Hiba Morad
Expertos en derecho internacional afirman que el régimen israelí está violando de manera flagrante convenciones internacionales al utilizar armas prohibidas que contienen uranio empobrecido, como las bombas de fósforo, bombas guiadas inteligentes y, recientemente, bombas anti búnker, diseñadas para penetrar profundamente en el suelo.
El Dr. Ali Matar, un experto legal y militar radicado en Líbano, declaró al sitio web de Press TV que el régimen israelí ha infringido numerosas leyes internacionales que prohíben el uso de estas armas, como la legislación que regula las reglas de compromiso, la Cuarta Convención de Ginebra y las Regulaciones de La Haya.
La Cuarta Convención de Ginebra protege a los civiles durante tiempos de guerra, incluso en territorios ocupados. Estas convenciones deberían servir como salvaguardias del derecho internacional humanitario en todo el mundo, reflejando un consenso global sobre la dignidad inherente a todas las vidas humanas.
Matar indicó que la destrucción masiva de propiedades y el asesinato de civiles llevados a cabo de manera ilegal y sin vergüenza constituyen una grave violación de la Cuarta Convención de Ginebra y un crimen de guerra.
“Lo que vemos en Líbano es una violación masiva de estas leyes internacionales; una destrucción sistemática del sur, del Bekaa y del suburbio sureño de Beirut (Dahiya), en lo que es claramente un genocidio y destrucción masiva; Israel ha matado a cientos de civiles en menos de un mes”, afirmó.
Según el experto, los crímenes israelíes contra Líbano y la Franja de Gaza están ocurriendo sin un compromiso genuino de la comunidad internacional, y esto es una clara evidencia de que estas convenciones existen solo como palabras en papel que no tienen valor real y no pueden salvar a ningún país de la brutalidad del régimen israelí de apartheid que ha cruzado todos los límites.
“Líbano es ahora otro Gaza, con Israel utilizando armas de destrucción masiva mientras los organismos internacionales y la mayoría de los países occidentales y árabes permanecen en silencio”, aseveró Matar.
Bombas prohibidas utilizadas en Líbano
El bombardeo de la capital, Beirut, y sus suburbios con misiles que contienen uranio empobrecido y productos químicos tiene como objetivo no solo destruir la infraestructura del país, sino también envenenar el suelo, el aire, el agua y los cuerpos de miles de personas, según expertos.
El 27 de septiembre, las fuerzas de ocupación israelíes lanzaron más de 80 toneladas de explosivos cuando aviones F-35 llevaron a cabo un ataque en el suburbio sureño de Beirut utilizando bombas de penetración de búnker, las cuales contenían uranio empobrecido (DU, por sus siglas en inglés).
Como resultado, seis edificios fueron reducidos a escombros y se formó un enorme y profundo cráter tras el devastador bombardeo que llevó al asesinato del líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, y de varios de sus compañeros.
En otros ataques en el suburbio, los medios israelíes informaron que se lanzaron 2000 toneladas de explosivos utilizando la misma técnica, dejando cráteres profundos. A pesar de la magnitud del asalto, los medios israelíes reportaron el fracaso del objetivo de la agresión.
La agresión se produce mientras los organismos internacionales, incluida las Naciones Unidas, permanecen paralizados, observando el horror como espectadores mudos.
El Dr. Mohamad Kanso, profesor de derecho internacional en la Universidad Libanesa, declaró que el ejército israelí ha utilizado de manera indiscriminada fósforo blanco en violación del derecho internacional humanitario.
“El uso ilegal de fósforo blanco en Líbano en diversas áreas pobladas, incluyendo Aita al-Shaab, Dhayra y Al-Mari, ha puesto en grave peligro las vidas de los civiles, muchos de los cuales han sido hospitalizados y desplazados, y cuyos hogares y vehículos han sido incendiados y convertidos en cenizas”, indicó al sitio web de Press TV.
Según organizaciones de derechos humanos, el uso de fósforo blanco está restringido bajo el derecho internacional humanitario. Aunque puede haber usos legales, nunca debe ser disparado hacia, o en las cercanías de, un área poblada civil o infraestructura civil, debido a la alta probabilidad de que los incendios y el humo que genera se propaguen.
El Dr. Kanso señaló que el fósforo blanco es un arma incendiaria y su uso está regulado por el Protocolo III de la Convención sobre Armas Convencionales (CAC).
“El Protocolo III prohíbe el uso de armas incendiarias lanzadas desde el aire en ‘concentraciones de civiles’, y define las armas incendiarias como aquellas ‘principalmente diseñadas’ para provocar incendios y quemar personas, excluyendo los usos de armas incendiarias con otros propósitos, incluidos los de pantalla de humo”, explicó.
A pesar de que Líbano se adhirió al protocolo en 2017, a diferencia del régimen israelí, esto no significa que Israel pueda utilizar armas dañinas y mortales para matar civiles de la manera salvaje que observamos en Líbano y Gaza”, aseguró.
En cuanto a los misiles GBU, el experto explicó que estos son bombas guiadas, también conocidas como bombas inteligentes o unidades de bombas guiadas, diseñadas para penetrar estructuras de concreto o acero altamente reforzadas gracias a su envoltura de uranio empobrecido.
“El uso de estas armas prohibidas y destructivas no ha respetado el principio de proporcionalidad y viola el derecho internacional humanitario”, afirmó al sitio web de Press TV.
ONU: un espectador mudo
Según un informe emitido por los Derechos Humanos de la ONU, los misiles GBU son municiones extremadamente grandes y pesadas que pueden ser lanzadas desde el aire para penetrar varios pisos de concreto.
La munición puede ser programada de manera precisa o guiada directamente hacia el objetivo con un grado de precisión muy alto. El tipo más común de explosivos en el interior de estos misiles son las bombas clasificadas como ‘GBU-31’.
El Dr. Kanso agregó que Israel no ha sido responsabilizado por sus acciones bárbaras y crímenes contra la humanidad en el Consejo de Seguridad de las naciones Unidas (CSNU).
“En este caso, la Asamblea General (de la ONU) debe intervenir para preservar la paz y la seguridad ante tales circunstancias”, añadió.
Establecida en 1945 por los países que habían salido victoriosos de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue fundada con el mandato principal de promover la paz y la seguridad global, supuestamente protegiendo los derechos humanos y manteniendo el derecho internacional.
Sin embargo, el Dr. Kanso observó que la ONU ha resultado ser una “gran decepción”.
Estados Unidos ha vetado resoluciones contra Israel un total de 46 veces, incluyendo aquellas relacionadas con su invasión del sur de Líbano y su anexión de los ocupados altos del Golán sirios.
El experto afirmó que Líbano debe solicitar a la Corte Penal Internacional (CPI) que responsabilice a Israel por sus crímenes de guerra, aunque añadió que no tiene muchas esperanzas de que este paso sea fructífero.
“Desafortunadamente, la mayoría de las organizaciones internacionales están politizadas, y, por lo tanto, Israel, como es habitual, se sale con la suya en todos sus atroces crímenes sin rendir cuentas”, destacó.
Crisis ambiental y de salud
El profesor Yihad Abboud, presidente del Sindicato de Químicos en Líbano, declaró al sitio web de Press TV que teme que cientos, si no miles de personas, se vean afectadas por diversas enfermedades causadas por el uranio empobrecido y las armas químicas.
El Sindicato de Químicos en Líbano (SCL, por sus siglas en inglés) advirtió el domingo que la magnitud de la destrucción y la profundidad del daño a los edificios y al suelo sugieren el uso de bombas prohibidas internacionalmente que contienen uranio empobrecido por parte de las fuerzas del régimen israelí.
Señaló que “el bombardeo de los suburbios sureños de Beirut con uranio empobrecido no solo tiene un impacto significativo en el medio ambiente, sino también en la salud y la vida de las personas. El uso de estas armas provocará una crisis ambiental y de salud”.
En cuanto al impacto ambiental del uso de armas de uranio empobrecido, el profesor Abboud dijo: “Lo más importante de esto es la contaminación del suelo y de las aguas subterráneas. La fuerza de las explosiones dispersa polvo saturado con este metal a una distancia de 2 km, contaminando grandes áreas residenciales”.
Abboud, quien también es docente en la Universidad Libanesa con rango de profesor, explicó que cualquier persona que inhale este polvo corre el riesgo de sufrir fallos renales, disfunciones en órganos vitales e incluso la posibilidad de contraer enfermedades cancerosas.
“Líbano es un país que no puede verificar las áreas contaminadas con uranio para aislarlas. Y, como vemos a diario, los ciudadanos están llamando a sus amigos y familiares desde debajo de los escombros para detectar su ubicación y salvarlos, exponiendo a los rescatistas a este polvo tóxico”, recalcó a Press TV.
“Además, después de que termine la guerra, si las ciudades destruidas por los bombardeos son reconstruidas, existe una alta probabilidad de que muchos contraigan enfermedades graves”, apuntó.
Una catástrofe de fabricación israelí
Un experto declaró al sitio web de Press TV que el uso de armas de uranio empobrecido puede causar enfermedades graves tras la inhalación incluso de una cantidad muy pequeña de partículas de uranio insoluble, incluyendo daños severos en el cerebro, los pulmones, los riñones y el hígado, especialmente cáncer de pulmón.
Recordando que el primer país en utilizar armas de uranio empobrecido fue Estados Unidos durante la Primera Guerra del Golfo, la Dra. Doaa Said señaló que, además de las enfermedades que se propagaron entre los iraquíes bombardeados con estas armas, también hubo altas tasas de malformaciones congénitas entre las personas que vivían en las áreas bombardeadas por estas armas prohibidas en los años siguientes.
“Israel y Estados Unidos están comenzando una catástrofe en Líbano similar a la que vimos en Irak anteriormente. Sin mencionar la destrucción, están exponiendo las vidas de cientos de miles de personas a un inmenso peligro y enfermedades mortales, y el efecto de las partículas de uranio es irreversible”, remarcó un investigador de una universidad libanesa a Press TV.
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), se detectaron más de 500 000 casos de cáncer durante los cinco años siguientes al final de la guerra, en la que Estados Unidos utilizó más de 300 toneladas de armas de uranio empobrecido en su conflicto contra Irak.
“El uranio es un metal muy denso, y el uranio empobrecido puede ser colocado en las puntas de los proyectiles de tanque, balas y morteros para aumentar su capacidad de penetrar objetivos”, explicó.
“Esto explica los enormes y profundos agujeros causados por los bombardeos israelíes en Dahiya, Beirut”, apostilló.
El uranio empobrecido es uranio natural al que se le ha extraído gran parte, pero no toda, su materia radiactiva. Es un subproducto del proceso que prepara el uranio para su uso en plantas de energía nuclear y armas nucleares.
En cuanto a las armas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío, la Dra. Said explicó que estas bombas contienen no menos de 40 toneladas de explosivos.
“Causan daños y perjuicios a través de sobrepresiones y efectos térmicos, pero también puede ocurrir daño secundario debido a la fragmentación, el consumo y agotamiento del oxígeno en el entorno, así como la liberación de gases tóxicos y humo, provocando así explosiones enormes con inmensas nubes”, anotó.
Además, explicó que estas armas “impactan el objetivo, causan una pequeña explosión que libera una nube de material explosivo, y luego una segunda explosión detona una explosión masiva capaz de vaporizar cuerpos humanos”.
Destrucción del ecosistema
Secundando lo dicho por Abboud y Said, la experta ambiental, Dra. Fatima Fahs, declaró Press TV que el ejército de ocupación israelí está utilizando sustancias químicas venenosas y letales en las armas empleadas en su guerra contra Líbano.
Afirmó que estos gases peligrosos son percibidos e inhalados no solo por las personas presentes en los sitios de bombardeo, sino también por aquellos que se encuentran a cientos de metros de distancia.
“El olor de estas sustancias químicas está causando asfixia a los civiles, ardor en los ojos y alergias cutáneas en ocasiones”, señaló.
El efecto de las sustancias químicas tóxicas persiste durante cientos, si no miles de años, y esto no es una exageración; lo vimos en los ataques de Hiroshima”, comentó la Dra. Fahs a Press TV.
“Las más peligrosas de estas armas químicas son las que provocan malformaciones congénitas debido a mutaciones genéticas, quemaduras externas e internas severas, así como diferentes tipos de cáncer”, explicó.
“Este tipo de armas son utilizadas por Estados Unidos en sus guerras contra pueblos oprimidos, como en el caso de Irak, o por Israel en su guerra contra Gaza y ahora en Líbano”, comentó.
Precisó que los tóxicos de las armas químicas impactan a todos los seres vivos y destruyen el ecosistema.
“Cuando las bombas explotan, los metales tóxicos se filtran en las aguas subterráneas, lo que requiere la neutralización y limpieza de estas aguas que ya no son aptas para el uso, y este será un serio problema que el estado libanés tendrá que abordar una vez que la guerra llegue a su fin”, declaró la Dra. Fahs.
Ismail Qaani y guerra psicológica: Desinformación sionista en tiempos de conflicto
Xavier Villar
Recientemente, la agencia de noticias Reuters, conocida por su historial de noticias falsas respecto a Irán, publicaba un artículo en el que afirmaba que, tras los ataques de Israel en Beirut, que resultaron en la muerte de Seyed Hasan Nasralá y del general iraní Abás Nilforushan, “se ha perdido el contacto con Ismail Qaani”.
Por su parte, el medio de financiación catarí Middle East Eye ofrecía una versión más elaborada en un artículo calificado de "exclusiva", publicado el 10 de octubre en su sitio web. En él se afirmaba que el comandante de la Guardia Revolucionaria se encuentra bajo arresto domiciliario y está siendo interrogado por las fuerzas de inteligencia de la República Islámica. Sin embargo, expertos iraníes señalaron que Middle East Eye no ofrecía explicaciones sobre las supuestas razones detrás de dicho arresto ni del interrogatorio.
En días posteriores, y tras los desmentidos de fuentes iraníes al artículo de Middle East Eye, el medio recurrió a fuentes anónimas en Irak y Líbano para reiterar sus informaciones infundadas. Iran International, un medio en persa vinculado al régimen sionista y dirigido en la sombra por Manouchehr Amir, exdirector de Radio Israel, citó a una "fuente informada" que aseguraba que la familia del comandante Qaani tampoco tenía noticias sobre su paradero ni sabía qué estaba haciendo.
Asimismo, Sky News publicó un supuesto informe detallado que afirmaba que Qaani había sufrido un ataque al corazón durante un interrogatorio y estaba recibiendo tratamiento. Según esta versión, las “fuentes cercanas” a Sky News desconocían el estado actual del comandante tras este incidente.
Finalmente, la cadena saudí Al Arabiya se cuestionó: "¿Por qué no hay noticias del comandante Qaani? No estuvo presente en la sala de mando durante la operación 'Promesa Sagrada 2', ni en la oración del viernes en Teherán liderada por el Líder Supremo, ni en la ceremonia de entrega de la Medalla de la Victoria al comandante Hayizade. ¿Dónde está el comandante Qaani?"
