Xavier Villar
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, afirmó que Teherán mantiene su derecho legítimo a responder a los recientes ataques militares de Israel. Sin embargo, subrayó que cualquier decisión estará condicionada por los acontecimientos en la región, en particular por el reciente alto el fuego alcanzado en Líbano.
El cese de las hostilidades, que entró en vigor el miércoles por la mañana, ha sido calificado por fuentes cercanas al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) como una victoria estratégica para la Resistencia. Según estas fuentes, el acuerdo permitió a Hezbolá imponer sus condiciones al régimen israelí, frustrando los objetivos que este perseguía en el conflicto.
Además, Hezbolá logró paralizar por completo la actividad en los territorios ocupados del norte de Palestina, provocando el desplazamiento de unas 200 000 personas y movilizando a un tercio de las fuerzas armadas de Israel. Estas maniobras no solo limitaron la capacidad operativa del Ejército israelí en la región, sino que también obligaron a redirigir recursos estratégicos, evidenciando el alcance táctico de la resistencia libanesa.
Araqchi, que se encuentra en Lisboa para participar en la Cumbre Mundial de Civilizaciones, destacó que Irán sigue con atención estos desarrollos regionales. “Nuestro derecho a la legítima defensa está garantizado, pero consideramos también el impacto de estas dinámicas, como el alto el fuego en Líbano, que refuerzan la estabilidad en Oriente Próximo”, declaró el jefe de la ِiplomacia iraní.
Este planteamiento encuentra respaldo en el derecho internacional. El artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas reconoce el derecho inherente de cualquier Estado a la legítima defensa en caso de un ataque armado. Sobre esta base, Irán insiste en que su postura está enmarcada en los principios legales internacionales, al tiempo que enfatiza la importancia de actuar con prudencia para preservar el equilibrio en la región.
En este contexto, el presidente del Parlamento iraní, Mohamad Baqer Qalibaf, subrayó en una entrevista que Irán sigue comprometido con la realización de la operación “Verdadera Promesa 3”. Qalibaf explicó que esta decisión ya ha sido tomada y que su implementación se llevará a cabo en el momento y bajo las condiciones adecuadas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, hizo estas declaraciones antes de una reunión clave entre negociadores iraníes y europeos que se celebrará este viernes en Ginebra. El objetivo de este encuentro es explorar posibles soluciones al actual estancamiento entre Irán y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
Sin embargo, Araqchi expresó su pesimismo respecto al resultado de las conversaciones, admitiendo que no estaba seguro de que Irán estuviera negociando con la parte adecuada para resolver las diferencias. El ministro destacó que las naciones europeas, particularmente el Reino Unido, Alemania y Francia, parecen estar orientadas hacia la confrontación, especialmente después de la reciente reunión de la Junta de Gobernadores de la AIEA. En ese encuentro, se aprobó una moción de censura presentada por los países europeos, en la que se acusaba a Irán de no cooperar con los inspectores nucleares y de estar acumulando un stock de uranio sin un propósito civil pacífico.
Irán rechazó estas acusaciones y afirmó que la resolución de la AIEA respondía a “presiones externas”. En este sentido, Araqchi recordó que el director general de la AIEA, Rafael Grossi, había prometido evitar dicha resolución tras el compromiso de Irán de limitar su enriquecimiento de uranio al 60 % y permitir la visita de cuatro inspectores nucleares a sus instalaciones. No obstante, el ministro iraní aseguró que Grossi no cumplió su promesa, dado que las naciones europeas ya habían tomado la decisión de seguir “un camino de confrontación”.
Seyed Abás Araqchi, reafirmó el compromiso de su país con los términos del Tratado de No Proliferación Nuclear, asegurando que Teherán sigue cumpliendo con sus obligaciones internacionales. En una entrevista reciente, el ministro declaró: “No tenemos intención de superar el 60 % de enriquecimiento de uranio por el momento, y esta es nuestra determinación actual”, añadiendo que Irán ha optado por la vía de la cooperación con el objetivo de encontrar una solución digna a las disputas sobre su programa nuclear.
Durante su intervención en Lisboa, el ministro iraní dejó claro que el compromiso de Irán con Occidente respecto a su programa nuclear no está garantizado. “Actualmente hay un debate en Irán sobre si quizás fue una política equivocada. ¿Por qué? Porque demostramos que hicimos todo lo que ellos querían y, cuando llegó el momento de levantar las sanciones, en la práctica, no sucedió. Entonces, tal vez algo esté mal en nuestra política”, afirmó Araqchi. Estas declaraciones reflejan el creciente descontento dentro del país sobre la falta de avances en la implementación de los beneficios que Teherán esperaba recibir a cambio de sus concesiones nucleares.
El ministro iraní fue más allá y agregó: “Puedo decirles, con total franqueza, que este debate está ocurriendo en Irán, y principalmente entre las élites –incluso entre la gente común– sobre si deberíamos cambiar esta política o no, sobre si deberíamos modificar nuestra doctrina nuclear, como dicen algunos, porque ha demostrado ser insuficiente en la práctica.”
Estas palabras ponen el foco en el debate interno en Irán sobre la efectividad de su actual enfoque nuclear y la relación con las potencias occidentales. En este contexto, cada vez más figuras políticas iraníes consideran que un cambio en la doctrina nuclear del país podría aumentar su poder disuasorio y garantizar una posición más firme en la arena internacional.
Una de esas voces ha sido la del diplomático iraní Seyed Hosein Musavian, quien en una entrevista reciente señaló que, en caso de un ataque militar israelí, “no hay garantía de que el programa nuclear pacífico de Irán continúe”. Esta declaración refleja el creciente debate interno sobre si, ante presiones externas, Irán podría optar por modificar su enfoque nuclear.
Si bien cualquier ataque contra Irán refuerza las posturas que abogan por el desarrollo de armas nucleares, la cuestión sigue estando, por el momento, limitada por la fatwa emitida en 2003 por la máxima autoridad religiosa del país, el ayatolá Ali Jamenei, que prohíbe la fabricación de armas nucleares. Esta fatwa ha sido un principio fundamental de la política nuclear iraní, pero, a medida que aumentan las presiones internacionales, algunos sectores dentro de Irán cuestionan su viabilidad a largo plazo.
El ministro de Exteriores iraní advirtió que, si Occidente continúa amenazando con reimponer todas las sanciones de la ONU, el debate sobre el futuro del programa nuclear iraní podría inclinarse hacia la opción de desarrollar armas nucleares. “Irán tiene la capacidad de fabricar armas nucleares, pero esto no forma parte de la estrategia de seguridad de Teherán”, enfatizó el canciller iraní, al tiempo que subrayó que, por ahora, Irán sigue centrado en mantener su programa nuclear pacífico.