Análisis: El nuevo proyecto del MEK en su principal centro político: Un análisis
Alireza Niknam
La organización terrorista MEK, conocida formalmente como Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), ha desempeñado un controvertido papel en el ámbito político relacionado con Irán. A lo largo de los años, esta organización ha orquestado diversas campañas para desestabilizar al gobierno iraní y atraer el apoyo de las potencias internacionales.
Los últimos esfuerzos del MEK, tras los fracasos de sus anteriores proyectos en Francia y Albania, se han trasladado a Berlín. Allí, al parecer, el grupo pretende celebrar una reunión sobre «derechos humanos». Sin embargo, los analistas sugieren que este proyecto es un intento de ejercer más presión sobre la República Islámica de Irán utilizando información dudosa sobre las instalaciones nucleares del país, información que a menudo ha engañado a destacados funcionarios de Estados hostiles.
Por ejemplo, en el pasado, Netanyahu afirmó en la Asamblea General de la ONU que Irán estaba construyendo una bomba nuclear en un lugar concreto de un mapa que él facilitó, sólo para que los periodistas revelaran más tarde que el lugar era en realidad una tienda de limpieza de alfombras. Este incidente se convirtió en el centro de atención de los medios de comunicación internacionales durante meses.
El MEK se fundó en la década de 1960 para oponerse al régimen de los Pahlavi en Irán, pero tras la revolución de 1979 se volvió rápidamente contra la República Islámica. A lo largo de los años, la organización ha utilizado diversas tácticas, como conflictos armados, asesinatos y campañas de propaganda, para oponerse al gobierno iraní. El MEK ha tratado sistemáticamente de alinearse con las potencias internacionales opuestas a Irán. En particular, su cooperación con la administración de Trump mostró el deseo del grupo de encontrar aliados eficaces para fortalecer sus objetivos contra Irán.
Durante la presidencia de Trump, el MEK recibió un apoyo sustancial para su agenda antiiraní. El grupo imaginó que se acercaba a sus objetivos con la campaña de «máxima presión» de Trump contra Irán. Sin embargo, el cambio en las políticas estadounidenses bajo la administración de Biden, junto con un enfoque diplomático renovado hacia Irán, ha creado un entorno desafiante para el MEK. Con un apoyo cada vez menor, los líderes del MEK se sienten ahora amenazados y han recurrido a métodos alternativos para recuperar la atención y la legitimidad.
Los informes indican que el MEK planea organizar una reunión en Berlín con el pretexto de una conferencia sobre derechos humanos. Pretenden invitar a políticos jubilados y «alquilados» para crear una exhibición de defensa de los derechos humanos, a pesar de que, según Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional, el grupo no ha defendido ni siquiera los derechos básicos entre sus propios miembros. No obstante, con esta actuación esperan sacar provecho del clima político europeo, especialmente sensible a las cuestiones de derechos humanos y no proliferación nuclear.
El objetivo principal de la reunión de Berlín es reavivar la preocupación internacional por el programa nuclear iraní mediante afirmaciones sobre instalaciones nucleares secretas. Según los informes, el MEK tiene previsto presentar una lista de supuestos emplazamientos nucleares en Irán, alegando que estos lugares se utilizan para el desarrollo nuclear clandestino.
Sin embargo, en reclamaciones anteriores, se descubrió que sus lugares designados no tenían ninguna relación con programas nucleares; uno de esos casos llevó a los periodistas a una tienda de limpieza de alfombras en lugar de a un emplazamiento nuclear. En última instancia, el principal objetivo de divulgar esta información es presentar al MEK como activo, aumentando así su popularidad y asegurándose la financiación de los gobiernos occidentales.
En los últimos años, el apoyo al MEK ha caído en picado, y los miembros del grupo en Albania y Francia se han enfrentado a redadas policiales y confiscaciones de sus bienes, bienes supuestamente utilizados para ejecutar actividades terroristas en Irán.
Centrarse en la cuestión nuclear permite al MEK atraer la atención de Estados Unidos y los países europeos, ya que la no proliferación nuclear sigue siendo una de sus principales prioridades. La estrategia del MEK se basa en la suposición de que las nuevas preocupaciones sobre el programa nuclear iraní podrían recabar de nuevo el apoyo de Occidente, especialmente de las facciones que se muestran escépticas ante las intenciones nucleares de Irán.
Para reforzar sus afirmaciones, el MEK pretende presentar a personas como testigos y expertos para que declaren sobre la exactitud de la información facilitada acerca de las actividades nucleares de Irán. Sin embargo, se cree que estos individuos son miembros del MEK que se hacen pasar por testigos o expertos independientes. Presentar a miembros internos como testigos extranjeros es un intento del MEK de añadir credibilidad a sus relatos inventados, aunque estas viejas tácticas suelen ser recibidas con escepticismo. Este enfoque engañoso ejemplifica los métodos tradicionales del MEK de ofrecer afirmaciones no verificables para respaldar sus acusaciones antiiraníes.
El recurso del MEK a este tipo de tácticas plantea serias dudas sobre la credibilidad de sus afirmaciones. Los críticos sostienen que la reunión de Berlín no es más que otro intento de este grupo de explotar las condiciones geopolíticas y presionar a Occidente para que le proporcione financiación adicional, a pesar de la falta de pruebas sólidas de sus afirmaciones.
El momento de la reunión de Berlín coincide con la reevaluación por parte de Estados Unidos de sus políticas hacia Irán. Recientemente, Trump comentó en su campaña que su única exigencia a Irán era que se abstuviera de construir armas nucleares, lo que supone un retroceso total respecto a sus condiciones anteriores. Este cambio de postura subraya el fracaso de la nueva estrategia del MEK. La reducción del apoyo de Trump y su énfasis en una única condición nuclear indican que la campaña de máxima presión ha sido en gran medida infructuosa.
Estos acontecimientos tienen amplias implicaciones para la estrategia del MEK. A medida que disminuye la necesidad de instrumentos antiiraníes para presionar a Irán, la posición del MEK es cada vez más vulnerable. La reunión de Berlín puede verse como un intento desesperado del grupo por mantener la cuestión nuclear en la mente de los gobiernos occidentales y mantener su relevancia.
Del examen de las actividades del MEK, que han perdido gran parte de su eficacia, se desprende que el grupo se enfrenta a importantes desafíos en el futuro, a medida que los cambios en las políticas internacionales y estadounidenses socavan sus métodos tradicionales. Basarse en afirmaciones inverificables y tácticas dudosas ha suscitado numerosas dudas sobre las intenciones y la credibilidad del MEK.