Carlos Santa María
El Geopoder como disciplina analítica sobre la realidad política que vive el planeta se basa en la ciencia de la prognosis para describir con alta probabilidad lo que ha sucedido y ocurrirá en los años venideros.
Numerosas tendencias han sido corroboradas (1), como la desdolarización, la alta ineficiencia de la ONU, el desenmascaramiento de organizaciones internacionales como la Corte Penal Internacional o la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) y el avance de los proyectos progresistas. Actualmente, hay predicciones que continúan siendo avaladas y otras que se profundizarán. A continuación, algunas de ellas, junto a tareas de las naciones soberanas, para hacer del mundo un lugar de humanidad.
La contradicción entre el Hegemón colonialista y la visión multipolar implicará que los conflictos, guerras y ocupación de territorios, especialmente las coaliciones ocupantes y desestabilizadoras de Occidente, continuarán en ascenso hasta que paulatinamente esas élites sean detenidas en su macabra tarea destructiva. Por tanto, no hay paz a la vista.
Los Medios Masivos de Desinformación occidentales insistirán aún más en el doble estándar de proponer la transparencia, aunque las noticias falsas y el odio serán cada día mayores, producto de su impotencia ante el avance de las naciones y pueblos en soberanía.
El control de toda opinión divergente, honesta, libre, será cada vez más conculcada por Meta, la agencia dueña de Instagram, Facebook, WhatsApp y su relación o sumisión a las agencias de inteligencia será cada vez mayor. No obstante, los maestros de la falsedad serán develados e identificada su función colonial.
El genocidio gazatí no será resuelto en ninguna institución internacional, sino que solo puede darse cuando el régimen sionista estadounidense diga basta realmente, sin doble máscara, o a través de la fortaleza de una unidad de naciones soberanas. Si Jordania y Egipto se comprometieran a entregar ayuda humanitaria por sí mismos, pondría al régimen israelí en retroceso. No basta con la Resistencia plena de valentía, la cual persistirá y vencerá definitivamente en el tiempo, pues lo correcto es la fortaleza de países soberanos impidiendo el genocidio desde ya.
La diplomacia será el resultado de la fuerza demostrada por los polos en contradicción y no simplemente producto de diálogos.
Tal como se ha demostrado, la ONU, la Corte Penal internacional (CPI), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Cruz Roja Internacional, el Vaticano, por dar algunos ejemplos, simplemente han lamentado o no se han comprometido en suspender el genocidio. La SIP ha ocultado su voz; Reporteros Sin Fronteras (RSF) debe hacer público los nombres de los periodistas asesinados, al igual que la OMS (orientada por Bill Gates), respecto al personal médico. La CPI es cómplice al no presentar una orden de detención para Netanyahu, ni castigar al ejército israelí por los crímenes cometidos contra la población civil.
La desdolarización y el comercio en monedas locales seguirá su curso imparable, creándose nuevas fórmulas de intercambio y fomento de financiación por sobre el FMI y el Banco Mundial, los que han sido protagonistas de la pobreza latinoamericana y en otros continentes.
La “ayuda” a la dirigencia ucraniana por parte de Europa y USA si llegará, aunque no en las cantidades indicadas o comprometidas bajo palabra ya que ésta (la palabra) no tiene valor para ellos. La derrota de Ucrania fue confirmada desde el año pasado y no tiene reversa alguna, excepto prolongar la agonía y eliminación de las generaciones jóvenes y de mujeres ordenada por el presidente VolodímirZelenski.
La tendencia de la Unión Europea a cuestionarse internamente, pese a la falta de autocrítica de su gobernanza, presentará quiebres sin ser estructural. Lo que sí se verá es un decrecimiento moral, económico, político y social, producto de convertirse definitivamente en el patio trasero de USA.
Estados Unidos, sin democracia verdadera, ya que hace siglo y medio demócratas y republicanos se reparten la nación (que son lo mismo en esencia, solo disgustados por la lucha de poder y burocracia), no cambiará su posición violenta y retrógrada, sino en la medida que se vean forzados a ello, como es el caso de la presunta caliciónCedeao para detener la liberación de África (Burkina Faso, Mali, Níger, otras) o la respuesta de Yemen a las amenazas occidentales por su solidaridad activa con Palestina. Nunca hay que olvidar que el régimen sionista estadounidense nunca ha ganado una guerra real.
Poseer esperanzas altas en la elección presidencial de Donald Trump como impulsor de la paz es ficticio. Descartarlo al interior puede traer crisis inmensa. Naturalmente Joe Biden, si no ocurre un hecho mágico, irá a descansar de sus afugias mentales.
Se ha descartado una guerra mundial de carácter nuclear, a no ser que las élites sociópatas que dirigen el régimen estadounidense no puedan aceptar su declive y en un acto demencial propicien una catástrofe infernal. Hay que prever el delirio de la corporatocracia que, obviamente, continuará la difusión del terror, amenazando con que Rusia invadirá a Europa, que el islamismo se tomará los continentes, que Estados Unidos es el único autorizado a liderar el mundo y otras, con el fin de mantener al planeta siempre en angustia permanente.
Quedan pendientes algunas tareas por resolver, como lo es el caso de la desnazificación, desmilitarización y neutralidad total de Ucrania, junto con el cese del genocidio palestino.
Tal vez este nuevo año la Federación deberá cimentar las regiones rusas, tomar Odessa y controlar toda la costa, ya que es importante consolidar la derrota ucraniana. En ese intertanto es factible que en dicho país los antagonismos entre el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhnyi, y Zelenski se agraven, la movilización no se logre dado que nadie quiere morir ahora por USA, la OTAN o la riqueza corrupta de sus dirigentes y es factible que varios sectores exijan el cese de la guerra. No se puede confiar en el doble rasero occidental como dispuesto a la concordia y negociación transparente.
Un hecho innegable es que Israel durante mucho tiempo tendrá una sociedad temerosa, ya que los miles de bebés muertos serán parte de una conciencia palestina que no perdonará el genocidio. El Estado de Palestina se dará y HAMAS no podrá ser destruido, pues ahora es gran parte del pueblo. El Eje de la Resistencia fructificará. Falta la Unidad Islámica y la decisión de potencias multipolares para detener el genocidio.
La creación de una Corte Penal Multipolar (CPM) sería decisiva para juzgar a los criminales de lesa humanidad y el terrorismo de Estado desarrollado por Estados Unidos e Israel, señalados como autores por el presidente de Irán, SeyedEbrahi Raisi.
Si los sionistas europeos o norteamericanos como Canadá-USA realmente quisieran que Israel viva armónicamente, estarían pensando en regalar (o vender como es su filosofía mercantil) un territorio en sus propias fronteras: después del genocidio será muy difícil vivir en la región. Sin embargo, prefieren un desestabilizador lejos que cercano a ellos… reflejo de su catadura moral.
Finalmente, existen otras tendencias que se comprobarán como ciertas, lo que no es propositivo por la contradicción Hegemón Unipolar-Mundo Multipolar. No obstante, los conflictos están indicando que un mundo nuevo está renaciendo y con ello existirá un futuro para la Humanidad. ¡Qué así sea!
Carlos Santa María, Ph.D., es humanólogo, pensador crítico, analista político internacional, escritor de 21 libros y docente universitario. Conferencista destacado internacionalmente y reconocido por su pensamiento predictor en política global. Creador de la Humanología y el Geopoder como disciplinas analíticas.