Seguridad

Pasan las décadas y la crisis climática no aparece

Administrator | Domingo 20 de octubre de 2024
Hace ya 36 años que se creó el IPCC y se nos informa prácticamente a diario de un terrible cambio climático que está teniendo lugar por culpa nuestra. Si esto fuera cierto, tras un tercio de siglo el supuesto empeoramiento del clima debería ser evidente para todos. El convencimiento de la gente de la gravedad del problema debería ser casi total.
Pero un estudio publicado por una revista del grupo Nature demuestra que esto no es así. Analizando las encuestas sobre el cambio climático de los últimos 35 años observan que no solamente ha descendido la proporción de los que se preocupan por el cambio climático, sino que ha aumentado la proporción de los que piensan que es una exageración o un engaño.
Una crisis que tras 36 años desciende la proporción de los que creen en ella no es una crisis.
LA FALTA DE ACELERACIÓN EN EL CAMBIO CLIMÁTICO DESMIENTE UN ORIGEN HUMANO
Para muchos científicos la causa del cambio climático está en nuestras emisiones de CO₂. Pero esta teoría tiene varios problemas. Uno de los principales es que el cambio climático no responde al cambio en nuestras emisiones.
El mundo se calienta desde hace 200 años, cuando los humanos apenas emitíamos CO₂. Pero entre 1945 y 1975 hubo enfriamiento y es solo desde 1975 que el calentamiento global volvió a reanudarse. Si la causa fueran nuestras emisiones el fuerte aumento de éstas debería haber hecho que el cambio climático se acelerara y aquí radica el problema. No se observa ninguna aceleración en el cambio climático desde los años 70. El CO₂ de la atmósfera ha pasado de subir una media de una parte por millón cada año en los años 70 a subir 2,5 ppm/año actualmente. ¡Es un incremento del 250%! Pero el calentamiento no se acelera, la subida del nivel del mar no se acelera, la pérdida de hielo marino no se acelera. Todo procede a la misma velocidad ahora que en los años 70 sin responder a los cambios que han tenido lugar en la supuesta causa.
En un estudio muy reciente dirigido por científicos de la Universidad de California y publicado en la revista Communications Earth & Environment, se analiza si es posible detectar una aceleración en la velocidad de calentamiento. A pesar del récord de temperatura de 2023, los científicos no consiguen detectar una aceleración en el calentamiento desde los años 70.
Si al cambio climático no le importa que emitamos poco o mucho CO₂, ¿por qué es tan importante que reduzcamos nuestras emisiones?
  • Hace 37 años nos dijeron que el agujero de ozono era culpa de nuestras emisiones de CFCs. Se redujeron a cero las emisiones. Pero tras más de 30 años, ni siquiera podemos decir que el agujero se esté haciendo más pequeño porque la tendencia no es significativa. Las predicciones de los modelos han demostrado ser erróneas porque pronosticaban que a estas alturas se habrían alcanzado los niveles de ozono de la segunda mitad de los 80, y no ha sido así. Ahora nos dicen que el cambio climático es culpa de nuestras emisiones de CO₂ y que hay que reducir a cero las emisiones netas para detenerlo. La única prueba que tienen son las predicciones de los modelos. Lo único que han demostrado es que no se puede confiar ni en ellos ni en sus modelos.

Un estudio revela que la temperatura terrestre registra un aumento constante, pero sin aceleraciones
La temperatura de la superficie de la Tierra ha registrado desde 1970 un aumento constante, sin embargo, no se ha detectado que dicho indicador se haya disparado en las décadas recientes, esto de acuerdo con un estudio publicado por la revista 'Communications Earth & Environment'.
Científicos de la Universidad de Santa Cruz, California, detectaron que hay evidencia limitada para detectar estadísticamente un aumento repentino de las temperaturas a nivel global.
"En la mayoría de las series temporales de temperaturas de la superficie no se detecta ningún cambio en la tasa de calentamiento más allá de la década de 1970, a pesar de las temperaturas récord observadas en 2023”, se lee en la publicación.
El estudio se realizó utilizando modelos de puntos de cambio que, de acuerdo con el estudio, es una técnica estadística específicamente diseñada para detectar cambios estructurales en series temporales.
La publicación de la revista señala que para detectar un aumento considerable en el conjunto de datos, se requiere registrar un aumento de al menos el 55%.
Así, el estudio señala que pese al debate actual que despertó el registro de temperaturas récord en 2023, la tasa de incremento de la temperatura de la superficie terrestre no ha presentado variaciones estadísticamente demostrables.
"Recientemente, hemos tenido estas temperaturas récord. Pero eso no es necesariamente inconsistente con el aumento constante del calentamiento global”, señaló Claudie Beaulieu, autora principal del estudio, en una entrevista para la universidad.
Sin embargo, la científica sorprendentemente destacó que los resultados no refutan la realidad del cambio climático. "La Tierra está más caliente que nunca desde el comienzo del registro instrumental debido a las actividades humanas, y para ser claros, nuestro análisis demuestra el calentamiento continuo (...) Sin embargo, si hay una aceleración en el calentamiento global, aún no podemos detectarla estadísticamente", explicó.
Que penita dan…
LA GRAN MENTIRA DE LA ELECTRICIDAD EÓLICA

Los días de mucho viento el precio de la electricidad se desploma y con ello engañan a la gente para que crea que la energía eólica abarata el precio.
La realidad es que la energía eólica encarece el precio de la electricidad todos los demás días, dado que hay que mantener y pagar un sistema de generación alternativo tanto si se usa como si no. Debido a la intermitencia del viento las alternativas deben cubrir el 100% de la producción. Cuanto mayor el porcentaje de producción eólica más se encarece el sistema.
El aumento de la energía eólica en España no ha abaratado el precio de la electricidad, sino que la ha encarecido. Con el esfuerzo en renovables, Europa ha conseguido que el precio de su electricidad sea el más alto del mundo. Ello conlleva el declive económico y empobrecimiento de la población, al desplazarse la producción a zonas con la energía más barata.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas