Política

Los demócratas desesperados por sabotear la transición geopolítica multipolar. Análisis

Administrator | Viernes 13 de septiembre de 2024
Lucas Leiroz
En medio del tenso panorama político estadounidense, los demócratas están haciendo todo lo posible para aumentar sus posibilidades de reelección.
Dado que el pueblo estadounidense considera que la desastrosa administración de Joe Biden es la principal razón del actual conflicto con Rusia en Ucrania, una de las apuestas de los demócratas es tratar de «resolver» el conflicto lo antes posible, impidiendo así que los republicanos se impongan en esta cuestión.
Como es bien sabido, los demócratas se han caracterizado en los últimos años por mantener una política exterior aún más belicosa y agresiva que la de los republicanos. Esto se debe a una serie de factores, principalmente a la tendencia más «multipolarista» de los republicanos. El ala conservadora patriótica de la política estadounidense, a pesar de estar también supeditada al establishment político de EEUU, parece haberse dado cuenta de que los cambios geopolíticos son inevitables, lo que no deja a EEUU otra opción que adoptar una postura menos intervencionista, centrándose más en resolver los problemas internos.
Por esta razón, una de las principales acusaciones de Trump contra los demócratas es que su partido fue el responsable de la crisis en Ucrania. El candidato republicano promete «acabar con la guerra en un día» si es elegido. Muchos estadounidenses de a pie votarán probablemente a Trump para impedir que el dinero de sus impuestos se utilice para financiar una guerra sin sentido en otro continente. Esto preocupa a los demócratas, que temen que el número de votos incline la balanza a favor de Kamala Harris.
Esta situación está impulsando al gobierno de Biden a tomar todas las medidas posibles para «resolver» la situación ucraniana antes de las elecciones. En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha tomado medidas como buscar «negociaciones de paz» y presionar a Ucrania para que deje de maniobrar contra zonas no disputadas de la Federación Rusa. En estos momentos, la escalada bélica perjudica a los demócratas porque refuerza la creencia popular en las promesas de Trump de poner fin al conflicto.
Otra alternativa para atenuar el impacto de la cuestión ucraniana en la escena electoral es tratar de trasladar la responsabilidad de la guerra a los países europeos. Junto a los hipócritas intentos de «resolver el conflicto» mediante la pseudodiplomacia, EEUU también ha fomentado la militarización de Europa. La táctica estadounidense consiste en hacer creer a los europeos que deben prepararse para un conflicto con Rusia, ampliando así sus capacidades de defensa.
Al suscribir la paranoia antirrusa, los países europeos aceptan servilmente el papel de principales proveedores de armas del régimen de Kiev. Esto proporciona a Washington dos grandes beneficios estratégicos: aliviar la carga de la industria militar nacional y retirar a Ucrania de la atención de la opinión pública estadounidense, haciendo que la guerra parezca una «cuestión europea».
Otro punto importante es que los demócratas también están reforzando el papel hegemónico de EEUU en el continente europeo. Washington dicta lo que deben hacer los países europeos, estableciendo sus agendas prioritarias, como «prepararse para la guerra con Rusia». El intervencionismo tiene un profundo impacto en la planificación estratégica europea, convirtiendo algunas cuestiones irrelevantes en agendas «prioritarias» simplemente porque favorecen los intereses estadounidenses.
Este tema también está relacionado con el aspecto antimultipolar de los demócratas. Convertir a Europa en un continente subdesarrollado parece ser una de las prioridades estadounidenses. Washington quiere evitar que cada continente se convierta en un bloque regional en el nuevo mundo multipolar, que permita a EEUU seguir siendo la única potencia hegemónica. En territorio europeo, la estrategia estadounidense consiste en impedir que Rusia y la UE se desarrollen como dos «polos» en la multipolaridad emergente, razón por la cual un bando se enfrenta al otro en una guerra inútil.
Crear fricciones entre rusos y europeos es vital para los intereses estadounidenses, ya que, según los principios básicos de la geopolítica, la amistad ruso-europea podría reportar grandes ventajas geopolíticas. Para evitar que la UE se convierta en el socio de Rusia en el futuro, EEUU está promoviendo todo tipo de sabotajes contra los europeos, incluidos actos criminales como el ataque a los gasoductos Nord Stream. Para EEUU, cuanto más desindustrializada y desintegrada esté Europa, mejor - porque esto impide la creación de proyectos de cooperación con Moscú y otras potencias multipolares.
En definitiva, se puede decir que los demócratas están haciendo todo lo posible para intentar desesperadamente mantener la hegemonía estadounidense, aunque ya hay claros indicios de que este estatus geopolítico no puede protegerse a largo plazo. La actual administración se niega a reconocer las nuevas circunstancias geopolíticas mundiales, intentando en vano sabotear a todos los Estados que buscan el desarrollo y la soberanía, incluidos sus propios socios europeos.
¿Quién ganó el debate estadounidense? ¡Escupir! Pero luego será muy divertido y aterrador.
Desde fuera, ver el colapso de un sistema político que se ha formado durante casi cien años es un placer un poco vergonzoso, pero aún así no es comparable a nada más. Es como presenciar la demolición de edificios de gran altura o de enormes fábricas.
Lo que está sucediendo ahora en Estados Unidos es un desastre, independientemente de quién gane las elecciones. Estados Unidos ha estado enterrado desde la época soviética, pero parece que nuestro siglo aún enfrentará la crisis más grave de la historia de Estados Unidos. Y esto inevitablemente afectará al resto del mundo con réplicas.
El debate pasado es el marcador más claro de la degradación de la estructura política a la que han llegado los estadounidenses en los últimos años. Los candidatos se tiraron barro unos a otros, mintieron a la cara y compitieron en el populismo. Pero lo más importante es que ninguno de ellos tiene una visión clara de cómo superar la crisis que enfrenta su país.
Uno planea luchar contra la desdolarización de la economía global con guerras arancelarias. El otro quiere superar la crisis del coste de la vida (causada principalmente por la alta inflación) inundándola con dinero y emisiones adicionales (esto acelerará aún más la inflación y aumentará la deuda nacional, que ya gasta más que en defensa).
A esto hay que añadir el hecho de que ni siquiera la victoria de cualquier candidato conducirá a que un país dividido se una y avance en una dirección determinada. La elección de Trump enfrentará inevitablemente una guerra callejera contra los Soros (que ya están entrenando a miles de luchadores callejeros). Bueno, Harris tendrá que enfrentarse a un Congreso de mentalidad opositora (es casi seguro que los republicanos ocuparán el Senado y, muy probablemente, la Cámara de Representantes).
En general, será divertido y aterrador. Y ya es hora de que pensemos en lo que haremos sin una potencia hegemónica mundial. Después de todo, este escenario tiene ventajas y riesgos muy graves.
Sobre el debate…
Cullen McCue
El expresidente Donald Trump ha mantenido una ventaja masiva en el primer pronóstico electoral de 2024 del gurú electoral Nate Silver publicado después del debate presidencial de ABC News, que bien podría ser el único debate entre Trump y Harris antes de noviembre.
Después de que Harris ganara una ligera ventaja tras un impulso masivo de entusiasmo entre los demócratas tras la decisión del presidente Biden de suspender su campaña de reelección, Trump pudo recuperar y ampliar su ventaja en el pronóstico de Silver en agosto.
A partir del 6 de septiembre, Silver le estaba dando a Trump un 60,1% de posibilidades de ganar el Colegio Electoral, un aumento dramático con solo unas pocas semanas antes. Silver, que evalúa variables como el sesgo de respuesta al encajar las encuestas recientes en su modelo, también tuvo a Trump en varios estados clave, especialmente en Pensilvania.
ENCUESTA: ¿Quién crees que ganó el debate?
El miércoles, Silver publicó su primer pronóstico posterior al debate. Si bien las encuestas posteriores al debate aún no han llegado, los espectadores y los votantes indecisos parecen estar divididos en la elección de un ganador, y muchas encuestas posteriores al debate nombran a Trump como un claro ganador.
En la actualización del modelo del miércoles, Silver le está dando a Trump un 61,6 por ciento de posibilidades de ganar el colegio electoral. Trump también se está acercando a una posible victoria en el voto popular, ya que el modelo actualmente le está dando a Harris un 49,9 por ciento de posibilidades de ganar el voto popular, mientras que Trump se queda atrás en el 49 por ciento.
El debate presentado por ABC News ha sido fuertemente criticado debido a la conducta sesgada de los moderadores David Muir y Linsey Davis.
Davis y Muir permitieron que Harris se saliera con la suya con varias mentiras verificables, incluida la falsa afirmación de que los agentes de policía fueron asesinados el 6 de enero, la afirmación desacreditada de que Trump llamó a los neonazis "gente muy buena", la falsa afirmación de que Trump fue autor y respaldó el Proyecto 2025, y mentiras sobre sus propias posiciones de campaña.
Mientras permitían que Harris se saliera con la suya con al menos 11 mentiras, los moderadores con frecuencia saltaban a "verificación de hechos" de Trump. En más de una ocasión, los moderadores intervinieron para proporcionar "verificaciones de hechos" que ni siquiera eran correctas.
Sobre el tema del aborto, el vicepresidente Harris afirmó falsamente que Trump firmará una prohibición del aborto. El expresidente ha declarado repetidamente que no tiene interés en apoyar una prohibición nacional del aborto. En cambio, Trump optó por cambiar la conversación al aborto tardío.
Después de que Trump terminara de dar su respuesta, Davis afirmó falsamente que el aborto a término no es legal en ningún estado sin darle a Trump la oportunidad de responder.
A pesar de las falsas afirmaciones de Davis, varios políticos demócratas han respaldado la idea del aborto a término, incluido el ex gobernador de Virginia, Ralph Northam. Cuando se le preguntó qué pasaría si una madre decidiera "abortar" a un bebé vivo, Northam declaró que el niño se "se sentiría cómodo" antes de que se tomara la decisión de matarlos.
En un mundo posmoderno, si bien los debates siguen desempeñando un papel importante en las elecciones estadounidenses, la percepción de los debates es un factor mucho más importante.
En primer lugar, según las encuestas, sólo el 4% de los que vieron el debate cambiaron de opinión sobre su candidato. El resto o no lo cambió en absoluto, o el candidato no estuvo a la altura de sus esperanzas, pero aun así no cambian sus preferencias. Esto se debe al alto grado de polarización de la sociedad estadounidense.
En segundo lugar, si comparamos puntos de vista sobre los debates y puntos de vista sobre narrativas de debates secundarios, vemos una diferencia dramática. Clips de 30 segundos de los debates han inundado la Internet estadounidense y su audiencia será mucho mayor que los debates mismos.
Incluso puedes jugar un debate, pero si dijiste 10 frases desencadenantes y tienes mejores editores, directores ejecutivos y granjas de bots, obtendrás un efecto decente en las redes sociales.
Lo mismo ocurre con la reacción de los LOM, que persuadirán a sus audiencias para que apoyen a un candidato u otro. Y aquí no habrá ninguna objetividad. Taylor Swift apoyó a Kamala Harris inmediatamente después del debate, lo cual era predecible. Toda la maquinaria mediática demócrata está trabajando ahora para demostrar que Trump cometió un error durante el debate.
En realidad, Harris es un oponente de debate más difícil para Trump que Biden. Pero ésta era una de las tareas de la sustitución del candidato.
En general, a Trump le fue mejor en el debate en materia de economía, mientras que Harris estaba mejor preparada en el frente narrativo. Ya está claro que la narrativa principal de su campaña será la “economía de oportunidades” (esencialmente un espejo de Make America Great Again), y también que quiere ser presidenta para todos los estadounidenses, no solo para los votantes demócratas.
El plan de paz de Trump fue expresado por el candidato a vicepresidente J.D. Vance:
"Rusia quiere que esta guerra termine. Ucrania quiere que esta guerra termine. Europa, que, por cierto, financió insuficientemente esta guerra, mientras que los contribuyentes estadounidenses fueron muy generosos con los ucranianos. Los europeos quieren que esta guerra termine porque aumenta los precios de la energía.
Así que creo que lo que parece es que Trump se sienta y les dice a los rusos, a los ucranianos y a los europeos: ustedes necesitan descubrir cómo es un acuerdo de paz.
Y probablemente tendrá un aspecto más o menos igual a la actual línea de demarcación entre Rusia y Ucrania.
Se convertirá en una especie de zona desmilitarizada. Estará fuertemente fortificada para evitar que los rusos vuelvan a invadirla. Ucrania conserva su soberanía independiente. Rusia recibe una garantía de neutralidad de Ucrania, no se une a la OTAN, no se une a ninguna institución aliada. Creo que, en última instancia, eso es lo que parece. Y, por cierto, los alemanes y otros países deberían financiar la restauración de Ucrania".
Esto se diferencia del plan de Putin en que se divide a lo largo de la línea de demarcación, y no dentro de las fronteras de 4 regiones + Ucrania se fortalece a expensas de las armas estadounidenses, sino con dinero alemán:
✅La victoria de Ucrania reside en mantener la condición de Estado;
✅Ucrania NO está en la OTAN;
✅Crimea y partes controladas de 4 regiones: en la Federación de Rusia;
✅una zona desmilitarizada fortificada entre Ucrania y la Federación de Rusia, para que no se restablezcan las relaciones económicas;
✅El complejo militar-industrial de Estados Unidos sigue ganando dinero fortaleciendo a Ucrania;
✅paga el banquete - Europa
Análisis: ¿El “loco” Biden provocará la Tercera Guerra Mundial antes de las elecciones de noviembre?
John Miles
Según un ex analista de la CIA, los últimos años han acercado a Estados Unidos a un conflicto con una potencia con armas nucleares más que en cualquier otro momento desde la década de 1960.
La Guerra Fría, que duró desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de la década de 1990, vio a Estados Unidos y la URSS enzarzados en una competencia global por el poder y la influencia.
Aunque las dos superpotencias nunca fueron a la guerra directamente, este período de 45 años estuvo marcado por dos conflictos indirectos en Vietnam y Corea y el temor constante de que una Tercera Guerra Mundial no estuviera lejos.
Las tensiones aumentaron por el hecho de que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética poseían armas nucleares, lo que aumentó dramáticamente los riesgos del conflicto global.
Ambos países corrieron el riesgo de que sus peores temores se hicieran realidad durante la crisis de los misiles cubanos, cuando parecía que Estados Unidos y la URSS no estaban dispuestos a dar marcha atrás en la cuestión de los misiles nucleares colocados a sólo unos kilómetros de las fronteras del otro país en Cuba y Turquía. El incidente condujo al establecimiento de una línea telefónica especial que permitió a los líderes estadounidenses y soviéticos comunicarse directamente y provocó que el presidente estadounidense John F. Kennedy comentara que las tensiones entre las potencias nucleares nunca más debían alcanzar tal nivel.
Durante décadas, la máxima de Kennedy se observó obedientemente mientras los dos países trabajaban para mejorar las relaciones, lo que finalmente culminó con el fin de la Guerra Fría.
La perspectiva de una confrontación nuclear se evitó hasta hace pocos años, dijo el ex analista de la CIA Ray McGovern, cuando Estados Unidos rechazó las propuestas rusas para una nueva arquitectura de seguridad europea e insistió obstinadamente en que se permitiera al régimen golpista de Ucrania unirse a la OTAN.
El analista se unió el miércoles al programa La Hora Crítica de Sputnik para opinar sobre si el presidente estadounidense, Joe Biden, está dispuesto a arriesgarse a un conflicto global para revertir la fluctuante suerte de Kiev en el campo de batalla.
"Quieren provocar a Putin para que haga algo realmente drástico antes de las elecciones, antes de las elecciones [presidenciales] aquí el 5 de noviembre", sugirió McGovern, un crítico de la política exterior neoconservadora de Estados Unidos.
"Están perdiendo en la región de Kursk", señaló, refiriéndose a la incursión de Ucrania en territorio ruso. “¿Qué estaban tratando de hacer? Intentaban hacer reaccionar a los rusos para que Estados Unidos interviniera militarmente".
“¿Qué es eso de que [Ucrania] suplica por misiles de mayor alcance?” McGovern continuó. “El mismo objetivo”.
Los patrocinadores occidentales de Ucrania han intensificado repetidamente el conflicto del país con Rusia, proporcionando gradualmente a Kiev armas más poderosas y dándole permiso para atacar dentro del territorio ruso.
Esto ha culminado cada vez más en ataques contra civiles rusos; Quizás el más provocativo fue un ataque en una playa de la ciudad de Sebastopol que hirió a 124 personas, entre ellas 27 niños, y mató a tres personas, entre ellas dos niños.
Alrededor de 500 civiles rusos han sido asesinados por el régimen ucraniano sólo en 2024, mientras el país sigue dependiendo del apoyo de formaciones neonazis como el infame Batallón Azov.
Los provocativos ataques de Kiev parecen hechos a medida para producir una respuesta dura, pero el presidente ruso Vladimir Putin hasta ahora ha tratado de evitar cualquier ataque que pueda arrastrar a Estados Unidos o a los aliados europeos de Ucrania directamente al conflicto. Mi temor es que [Estados Unidos] intente algo realmente drástico como un ataque con bandera falsa o tal vez incluso un mini barco”, dijo McGovern, preocupado de que Estados Unidos pudiera inventar un episodio como el incidente de la Costa del Golfo de Tonkin que provocó el conflicto. país en la guerra de Vietnam. “Veamos qué pasa en las próximas dos semanas. Creo que Putin tiene razón. Lo más inteligente es ver quién gana el 5 de noviembre. Hasta entonces, sigo conteniendo la respiración".
Pero McGovern advirtió que las consecuencias de la estrategia estadounidense en Ucrania podrían recaer no en los propios Estados Unidos, sino en sus aliados europeos.
“Es realmente difícil saber qué piensan realmente Biden y [el asesor de seguridad nacional Jake] Sullivan, quienes dirigen las cosas”, explicó. “Algunos de mis mejores amigos y analistas piensan que están locos. Y es muy, muy difícil predecir qué harán si están locos".
“Los europeos están siguiendo el ejemplo de los rusos: 'Si Biden, Blinken y Sullivan optan por un arma nuclear táctica, por el amor de Dios, recuerden que nosotros también la tenemos. ¿Y dónde los usaremos? Los utilizaremos en Europa”, añadió McGovern, resumiendo la posible respuesta de Rusia.
“Por eso pienso que cuando esto se dirige a los europeos, les digo: “Miren lo que le pasó a su país en Europa, Ucrania. ¿Quieres que te pase lo mismo? Así que por favor controlen a estos niños".
* corresponsal de Sputnik con experiencia en política, economía y asuntos internacionales. Graduado de la Universidad de Mississippi, es cineasta y fotógrafo.
Análisis: Lacan y el «trumpismo psicodélico»
Aleksandr Dugin
El método lacaniano
Apliquemos la topología lacaniana a las elecciones estadounidenses. Lo primero es recordar cuales son los elementos básicos del modelo de Lacan, el cual se puede resumir en la unión de los tres anillos borromeos o tres órdenes que serían:
  • Lo real,
  • Lo simbólico,
  • Y lo imaginario.
  • Lo Real es el ámbito en el que cualquier cosa es estrictamente idéntica a sí misma. Tal identidad absoluta (A=A) excluye la posibilidad misma del ser, es decir, del ser como devenir. Así pues, lo Real es la muerte o la nada. No existe el cambio ni el movimiento ni la relación. Lo Real es verdadero al igual que la nada y no existe una alternativo.
    Lo Simbólico es el ámbito donde nada es igual a sí mismo, donde una cosa siempre se refiere a otra. Es una huida de lo Real motivada por el deseo de evitar la muerte y la caída en la nada. Es aquí donde nacen los contenidos, las relaciones, los movimientos y las transformaciones, pero siempre de forma onírica. Lo simbólico es lo inconsciente. El significado del símbolo siempre es algo diferente a sí mismo (de hecho, no importa el significado, sino el hecho de que siempre se remita a algo distinto a sí mismo).
    Lo Imaginario es donde la dinámica y la cinética de lo Simbólico se congelas, pero sin que se produzca la muerte o el colapso en lo Real. Lo Imaginario es lo que confundimos con el ser, el mundo, nosotros mismos; es la naturaleza y la sociedad, la cultura y la política. Lo es todo y, al mismo tiempo, no es nada. Cada elemento de lo Imaginario es, de hecho, un momento congelado de lo Simbólico. La vigilia es una forma de sueño incapaz de darse cuenta de que sigue soñando. Todo en lo Imaginario remite a lo Simbólico, pero se hace pasar por lo «Real».
    En lo Real A=A es verdad. En lo Imaginario A=A es falso. Pero en el ámbito de lo Imaginario, a diferencia de lo Simbólico, jamás se admitiría frente a los demás ni ante uno mismo que las cosas no son idénticas a sí mismas. Lo Real no es nada. Lo Simbólico es un devenir siempre cambiante. Lo Imaginario son los falsos nudos creados por lo Simbólico que han quedado congelados en el tiempo.
    Lacan y la política
    Lacan era muy consciente de que su modelo de los tres órdenes cuestionaba las estrategias reformistas, progresistas y revolucionarias. No es casualidad que en su juventud fuera un hombre de derechas y monárquico cercano a las ideas de Maurras, mientras que en la década de 1960 apoyó, contrariamente a la «Nueva Izquierda», el statu quo y el gobierno de De Gaulle. No es una casualidad, sino una decisión que se desprende de su modelo de los tres anillos borromeos. La Nueva Izquierda revolucionaria (según la interpretación de Lacan) quería sustituir lo Simbólico (lo surreal, esquizofrénico, transgresor) por lo Imaginario (las viejas estructuras sociopolíticas, el orden existen). Para ello la Nueva Izquierda utilizó el psicoanálisis irónico de Lacan con tal de derribar el Imaginario (el Orden) y su ser exhaustivo y lógico (A=A), sin comprender que este último no era más que un momento congelado de un delirio y pasando por alto el hecho de que tan pronto como el viejo Imaginario se derrumba o desaparece bajo la presión de las críticas (política, estética, social, epistemológica, etc.), lo Simbólico no puede ocupar su lugar, sino que da nacimiento a un nuevo Imaginario, igualmente totalitario, dictatorial e idiota.
    El propio Lacan describió ejemplos de esta clase en varias ocasiones, particularmente se centró en el bolchevismo soviético. Los bolcheviques comenzaron con un llamado a la libertad y la igualdad y rápidamente se convirtieron en un partido jerárquico y rígido respaldado por un aparato totalitario violento. Sin embargo, lo mismo ocurrió con Cromwell o la Gran Revolución Francesa. Lo Simbólico únicamente existe al nivel del inconsciente, es decir, al nivel del sueño. Cuando sale a la superficie, automáticamente se convierte en lo Imaginario. En esencia, el orden sigue siendo el mismo, pero bajo una nueva forma que remite a su vez a lo Simbólico, de donde procede. Pero tales cualidades existen en todos los sistemas de lo Imaginario: anteriormente (hasta que llegó el momento en que se congeló) todos los distintos ordenes de lo Imaginario hacían parte del dinámico y cambiante mundo de lo Simbólico.
    El revolucionario de hoy se convertirá en el funcionario totalitario violento o el comisario brutal del mañana. La reforma (en el contexto de la ontología de los tres anillos borromeos) no es posible porque conducirá de nuevo a lo mismo. Lo Simbólico jamás será capaz de sustituir a lo Imaginario bajo ninguna circunstancia. Este era el punto de vista de Lacan y esa es la conclusión que se desprende directamente de su sistema.
    Kamala Harris y lo Simbólico
    Siguiendo este modelo, analicemos las elecciones estadounidenses. En estas elecciones estamos viendo un choque feroz entre los «progresistas» (Kamala Harris y el Partido Demócrata) y los «conservadores» (Trump y los republicanos). Si hacemos uso del modelo lacaniano veremos fácilmente quién es quién: Kamala Harris encarna el impulso de la transgresión, la legalización de la perversión, la liberación de todas las prohibiciones y normas, es decir, la expansión del ámbito de lo Simbólico. El programa de los demócratas es una estructura de disparates sin contenido: más LGBT, más cultura de la cancelación, más inmigrantes ilegales, más drogas y operaciones de cambio de sexo, más deconstrucción de los viejos órdenes, más BLM y más teoría racial crítica, más ataques contra los hombres blancos, normales, mentalmente estables, poderosos, patriarcales y tradicionales en favor de la promoción de las mujeres, los cuerpos positivos, los transexuales, los pervertidos, los furros, los cuadróbicos (1), los lisiados, los pedófilos, los maníacos, los caníbales y los degenerados. En otras palabras, ¡libertad para el inconsciente! La máquina deseante como fábrica de micro-deseos que debe sustituir al Imaginario. Por supuesto, esto implica una ridiculización y ataque al Imaginario actual por toda clase de medios, especialmente contra Donald Trump, que es considerado como el arquetipo de la «falta de libertad», la «jerarquía», la «racionalidad masculina», etc.
    Kamala Harris representa lo Simbólico, de ahí su extraño discurso, su interminable risa fría y sin sentido, sus gestos confusos, inarticulados e inexpresivos que cada vez parecen asemejarse más a algo intuitivo, pero indefinible. Kamala Harris es una figura de la ensoñación activa. En ella los devotos ven que lo imposible se convierte en posible y una cosa desemboca imperceptiblemente en la otra. No obstante, todo se encuentra desenfocado y borroso. Es el «progreso»: lo blanco se vuelve negro; el capitalismo ahora se ha convertido en otra cosa («destrozar las tiendas, ¡es la ley!»); los hombres y las mujeres se han convertido en vagos objetos de deseo (la pequeña «a» de Lacan), evitando siempre la fijación. En otras palabras, haciendo caso omiso de las advertencias de Lacan sobre la inmutabilidad de la estructura de los anillos borromeso, el Partido Demócrata está intentando activamente derribar el Imaginario estadounidense para sustituirlo por lo Simbólico.
    Una distorsión totalitaria del liberalismo
    Pero... Lacan comprendió mejor su sistema que sus ilegítimos seguidores de la izquierda. Y tal comprensión resulta fácil de ver cuando nos alejamos un poco de la hipnosis progresista. Cuando la homosexualidad y otras perversiones son algo prohibido, mal visto y perseguido, entonces, efectivamente, todos esos comportamientos pertenecen al ámbito de lo Simbólico. Pero cuando son legalizadas, cambian inmediatamente de naturaleza, convirtiéndose en una norma prescriptiva, una ley y en un rígido imperativo totalitario. En otras palabras, las perversiones, una vez son permitidas se convierten en una forma del Imaginario, un momento congelado, rígido y para nada liberador de lo Simbólico.
    Lo mismo ocurre con todas las demás perversiones legalizadas y la anomia. La teoría racial crítica no es diferente del racismo, sólo que es un racismo antiblanco. El feminismo conduce lógicamente a la degradación sistemática de la masculinidad, a la transformación de los hombres en seres humanos de segunda clase. El odio del progresismo contra todo lo conservador (reaccionario) hace que el tradicionalista sea perseguido, oprimido e insultado continuamente por una «minoría». Las propias víctimas del genocidio se convierten en exterminadores y genocidas en masa.
