Últimas noticias

¿Qué tiene el flanco sur de la OTAN, cuyo nuevo representante especial español irrita a Italia?

Administrator | Martes 30 de julio de 2024
Yarisley Urrutia
El nombramiento de Javier Colomina como nuevo representante especial de la OTAN para la Vecindad Sur ha regocijado a España y hecho enojar a Italia, cuyo ministro de Defensa acusa a Jens Stoltenberg del "peor nepotismo". La preocupación de la alianza por sus vecinos meridionales no es genuina; obedece a la presencia de China y Rusia en África.
La atención de la Alianza Atlántica para con el llamado flanco sur, la vasta zona geográfica que comprende regiones del Magreb, Mediterráneo oriental y Sahel, recibe un impulso notorio con el nombramiento del español Javier Colomina como nuevo "representante especial de la OTAN para la vecindad sur".
El cargo es de nueva creación y el ámbito de sus competencias atiende a una solicitud recurrente en los últimos dos años de los Gobiernos de España e Italia, que consideran prioritaria esta región para la salvaguarda de sus intereses. Colomina, diplomático de carrera, venía desempeñándose como secretario general adjunto de la OTAN para Asuntos Políticos y Política de Seguridad, y también ejerce de representante especial del secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, para el Cáucaso y Asia Central.
La designación de Colomina ha corrido a cargo del propio Stoltenberg, que se encargó de su anuncio.
"Oriente Medio, el norte de África y el Sahel son regiones importantes para la alianza. Javier Colomina tiene amplia experiencia en el trato con los socios de la OTAN. Su nombramiento reforzará aún más el importante trabajo de la OTAN en el sur", declaró.
El cometido del nuevo negociado es actuar como "punto focal" de la OTAN en la región para "coordinar y visibilizar" los esfuerzos de la OTAN en el flanco sur, así como fortalecer los compromisos con sus socios, apunta esta organización.
La labor del representante especial se enmarcará dentro del "plan de acción" acordado en la cumbre de la alianza en Washington, donde la delegación española, encabezada por Pedro Sánchez, abogó por crear una hoja de ruta para enfrentar las supuestas "amenazas" que puedan surgir al otro lado de las fronteras meridionales de la organización atlántica.
Por amenazas cabe entender el terrorismo yihadista con capacidad de penetración en Europa y la inmigración ilegal descontrolada, un desafío constante para países como España, Italia o Grecia, cuyos sistemas de acogida y servicios sociales se saturan y sus mercados de trabajo no dan cabida a la nueva masa. La salvaguarda de los intereses nacionales atiende también a la seguridad energética y el abasto de materias primas de los países occidentales, pues en buena parte se nutren de las exportaciones africanas.
Alegría en Madrid
La noticia fue celebrada de inmediato por el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, quien mediante un mensaje en su cuenta personal de la red X señaló que ha sido España la que "ha liderado" la inclusión del flanco sur "en el Concepto Estratégico" de la OTAN.
En la cumbre de Washington, Pedro Sánchez, aparte de recriminar a la organización un doble rasero, habló de que el plan de acción para el flanco sur era "absolutamente estratégico para España". La cuestión quedó reflejada en uno de los últimos puntos de la declaración final, que consta de 38. Ninguno nombraba en concreto al Sahel, donde ya no opera ningún país occidental.
"A través de nuestras asociaciones pretendemos fomentar una mayor seguridad y estabilidad en Oriente Medio y África, contribuyendo a la paz y la prosperidad de la región", reza en el punto 32 de la declaración, donde se vaticinaba la designación del nuevo Representante Especial y la apertura de una oficina en Jordania.
De tal modo, la cuestión del plan de acción para el flanco sur, en tanto que cuestión de interés primordial para España defendida por Pedro Sánchez en Washington, pasó un tanto desapercibida. "Allí los intereses de España quedaron no en un segundo plano, sino en un cuarto o quinto", explica a Sputnik Antonio Alonso, profesor de Relaciones Internacionales en la universidad CEU San Pablo de Madrid.
"Porque el primer plano fue para Ucrania, el segundo para la región del Indopacífico y luego ya metieron en un mismo saco el resto de intereses: el Sahel, los retos medioambientales y los principales intereses de España", afirma Alonso.
"Así que ahora, el hecho de que hayan elegido a Colomina como representante especial para el flanco sur es una victoria para la diplomacia española, sin lugar a dudas", señala este docente, que añade que resta por ver si tal triunfo redunda en el interés del país "o solo en el de Sánchez".
La elección de Colomina supone un dato positivo para la política exterior española y también para Pedro Sánchez, que en clave doméstica atraviesa apuros debido a la judicialización de un supuesto caso de corrupción de su esposa. "Sánchez se ha apuntado el tanto, pues el puesto estaba en disputa y los italianos habían propuesto otro candidato", recuerda Alonso.
