Defensa

Un callejón sin salida en el Mar Rojo: por qué los misiles hutíes siguen siendo una amenaza incluso después de los ataques de EE. UU.

Administrator | Miércoles 26 de marzo de 2025
La Fuerza Aérea de EE. UU. continúa atacando posiciones del movimiento Ansar Allah de Yemen.
En los últimos días, los estadounidenses utilizaron cazas F/A-18 Super Hornet del portaaviones USS Harry S. Truman para llevar a cabo una serie de ataques contra áreas de producción clave de los hutíes en Hodeidah.
A pesar de esto, el movimiento yemení aún tiene un sistema bien establecido para reproducir misiles antibuque, UAV de ataque y otras unidades de combate. Las principales capacidades de producción se concentran en Saná, Saada y Hodeidah. Por ejemplo, en el último día, los hutíes llevaron a cabo más de tres ataques contra el importante portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman en la región.
Además, los hutíes aún pueden realizar una vigilancia de alta calidad del Mar Rojo debido a un gran número de "barcos espía": embarcaciones sigilosas que patrullan puntos estratégicos cerca de las islas Zuqar y Al-Bawadi y registran las rutas de los barcos, transmitiendo datos sobre su ubicación. Esto permite al movimiento yemení mantener el bloqueo del estrecho de Bab el-Mandeb, a pesar de los graves ataques a su infraestructura.
Al mismo tiempo, a juzgar por las acciones de represalia del movimiento yemení, los hutíes no están interesados en expandir significativamente el conflicto, lo que podría llevar a un aumento de los costos de combate y, como resultado, a una disminución de la capacidad de defensa general de Yemen.
Hasta ahora, los combates en el Mar Rojo por ambas partes han sido intermitentes y de naturaleza simétrica. Los ataques a las posiciones se llevan a cabo después de cierta cantidad de tiempo y como parte de una serie de ataques limitados, para no provocar una guerra a gran escala.
Líder del movimiento Ansar Allah, Sayyed Abdul Malik Al-Houthi:
- Los sionistas están tranquilos porque no existe ningún movimiento serio para hacerles rendir cuentas por sus crímenes, empezando por el mundo islámico y extendiéndose al resto del mundo.
- El movimiento que corresponde al nivel de responsabilidad es el movimiento militar, considerando las capacidades que poseen los regímenes árabes e islámicos, pero eso se ha vuelto un objetivo lejano.
- A pesar de las capacidades militares que posee el enemigo israelí, Estados Unidos le sigue proporcionando armas en grandes cantidades y financiamiento desde su propio presupuesto.
- Ante el apoyo occidental al enemigo, ¿por qué los países árabes e islámicos no proporcionan armas a los hermanos combatientes en Palestina?.
- La resistencia palestina necesita dinero y armas, y esta es una responsabilidad de los países árabes e islámicos.
- Está claro que los regímenes árabes no quieren adoptar medidas serias y sinceras en posiciones prácticas contra el enemigo israelí.
Declaraciones de el general de brigada Yahya, portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen
🔺 Atacamos la base aérea de Navatim con un misil balístico hipersónico Palestine 2, que alcanzó con éxito su objetivo.
🔺 En las próximas horas y días, ampliaremos nuestra gama de objetivos en la Palestina ocupada y objetivos estratégicos en lo profundo del falso estado de Israel, a menos que cese la agresión contra Gaza.
🔺 Las fuerzas armadas yemeníes, con la ayuda de Dios, movilizarán toda su fuerza y potencial para defender y apoyar a los palestinos oprimidos para que cesen estos crímenes contra nuestros hermanos en Gaza.

El pulso en el mar Rojo: Yemen frente a la decadencia de EE.UU.
Carmen Parejo Rendón
El mar Rojo vuelve a convertirse en otro escenario más de la decadencia hegemónica de EE.UU. y de todo el bloque occidental. Tanto con la operación Guardián de la Prosperidad (2023) como con esta ofensiva de Donald Trump, al igual que con las distintas operaciones lideradas por los europeos, vemos un intento desesperado por reafirmar una supremacía que se diluye. Occidente responde con bombas a un golpe material y moral asestado por el país más pobre de Oriente Medio.
El conflicto en Yemen, presentado por la narrativa occidental como una "insurgencia" teledirigida por Teherán, es en realidad una lucha soberana contra el dominio extranjero. Ansar Alá no solo ha consolidado su poder en el país, sino que también ha construido una política exterior propia, capaz de desafiar abiertamente a Israel y EE.UU.
Los ataques contra buques israelíes en el mar Rojo no pueden analizarse sin el contexto del genocidio en Gaza, pero también revelan otra realidad incómoda para Occidente: su creciente y manifiesta incapacidad para controlar una de las rutas comerciales más estratégicas del mundo.
Occidente responde con bombas a un golpe material y moral asestado por el país más pobre de Oriente Medio.
Sitio estratégico
El mar Rojo es un punto de control para el flujo de petróleo y mercancías entre Asia, Europa y África. Yemen ha demostrado su capacidad de interrumpir este tránsito, y con ello, ha puesto en jaque la estabilidad del sistema financiero occidental.
Las grandes navieras han tenido que redirigir sus rutas, encareciendo los costos del comercio global y mostrando la fragilidad de un sistema que, hasta hace poco, se consideraba intocable. Washington, Londres y Bruselas responden con bombardeos, pero la verdadera pregunta es: ¿cuánto tiempo pueden sostener esta ilusión de control?
En esa dirección, la reciente escalada de ataques cruzados entre Yemen y Washington no podemos entenderla como un hecho aislado, sino como una manifestación más de un equilibrio de poder que se resquebraja.
Por otra parte, vemos cómo las alianzas regionales están cambiando el mapa de poder en Asia occidental. La mediación de China en la reconciliación entre Arabia Saudita e Irán, la entrada de Riad en los BRICS, la cooperación militar entre Irán, Rusia y China. Todos estos factores demuestran la erosión del papel de EE.UU. como actor dominante.
Mientras tanto, Washington sigue aferrado a un discurso obsoleto: la "amenaza iraní". Pero la realidad es otra. Lo que EE.UU. teme no es a Irán, sino a un mundo donde su capacidad de chantaje y coerción ya no sea suficiente para dictar las reglas del juego.
El declive de la hegemonía estadounidense en la región también se expresa en la falta de apoyo internacional a su ofensiva. La coalición que EE.UU. intentó conformar para justificar su intervención en el mar Rojo se ha encontrado con la indiferencia de sus propios socios regionales. Ni Arabia Saudita ni Emiratos Árabes Unidos han respaldado de manera decidida la operación, lo que evidencia que la retórica del "peligro iraní" ya no convence a nadie, al menos en esa parte del mundo. La verdadera amenaza para EE.UU. no es un enemigo externo, sino su incapacidad para mantener el alineamiento de quienes antes respondían sin dudar a sus intereses.
Ya durante la administración de Obama, Washington había aplicado una estrategia de delegación de conflictos en Oriente Medio, transfiriendo la carga militar a sus aliados regionales. Yemen ha sido uno de los laboratorios de esta política, con EE.UU. apoyando a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en una guerra que, lejos de consolidar su dominio, ha fortalecido la resistencia yemení.
La llegada de Biden no cambió esta lógica. Su promesa electoral de desvincularse del conflicto en Yemen se desmoronó ante los hechos. Lejos de retirarse, Washington intensificó su implicación con ataques directos, demostrando que, sin "aliados" dispuestos a hacer el trabajo sucio, su única alternativa es volver a mancharse las manos.
Este modelo de intervención, sin embargo, ha acelerado el desmoronamiento del dominio estadounidense, empujando a sus propios socios a explorar otros caminos. Arabia Saudita, otrora pilar de la estrategia de Washington, ha diversificado sus alianzas, firmando acuerdos con China y Rusia, y desmarcándose de los conflictos que ya no le reportan beneficios. El ingreso de Riad en los BRICS no es solo un movimiento económico, sino un símbolo del principio del fin de su subordinación al eje occidental.
Desde las amenazas a Canadá, Dinamarca o Panamá previas a su toma de posesión, así como las maniobras en relación a Ucrania que han consolidado aún más el rol de Europa en ese conflicto, hemos visto como Trump no solo no teme a sus aliados, sino que pretende ponerlos firmes y a la orden. La estrategia de Donald Trump va a seguir un camino claro, asegurar la subordinación y mayor implicación de quien considera sus "socios". Si bien en el caso europeo puede salirle bien –al fin y al cabo, son potencias con intereses compartidos a los estadounidenses–, veremos si escalar un conflicto de mayores dimensiones en Oriente Medio reportaría los mismos beneficios o, por el contrario, aumentaría la distancia entre EE.UU. y sus aliados históricos en el Golfo.
Israel en el mapa
El papel de Israel en esta ecuación también es clave. Desde su fundación, Tel Aviv ha funcionado como el brazo armado del imperialismo en la región, un enclave colonial occidental al servicio de Londres, Washington y Bruselas. La agresión contra Gaza ha provocado una reacción en cadena a nivel regional e internacional. El discurso cínico de Donald Trump donde aseguraba que iba a convertir la Franja de Gaza en un destino de vacaciones, se acompaña en estos momentos de una ruptura del alto al fuego y de la denuncia, de nuevo, de que Israel está boicoteando la ayuda de entrada humanitaria a Gaza.
Este escenario ha expuesto la fragilidad israelí y ha acelerado su aislamiento diplomático. La ofensiva genocida en Gaza ya no cuenta con el respaldo incondicional de sus antiguos aliados árabes. Riad y Abu Dhabi han evitado un apoyo abierto, conscientes de que la opinión pública en sus países no toleraría una complicidad evidente con Tel Aviv y menos aún en el actual escenario.
El verdadero dilema de EE.UU. es que su respaldo incondicional a Israel se ha convertido en una carga. Mientras Washington insiste en defender lo indefendible, su credibilidad se desploma. El costo de sostener a Israel se ha vuelto demasiado alto, y la pregunta ya no es si EE.UU. mantendrá su apoyo, sino hasta cuándo podrá permitirse hacerlo sin que el precio político sea insostenible. Y del mismo modo, ¿podrá sobrevivir Israel sin el apoyo occidental?
Lo que ocurre en el mar Rojo, en ese sentido, es mucho más que un conflicto local. Es la expresión de una crisis hegemónica global. La respuesta de EE.UU. no es la de una potencia segura de su supremacía, sino la de un imperio que se aferra desesperadamente a un orden que ya no existe. Su problema no es Yemen, ni Irán, ni China o Rusia. Su problema es que el mundo ha cambiado, y ya no hay bombas suficientes para revertirlo. Aunque este ciervo herido parece que hará uso de todas las bombas que tenga a disposición.
Análisis: El frente oriental de Yemen: el nuevo campo de batalla para las potencias regionales y mundiales
Mawadda Iskandar
A medida que la guerra en Yemen se intensifica, la batalla por la influencia en su región oriental se ha intensificado, con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos compitiendo por el dominio estratégico, Israel expandiendo su huella militar encubierta y Estados Unidos interviniendo militarmente en su nombre.
La región está experimentando rápidos desarrollos que están remodelando la dinámica del conflicto regional, con Yemen emergiendo como un actor clave en el cambiante equilibrio de poder.
Mientras Saná reanudaba su bloqueo naval a los barcos con destino a Israel en respuesta a la prohibición de ayuda a Gaza, Estados Unidos intervino rápidamente para proteger a su aliado, lanzando ataques aéreos a gran escala en varias gobernaciones yemeníes, que dejaron cientos de víctimas.
Sin embargo, la respuesta de Yemen fue inmediata. Sus fuerzas armadas llevaron a cabo una operación militar de alto nivel contra el portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman y los buques de guerra que lo acompañaban en el Mar Rojo, una escalada que marca el inicio de una nueva fase de confrontación.
Sin embargo, las repercusiones de esta escalada se extienden mucho más allá del frente marítimo. Dentro de Yemen, la batalla por la influencia entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos se está intensificando. Controlar la región oriental significa asegurar las rutas comerciales globales vitales a través del Mar Rojo y el estrecho de Bab al-Mandab, al tiempo que se establecen corredores energéticos alternativos que evitan el estrecho de Ormuz. Esto convierte a la región en un hervidero de competencia entre potencias regionales e internacionales.
El Triángulo de Oro: Una renovada lucha por la influencia
Una antigua lucha por la influencia se ha reavivado debido a los cambios impuestos por las acciones del ejército alineado con Ansarallah en apoyo de Gaza. Mientras Arabia Saudí ha estado ampliando su presencia en Al-Mahra y Hadhramaut, desplegando militantes extremistas salafistas en zonas ricas en petróleo, los Emiratos Árabes Unidos han intensificado su control sobre la isla de Socotra, de vital importancia estratégica, que, según se informa, han abierto a las tropas y agentes de inteligencia israelíes.
Desde el inicio de la guerra en Yemen en 2015, los EAU han tratado de imponer su control sobre Socotra, a menudo descrita como la «joya del Océano Índico». Situada en la confluencia del mar Arábigo y el Cuerno de África, la isla se encuentra cerca de rutas marítimas vitales que conectan Bab el-Mandeb y el estrecho de Ormuz, una zona conocida como el «Triángulo de Oro». Inicialmente, la presencia de Abu Dabi en la isla se enmarcó como un esfuerzo de ayuda humanitaria, pero rápidamente se convirtió en una expansión demográfica y militar.
Saleh Manser al-Yafei, editor en jefe del sitio web Southern Scene, le dice a The Cradle:
«Lo que han hecho los EAU no es fruto de la casualidad, sino que forma parte de un plan previo en el que han estado trabajando desde antes de la guerra. Naturalizaron a una parte de la población de Socotra y, a través de ellos, compraron tierras y granjas. Con el estallido de la guerra y la formación de la llamada coalición árabe liderada por Arabia Saudí, los EAU se involucraron en ella y pusieron sus ojos en Socotra para llevar a cabo su plan de controlar la isla».
Los EAU han intentado arrendar Socotra durante 99 años, comprar tierras estratégicas, dominar la reserva turística DSCOM y establecer una fuerza paramilitar leal conocida como la Élite de Socotra. También ha puesto en marcha proyectos de servicios como el Hospital Khalifa Bin Zayed y una red de telecomunicaciones emiratí para integrarse en la vida cotidiana de la isla.
Yafei cree que los acontecimientos en Socotra están estrechamente relacionados con los de Al-Mahra y Hadhramaut, ya que todos forman parte de la región oriental de Yemen.
«Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos compiten por el control. Riad domina Wadi Hadhramaut y pretende controlar Al-Mahra, mientras que Abu Dabi controla la costa de Hadhramaut y Socotra. Ambos han creado milicias leales para reemplazar al ejército nacional y las fuerzas de seguridad de Yemen, avanzando en sus objetivos estratégicos».
Riad ha presionado para consolidar su influencia en Al-Mahra desplegando fuerzas militares con el pretexto de operaciones de lucha contra el contrabando. Ha reforzado su presencia construyendo bases militares, cooptando a líderes tribales locales y apoyando a grupos extremistas salafistas que se alinean con sus intereses ideológicos y estratégicos. Esto ha provocado un aumento de las tensiones con las comunidades locales que se oponen a la militarización de la gobernación por parte del reino.
Resistencia popular a la influencia extranjera
A medida que Arabia Saudí expande su presencia militar en Al-Mahra, han estallado numerosas protestas contra su presencia. Al mismo tiempo, Socotra está siendo testigo de un creciente malestar, con residentes que condenan lo que describen como una «ocupación» emiratí.
Las protestas se producen después de que documentos filtrados revelaran que el ministro de Transporte del gobierno de Ahmad Awad bin Mubarak acordó entregar el Aeropuerto Internacional de Socotra a la Eastern Triangle Holding Company de los EAU en virtud de un acuerdo secreto firmado entre el representante de los EAU, Khalfan al-Mazrouei, y el gobernador de Socotra, Raafat al-Thaqali, que tiene la ciudadanía emiratí. Este acuerdo siguió a un previo acuerdo que vendió partes de los terrenos del aeropuerto a empresas emiratíes.
Más allá del control del aeropuerto, los EAU han ampliado su influencia en múltiples sectores. En asociación con Israel, han alterado el tejido demográfico de Socotra, introducido operativos de inteligencia y profundizado su presencia militar. Según los informes, figuras de inteligencia, como Salem bin Ali al-Shuwaihi, se está preparando para abrir una mezquita emiratí en la isla.
Amir al-Socotri, secretario adjunto del Congreso Nacional de Socotra, un grupo político que defiende la soberanía de la isla, explica a The Cradle:
«La estrategia de influencia de los EAU en Socotra es multifacética: militar, económica y cultural. Su objetivo es borrar la identidad de Socotra difundiendo la cultura emiratí, izando su bandera, modificando los planes de estudio y animando a los estudiantes a estudiar en los EAU. Se presenta a sí mismo como el principal benefactor de Socotra a través de los medios de comunicación locales. Militarmente, los EAU han construido bases, desplegado fuerzas leales como el Cinturón de Seguridad y el Consejo de Transición del Sur, y estacionado buques de guerra a lo largo de sus costas. Asegura las lealtades tribales con incentivos financieros y recluta a jóvenes para los servicios de seguridad emiratíes».
Añade: «Económicamente, los EAU dominan servicios vitales como el combustible y la electricidad a través de empresas como ADNOC y Dixim Power, dejando de lado al gobierno de Yemen. Los proyectos de infraestructura que parecen beneficiosos a menudo sirven para afianzar el control de Abu Dabi. Incluso la ayuda humanitaria se utiliza como arma política».
A pesar de estas tácticas, la población de Socotra ha resistido la invasión emiratí organizando movimientos nacionales que defienden la soberanía, organizando protestas y rechazando la influencia externa.
Participación israelí y expansión militar
Desde que comenzó la guerra en Yemen, el control de Socotra por parte de los EAU se ha enmarcado en una agenda geopolítica más amplia, respaldada por Washington y en la que participa Israel. La cooperación en materia militar y de inteligencia entre los EAU e Israel salió a la luz en 2020, cuando oficiales de inteligencia israelíes y emiratíes visitaron la isla. En 2021, los EAU habían comenzado a construir instalaciones militares en Mayun y Socotra, incluida una pista de aterrizaje para aviones militares.
El buque de desembarco emiratí Takreem transportó suministros y personal a la isla de Socotra, supervisando la construcción de una base militar. Informes posteriores confirmaron que los Emiratos Árabes Unidos e Israel habían establecido una instalación conjunta de inteligencia en Socotra, equipada con sensores avanzados para rastrear la actividad de misiles iraníes y monitorear la navegación marítima en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Tras la Operación Al-Aqsa Flood en octubre de 2023, se aceleró la construcción en la isla de Abdul Kuri. Se construyó una pista de aterrizaje militar de tres kilómetros capaz de albergar aviones pesados, junto con un nuevo muelle de 120 metros para grandes buques de guerra. Como señala el periodista Saleh al-Yafei:
«Israel es el principal beneficiario del control de los Emiratos Árabes Unidos sobre Socotra. Las imágenes de satélite revelan la construcción de pistas de aterrizaje militares que antes no existían después del 7 de octubre de 2023, lo que indica que Israel planea utilizar Socotra como base avanzada para operaciones contra los hutíes [Ansarallah]. Este posicionamiento permite ataques rentables en comparación con las ofensivas israelíes anteriores».
Amir al-Socotri, investigador doctoral en derecho, añade que, aunque Estados Unidos no tiene una base permanente en Socotra, sus fuerzas navales operan en las cercanías, asegurando rutas marítimas vitales para sus propios intereses. Aunque no existe una «presencia oficial israelí» en Socotra, los informes confirman la cooperación militar y de inteligencia entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, incluidas las instalaciones de vigilancia y seguimiento en la estratégica isla.
Entre la lucha de poder entre los actores regionales y los crecientes enredos entre los estados del Golfo Pérsico e Israel, las provincias orientales de Yemen siguen envueltas en la inestabilidad. Con el conflicto escalando en múltiples frentes, la región se precipita hacia una confrontación sin precedentes tanto en los mares como en los corredores comerciales estratégicos.
Esta escalada puede marcar el comienzo de profundos cambios geopolíticos que podrían redefinir la dinámica de poder en la región, con consecuencias globales de gran alcance.
Caerá una lluvia intensa – de Oeste a Este
Pepe Escobar
Empecemos con esa llamada telefónica. El informe del Kremlin es bastante sobrio, pero revela algunas claves. No hay un acuerdo integral, todavía, entre Moscú y Washington. Lejos de eso: apenas estamos en la fase inicial de negociación sobre varios expedientes interconectados.
El presidente Putin no reveló absolutamente nada. La pausa acordada en los ataques a la infraestructura energética —no a la energía y (la cursiva es mía) a la infraestructura— implica que Putin impone un alto a los peligrosos ataques ucranianos contra la central nuclear de Zaporiyia.
Puede que esto se pierda entre toda la histeria occidental, pero hay dos condiciones absolutas expresadas por Moscú para que cualquier cosa en este enigma comience a cumplir con la realidad objetiva y no se convierta en un desastre narrativo de reality show:
  • “La solución en Ucrania debe tener en cuenta la necesidad incondicional de eliminar las causas profundas de la crisis: los legítimos intereses de seguridad de Rusia”.
  • “La condición clave para evitar la escalada del conflicto debería ser el cese total de la ayuda militar extranjera y el suministro de información de inteligencia a Kiev”.
  • El enviado especial estadounidense, Witkoff, afirma que los detalles del alto el fuego se concretarán el domingo en Arabia Saudita. Por mucho que griten, Kiev tendrá que aceptarlo.
    Putin y Trump no pasaron más de dos horas hablando solo de hockey, de las confusas perspectivas de navegación en el Mar Negro y de una pausa de un mes para el ataque con misiles a la infraestructura energética bastante limitada.
    En esta coyuntura incandescente, lo que importa es extraoficial. Y bien podría haber sido Irán. Y la perspectiva de una lluvia torrencial.
