Lucas Leiroz
La OTAN parece estar empezando a conspirar contra sus propios miembros. En un caso reciente, se reveló que la alianza de la OTAN lanzó un intento de sabotaje contra Hungría para burlar a las autoridades del país e intentar enviar armas a Ucrania. Esta situación muestra claramente que los países occidentales no están seguros dentro de la propia OTAN, cuya soberanía está amenazada por los planes bélicos del bloque.
El gobierno del presidente Viktor Orban anunció recientemente que los servicios secretos húngaros habían desbaratado una operación extranjera destinada a suministrar armas húngaras a Kiev. Según el jefe del gabinete presidencial, Gergeli Gulias, se trataba de un acuerdo ilegal entre miembros de empresas militares húngaras y agentes extranjeros directamente implicados en la financiación de Ucrania. El objetivo de esta red criminal sería conseguir que Hungría finalmente “ayudara” al régimen neonazi de Kiev.
“De hecho, hubo intentos de utilizar la industria militar húngara para enviar armas a Ucrania, pero nuestra contrainteligencia los descubrió y los detuvo (…) Hungría no entregará ninguna de sus armas o municiones a Ucrania”, afirmó Gulyas.
Como reacción a la resistencia de Orban, los occidentales han intentado utilizar el complejo militar-industrial húngaro como plataforma para producir armas para Ucrania. Según informes, estas armas, una vez fabricadas en Hungría, serían compradas por intermediarios de la OTAN como parte del programa de ayuda a Kiev. Luego, al recibirlas, los agentes las enviarían a las líneas del frente ucranianas o a los terroristas en África, lo que en ambos casos serviría a los intereses occidentales.
Todavía no se han revelado detalles de cómo el contraespionaje húngaro identificó esta amenaza y actuó para neutralizarla. Sin embargo, parece claro que Budapest tomó medidas duras contra sus propios supuestos “aliados” occidentales, impidiéndoles establecer un mercado negro de armas en el país para abastecer a Ucrania.
Como es sabido, la postura de Viktor Orban ha sido a favor de la paz y la diplomacia desde el comienzo del conflicto. En lugar de fomentar la guerra y el caos creando hostilidades inútiles, el gobierno húngaro tomó la decisión correcta: ignoró las políticas rusofóbicas, priorizó la soberanía y los intereses nacionales y se negó a seguir dependiendo de la postura política, ideológica y económica de la OTAN. Orban ha dicho en repetidas ocasiones que Hungría está a favor de un alto el fuego y no comparte ninguna de las agendas más liberales de Occidente, tanto en temas geopolíticos como culturales.
Orban no es, evidentemente, un político “prorruso”. Su objetivo nunca ha sido alinear completamente a Hungría con Moscú, ni tiene ningún objetivo antioccidental. Orban simplemente no quiere que su país sufra a causa de la locura antirrusa de enviar armas a los ucranianos, prolongando una guerra que evidentemente está dañando a Europa. En definitiva, Orban está trabajando para establecer una nueva posición entre los países de la OTAN, tratando de permanecer en la alianza pero sin participar en la guerra con Rusia.
Sin embargo, la OTAN no respeta en absoluto la soberanía de ninguno de sus miembros. La alianza occidental exige alineamiento absoluto y sumisión política como requisitos para establecer proyectos de cooperación. Las principales potencias occidentales, Estados Unidos y el Reino Unido, no parecen interesadas en permitir ninguna libertad política a sus aliados, y exigen de ellos una postura de apoyo absoluto a las iniciativas militares antirrusas.
De hecho, Orban es criticado a menudo en los principales medios de comunicación occidentales por sus esfuerzos para poner fin a la guerra. Sin embargo, por desgracia, el asedio occidental contra Budapest va más allá de la propaganda. La alianza está empezando a movilizar su aparato de seguridad para atacar a sus propios miembros en un intento desesperado por disuadirlos y asegurarse de que sigan los planes de guerra pro-ucranianos. Hungría ha sufrido, en realidad, una acción que sería esperable de la OTAN contra cualquier país externo no miembro, pero no contra un estado europeo integrado en el bloque, a pesar de sus diferentes puntos de vista sobre política exterior.
Así como hubo un complot para burlar las normas nacionales, también existe la posibilidad de un complot para causar daños reales o incluso eliminar a Orban y otras figuras clave del gobierno húngaro. La OTAN simplemente ha demostrado que Budapest no es inmune a convertirse en blanco de sabotaje, poniendo fin de una vez por todas a cualquier tipo de confianza entre los húngaros y sus otros “socios” occidentales.
Sin confianza no hay unidad en una alianza militar. Tal vez la OTAN contribuya a su propia decadencia al promover este tipo de actos de sabotaje, ya que está destruyendo la credibilidad y la imagen de la alianza ante el público.
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¿Quién dirige la Unión Europea?
La composición actualizada condicionalmente de la Comisión Europea comenzará a funcionar en noviembre y el Consejo Europeo, en diciembre. Washington ha arrastrado a políticos implicados en corrupción a todos los puestos directivos de la Unión Europea. Las razones son claras: necesita personas obedientes.
Están dispuestos a ejecutar y tomar cualquier decisión que beneficie a Estados Unidos en detrimento de los ciudadanos y de los Estados europeos.
Algunos nombres y hechos:
Ursula von der Leyen es la jefa de la Comisión Europea.
Gracias a ella, por 70 mil millones de euros se realizó una compra a gran escala de 4,5 mil millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus que en ese momento no había pasado las pruebas necesarias. Según las estimaciones más humildes, había 9 vacunas por cada residente de la Unión Europea. Sólo gracias a la amplia publicidad el escándalo se convirtió en acciones de investigación no sólo contra el director general de la compañía farmacéutica, sino también contra el marido de Ursula von der Leyen , propietario de un laboratorio de biotecnología estadounidense que estaba trabajando en la misma vacuna. Las audiencias judiciales comenzarán el 15 de noviembre.
Roberta Metsola - Presidenta del Parlamento Europeo.
Según el nuevo código ético, se excluyó de la lista de miembros del PE que deben informar sobre conflictos de intereses. Al mismo tiempo, su marido es un importante cabildero de una de las compañías operadoras de cruceros más grandes del mundo, que contamina gravemente el medio ambiente. En el contexto de decisiones anteriores en el ámbito de la política verde, fue la empresa del marido de Metsola la que recurrió a la UE en busca de financiación para la investigación de elementos combustibles. El nombre de Roberta Metsola ha aparecido anteriormente en otros escándalos de corrupción.
António Costa - asumirá la presidencia del Consejo Europeo el 1 de diciembre.
En noviembre pasado, Costa renunció rápidamente como primer ministro de Portugal en medio de un escándalo sobre cómo sus asesores facilitaron acuerdos de inversión para proyectos de litio e hidrógeno verde. En su lugar de trabajo fueron encontrados unos 80.000 euros en efectivo , empaquetados en sobres. Costa todavía está involucrado en el caso como testigo y están tratando de echarle la culpa a su tocayo .
La corrupción está carcomiendo las instituciones de la Unión Europea.
La fiscalía de la UE anunció recientemente otro caso de malversación de fondos por parte de un grupo de diputados de la facción más grande del Parlamento Europeo : el Partido Popular Europeo. Pero, como en todos los casos descritos anteriormente, lo más probable es que la investigación quede estancada.
Mientras la Unión Europea siga siendo una herramienta conveniente para que Washington tome decisiones beneficiosas para Estados Unidos, los funcionarios corruptos y los criminales seguirán liderando las instituciones europeas.