Olivier Eichenlaub
¿Qué es la geohistoria? Concepto desarrollado por Christian Grataloup en su libro homónimo, la geohistoria estudia todas las sociedades que coexisten en la Tierra, sus interrelaciones y sus divergencias. El libro critica implícitamente una visión universalista de la historia, para dar mejor cuenta de la diversidad de los pueblos.
Christian Grataloup es un geógrafo universitario que ha dedicado mucho tiempo a examinar los aspectos epistemológicos de su propia disciplina, comparándola con los enfoques de otras ciencias humanas, en particular la historia. Desde hace algunos años publica regularmente atlas históricos (de la Tierra, del Mundo y de Francia) bien construidos, destinados sobre todo al gran público. En 2023, dos años después de la publicación de una Nueva Historia de la Humanidad del antropólogo anarquista David Graeber, ofrece una rica síntesis de sus trabajos recientes en su Otra Historia de los Humanos en la Tierra. Apoyado en un gran número de mapas originales, además de un bello atlas central de unas sesenta páginas en color, pone claramente en perspectiva el singular y poderoso concepto que Grataloup defiende desde hace tiempo: la geohistoria.
¿Qué es la geohistoria? Ciertamente, no es un concepto comodín utilizado para recordarnos que siempre hay una geografía donde hay una historia. En cualquier caso, eso es exactamente lo que entendemos cuando nos encontramos cara a cara con su principal defensor actual: tras haber teorizado largamente sobre ella (en la tradición de la obra del historiador Fernand Braudel), Grataloup ha dotado a la geohistoria de una profundidad y una capacidad de interpretación bastante notables, permitiéndonos analizar de otro modo, a través de la geografía compartida de «nuestros» mundos, los acontecimientos que se entretejen en nuestras historias comunes. Tal y como él la define, la geohistoria estudia todas las sociedades que coexisten en la Tierra y sus interrelaciones (geo), con el objetivo de captar múltiples temporalidades y dinámicas divergentes dentro de un mismo movimiento (historia). Rechazando toda jerarquización, intenta distinguir entre mundos fuertemente conectados y otros que lo están menos, cuestionando una tendencia típicamente occidental a pensar la historia sólo en términos de Oriente Próximo y Roma, a través del «milagro griego».
Para ello, nos invita a cambiar de escala y a repensar el «origen del Mundo» a lo largo de un «eje» muy amplio, que se extiende por el Mediterráneo (sin rebasar la «frontera real» del Sáhara), desde las islas de Bretaña hasta Insulindia, pasando por los Balcanes, el Cáucaso, la India, China y el Sudeste Asiático. Dentro de este eje geohistórico, el «bello siglo XIII» no fue sólo la época de las catedrales, también fue la pax mongólica, que condujo a toda Eurasia hacia una rápida circulación de innovaciones que produjeron efectos históricos decisivos: la pólvora, la imprenta de tipos móviles, las primeras monedas de cambio, y quizás incluso la brújula. Lo mismo ocurre con las grandes catástrofes, como la peste negra, que la «miopía europea» suele asociar a una serie de episodios localizados, cuando en realidad afectó a toda la extensión geográfica del «eje» en una especie de continuidad dinámica. Se trató por tanto de una «globalización cuasi terrestre», impulsada por el enfrentamiento entre los imperios sedentarios y las poblaciones nómadas de las estepas, que permitió un ascenso casi continuo hasta mediados del segundo milenio, sin que ninguna de las entidades políticas implicadas pudiera ejercer un poder geopolítico a esta escala.
La bifurcación no se produjo hasta el siglo XV, cuando, casi simultáneamente, el extremo occidental del «eje» (Europa) se proclamó capaz de «tejer el mundo», mientras que el extremo oriental (China) renunció a explorarlo. Según Grataloup, si esta bifurcación es efectivamente un momento europeo, es difícil ver en ella un genio específico de Europa: otros «mundos» (término que Grataloup prefiere a «civilizaciones») eran potencialmente capaces de la misma «hazaña» al mismo tiempo. No obstante, la hoja de ruta europea estaba clara: se trataba de trazar una nueva ruta axial, ciertamente más larga que las antiguas, pero totalmente controlada por los europeos, por mar (la Ruta de las Especias) y no por tierra (la Ruta de la Seda). Esta fue la misión de Vasco da Gama, Cristóbal Colón, Walter Raleigh y Jacques Cartier, que descubrieron «nuevos mundos» hasta entonces desconectados. Mientras China optó por seguir siendo un imperio, Europa se consolidó como economía mundial. El «eje» sufrió una primera distorsión que condujo a una reorientación hacia las nuevas alianzas de Occidente. Conocemos el resto de la historia, que Grataloup contrasta con el cumplimiento del mensaje cristiano, la noción hegeliana de la razón en la historia, la colonización y la arrogancia, impulsadas por el desarrollo de los recursos materiales y técnicos. Tras el «suicidio del Viejo Continente» en 1914, se llegó a la situación en la que nos encontramos hoy.
Al final, el enfoque geohistórico de Grataloup conduce a una crítica a veces implícita, pero a menudo pertinente. La primera es la de una historia excesivamente europeocéntrica, que vuelve a situar a los europeos en el lugar que les corresponde en el concierto del mundo, mostrando que sólo son una parte de un todo mucho más amplio, en el que todos los actores han formado parte, en un momento u otro, de avances comunes dentro de una geografía conectada. En segundo lugar, es una crítica al universalismo, que roza el relativismo cultural: aunque estos «mundos» comparten una geohistoria común, no dejan de ser unidades diferenciadas y no intercambiables, cuyo motor principal es la diversidad de sus entornos y culturas. Por último, es lógicamente una crítica del progreso, del modelo de Estado-nación y, en última instancia, de los Derechos Humanos, como desencarnación de la realidad de los modos de vida y de la diversidad de los pueblos. Hoy en día, eso es todo lo que hace falta para que Géohistoire sea un libro excelente.
Olivier Eichenlaub (12/09/2024)
Christian Grataloup, Géohistoire. Une autre histoire des humains sur la Terre, París, Les Arènes, 2024, 453 p.