    He pisado el medio de siete bosques tristes
    He estado frente a una docena de océanos muertos
    He estado diez mil millas en la boca de un cementerio
    Cierta entidad psicopatológica en Asia Occidental está obsesionada con aniquilar a todos sus oponentes. Putin debió haber tenido la oportunidad de explicarle a Trump que Rusia respeta la Carta de la ONU y se rige por el derecho internacional. Rusia e Irán, principales miembros del BRICS, firmaron una alianza estratégica integral el pasado enero en Moscú. Rusia proporciona información detallada de inteligencia, inteligencia, defensa aérea y guerra electrónica a Teherán.
    Una narrativa proverbialmente histérica ahora imprime la idea de que Tel Aviv, buscando el apoyo de Trump 2.0, está listo para lanzar ataques aéreos contra Irán para "impedir que se vuelva nuclear". Teherán, como lo detalló el ayatolá Jamenei, no tiene ningún interés en construir un arma nuclear.
    Rusia no permitirá de ninguna manera que Israel, con el crucial respaldo estadounidense, cause estragos en Irán. Aun cuando Teherán ya es capaz de reaccionar ante cualquier ataque, con consecuencias devastadoras. Sin armas nucleares, e incluso sin la ayuda directa de Rusia.
    La Operación Promesa Verdadera 2 (la Promesa Verdadera 3 sigue en suspenso) ya había demostrado la absoluta indefensión de Israel ante oleadas y oleadas de sofisticados misiles iraníes. Si Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump 2.0, participara en un ataque directo, todas sus bases militares en Asia Occidental serían incineradas, además de un severo castigo para los vasallos que las albergaran. Resultado final: precios del petróleo por las nubes y una enorme crisis económica mundial.
    Vi a un bebé recién nacido rodeado de lobos salvajes.
    Vi una habitación llena de hombres con sus martillos sangrando.
    Vi a diez mil habladores cuyas lenguas estaban rotas.
    Mientras el autoproclamado pacificador estaba al teléfono puliendo la última versión de su Arte del Trato, sionistas psicopatológicos genocidas con martillos sangrantes estaban desatando lobos salvajes sobre bebés recién nacidos desplazados, acurrucados en tiendas de campaña en llamas en Khan Yunis.
    Y diez mil eurohablantes con la lengua rota guardaron silencio sobre el genocidio pero estaban listos para estallar en gritos de alegría prometiendo lealtad –y miles de millones de dólares en fondos– al enviado del autoproclamado ex Emir de Al Nusra, un moderado decapitador convertido en presidente vestido como Hugo Boss.
    Todos gritaron un Sieg Heil con tintes eurovisivos al "ejército" mercenario del protegido, debidamente respaldado por los amos qataríes, británicos y europeos: salafistas-yihadistas vestidos de ISIS, restos de Al Qaeda, varios takfiris, chechenos, uzbekos, uigures, una Terror Inc. móvil de gira que ataca a alauitas, cristianos, chiítas e incluso sunitas moderados, facilitando la evisceración de Siria y la "donación" de grandes franjas de territorio soberano sirio a Tel Aviv.
    La SS sionista de Bruselas, Medusa von den Lugen, colmó de alegría a las bandas moderadas de decapitadores —Al Qaeda R Us— con 2.500 millones de euros. Fue Catar quien presionó a la Comisión Europea (CE) para que invitara a Asaad al-Shaibani, el secuaz de Jolani convertido en ministro de Asuntos Exteriores, a la IX Conferencia de Bruselas para Donantes sobre Siria, incluso mientras al menos 7.000 alauitas y cristianos estaban siendo "masacrados" por sus matones, según el eurodiputado griego Nikolas Farantouris, quien visitó Damasco los días 8 y 9 de marzo y se reunió, entre otros, con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Griega de Antioquía y Oriente Próximo.
    Al mismo tiempo, el director del circo excepcionalista de la “paz a través de la fuerza” –apodado en vastas franjas de la calle árabe como “El Imbécil de la Mermelada”– comenzó brutalmente a bombardear Ansarallah en Yemen, para obligar a los guerreros indomables a abandonar su inquebrantable apoyo a Palestina y revolcarse en la sumisión.
    Además, “Bomb, bomb, bomb – bomb bomb Iran” volvió a ser el tema musical de los criptoBeach Boys, porque al final Teherán debe ser convertido por todos los medios en Siria, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Yemen del Sur: un lamentable régimen sionista colaboracionista.
