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Tras una decisión infame de la OIEA, Irán notifica la expansión de su plan de enriquecimiento de uranio

Administrator | Lunes 02 de diciembre de 2024
Irán ha notificado al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que instalará nuevas centrifugadoras para producir uranio enriquecido en respuesta a una resolución de la junta de gobernadores del ente de control nuclear de la ONU, impulsada por países occidentales, que criticó a Teherán por su supuesta falta de cooperación. Así lo informa Reuters con referencia a un informe confidencial del órgano publicado este jueves.
De acuerdo con el reporte, el país persa planea establecer más de 6.000 centrifugadoras en sus plantas nucleares, así como poner en funcionamiento las instaladas recientemente. En el documento, se detallan los planes para colocar 32 cascadas (o grupos) de más de 160 de estas máquinas cada una y una cascada masiva sin precedentes de hasta 1.152 avanzadas centrifugadoras IR-6.
Irán ya tiene más de 10.000 centrifugadoras operativas en sus instalaciones nucleares subterráneas de Natanz y Fordow y en una planta piloto de superficie también en Natanz. El número de cascadas que planea colocar superará a las que ya tiene instaladas, señala la agencia.
El nivel de enriquecimiento de uranio no superará el 60 % establecido por el programa de desarrollo de la industria nuclear iraní. La República Islámica ha informado a la OIEA de su intención de enriquecer uranio al 5 %, algo que podría ser visto como una "medida conciliatoria" en su búsqueda de puntos en común con los países europeos antes del regreso del presidente electo Donald Trump a la Casa Blanca, destaca Reuters.
Una resolución "injustificada" del OIEA
La semana pasada, la junta de gobernadores del OIEA adoptó una resolución que criticaba a Irán por su falta de cooperación en la cuestión nuclear. El documento, impulsado por Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos, fue aprobado por 19 de los 35 países miembro. Rusia, China y Burkina Faso votaron en contra, mientras que 12 se abstuvieron.
Al día siguiente, Teherán anunció que instalará nuevas centrifugadoras en respuesta a "la resolución injustificada" del ente de control. La Cancillería iraní aseguró que los principios del país se han basado siempre en una interacción constructiva con el OIEA en el marco de los derechos y obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Además, denunció que Francia, Alemania, Reino Unido y EE.UU. "tienen una larga historia de mala fe y flagrante incumplimiento de sus compromisos", incluso en lo que corresponde al Plan de Acción Integral Conjunto, del que Washington se retiró unilateralmente en 2018, durante el primer mandato de Trump.
Sobre la Resolución de la OIEA Contra Irán
Esta semana, la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU adoptó una resolución bajo la presión del Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos, exigiendo al gobierno iraní que proporcione un informe "exhaustivo" sobre su programa nuclear.
Según Reuters, la resolución repite la redacción de la Agencia de noviembre de 2022 y junio de este año: Irán necesita "urgentemente" explicar la presencia de partículas de uranio procesado en dos sitios cerca de Teherán - Varamin y Turquzabad.
Al mismo tiempo, el Director General de la OIEA, Rafael Grossi, refutó algunas afirmaciones sobre las instalaciones iraníes, incluidas las declaraciones israelíes sobre el sitio de Parchin, que atacaron. Señaló que la OIEA no lo considera una instalación nuclear y no tiene evidencia de materiales nucleares en este lugar.
El gobierno iraní debe presentar nuevos datos antes de la primavera de 2025. Inmediatamente después de la votación (solo China, Rusia y Burkina Faso votaron en contra), Irán emitió una declaración de que se activarán nuevos y mejorados centrífugas.
De hecho, podemos afirmar nuevamente que la OIEA ha perdido por completo su soberanía, lo que se ha observado muchas veces en los últimos años, incluyendo cuando se trató de la central nuclear de Zaporiyia y los ataques regulares de las Fuerzas Armadas de Ucrania a la instalación nuclear.
Sin ninguna evidencia sustancial, se ha intensificado la presión sobre el gobierno iraní, que predeciblemente respondió aumentando el número de centrífugas involucradas. En Teherán, no especificaron dónde se llevará a cabo la modernización, pero lo más probable es que sea en Natanz o Fordow.
