Opinión

El trumpismo y la revolución conservadora global

Administrator | Viernes 17 de enero de 2025
Aleksandr Dugin
La escalada de Alexander Dugin
Ilya Prikhodko (Sputnik): En la próxima hora discutiremos los acontecimientos actuales que dejaron desorientadas a las agencias de noticias. Una de las principales noticias de hoy ha sido confirmada por el Ministerio de Defensa de Rusia. Nuestro ejército ruso ha tomado el control de Kurajovo en el Donbass según las declaraciones hechas al respecto por nuestro ministerio de defensa. El 80% del personal que defendía esta fortificación desde la época de la URSS ha perecido. En 10 años el régimen de Kiev convirtió a Kurajovo en una poderosa fortificación con una gran red de puntos de defensa y comunicaciones subterráneas que tuvieron que enfrentar nuestros soldados. Supongo que debemos felicitarlos por este logro, porque la captura de Kurajovo es realmente un episodio muy, muy importante para la Operación Militar Especial, tus palabras Aleksandr Guélievich.
Aleksandr Dugin: Creo que sí. Se trata de una victoria muy importante. Hay tres dimensiones muy importantes con respecto a la captura victoriosa de Kurajovo por parte de nuestros valientes héroes.
Primero: era el punto desde el que bombardeaban constantemente Donetsk. Los cohetes que ahora usan tienen mayor alcance, por desgracia, y esos ataques continuarán, tanto en Donetsk como en el resto de nuestros territorios, pero el bombardeo de artillería cesará. Donetsk por fin está libre de esa interminable y monstruosa ola de genocidio organizada continuamente por el régimen nazi de Kiev desde el 2014. Es una gran victoria para el pueblo de Donetsk, para todo nuestro pueblo, porque el genocidio dirigido contra el pueblo de Donetsk, contra la población civil, los niños, los ancianos, las mujeres, se detendrá después de la captura de este bastión fortificado de los nazis de los ucranianos. Este genocidio no solo se reducirá, sino que se detendrá. Es algo muy significativo.
Segundo: nos abre la posibilidad de realizar un rápido avance hacia el Oeste. Kurajovo era una fortificación y estaba tan bien fortificada que de hecho frenó el avance de nuestras fuerzas en la zona. Lo cual resulta muy prometedor. Los próximos asentamientos serán más fáciles de capturar. Aunque, por supuesto, pagamos un precio enorme por ello: perdimos a nuestros hermanos, a nuestros hijos, a nuestra gente y cada una de esas personas perdidas es irremplazable. Pero esto es la guerra y sólo la victoria puede ser recompensada por pagar estos increíbles sufrimientos y hazañas hechos por nuestro pueblo.
Tercero: desde un punto de vista económico está el yacimiento de litio de Shevchenko, el cual se encuentra bajo control ruso. Algo muy importante. Se trata de muchos miles de millones, tal vez billones de dólares, porque las baterías de litio son lo que la industria automotriz en Occidente y China ahora necesita a montones. Las reservas de litio en el mundo son limitadas. Por otra parte, Rusia ha recuperado el control de esta zona. Ya es nuestro territorio, nuestra tierra. Pero ahora hemos recuperado el control de una fuente de enorme riqueza que hace que la pérdida de nuestros activos en divisas sea un episodio menor. Eso es lo que significa. Todo el Este de Ucrania, toda Novorrusia, que sin duda será liberada del régimen nazi, era el corazón económico de Ucrania. El 90% de la economía de Ucrania se concentraba allí. Y sólo el yacimiento de litio de Shevchenko equivale quizá a varias regiones del Oeste de Ucrania y se trata de un territorio bastante pequeño.
Por supuesto, la economía no es el objetivo de esta guerra. Tampoco es el factor principal de la guerra. Pero es, sin embargo, un elemento esencial de la victoria. Simplemente quiero felicitar a nuestro valiente ejército, a nuestro Estado, a los habitantes de Donetsk y de la Republica Popular de Donetsk en general y a todo nuestro pueblo por este milagro de Año Nuevo. Es muy importante y simbólico. Es importante que el Año Nuevo comience con esta noticia: con la victoria, con la toma de un lugar importante. Por supuesto, esto está lejos de ser un avance decisivo o un punto de inflexión, pero es muy importante y tales momentos fundamentales del derrocamiento de un enemigo que se resiste desesperadamente hacen parte del estandarte que nos dará la victoria.
Ilya Prikhodko (Sputnik): Por supuesto, Aleksandr Guélievich, especialmente con el telón de fondo de las malas noticias para Ucrania procedentes de la región rusa de Kursk, las AFU aparentemente lo están haciendo tan mal allí que incluso el comandante en jefe Syrsky anunció personalmente hace unos días que había ido allí, a la dirección de Kursk, aparentemente para animar personalmente a los soldados de las AFU que se encuentran en una situación difícil. En general, el poder militar no está del lado de Kiev en vísperas de la reunión de Ramstein, que tendrá lugar muy pronto, y que determinará en muchos sentidos, quizá usted pueda hablarnos más de ello, en principio, sobre el futuro de las relaciones entre Occidente y Ucrania en estos momentos.
Aleksandr Dugin: Estamos a 14 días de un nuevo ciclo de la política occidental y espero que hablemos más de esto más adelante. En comparación con las cuestiones fundamentales que se están resolviendo ahora en Washington, ya que no es únicamente la administración la que está cambiando allí, sino la misma civilización occidental, el factor ucraniano simplemente no existe. Es algo insignificante, diminuto. No sólo no está en el centro de atención, sino que ni siquiera está en la periferia. Pero como los globalistas siguen en el poder, y la reunión de Ramstein se celebra con Biden todavía en la Casa Blanca, creo que se harán algunas promesas o se darán algunas instrucciones a Zelensky.
Pero en general, ya se encuentran en agonía, es la agonía de los liberales, de los globalistas. Cuando Biden da premios y medallas a figuras como Soros y Hillary Clinton, que son odiados por los estadounidenses, se convierte en la burla de todos. Bien podría invitar a Zelensky a la Casa Blanca y darle una medalla, o prometerle algo en Ramstein. Pero su época ya paso.
En este sentido, creo que el intento de ofensiva de las fuerzas armadas ucranianas en la región de Kursk, de escala mucho menor que la declarada por Kiev, es también un signo de agonía. En principio era imposible que cambiara el curso de la guerra, pero incluso simbólicamente resulto sin importancia, siendo un fiasco completo para Ucrania. No había brigadas que pudieran participar allí, no había un enorme ejército de 200 tanques. Hubo una serie de ataques que nuestros soldados rechazaron heroicamente.
Hasta ahora los hemos repelido. Pero no nos limitaremos a echar al enemigo de la región de Kursk, aunque no sea tan fácil, porque Kiev se da cuenta de que éste es realmente su último movimiento simbólico, no tienen nada más. Seguiremos adelante y no nos detendremos hasta que hayamos alcanzado los objetivos de la Operación Militar Especial, liberar a toda Ucrania del régimen nazi.
Nos ha costado mucha sangre, mucho trabajo. Tendremos que sacar conclusiones muy serias de esto más adelante, sobre cómo es que estamos recuperando nuestra tierra con tanta dificultad y realizando nuestros objetivos con tantos sacrificios... Creo que volveremos sobre este problema, pero lo principal ahora es ganar y la victoria se acerca día a día, hora a hora. El enemigo no puede oponernos nada y, en principio, creo que después de los cambios globales que ya han comenzado, cuyo telón de fondo se pondrá de manifiesto a partir de finales de enero de forma global y no local, el régimen nazi de Ucrania simplemente no tiene ninguna posibilidad en este horizonte completamente nuevo.
Ilya Prikhodko (Sputnik): Así que 2025 será un año realmente clave para Ucrania. ¿Qué le llama la atención? Si uno ve el discurso de Año Nuevo de Zelensky, una parte importante estuvo dedicada a sus esperanzas con respecto a la llegada de Trump a los Estados Unidos de América. Y en general, se tenía la sensación de que el futuro de Ucrania no lo deciden los ucranianos, no lo decide el régimen político de Kiev, sino cada vez más los poderes al otro lado del océano. Muchas veces se mencionó a Trump y que debería sentar a todos en la mesa de negociaciones. Por cierto, la entrevista de Zelensky, que también está siendo activamente discutido hoy, dice eso, que sí, podemos hablar a partir del 25 de enero y hay una sensación real de que Ucrania está perdiendo los restos de su subjetividad política frente al nuevo mapa geopolítico del mundo.
Aleksandr Dugin: Ucrania nunca ha tenido una subjetividad política real. El actual régimen nazi fue llevado al poder por los globalistas como parte de su estrategia global. En consecuencia, no creo que se produzca ningún movimiento nuevo. Ucrania es una herramienta nazi de la clase liberal globalista que intentó socavar la independencia y la soberanía de Rusia. Rusia es considerada por los globalistas como el principal obstáculo para el establecimiento de su orden mundial. En mi opinión, no se equivocan: nosotros no nos hemos equivocado y Occidente no se ha equivocado.
Pero Zelensky ya no espera cumplir la misión que le dieron los globalistas (que están a punto de salir de la Casa Blanca) de infligir una derrota estratégica a Rusia, ni siquiera de volver a recuperar el control de algunas de las regiones de Ucrania, nada de eso está siquiera en la agenda. Ahora se trata sólo de que le ruegue a Trump que “¡nos salve, que haga que los rusos declaren un alto al fuego...!” Creo que es una ilusión. La herramienta ha cumplido su función y nos causó muchos problemas y bajas. Pero nos unimos, sobrevivimos, nos reagrupamos y ahora no sólo estamos defendiendo nuestra soberanía, sino que estamos aumentando rápidamente la escalada. Es un hecho.
Para los globalistas, esto es sin duda una derrota, un fracaso de su estrategia. Pero eso no afecta a Trump. Para Trump eso no importa mucho. Ucrania no es Canadá, no es Groenlandia, no es el Canal de Panamá. Ni siquiera es Europa, que ahora interesa cada vez más a los trumpistas. Los trumpistas han descubierto que han derrotado a los globalistas en Estados Unidos. Por supuesto, todavía queda un enfrentamiento muy serio por venir y creo que un gran número de casos criminales, arrestos y ejecuciones en la silla eléctrica estarán en pleno apogeo en algunos de los Estados que todavía permiten la pena de muerte. Imagino que los trumpistas juzgarán a Biden, a su hijo, a Obama y al resto de los globalistas, sacando a relucir lo que ahora llaman la “élite pedófila”. A los liberales los trumpistas de a pie los llaman “la élite pedófila”. Y esta élite pedófila ahora será juzgada en Estados Unidos.
Los trumpistas también se han dado cuenta de que era esa élite la que controlaba muchos países de Europa: Inglaterra, Francia, Alemania. Y ahora se preocupan por ello.
En medio de todo esto, Zelensky no representa más que un lacayo de esa “élite pedófila” que Trump no quiere en absoluto. No es porque Trump nos trate bien ni porque admire a Putin. Creo que respeta a Putin y conoce su valor. Pero Rusia no es ni amigo ni enemigo de Trump. Eso es lo importante. Además...
Europa tampoco es su principal preocupación. China, el mundo islámico, Israel e India son mucho más importantes para Trump. Pero Rusia no es muy importante. Eso es bueno para nosotros, creo que Trump presentará algunas propuestas sobre Ucrania, pero como no es algo muy claro, importante e interesante para él, no insistirá mucho. Por lo tanto, todas las esperanzas de Zelensky de que Trump vendrá y pondrá las cosas en orden a favor del régimen de Kiev no tienen ninguna base. Los ucranianos, incluso con el apoyo de los restantes regímenes globalistas de la Unión Europea se encontrarán sin una gigantesca y definitoria ayuda estadounidense. Hemos estado haciendo frente a Kiev incluso con dicha ayuda y si imaginamos su restricción o incluso su cese, es el fin para Ucrania. Y entonces se puede insultar, se puede hablar del desprecio que sienten por el pueblo ruso, se puede decir lo que se quiera, ya nada importa. Es como un maníaco rabioso que es atado por los psiquiatras y que lo único que puede hacer al final es gruñir. O cuando algún ladronzuelo es detenido y amenaza a gritos a los policías, diciéndoles palabrotas. Se trata de desesperación y agonía. Por supuesto, Kiev aún puede albergar algunas esperanzas obstinadas y sin sentido de un “milagro ucraniano”, pero el mito se ha derrumbado: “Bandera no vino, el orden no llegó”. Ahora otra versión de este tonto cuento de hadas está de moda: “Trump vendrá y restablecerá el orden”. Vendrá muy pronto, pero definitivamente no restaurará el orden en interés de la junta neonazi, ni siquiera se tomará en serio sus intereses. Trump tiene cosas que hacer y gente con la que lidiar. Y sin este sangrante problema que heredó de sus archienemigos liberales tiene muchos otros retos serios con los cuales lidiar. Los que estaban originalmente detrás de la junta nazi de Kiev – Joe Biden, Hunter Biden, George Soros, Victoria Nuland, etc., toda esa élite pedófila, liberal-democrática – han sido derrocados. Y ellos son los responsables del baño de sangre que aconteció en Ucrania.
Así que creo que la situación no favorecerá en absoluto a Zelensky. Pero no debemos contar con Trump. Estamos luchando esta guerra por nosotros. Tenemos nuestros propios objetivos. Tenemos nuestro propio punto de vista. Y la victoria sólo la podemos alcanzar con nuestras propias fuerzas. Por lo tanto, el cambio incondicional de actitud de Trump hacia la situación ucraniana de ninguna manera nos exime de la responsabilidad de la Victoria en esta guerra fratricida tan difícil.
Ilya Prikhodko (Sputnik): Claro, Aleksandr Guélievich, usted mencionó que la nueva geopolítica es inevitable. De hecho, incluso una mirada superficial al mapa político de Europa, básicamente confirma esta idea, porque en Alemania la crisis política, la salida de Scholz y sus asociados, es probable que suceda. En Francia, la prolongada crisis de la formación del gabinete, también se da un aumento de la popularidad de Alternativa para Alemania en la RFA. De hecho, algunos procesos políticos ya están en marcha en Europa. Y no en vano, al parecer, Elon Musk, como enviado de Donald Trump, está comentando activamente todo lo que está sucediendo. En algún sitio habla de Alternativa para Alemania, provocando un escándalo salvaje entre los socios de Scholz, hasta algunas acusaciones. En otra ocasión comenta la situación en Gran Bretaña, diciendo que las élites gobernantes están en crisis, quizás deberían haber celebrado unas elecciones. Elon Musk hace muchos comentarios políticos como diciendo que los antiguos socios de Estados Unidos tienen que irse. ¿Qué está pasando en Europa, Aleksandr Guélievich?
Aleksandr Dugin: Es la segunda venida de Trump como presidente de Estados Unidos. Ya no es su primera vez, será muy diferente. Trump viene ahora junto con los trumpistas. Trump tiene una nueva ideología y una nueva comprensión de la situación mundial. Se ha dado cuenta plenamente de que las viejas élites pedófilas globalistas estadounidenses no son buenas. Y Scholz es exactamente eso, igual que Macron o Starmer. Y de hecho hay una reevaluación fundamental en curso en este momento en los EE.UU. con respecto a saber quiénes son los verdaderos patriotas de Europa. Figuras como Orban en Hungría, Fico en Eslovaquia, Meloni en Italia (que originalmente era un derechista que llegó al poder en medio de una ola de consignas tradicionalistas de extrema derecha, aunque luego se tambaleó), Farage en Gran Bretaña, Marine Le Pen en Francia, Alternativa para Alemania y Alice Weidel, son posibles aliados de Trump y de la nueva administración estadounidense. En conjunto todos ellos serían una sólida “Alternativa para Europa”. Pero esas élites que todavía gobiernan en la mayoría de los países son amigos y socios de Biden y, por lo tanto, están lejos de ser amigos de Trump. Dicho esto, Biden ha sido derrocado y salido en desgracia. No sólo ha perdido, sino que él y su régimen han sido derrocados por los trumpistas.
En consecuencia, recientemente en X.com (antes Twitter, prohibido en Rusia) Elon Musk en su cuenta planteó la siguiente pregunta: ¿debería Estados Unidos interferir en la política europea con el fin de eliminar estas élites globalistas y llevar a los patriotas al poder en Europa? Muchos consideran a Elon Musk muy influyente dentro del trumpismo. Y, por supuesto, la gran mayoría de los estadounidenses, decenas de millones, están diciendo: “Sí, debemos hacer eso, es lo mejor; debemos tener aliados y hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande. Y aquellos europeos que nos lo impidan, que se opongan a nuestras políticas que apelan a los valores tradicionales, bueno, simplemente hay que cambiarlos”. Sobre todo, porque Estados Unidos tiene una enorme experiencia en el cambio de régimen y de líderes en el extranjero.
Es sólo que ahora este enorme instrumento de los globalistas, los Estados Unidos de América, comenzará a funcionar de un modo diferente y será destinado a otros fines. Lo que estaban haciendo antes en interés de los globalistas – Soros, Obama, los liberales de izquierda – ya no será la norma. Ahora ese mismo conjunto de herramientas, tras cierta reestructuración o purga, empezará a funcionar en una dirección diferente. Tomemos como ejemplo la reciente visita de Georgie Meloni a Mar'o'Lago, la finca de Trump. Estaba radiante. Compárese eso con la forma en que habla con Ursula van der Leyen, con el ceño fruncido, o la forma en que rechazó como a la peste a Zelensky. Pero cuando Meloni habla con Musk o Trump se ve radiante.
Ha nacido un tiempo diferente, un Estados Unidos diferente. Es un hecho consumado y ha llegado la hora de una nueva política en todo Occidente.
Esto incluye la dimisión del globalista liberal Trudeau, que ha perdido completamente todo apoyo. Dimitió ayer. En consecuencia, es todo, se acabó. Se avecina un cambio verdaderamente rápido y profundo. Y puesto que Estados Unidos es la columna principal elemento de toda la estructura del Occidente colectivo, cuando cambie su actitud ideológica mediante nuevos mapas geopolíticos e ideológicos que aún no se han comprendido bien, entonces se producirá una transformación. No se trata de un regalo para nosotros, pero al menos no deberíamos vivir bajo las quimeras del pasado, sino que debemos comprender esta nueva realidad y encontrar nuestro propio lugar en ella.
Ilya Prikhodko (Sputnik): Excelente. Aleksandr Guélievich, sugiero que hagamos una pausa en nuestra conversación. Como escriben en los comentarios de Rutube bajo nuestra emisión de repente todo el mundo recordó que existen los intereses nacionales. Estamos en el programa escalada de Aleksandr Dugin en directo con Radio Sputnik preguntando qué es el trumpismo, qué pasó con el globalismo, volveremos en 7 minutos. Quédense con nosotros… Me gustaría empezar con cuál es la esencia del trumpismo y quiénes son sus representantes más brillantes, aparte de Donald Trump y quizás Elon Musk. ¿Qué tipo de personas son, cuáles son sus valores y cómo ven la política mundial actualmente ahora que faltan días para la investidura de Trump?
Aleksandr Dugin: El trumpismo es solo un esbozo de algo que todavía está en gestación. Podríamos decir que es el bosquejo de una ideología independiente. Es una cosmovisión particular que tiene unos rasgos distintivos y que se formó gradualmente. Por supuesto, siempre ha habido conservadores en Estados Unidos, siempre ha habido opositores a la globalización, pero ahora el trumpismo ha adquirido un carácter de masas. Ya no se trata únicamente de Musk y Trump, Vance, Alex Jones, Peter Thiel o, digamos, Candace Owen y Tucker Carlson. Todos ellos son trumpistas, pero el trumpismo abarca mucho más: es un fenómeno de masas. Y ésas son las principales características del trumpismo.
En primer lugar, los trumpistas se consideran partidarios de los valores tradicionales. Los valores tradicionales les importan. Y esto es algo muy concreto, porque sus adversarios ideológicos, los globalistas, han iniciado una auténtica guerra contra los valores tradicionales. La ideología globalista es exactamente lo contrario, es progresismo, es woke (vigilancia) y DEI (diversidad, equidad, inclusividad). Todo eso incluye la cancelación cultural, así como la necesidad de promover la perversión, la multiplicación de los géneros sexuales, el apoyo a los inmigrantes ilegales y la promoción de la destrucción de cualquier identidad cultural histórica y orgánica. Los progresistas y los liberales de izquierda globalistas exigen más migración, más perversión, más transgresión, es decir, la destrucción de los limites tradicionales. Se trata, de hecho, de un proyecto que busca la eliminación total de la humanidad en favor de entidades y seres posthumanos. Eso es el transhumanismo y el posthumanismo. Eso es en el fondo la ideología del progresismo.
El trumpismo, en cambio, dice: “no, no queremos eso, no seguiremos esa dirección”. No se trata únicamente de que quieran avanzar en esa dirección un poco más despacio, como plantean los conservadores, sino que los trumpistas enfatizan... que no se trata de velocidad, se trata de hacia dónde vamos, en qué dirección estamos yendo. No queremos seguir las instrucciones del globalismo. No son como los conservadores que sólo piden “ir un poco más despacio”, pero alcanzando los mismos objetivos. No, el trumpismo dice que es necesario cambiar el rumbo de la civilización occidental y en especial de Estados Unidos, que ha seguido ese camino durante los últimos 30 o 40 años. Se trata de algo muy serio, es un abandono de los valores liberales y progresistas hacia valores más tradicionales.
En segundo lugar, está la idea de la familia, la importancia de la familia. La familia ha sido destruida por los progresistas, los globalistas y los liberales. Y de repente los trumpistas dicen: “no, la familia importa”. Más aún: “la familia es la unión de un hombre y una mujer. Las perversiones ocurren, pero no se pueden legalizar y mucho menos enorgullecerse de ellas. Deben ser tratadas, en general, como cualquier pecado. Y el hombre es pecador”. Todas las culturas dicen que hay cosas que son vergonzosas, cosas que no se deben hacerse, pero que, sin embargo, ocurren porque las personas infringen tales prohibiciones. Siempre ha sido así y probablemente siga siendo así. Pero una cosa es reconocer la existencia del pecado, la perversión o el crimen como un hecho triste, como un elemento negativo de la libertad humana, y otra cosa es fomentarlo, decir que es la norma. Y el trumpismo no está de acuerdo con eso.
En tercer lugar, el trumpismo defiende que el valor supremo es la soberanía de Estados Unidos. ¿Acaso no nos recuerda a algo todo esto? Creo que en Rusia tenemos ciertas cosas mucho más claras....
Ilya Prikhodko (Sputnik): Exacto, exacto.
Aleksandr Dugin: Los valores tradicionales son importantes tanto para ellos como para nosotros. Pero ellos defienden los valores estadounidenses, mientras que nosotros defendemos los rusos.
Así que los trumpistas hablan de la soberanía de Estados Unidos y por eso adoptan el lema: “¡América primero!”. No dicen: “Hagamos grande a todo Occidente, a toda la humanidad”. No, ellos hablan de MAGA, “Make America Great Again”, “hagamos nuestro estado americano grande y fuerte, independiente, soberano”. No dediquemos enormes cantidades de dinero a oscuros objetivos como promover los principios liberales – woke, DEI, etc.-, que es lo que han estado haciendo los anteriores gobernantes durante los últimos 30 años, con la excepción del primer mandato de Trump. No obstante, Trump no tenía tanta fuerza en ese entonces, no se había dado cuenta de dónde estaba y no había reunido un equipo a su alrededor. En su segunda venida Trump tiene una mentalidad diferente y ahora está dispuesto a torcer muchos brazos por hacer a Estados Unidos grande.
Y eso significa que Estados Unidos debe ser independiente, ocupándose principalmente de sus problemas internos, los cuales son muchos como, por ejemplo, la inmigración ilegal. Este es el tema más importante para el trumpismo. La inmigración forma parte de la estrategia liberal para diluir la identidad de los nativos y crear una sociedad cosmopolita global. La ideología liberal, incluso más allá de las consideraciones puramente económicas, apoya y fomente la inmigración como un medio para promocionar los derechos humanos, ya que toda persona es un ciudadano independientemente del Estado al que pertenezca. Esa es la base individualista de la ideología liberal.
En nuestra sociedad se está planteando esta cuestión. Es importante darse cuenta de que los grupos de presión a favor de la inmigración no actúan tanto en función de los intereses económicos como ideológicos.
Y así, para hacer América grande de nuevo, los trumpistas dicen... no más inmigración ilegal. Solo inmigrantes legales, de calidad, gente que reconozca los valores americanos, que sean buenos para la sociedad. Históricamente, Estados Unidos ha recibido muchos inmigrantes, pero se han mantenido unas proporciones orgánicas. Y se apoyó la emigración precisamente cuando los propios emigrantes participaban activamente en la promoción de los intereses estadounidenses. Fue una fuga de cerebros de otras zonas del mundo que terminó concentrándose en Estados Unidos. Se trataba de una inmigración controlada, moderada.
Los liberales, los fanáticos de la sociedad abierta y los globalistas han cambiado radicalmente su actitud al respecto. Ahora ellos proclaman: “cuantos más migrantes, mejor, y el muro que Trump empezó a construir debe ser derribado”. Fue a través de Biden y debido a su incompetencia que entraron a raudales de delincuentes, pervertidos, pedófilos, distribuidores de droga, mafiosos y otras clases de latinoamericanos de a pie. Estados Unidos se encuentra en estos momentos inundado de seres completamente inútiles que vienen desde el sur, desde México, desde América Latina y desde otras partes del mundo; seres completamente descompuestos que han perdido sus propias raíces y no han aceptado las ideas estadounidenses. Pero el caso es que no es sólo culpa de ellos, por desgracia, sino que las mismas autoridades estadounidenses han buscado abolir, anular y destruir sus raíces culturales.
Esto llevó a EE.UU. a un verdadero desastre. Aparecieron ciudades llenas de drogadictos y delincuentes y pervertidos, todos ellos legalizados.
Y eso es lo que combatirán los trumpistas. Los trumpistas dicen basta a todo eso. América volverá a ser grande. Será independiente, libre, sin liberales, sin progresistas, sin cosmopolitas, sin Soros, sin Obama. Creo que, en principio, incluso llegarán a deshacerse de los demócratas, es decir, el Partido Demócrata, porque el Partido Demócrata esta integrado a la cúpula globalista y es la fuente del mal.
La democracia volverá al modelo clásico seguido por los estadounidenses: Estados Unidos para los estadounidenses y para quienes se solidaricen con los estadounidenses y compartan sus valores. Y los valores serán: la religión, la familia, el patriotismo, la honestidad, el respeto a la ley, las relaciones sanas entre los sexos, el respeto a los derechos de los menores y el mantenimiento de relaciones interétnicas e interraciales armoniosas. Esto es lo que proponen los trumpistas: sustituir todas las banderas LGTB que ahora cuelgan en los edificios gubernamentales....
Ilya Prikhodko (Sputnik): En Rusia, el movimiento LGBT, por cierto, está prohibido.
Aleksandr Dugin: Así que... el trumpismo se propone cambiar todas las banderas LGBT por banderas con la inscripción “In God we trust”. “En Dios confiamos”. En lugar de banderas LGBT, proclamaran: “En Dios confiamos”. Ésa es la diferencia entre la ideología que ha ganado estas elecciones y que llegará a Washington en sólo 14 días y la ideología que ha dominado Estados Unidos hasta hace muy poco. Hay un cambio enorme en la ideología de la misma sociedad estadounidense.
Por supuesto, creo que habrá una resistencia tremenda. Pero, ¿qué ha prometido Trump a la gente? “En mi primer día en la Casa Blanca, publicaré listas de todas las personas que participaron en las orgías pedófilas de Epstein y de P. Diddy”. Se nombrará a todas las personas sin excepción, independientemente de su rostro, probablemente expresidentes de EE.UU. y otras figuras de alto rango se encuentren allí. Y si su complicidad en actos criminales, violaciones, orgías satánicas y tráfico de seres humanos (y ya hay una enorme cantidad de material sobre esto) está plenamente verificada y probada, todos ellos serán sometidos a una investigación legal objetiva sin remordimientos.
Esto es un golpe al núcleo de esta élite globalista, que, de hecho, se ha convertido realmente en una especie de club satánico, el Hellfire Club (Club del Fuego del Infierno), que recientemente ha tratado de establecer su dominio sobre el mundo a través de diversas estrategias nefastas, incluyendo el covid, la vacunación forzada con sustancias no probadas o falsas, la vigilancia total y la persecución de los disidentes. Será una lucha contra los principios de esta religión liberal de izquierda en las últimas décadas, es decir, lo woke, lo que está en marcha.
Este es el cambio de ideología que se está produciendo en los Estados Unidos. Y por supuesto, afectará a Europa, China e India. Los trumpistas creen que China, aprovechándose del globalismo, ha establecido su control sobre gran parte de la industria estadounidense, que la economía de Estados Unidos depende demasiado de China. Y, en este sentido, China se está convirtiendo ahora quizás en el principal oponente de Estados Unidos a los ojos de los trumpistas. Hay que decir aquí que los globalistas también trataron bastante mal a China, y continuaron librando guerras comerciales en su contra bajo Biden. No hay nada fundamentalmente nuevo aquí. Pero los acentos obviamente cambiarán, porque los trumpistas ya están haciendo algunas demandas bastante duras con respecto a China. Por ejemplo, devolver a EEUU las tierras compradas por los chinos, no venderles más territorio, etc. Los trumpistas citan estadísticas sobre cuántas empresas en EEUU son propiedad de los chinos y declaran que eso es incompatible con la soberanía económica de EEUU.
Así que habrá cambios en la geopolítica general. India, por su parte, es un aliado de EE.UU., especialmente la India del conservador Narendra Modi. India también está volviendo ahora a los valores tradicionales, restaurando su soberanía. La idea de volver a hacer grande a la India es el lema de Narendra Modi. El cual está muy en la línea de Trump.
Hablamos un poco sobre Europa... las fuerzas conservadoras europeas son aliadas de los trumpistas y ahora los apoyan activa y abiertamente. Sabemos que Estados Unidos ha llevado a cabo repetidamente operaciones de cambio de régimen en varios países y a menudo ha cambiado líderes no deseados en países europeos. Pero dejemos que continúen con esa práctica... solo que en una dirección diferente. Solían llevar al poder a miembros del Hellfire Club como Macron, Scholz, Starmer, en una palabra, la élite globalista. Y ahora quizás los trumpistas empiecen a llevar a cabo operaciones similares de cambio de régimen, pero a la inversa. Bien. ¡Bienvenidos a la nueva Europa! Elon Musk, por ejemplo, ya está apoyando abierta y activamente a Alternativa para Alemania y a su líder Alice Weidel.
Ilya Prikhodko (Sputnik): Disculpe, voy a interrumpirle. Pero, sabe, todavía no sé si el globalismo en todas sus manifestaciones se rendirá tan fácilmente. Porque, sí, está claro que algo en el mundo está cambiando, pero la posición del globalismo tal y como la hemos conocido en los últimos años es muy fuerte. Y la oposición, probablemente, hasta incluso físicamente, antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, tendrá problemas, incluso podría ser el fin de los Estados Unidos América. Los atentados terroristas que han tenido lugar en Estados Unidos en los últimos días, ¿no son, no sé, una manifestación de esta resistencia violenta, incluso sangrienta en algunos lugares, al cambio de paradigma del que hablas?
Aleksandr Dugin: Por supuesto, habrá resistencia y Trump ya ha enfrentado varios intentos de asesinato. En los últimos días, hubo una explosión simbólica en Tesla, es decir, un coche que pertenece Elon Musk, el creador de Tesla, explotó cerca del hotel de Trump en Las Vegas. Es... un incidente negro. Sí, es una guerra. Pero es una guerra que políticamente los trumpistas conservadores ya han ganado y los globalistas liberales han perdido. Eso es fundamental.
Por supuesto, se resistirán, intentarán frenar todo este proceso, sabotear las reformas. Creo que habrá una gran división en el Estado profundo, en las instituciones de seguridad, porque muchos oficiales de alto rango de la CIA, el FBI, el DIA (inteligencia militar estadounidense) y los círculos militares están involucrados en operaciones criminales, como es el caso de Ucrania, con el lavado de dinero, la creación de laboratorios biológicos, el tráfico de órganos y de seres humanos, la preparación de ataques terroristas contra personas inocentes y esquemas de corrupción gigantescos. Ellos buscaran resistir desde adentro.
Pero Trump ya no está solo. Trump no únicamente tiene la experiencia de sus 4 años anteriores, de 2016 a 20220, sino que él y sus seguidores pasaron por un calvario de 4 años donde fueron acosados, humillados, calumniados y encarcelados, especialmente tras los sucesos del 6 enero del 2021. En ese momento, algunos gobernadores liberales del Partido Demócrata sugirieron no vender billetes de avión a miembros del Partido Republicano. ¡Eso pasó! Es cierto que no se aprobó, pero ¿tienes idea de a lo que se han enfrentado Trump y sus partidarios en los últimos cuatro años? Y esas interminables detenciones, registros, amenazas y, al final, atentados contra sus vidas... Incluso las balas pasaron junto a Trump mientras la gente caía muerta a manos de terroristas. Por cierto, el tirador resultó estar vinculado a redes terroristas proucranianas, pero estos intentos de asesinato fueron ordenados por círculos globalistas.
Esto es... una guerra, pero Trump la ha ganado de momento. Ahora es difícil imaginar qué harán para impedir, en los 14 días que quedan, la Revolución Conservadora en EEUU. Puede haber algún retroceso, pero Trump eligió deliberadamente como su vicepresidente al joven, convencido, extremadamente radical y antiliberal JD Vance, quien, en principio, recibirá todo el poder si algo le sucede a Trump. Y existen muchos otros.
Esta vez, el trumpismo es algo más grande que un individuo. Sí, Trump encarna una tendencia, pero es mucho más que un líder extravagante con opiniones populistas. Ahora es una ideología y no se puede hacer frente a una ideología tan fácilmente.
Por supuesto, tenemos que evaluar este fenómeno con mucha sobriedad. Se trata de estadounidenses, trumpistas, que quieren construir una gran América, no una gran Rusia. Ellos quieren defender sus valores tradicionales y ponerlos al mando, realizando sus intereses y no los nuestros. En algunas situaciones, esto puede entrar en conflicto con nuestras propias metas y objetivos. Todo depende de cómo calcularemos nuestros intereses nacionales y de lo que invertiremos en ellos. Trump ya está poniendo a Canadá, Groenlandia y Panamá dentro de la mira. Elon Musk habla de la necesidad de un cambio de régimen en Europa. Están decididos a construir una Gran América. Una especie de Imperio.
Hasta ahora, de todo lo que declaran, nada nos afecta demasiado en un sentido estricto. Al contrario, aplaudiríamos estos cambios en el hemisferio occidental y en Europa. Sin embargo, ahora no nos afecta, pero podrían hacerlo en un futuro. Especialmente en caso de que sus intereses crezcan a largo plazo. Debemos estar preparados para todo y defender nuestros valores y reforzar nuestra soberanía.
Tenemos que estar preparados para utilizar el trumpismo como un momento y una oportunidad para nosotros. Tenemos que insistir en lo que queremos. Y Putin ya ha hecho muchas cosas. Su idea principal era volver a hacer grande a Rusia. Después de todo, ¿qué otra cosa es la ideología de nuestro putinismo sino volver a hacer grande a Rusia? Desde el principio, ese fue exactamente el objetivo de sus esfuerzos como Presidente de Rusia. Tan pronto como Putin fue elegido por primera vez comenzó inmediatamente a recuperar nuestra soberanía, que habíamos perdido, a restaurar nuestra independencia, nuestra libertad. Rusia ha vuelto a ser no un objeto, sino un sujeto de la historia. Tenemos nuestra propia ideología, nuestros valores tradicionales, nuestras propias leyes, nuestros propios objetivos, nuestros propios intereses.
Creo que hay una conclusión más que sacar de la agitación revolucionaria trumpista en Occidente: hemos seguido el camino correcto y, lo que es más, empezamos a seguir este camino mucho antes que Estados Unidos y hemos recorrido un trecho mucho más largo. Ahora solo nos queda reforzar nuestro poder, avanzar con paso firme hacia la Victoria, sin mirar atrás, sin depender de nada externo a nuestro país, actuar solo en base a nuestros intereses nacionales, reviviendo nuestra identidad rusa, nuestra ortodoxia y nuestro Imperio. Trump no quiere llamar “Imperio” a su Gran América. A los estadounidenses no les gusta mucho esa palabra, porque históricamente la tradición estadounidense consiste en luchar contra el Imperio. Pero esa es su historia y nuestra historia es muy diferente. Para nosotros el Imperio era la meta, el ideal espiritual más elevado. Ortodoxia, autocracia, nacionalidad: esa es la fórmula inmemorial de la identidad rusa. De un modo u otro, ahora estamos volviendo a ella. Anteponemos los valores ortodoxos tradicionales y los valores de otras confesiones tradicionales a todo lo demás.
Un Estado fuerte y un líder carismático a la cabeza es nuestro Presidente. En realidad, Putin es más que un presidente, es nuestro gobernante supremo.
Y, por último, el pueblo ruso que da sentido a esta tríada. Pero de él depende todo lo demás. Somos el pueblo-héroe. En nuestra sociedad actual falta justicia y no le prestamos suficiente atención al hombre común. Estamos muy atrasados en eso, nos falta algo muy importante. Tras el periodo soviético, socialista, nos precipitamos demasiado rápidamente hacia el individualismo liberal. Tenemos que cambiar nuestra política y nuestra ideología a nivel del pueblo, porque el capitalismo es un fenómeno puramente occidental, no hace parte de nuestros valores.
Pero, en general, estoy convencido de que ahora tenemos que llevar a cabo la misma Revolución Conservadora, pero rusa o, mejor dicho, llevarla hasta el final, porque ya está en marcha. Es cierto que en nuestro país las cosas suceden tan lentamente que a veces no sabemos si está en marcha o no. Pero en América todo es rápido.
Ayer gobernaban los representantes de una “religión” (el club del Infierno), una escuela geopolítica y una ideología que hasta hace muy poco estaba en el poder. Pero dentro de 14 días llegarán al poder representantes de otra línea fundamentalmente antagónica, que empezarán a reformatear el mundo bajo nuevos intereses y nuevos valores.
En cualquier situación debemos defendernos sólo a nosotros mismos, respetando a las demás naciones y no traicionando a nuestros aliados, sino centrándonos únicamente en nuestros propios intereses y defendiendo nuestros propios valores.
Ilya Prikhodko (Sputnik): He aquí el razonamiento de nuestro oyente Alex, que escribe: a ver si Gran Bretaña consigue utilizar las ambiciones de Trump en su beneficio. No sé qué quiere decir con eso. Bueno, la mayoría de nuestros oyentes y espectadores agradecen a Aleksandr Guélievich la oportunidad de escuchar y especular sobre temas geopolíticos mundiales.

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