Malestar en Roma
De manera inversamente proporcional a la satisfacción del Gobierno español, el enfado se instaló en el Ejecutivo de Giorgia Meloni, que deseaba situar a un funcionario italiano en el puesto. Italia también cuenta con intereses en el flanco sur. "Al parecer, ha pesado muchísimo la relación personal que ya tenía Colomina con Stoltenberg. Su relación es muy estrecha y se conocen de primera mano", subraya Alonso.
De resultas, el 17 de julio, cuando la noticia aún no había trascendido a los medios, el representante permanente de Italia en la alianza, Marco Peronaci, dirigió una carta a Jens Stoltenberg en la que expresaba la "gran sorpresa y decepción" con el nombramiento del español, atestiguaba el día 19 el diario italiano Il Foglio, que pudo ver la carta.
"Para ser eficaz, la política de la OTAN en el sur necesita un enfoque renovado, no un cambio de marca", escribió Peronaci.
Roma considera que la decisión en torno al nombramiento se ha tomado en la recta final del mandato de Stoltenberg "sin una adecuada consulta con los aliados" y que el nombramiento debe considerarse "temporal", a la espera de que el nuevo secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, asuma el cargo.
El choque ha sido aún más notorio, a juzgar por las gruesas palabras expresadas en una entrevista concedida por el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, al diario La Stampa. En ella, Crosetto califica la designación de Colomina de "ejemplo del peor nepotismo", habla de "venganza personal" y concluye que Stoltenberg ha finalizado su labor al frente de la OTAN durante nueve años "del peor modo".
A su juicio, Stoltenberg no quería nombrar un representante especial para el sur, pero Italia abogó la que más para incluir el plan de acción en la declaración final de la cumbre de Washington. Ahora su objetivo político queda vacío de contenido.
El resultado es un "fracaso de la política exterior y de defensa de Italia", según el politólogo de la Universidad de Génova Fabrizio Coticchia, que ve en las palabras de Crosetto un "intento de centrarse en el papel del secretario general", a quien el Gobierno italiano ya había criticado en mayo por su papel en el conflicto en Ucrania.
"Italia había apostado mucho por este nombramiento. La decepción para la política exterior y de defensa italiana es realmente importante", escribe Coticchia en la red X, donde añade que la contribución y capacidades de Italia en el Mediterráneo son superiores a las de España.
¿Quién es el nuevo representante?
Javier Colomina es un funcionario con 23 años de experiencia en diversos puestos del escalafón diplomático. Su labor en la OTAN comenzó en 2017, cuando se inició como adjunto del representante permanente de España en la alianza.
El nuevo puesto de Colomina en la organización puede también calificarse de "éxito personal", afirma Antonio Alonso, pues "ha demostrado su buen hacer acorde con los intereses de la OTAN", con la que comulga plenamente con sus narrativas.
"En todas sus intervenciones públicas defiende con todas las contradicciones del mundo el papel de la OTAN. Es decir, estamos en guerra con Rusia, pero no estamos en guerra con Rusia; vamos a mandar armas y munición, pero no queremos excedernos, no sea que entremos en guerra con Rusia", asegura Alonso, que remite a la participación de Colomina en un coloquio-entrevista organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe) en vísperas de su nombramiento.
En ese evento, Colomina aseguró que la OTAN ha cumplido en Ucrania una de sus tareas "más esenciales": evitar que una guerra local, "no fuera global". "Y ha sido gracias a una actitud responsable y a través de un incremento de nuestra capacidad de disuasión", aseguró Colomina.
La cuestión del flanco sur venía trabajándose desde la cumbre de la OTAN en Madrid, recuerda Alonso, siempre en segundo plano tras la contienda en Ucrania. "Pero la entrada en la región de China y Rusia, junto con la expulsión de Francia, EEUU y el Reino Unido, han devuelto la atención a la zona", explica.
Es notorio que el interés de la OTAN en el continente africano aumenta según los gobiernos de varios países de la zona van desprendiéndose de la influencia y presencia de potencias occidentales en su territorio, no solo los vestigios de la dominación colonial. El plan de acción de la OTAN para ese flanco sur entraña una activación de la presencia militar. Según el nuevo representante, los socios de la OTAN en el sur son 11 países: cuatro en la zona del golfo y siete en el Mediterráneo.
"Nuestro único socio en la zona del Sahel es Mauritania", declaró.
"No lo llamamos [al plan] 'estrategia para el sur' porque el término estrategia tiene unas connotaciones militares", admitió Colomina en el debate de Incipe, donde confirmó que el plan es "tener una presencia mayor en nuestro vecindario" y aumentar los medios para el adiestramiento de fuerzas, lo que denominó una "construcción de las capacidades de defensa".
Pero, ¿contra quién?
"La emigración descontrolada o lo que pase en Mali, Burkina Faso o Níger, no es realidad lo que preocupa a la OTAN, sino la presencia rusa y china en el continente africano", concluye Antonio Alonso, en alusión a las inversiones chinas y rusas en el continente y la creación de infraestructuras, así como a la formación de cuadros y cuerpos de seguridad a cargo de especialistas rusos para luchar contra el yihadismo.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas