entrenamiento y de la jornada. Por favor, comprendan que no comentaremos más allá del comunicado oficial".
Entretanto, el Mainz aseguró que el delantero "expresó una opinión sobre el conflicto en curso en Oriente Medio que el club consideró inaceptable. Antes de tomar esta decisión [suspender a El Ghazi], el equipo y el jugador entablaron una discusión profunda".
Por su parte, el futbolista remarcó en otro comunicado que no se arrepentía de sus declaraciones y señaló: "No me distancio de lo que dije y apoyo, hoy y hasta mi último aliento, a la humanidad y a los oprimidos".
Fue entonces cuando el equipo tomó la decisión de revisar los hechos a profundidad para tomar una decisión, lo que concluyó en el despido del delantero.
Minutos después de darse a conocer la decisión de despedirlo, El Ghazi escribió en Twitter (ahora X) que la pérdida de su trabajo no es nada comparada con el infierno en Gaza.
"'Defiende lo que es correcto, incluso si eso significa quedarte solo'. La pérdida de mi medio de vida no es nada en comparación con el infierno que se está desatando sobre los inocentes y vulnerables en Gaza", declaró el delantero.
El Ghazi, de 28 años, llegó a Mainz en septiembre y tuvo tres participaciones como suplente con el equipo. Anteriormente jugó para el PSV Eindhoven, el Aston Villa y el Everton.