El compromiso de Sánchez de reconocer el Estado palestino quedará en nada

Pedro Sánchez tiene decidido que no se va a fijar un plazo ni se va a arriesgar a irritar a Israel en su promesa de reconocer al Estado palestino. El presidente tiene trazadas las líneas maestras de esta resolución, que ya ha trasladado al Ministerio de Exteriores, y asume que va a ser el primer gran choque entre los dos socios de Gobierno en la nueva legislatura.

Sánchez avanzó este miércoles, en el inicio de su discurso de investidura, que el primer compromiso del futuro Ejecutivo será trabajar “para reconocer al Estado palestino” y rechazó la “matanza indiscriminada” de palestinos en Gaza y en Cisjordania por parte de Israel.

También exigió el “alto el fuego inmediato” de Israel sobre Gaza y el “estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario que hoy claramente no se está respetando”.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes próximas a Exteriores, el compromiso de Sánchez para reconocer al Estado palestino “quedará prácticamente en nada”, pese a la solemnidad del anuncio en el Congreso de los Diputados.

Moncloa ha dado instrucciones al departamento que dirige José Manuel Albares para que no se establezca un plazo concreto de ejecución, frente a la pretensión de sus socios de Sumar, que proponen fijar una fecha para ese reconocimiento (“en un año como máximo” o “antes de finalizar la presente legislatura”).

En el PSOE admiten que la propia Yolanda Díaz lleva varias semanas presionando a Pedro Sánchez, en el marco de las negociaciones para cerrar el programa del nuevo Gobierno de coalición, para que ésta sea “una de las primeras medidas” del futuro Ejecutivo.

En efecto, la cuestión no es si España reconocerá al Estado palestino sino cómo, y, sobre todo, cuándo. El programa electoral con el que el PSOE se presentó a las generales de diciembre de 2015 ya incluía el reconocimiento del Estado palestino durante la legislatura inmediatamente posterior.

El redactor de aquel apartado del programa fue José Manuel Albares, entonces asesor de política internacional de Pedro Sánchez y ahora su ministro de Asuntos Exteriores. El PSOE no llegó entonces al poder, sino que se mantuvo el PP tras repetirse las elecciones.

Las fuentes socialistas conocedoras de la estrategia explican a ECD que la resolución va a esquivar que se inste a las autoridades israelíes “a retomar las negociaciones” con los palestinos y llegar a un acuerdo que incluya la retirada de los territorios ocupados en 1967 y una “solución justa” para el problema de los refugiados y los presos.

En Exteriores admiten que Sánchez va a intentar convencer a los grupos de izquierda de que “vale más un mal acuerdo que un buen pleito”. Busca lograr una resolución en favor del Estado palestino, aunque sea aguada, que una propuesta de máximos derrotada por el descuelgue de algunos de los otros socios del PSOE, como Junts, tradicionalmente sensibles a las tesis de Israel.

Con estos antecedentes, explican en Exteriores, Pedro Sánchez busca una acción coordinada en concierto con la comunidad internacional, y en concreto con la Unión Europea, teniendo plenamente en cuenta las legítimas preocupaciones, interés y aspiraciones del Estado de Israel.

En cambio, Sumar defiende que ha llegado el momento de que “España reconozca al Estado palestino de forma unilateral, incondicional y urgente como una contribución esencial a la resolución del conflicto y a la paz”.

No se pasa por alto que cuando Sánchez llegó a La Moncloa, en junio de 2018, puso al frente de la diplomacia española a Josep Borrell quien, en septiembre de ese mismo año, anunciaba que daría un plazo a la UE para consensuar una posición común sobre el reconocimiento de Palestina y, si no se alcanzaba un acuerdo, España actuaría por su cuenta.

En el equipo del líder socialista responden ahora que, “si el objetivo es concertar con los socios el reconocimiento del Estado palestino, no tiene sentido que un país ponga sus propias condiciones, como tampoco que España decida por sí misma cuando la negociación se revela imposible o se demora injustificadamente”.

Sin embargo, Moncloa admite en privado que la posibilidad de que se alcance un consenso en el seno de la UE parece remota, por lo que España buscará la coordinación con otros socios, como Francia.

Según las fuentes consultadas por ECD, la orden viene del propio presidente Pedro Sánchez, quien ha decidido que se suprima cualquier párrafo en la resolución que pueda “irritar a Israel”.

Yolanda Díaz ha venido planteando al PSOE que, “si la negociación se revela imposible o se demora indefinidamente, reconocer a Palestina será la manera de avanzar la causa de la paz en un proceso igualmente concertado con nuestros socios de la Unión Europea, que tenga plenamente en cuenta las legítimas preocupaciones, intereses y aspiraciones del Estado de Israel”.

Pero Moncloa rechaza esa redacción porque interpreta que es una “advertencia clara a Israel”, que pierde así el derecho a vetar el reconocimiento del Estado palestino. Este ya no sería necesariamente el fruto de un acuerdo de paz entre las dos partes, condicionado por tanto al mismo, sino un instrumento de presión para impulsar o desbloquear las negociaciones.

Los socialistas, para contrarrestar las críticas del PP que le llegan por su flanco izquierdo y recordarle la posición que la derecha ha mantenido sobre Palestina -Isabel Díaz Ayuso obvia a las víctimas civiles palestinas- recuerdan ahora una votación en la que los dos grandes partidos se pusieron de acuerdo.

El Congreso aprobó en noviembre de 2014, con el apoyo de todos los grupos, una proposición no de ley a iniciativa del PSOE, no vinculante, pero con una enorme significación política, que instó al Gobierno de Mariano Rajoy a reconocer a Palestina como Estado.

Pero ese reconocimiento nunca se llevó a cabo a la espera de alcanzar una posición común de la UE. Varios países de la Unión -como Suecia, Chipre y Malta- reconocen al Estado palestino, mientras otros -Polonia, Hungría, Rumania, República Checa o Eslovaquia- lo hicieron cuando aún pertenecían al Pacto de Varsovia.