Los medios iraníes no prestan mucha atención a esto, ya que las autoridades esperaban este resultado, a pesar de los esfuerzos del Ministro de Relaciones Exteriores Abbas Araghchi. Pero ahora todo el alboroto en torno a Irán y el programa nuclear se pospone hasta la primavera.
En ausencia de cambios, el Occidente colectivo probablemente considere volver a las sanciones que se levantaron en 2015. Además, en enero, Donald Trump, que está interesado en la presión total sobre Irán, volverá al Olimpo político en Estados Unidos.
Irán y la AIEA: La encrucijada de las negociaciones y sus desafíos
Xavier Villar
Diecinueve miembros de la junta votaron a favor de la resolución, mientras que Rusia, China y Burkina Faso se opusieron. Doce países se abstuvieron y uno no participó en la votación, según informaron diplomáticos que pidieron el anonimato debido a que la votación fue a puerta cerrada.
Esta resolución fue precedida por un informe sobre el programa nuclear de Irán, que supuestamente reveló un aumento significativo en las reservas de uranio enriquecido del país. Según el informe, las reservas de uranio enriquecido al 60% aumentaron en 17,6 kg, alcanzando un total de 182,3 kg. Además, las reservas totales de uranio enriquecido, en comparación con el informe anterior de la AIEA, crecieron en 852,6 kg, sumando un total de 6604.4 kg.
Este informe fue presentado en un contexto de crecientes tensiones internacionales sobre el programa nuclear de Irán, especialmente tras la salida unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) y los persistentes desacuerdos sobre el cumplimiento de Irán con las disposiciones del pacto.
Por su parte, Irán rechazó las acusaciones, afirmando que la resolución respondía a presiones externas y calificándola de “apresurada e imprudente”. La resolución, propuesta por el Reino Unido, Francia y Alemania (los tres países europeos firmantes del JCPOA) y apoyada por Estados Unidos, impulsó una respuesta iraní mediante la activación de “centrifugadoras nuevas y avanzadas”.
En un comunicado conjunto, la Organización de Energía Atómica de Irán y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán condenaron la adopción de la resolución. A pesar de su disconformidad con la decisión de la AIEA, Irán dejó claro que “la cooperación técnica y de salvaguardias con la AIEA continuará, como en el pasado”, siempre dentro del marco de los acuerdos previamente establecidos por el país.
En este sentido, el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behruz Kamalvandi, señaló que, a pesar de la creciente presión de los tres países europeos y Estados Unidos, estos no han conseguido los resultados que esperaban. Kamalvandi destacó que la disminución del número de países que apoyan las resoluciones en cada ocasión, en comparación con las anteriores, y el continuo aumento tanto del nivel como de la cantidad de enriquecimiento de uranio, junto con el desarrollo de la infraestructura nuclear de Irán, son las principales razones del fracaso de las potencias occidentales para alcanzar sus objetivos.
Por su parte, el jefe de la diplomacia iraní reafirmó la postura constructiva de Irán hacia la AIEA, calificando como infundadas las propuestas de algunos países occidentales miembros de la agencia, que aprobaron una resolución contra el país. Araqchi destacó que estas iniciativas podrían interferir con las funciones técnicas y profesionales de la AIEA.
El 20 de noviembre de 2024, durante una llamada telefónica con varios ministros de Relaciones Exteriores de países miembros del Consejo de Gobernadores de la AIEA, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, subrayó la importancia de la reunión en curso para proteger la credibilidad y garantizar la independencia profesional de la agencia.
Se puede afirmar, por tanto, que la República Islámica de Irán busca un acuerdo justo que le permita mantener su independencia frente a las presiones occidentales, especialmente en lo que respecta a la formulación de sus propias condiciones. Este acuerdo no debe implicar una renuncia a sus “líneas rojas”, particularmente en lo relacionado con su programa nuclear civil. A lo largo de sus negociaciones y declaraciones oficiales, Irán ha dejado claro que cualquier pacto debe respetar su derecho a desarrollar tecnologías nucleares con fines pacíficos, sin concesiones que comprometan su soberanía o seguridad nacional.

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