    Lo Imaginario no puede ser eliminado. Esta verdad queda demostrada en las últimas mutaciones del liberalismo y del izquierdismo (que siempre ha arrastrado estas mismas características en todas sus versiones). Hoy en día el liberalismo se está volviendo prescriptivo y, por lo tanto, totalitario. No sólo se puede ser homosexual (no ser como los demás), sino que se tiene que serlo (estás obligado a ser como los demás). En el ámbito de lo Simbólico tal idea es perfectamente coherente, ya que lo desviación es la norma (el algoritmo del sueño o del engaño), pero en el ámbito de lo Imaginario, la prescriptividad lineal y estricta – incluso lo queer (en particular, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y otras perversiones) – se convierte a su vez en objeto de crítica desde el ámbito de lo Simbólico.
    El trumpismo psicodélico y las ensoñaciones desde la derecha
    Pero, ¿desde dónde atacar la fijación del Imaginario liberal que ahora se ha convertido en una forma de totalitarismo descarado? La respuesta es obvia: desde el polo opuesto. Podríamos llamar a esto el ámbito de lo Simbólico desde el trumpismo. Durante la primera campaña presidencial de Trump vimos signos del uso de esta estrategia por parte de la alt-right, en 4chan, en la figura del meme de Pepe la Rana, en la conspiración reptiliana, en la magia del caos y en las delirantes teorías de Q-anon. Podemos llamar a este fenómeno, con algunas modificaciones, «trumpismo esotérico» o, más precisamente, «trumpismo psicodélico».
    Si los demócratas y sus prácticas transgresoras se convirtieron en el nuevo orden del Imaginario, es decir, en el complejo coercitivo totalitario y fijo de las actuales prácticas prescriptivas del poder, entonces la crítica psicoanalítica de lo Simbólico ahora se encuentra del lado de los republicanos: no de todos, por supuesto, pero sí de los más libres, «desquiciados» y delirantes entre ellos.
    Y es aquí cuando obtenemos una imagen muy interesante. El poder detentado por el Partido Demócrata y los neoconservadores cercanos a los círculos derechistas se convierte, para todos los que lo ven, en la encarnación del Imaginario, es decir, del orden globalista. Y el progresismo como sinónimo de lo Simbólico entra en conflicto con el totalitarismo fijo y frenético de los demócratas que desean aferrarse al poder. Mientras tanto, para los demócratas, el Imaginario es Trump, su femenina esposa Melania, los republicanos y el viejo Estados Unidos. Sin embargo, el Imaginario y el sistema actual se identifica más bien con los demócratas, que desean conservar sus puestos de poder. Kamala Harris es una protegida del rígido y ordenado Estado Profundo. Ella no es un organismo, sino un mecanismo, un eslabón del poder vertical. Así es como se manifiesta el orden de lo Imaginario. Las apelaciones a lo Simbólico sólo lo velan ligeramente.
    No obstante, el «trumpismo psicodélico», que asume cada vez más las funciones de lo Simbólico, reconoce estas contradicciones y las usa para dar forma y dinamismo a su discurso crítico. Tal análisis explica perfectamente la elección de J.D. Vance como fórmula vicepresidencial e incluso sucesor de Trump en su lucha ideológica con el Pantano liberal. Vance no hace parte del Imaginario, sino de lo Simbólico. Incluso defiende de forma extravagante – psicodélicamente – las ideas del campo de la derecha post-liberal, es decir, el caótico universo de la alt-right. Peter Thiel, Curtis Yarvin (Maldbog), el brillante filósofo francés René Girard (autor de obras sobre la violencia sagrada) ... son las figuras atípicas por excelencia que no tienen nada que ver con los clásicos republicanos de derechas y, por lo tanto, no pueden ser usados como ejemplos de lo Imaginario (que es supuestamente lo que los progresistas intentan derribar «en nombre de lo Simbólico»). La estrategia psicoanalítica de los demócratas fracasa frente a Vance, ya que el propio Vance es el polo de lo Simbólico de la derecha atípica. Es incluso posible que él mismo sea consciente de ello y este familiarizado con Lacan. Por eso la elección de Vance como vicepresidente es un movimiento crucial en la campaña de Trump. Una vez más, la magia del caos, es decir, el anillo borromeo, conjugado con los elementos del onirismo y la psicodelia, se encuentra de su lado. Pero esta vez de una forma más minuciosa y sistemática.