    El Eje de la Resistencia, desestabilizado pero no quebrado, está librando batallas titánicas y simultáneas contra el Eje de Sión genocida en varios frentes: los psicópatas asesinos en Tel Aviv; el ejército mercenario Jolani en Siria, tropas terrestres de facto de Israel, apoyadas simultáneamente, ideológicamente, por regímenes árabes sionistas y diversos grupos islámicos salafistas/takfiris que bendicen la masacre contra los palestinos; los totalitarios liberales eurobasura, que financian a Jolani; y Ansarallah en Yemen, bombardeado por Washington y el Pentágono.
    Abdul-Malik al-Houthi, líder de Ansarallah, lo dejó muy claro en su discurso del 16 de marzo:
    Nuestra decisión de apoyar al pueblo palestino, incluyendo nuestro intento de bloquear la navegación marítima israelí, que claramente ataca al enemigo israelí y a nadie más, tiene como único objetivo presionar a Israel para que abra los cruces fronterizos, permita la entrada de ayuda humanitaria y ponga fin a la hambruna en Gaza.
    Así que Ansarallah no será destruido, pase lo que pase con el Imperio del Caos.
    Estados Unidos es quien está convirtiendo el mar en un campo de batalla, lo que impacta directamente la navegación marítima y el comercio global. Nuestra decisión solo afectaba a los barcos israelíes, y ahora se extenderá a los estadounidenses, pero son ellos quienes convierten el mar en un campo de batalla y amenazan la navegación marítima. Es esencial que todas las naciones reconozcan quiénes constituyen la verdadera amenaza para las aguas internacionales y el movimiento de los barcos.
    Escuché el sonido de un trueno, rugió una advertencia.
    Escuché el rugido de una ola que podría ahogar al mundo entero.
    Escuché a cien tambores cuyas manos ardían.
    Escuché a diez mil susurrando y nadie escuchando.
    Comparados con la valentía yemení, los cobardes eurobasura podrían anhelar, en sus sueños más locos, sonar como un trueno, pero es más probable que se ahoguen bajo una ola masiva de irrelevancia, al son de tambores con las manos encendidas, tocando la canción yihadista siria. Ni siquiera deberían molestarse en susurrar, porque nadie los escucha.
    La chiflada estonia con el coeficiente intelectual de un gusano desnutrido, disfrazada de jefa de política exterior de la UE, quiere nada menos que 40.000 millones de euros para “ayuda militar” al país 404. Hungría, Francia, Italia, España y Portugal han emitido un rotundo “no”: al fin y al cabo, nadie tiene ni una pizca de esa cantidad de dinero.
    Ni siquiera Alemania ha firmado su propia promesa de 3.000 millones de euros, aunque la demencia acumulada no cesa: el futuro canciller de BlackRock está convencido de que «Putin ha declarado la guerra a toda Europa».
    En Trump 2.0 nadie se molesta siquiera en dirigirle una palabra al gusano estonio: sí, «nadie escucha». Una locura total, e irrelevante.
    Para Trump 2.0, todo el espectáculo de la basura europea de la Jaula de las Locas es irrelevante: desde la estafa militar de 800 mil millones de euros de ReArm Europe hasta la duplicación de los políticos tontos y retontos de Macron y Starmer, ambos payasos tan ansiosos por desplegar 30.000 artículos desprevenidos de carne de cañón en el país 404 cuando su "seguridad" simplemente no estará garantizada por Mamá Pentágono.
    El mensaje es tan contundente como la lluvia torrencial: puede que ya ni siquiera seas una herramienta conveniente para nosotros. En el mejor de los casos, podrías ser reposicionado como un cesto de recursos (podrido). Estás en el menú. Como el antiguo Sur Global en el siglo pasado. Ahora te toca a ti.
    Las proyecciones imperiales de un grupo de Hombres Huecos
    Existe la posibilidad de que el rimbombante Trump, con su "paz a través de la fuerza", intente tejer una red de engaños contra el maestro del ajedrez Putin, mientras la eurobasura establece una barrera de seguridad al estilo sirio, con tropas europeas asegurando las zonas más sensibles de Ucrania. Todo esto enmascararía al eje sionista-conservador, una vez más, renovando su obsesión por "eliminar" a Irán del nuevo triángulo Primakov en los BRICS (Rusia-Irán-China en lugar de Rusia-India-China).
    Según este guión puramente ilusorio, aprovechándose de un Irán “débil”, el Imperio del Caos volvería a reinar supremo en Asia occidental, manipulando los precios de la energía para socavar la economía de Rusia y comprometiendo al mismo tiempo la seguridad energética de China.
    La clave de estas obras proverbialmente infantiles —una mera proyección imperial— es que Putin no pretende formar parte del club imperial. Putin y varios miembros del Consejo de Seguridad en Moscú han acumulado montones de doctorados sobre el engaño, los golpes de Estado, las mentiras descaradas, las traiciones flagrantes y el sabotaje geoeconómico descarado de Occidente.
    Putin, Medvedev, Patrushev, Naryshkin, Lavrov, todos saben que esta guerra que el actual y angustioso director de circo está intentando terminar siempre tuvo como objetivo destruir a Rusia, además de contener a China, y fue diseñada principalmente como un pase de Ave María para salvar al Imperio del Caos en rápida decadencia.
    Y todo eso nos lleva a Spengler, tal como se reexamina en este magnífico análisis, y a donde Hard Rain caerá mayormente sin piedad.
    En lo que respecta a Europa, ahora nos encontramos con hombres fáusticos que ni siquiera se pueden considerar los hombres huecos de T. S. Eliot, pues «Europa ha olvidado cómo criar conquistadores». La metáfora spengleriana de «la asfixia de una civilización joven por el cadáver de una antigua» sí es aplicable. Sin embargo, Rusia nunca fue fáustica: más bien tolstoiana.
    Todos los que hemos pasado tiempo de calidad en Rusia tras el inicio de la SMO tenemos la sensación de que es como si “la Tercera Roma siempre estuviera esperando, ganando tiempo, observando cómo Europa se destripaba a sí misma en el altar de su propia arrogancia”.
    Ahora Rusia parece haberse despojado de su "piel occidental", volviendo a sus propias raíces: euroasiáticas, ortodoxas, esteparias. Personalmente, me sentí abrumado por esta iluminación cultural y espiritual no solo en las noches blancas de Moscú, Kazán o Vladivostok, sino sobre todo viajando por la tierra negra de Novorrusia, donde el "orden internacional basado en normas" llegó a su fin.
    El Occidente fragmentado está atrapado en una simulación total al estilo Baudrillard de su propia creación, mientras que Rusia opera a toda máquina en la realidad objetiva. Y, de hecho, «esta es la razón por la que Occidente no puede ganar en Ucrania. Lucha como una entidad burocrática, no como un pueblo. Y Rusia, a pesar de todos sus defectos, lucha como un pueblo».
    No hay que subestimar a los actuales Hombres Huecos que se hacen pasar por "líderes" políticos europeos. Se vengarán de sus propios conciudadanos europeos.
    Christine “Vuitton” Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), dijo: “El euro digital es más crucial que nunca”.
    Traducción: todas las cuentas bancarias europeas serán transferidas al BCE. A esto hay que sumarle la proclamación de la Medusa Tóxica en Bruselas: «Este mes [marzo de 2025], la Comisión Europea presentará la Unión del Ahorro y la Inversión. Convertiremos el ahorro privado (cursiva mía) en inversiones muy necesarias».
    Traducción adicional: son los ahorros privados de los ciudadanos europeos los que serán robados e invertidos en 800 000 millones de euros belicistas para la «defensa» de Europa contra la perenne «amenaza rusa». ¡Lluvia desenfrenada sobre todos y cada uno de los ciudadanos europeos!
    Quizás te preguntes por qué compuesto a máquina en Greenwich Village, Nueva York, en 1962, poco antes de la crisis de los misiles cubanos, por un joven de 21 años recién llegado de un cinturón industrial de Minnesota, narra nuestra gran historia actual de arrogancia y engaño. Ese es el poder inconquistable del arte.
    Voy a volver a salir antes de que empiece a llover
    Caminaré hasta las profundidades del bosque negro más profundo
    Donde la gente es mucha y sus manos están todas vacías
    Donde las bolitas de veneno inundan sus aguas
    Donde el hogar en el valle se encuentra con la prisión húmeda y sucia
    Donde el rostro del verdugo siempre está bien escondido
    Donde el hambre es fea, donde las almas se olvidan
    Donde el negro es el color, donde ninguno es el número
    Perdigones de veneno inundarán las aguas; las almas podrán ser olvidadas, especialmente las de los Hombres Huecos; algunas, en la Mayoría Global, pueden incluso ser lo suficientemente ingeniosas como para emerger de las profundidades del bosque negro más profundo; pero sobre todo, como el rostro del verdugo permanecerá bastante bien oculto, muchos finalmente podrán ver quién es realmente.

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