Desde la República Islámica, se han ofrecido diversas explicaciones sobre el estado del comandante de la Fuerza Quds. El 7 de octubre, un alto oficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica confirmó que el general Qaani se encontraba bien. Además, el mismo oficial indicó que Qaani había emitido un mensaje para conmemorar el aniversario de la Operación Tormenta de Al-Aqsa. En esa misma línea, el subcoordinador de la Fuerza Quds expresó: "Muchos de nosotros nos preguntamos: '¿Qué le pasó al comandante Qaani?' Está sano y activo. Algunos dicen: '¡Hagan una declaración!' ¿Por qué hacer una declaración? No hay necesidad de eso".
Hace apenas unos días, el presidente del parlamento iraní, Mohamad Baqer Qalibaf, en una visita oficial a Beirut, declaró que “Qaani se encuentra en buen estado de salud, continúa cumpliendo con sus deberes y los rumores que se han difundido sobre él son falsos y maliciosos”.
Para muchos expertos en relaciones internacionales, como la iraní Afifeh Abedi, las desinformaciones sobre el paradero de Ismail Qaani y su estado de salud responden a una estrategia de desinformación claramente diseñada por Israel, con tres objetivos principales:
Generar e incrementar la sensación de inseguridad en la sociedad iraní, especialmente en un contexto de posibles ataques. Esta estrategia busca desestabilizar el ambiente interno y sembrar el temor entre la población.
Recopilar información sobre el comandante de la Fuerza Quds para facilitar un posible asesinato. Al obtener datos relevantes sobre su ubicación y actividades, se crean las condiciones propicias para llevar a cabo un ataque.
Desacreditar la figura del comandante Qaani y fomentar divisiones internas en Irán. A través de la desinformación y la propaganda negativa, se intenta debilitar su imagen y sembrar discordia entre diferentes facciones dentro del país.
Es bien conocida la larga tradición sionista de control de la narrativa y manipulación de la información. Los israelíes se refieren a esta estrategia como “hasbara”, que significa "explicación" en hebreo. La hasbara abarca los esfuerzos por promover una narrativa que justifique las políticas y acciones de Israel. Esto implica moldear la percepción pública, influir en la cobertura mediática y difundir información que apoye los intereses israelíes, al tiempo que se contrarrestan los puntos de vista opuestos.
La instrumentalización del antisemitismo es un ejemplo cínico de la implementación de las estrategias de hasbara, diseñadas exclusivamente para desviar la crítica y cambiar el enfoque de la conversación. Desacreditar a críticos reputados y a la crítica objetiva del Estado de Israel como entidad colonial, mediante la difusión de acusaciones irresponsables de odio hacia los judíos, que los apologistas sionistas saben que son falsas, refleja la mentalidad de hasbara. Este enfoque no solo busca silenciar voces disidentes, sino también manipular la percepción pública sobre el conflicto israelí-palestino y las políticas de Israel.
En el actual conflicto entre el Estado colonial sionista y los diversos integrantes del conocido como Eje de Resistencia, el uso de la hasbara se caracteriza por tres elementos clave:
Las tácticas inescrupulosas para desacreditar opiniones percibidas como hostiles, que incluyen mentiras, difamación y campañas subsidiadas.
Una mayor sofisticación en la estrategia, que implica desviar la crítica mediante acusaciones falsas.
El financiamiento abundante, tanto público como privado, de mensajes pro sionistas, con el objetivo de ganar apoyo y destruir a los adversarios. Este flujo de recursos permite a la hasbara operar de manera más efectiva, amplificando su impacto y alcance en la opinión pública.
Un aspecto notable de esta amplia guerra psicológica es la sorprendente división de tareas y la coordinación entre los medios israelíes, los medios occidentales y los medios árabes antiraníes en la formación de narrativas, a menudo citando fuentes anónimas. Esta información finalmente se difunde a través de los medios de oposición, especialmente aquellos antiraníes como Iran International.
El objetivo final de esta masiva campaña de desinformación, tal y como apuntaba Abedi es interrumpir las actividades operativas de Qaani, descubrir la ubicación y las actividades de este comandante en el campo de batalla y, por último, preparar el terreno para su asesinato.