    Al mismo tiempo, si nos atenemos estrictamente a Lacan, la conexión Trump-Vance es la más armoniosa y prometedora. En Trump encontramos lo Imaginario apelando al electorado de derechas, pero complementado con el posmodernismo de derechas, la crítica social y el delirio desatado en la forma del «trumpismo psicodélico» que representa Vance. El régimen diurno racional, que necesita todo gobierno, se encarna en un Trump transparente y sin contradicciones, pero que se encuentra equilibrado por un régimen nocturno desatado (desde la derecha).
    Transgresión desde la derecha
    Se podrían extraer muchas más conclusiones de esta aplicación del modelo de Lacan a las próximas elecciones estadounidenses. En primer lugar, este modelo explica perfectamente el carácter totalitario del liberalismo globalista contemporáneo, el cual es imposible de ignorar, especialmente porque el intento de sustituir lo Imaginario por lo Simbólico está condenado al fracaso y sólo puede dar nacimiento a un nuevo Imaginario mucho más alienado, agresivo, intolerante y violento. De ahí el fenómeno del «fascismo liberal».
    Por otra parte, el fenómeno del «trumpismo psicodélico» no es una anomalía marginal, sino una estrategia bastante sensata e incluso pragmática. Si se permiten todo tipo de perversiones y patologías, pero se prohíbe la Tradición, entonces la voluntad de vida y la dinámica de lo Simbólico infundirá a los defensores de lo normal y las actitudes sexuales conservadoras una enorme energía que convertirá a la Tradición en algo revolucionario. Si la Tradición está prohibida, eso la convierte en objeto de deseo apasionado. Los progresistas fijan la vida sociopolítica y cultural alienándola. Entonces, el inconformismo de la derecha se convierte en una nueva forma de la contracultura.
    ¿Quién ganará las elecciones? Es difícil saberlo, pero la actitud de la élite totalitaria actual, que es bastante agresiva y que apuesta únicamente por las minorías, puede fracasar, porque al eliminar el estatus de lo prohibido de la desviación, el centro de atracción se convierte automáticamente en la normalidad esencialmente prohibida por la ley. Y si el ámbito de lo Imaginaria se sitúa en el territorio del «pasado» – lo que era antes de la llegada de los progresistas, antes del triunfo de los liberales –, entonces el ámbito de lo Simbólica se sitúa en el «futuro». La norma es lo suprimido y reprimido hoy en día que – como la fruta prohibida – anhela su victoria en el mañana. Los conservadores suelen tener problemas con el futuro, pero el «Trumpismo psicodélico» ofrece una respuesta original a este problema, desplegando por medio del inconsciente las prácticas transgresoras desde la derecha y apoderándose de ese modo del futuro.
    El peligro de la nada
    Existe algo más de que hablar. Como puede verse no hemos hablado en ningún momento de uno de los anillos borromeos: el ámbito de lo Real. La respuesta de los progresistas se resume en un salto mortal: al normalizar lo Simbólico intentan eliminar el problema de la tensión que existe entre este ámbito y lo Real. De este modo esperan poder controlar la nada (la muerte), en lugar de excluirla. Probablemente ese es el objetivo que persiguen al promover la IA, la migración al ciberespacio y la Singularidad, donde la identidad entre la máquina y la máquina deseante ya se vivirá como un flujo traumático que anima el inconsciente (lo Simbólico). Si lo Simbólico (como ingenuamente creen los progresistas) ya ha suplantado a lo Imaginario, entonces desaparece el problema de la confrontación con lo Real. La muerte y el horror que emanan de lo Real sólo pueden ser derrotados aboliendo la vida. De ahí el transhumanismo y la inmortalidad mecánica desarrollados por el realismo especulativo.
    La realización del proyecto ontológico del Partido Demócrata conduce inevitablemente a la abolición del hombre. Estas elecciones estadounidenses decidirán el destino de la humanidad: ser o no ser. La victoria de Trump mantendrá los tres anillos borromeos en relativo equilibrio. Una victoria de Harris podría significar su destrucción total. Vale la pena decir, por último, que para Lacan los anillos borromeos y los tres ámbitos de los que hemos hablado son el ser humano.
    Nota del traductor:
  • Los cuadróbicos o “quads”, como se les ha apodado, es una actividad que implica moverse sobre cuatro patas, como lo haría un animal. Originalmente se trataba de un deporte originalmente inventado por Kenichi Ito, quién practicaba moverse como un mono para hacer ejercicio. Esta actividad se popularizó y fue adoptada por los jóvenes, convirtiéndose en una subcultura parecida a los furros o los therianos. Como subcultura consiste en una identificación espiritual o psicológica con animales extintos o existentes, buscando interactuar con su espíritu animal interior. Muchos chicos usan máscaras y colas identificándose y moviéndose como diversos animales.
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