Koldo García
La geopolítica ha sido un campo de estudio que ha evolucionado a lo largo del tiempo, influenciado por cambios políticos, económicos y sociales a nivel global. Una de las teorías más influyentes en este ámbito es la teoría del «rimland»,
propuesta por el geógrafo Nicholas Spykman en la década de 1940. Esta teoría ofrece una perspectiva alternativa y complementaria a la famosa
«teoría del heartland» de Halford Mackinder, enfatizando la importancia de las regiones costeras de Eurasia para la seguridad y el poder mundial o la de
Mahan.
Orígenes y Contexto Histórico
La teoría del rimland se desarrolló en un periodo marcado por la Segunda Guerra Mundial, una época en que las potencias mundiales estaban reconfigurando sus estrategias de poder. El «rimland» se refiere a las regiones periféricas que rodean al corazón de Eurasia, abarcando partes de Europa del Oeste, Oriente Medio, el subcontinente indio y el sudeste asiático. Spykman argumentó que estas áreas eran fundamentales para el control global debido a su riqueza en recursos y su posición estratégica. Comprender este contexto es clave para apreciar la relevancia de su propuesta.
Realmente, si nos atenemos a la idea de un «Nuevo Mundo» aislado por Océanos y un Heartland definido étnico-políticamente en la extinta URSS y ahora Rusia, es de entender que la zona del Rimland será la zona de conflicto donde se dilucidarán las tensiones entre ambas visiones e intereses contrapuestos.
Características Clave de la Teoría del Rimland
Ubicación Estratégica: El rimland es visto como un «anillo» alrededor de las tierras centrales de Eurasia, donde se concentra una gran parte de la población mundial, así como rutas de comercio vitales. Estas áreas han sido históricamente el teatro de conflictos y colaboraciones entre potencias debido a su riqueza en recursos naturales y su capacidad de generar influencia política y económica.
Poder Marítimo vs. Poder Terrestre: Spykman enfatizó que las naciones que dominan el mar tienen una ventaja sobre aquellas que solo dependen del poder terrestre. El control marítimo permite a los estados proyectar su influencia más allá de sus fronteras, facilitando el acceso a mercados globales y recursos dispersos, se apoya en la Teoría de Mahan. La teoría de Spykman sugiere que las potencias marítimas son más capaces de resistir la agresión terrestre y mantener una posición de dominio estratégico.
Equilibrio de Poder: El control del rimland es esencial para cualquier potencia que busque influir o dominar en el escenario internacional. Si una sola nación logra controlar el rimland, podría amenazar a otras potencias y romper el equilibrio global. Esto ha llevado a que diversas naciones se enfrenten por la influencia en esta región, generando conflictos prolongados y rivalidades geopolíticas.
Intervención Internacional: La dinámica dentro del rimland atrae la atención de potencias externas, especialmente en contextos de inestabilidad o conflicto. Intervenciones en Irak, Afganistán y Siria, por ejemplo, pueden ser vistas como intentos de mantener o alterar el equilibrio de poder en estas regiones estratégicas. La riqueza en petróleo, gas y otros recursos hace que el rimland sea un objetivo atractivo para las intervenciones extranjeras.
Implicaciones en la Política Exterior
La teoría del rimland ha influido en la formulación de políticas exteriores de varias naciones, especialmente durante la Guerra Fría. Estados Unidos, al interpretar la geopolítica de Spykman, adoptó una política de contención para evitar que la Unión Soviética expandiera su influencia en el rimland. El contenido del «domino» en esta teoría fue esencial para entender la lógica detrás de las intervenciones estadounidenses en América Latina, el Medio Oriente y Asia.
Con la caída de la Unión Soviética y la unipolaridad de EE. UU. en la década de 1990, estas dinámicas no desaparecieron. Las tensiones en el rimland seguían presentes con el resurgimiento de potencias como China y Rusia, que han tratado de expandir su influencia en estas regiones. El mar de China Meridional y la política reciente de Rusia en Ucrania son ejemplos de cómo las dinámicas del rimland siguen siendo relevantes en la geopolítica contemporánea.
Reacciones y Críticas a la Teoría del Rimland
Aunque la teoría del rimland ha sido influyente, también ha enfrentado críticas. Algunos académicos argumentan que la teoría excesivamente simplifica las relaciones internacionales al enfocarse en el poder geográfico en lugar de otros factores, como la cultura, la economía y las relaciones históricas. Además, la creciente interdependencia global en cuestiones económicas y ambientales desafía la noción de que el control territorial es el único camino hacia el poder.
Sin embargo, a pesar de estas críticas, la teoría del rimland sigue siendo un marco útil para analizar las interacciones globales. En un mundo donde las rivalidades entre potencias continúan y el acceso a recursos estratégicos se vuelve cada vez más crucial, la relevancia de las regiones del rimland no puede ser subestimada.
Casos de Estudio en el Rimland
El Medio Oriente: La región es un claro ejemplo de la dinámica del rimland. La lucha por el control de recursos energéticos, como el petróleo y el gas natural, ha llevado a múltiples conflictos, intervenciones extranjeras y alianzas cambiantes. La influencia de Irán, Arabia Saudita y otras naciones en el Medio Oriente es un reflejo del análisis de Spykman, donde el control de esta región tiene implicaciones globales.
El Sudeste Asiático: Similarmente, la situación en el mar de China Meridional representa un nuevo escenario del rimland. La competencia entre Estados Unidos y China por la influencia en esta región marítima ilustra cómo el poder marítimo, tal como lo describió Spykman, sigue siendo un factor determinante en el equilibrio de poder global.
Europa Oriental: La situación en Ucrania también se puede analizar bajo la luz de la teoría del rimland. La intervención rusa en Crimea y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania son claros intentos de controlar esta región, que Spykman consideraba un área crítica para el poder en Eurasia. Este conflicto pone de manifiesto cómo las tensiones en el rimland tienen repercusiones a nivel mundial.
Conclusión
La teoría del rimland de Nicholas Spykman continúa ofreciendo un marco útil para entender las dinámicas geopolíticas contemporáneas. A medida que las potencias globales buscan expandir su influencia y asegurar recursos estratégicos, el rimland se mantiene como un campo de batalla crucial. Desde las luchas por el control de la energía en el Medio Oriente hasta la competencia naval en Asia, la relevancia de esta teoría perdura.
A pesar de las críticas, la interpretación de Spykman sobre el equilibrio de poder y la importancia del control marítimo es fundamental para cualquier análisis serio de la geopolítica moderna. A medida que el mundo se enfrenta a nuevas configuraciones de poder y rivalidades, la teoría del rimland se reafirma como una herramienta valiosa para los estrategas y políticos que buscan navegar en un entorno internacional complejo y cambiante.
Fuentes
Klieman, Aaron M. «The Rimland Concept Revisited: Geography in the Balance of Power.» Geopolitics, vol. 8, no. 1, 2003, pp. 19-32.
Spykman, Nicholas J. America’s Strategy in World Politics: The United States and the Balance of Power. Harcourt, Brace and Company, 1942.
Mackinder, Halford J. «The Geographical Pivot of History.» The Geographical Journal, vol. 23, no. 4, 1904, pp. 421-437.
Cohen, Saul B. Geopolitics: A Guide to the Issues that Matter. The University of Oklahoma Press, 2013.
Kaplan, Robert D. The Revenge of Geography: What the Map Tells Us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Random House, 2012.
La trampa de Mackinder: Los peligros de la geopolítica obsoleta
Markku Siira
El político, economista y escritor ruso Mijaíl Deljagin cuestiona de manera contundente la teoría clásica de la geopolítica. Considera que la teoría del Heartland, propuesta por Halford Mackinder en 1904, es errónea y está alineada con la tradición imperialista británica.
Según Deljagin, la teoría de Mackinder fue una herramienta estratégica para Gran Bretaña, que llevó a sus oponentes – especialmente a Alemania – por el mal camino. Esto los obligó a cometer errores o actuar en contra de las normas, debilitando la toma de decisiones y haciéndolos vulnerables a la manipulación. En la práctica, fue una guerra política antes de que el concepto fuera oficializado, debilitando al enemigo de manera no militar y previendo la manipulación geopolítica moderna y la guerra de la información.
En 1919, en su obra Democratic Ideals and Reality, Mackinder presentó el núcleo de la geopolítica tradicional: "Quien controla Europa del Este, controla el Heartland; quien controla el Heartland, controla la Isla-Mundo; quien controla la Isla-Mundo, domina el mundo entero."
La teoría de Mackinder se basaba en conceptos rígidos: el Heartland abarcaba el núcleo de Eurasia – las regiones centrales de Rusia, Asia Central, el interior de Irán y la parte oriental del Cáucaso; el anillo interno incluía Europa, Arabia sin petróleo y la Indochina; el anillo externo, a su vez, comprendía América, África y Oceanía. En 1943, Mackinder colocó a Estados Unidos como contraparte del Heartland, reconociendo su ascenso global.
Según Deljagin, el énfasis en Estados Unidos complementó la teoría, pero su núcleo – la confrontación entre potencias terrestres y marítimas – fue un medio para que la élite británica alimentara la desconfianza entre Europa y Rusia. Esto llevó a los europeos continentales a una obsesión por aliarse con Rusia, fortaleciendo así la posición de Gran Bretaña. Si las alianzas fallidas se revelaban como intrigas británicas, también se veía a Rusia actuando involuntariamente como su brazo derecho, incapaz de defender sus propios intereses.
El historiador ruso Andrei Fursov considera que la teoría de Mackinder es engañosa, ya que coloca a la Rusia transcontinental al mismo nivel que los estados europeos continentales. Esta errónea interpretación igualitaria complacía a las élites europeas, pero condujo a catástrofes – desde las guerras napoleónicas hasta la invasión nazi. Según Fursov, la escala y los recursos de Rusia la hacen excepcional, y el sentimiento de inferioridad psicológica de los países europeos, junto con las intrigas británicas, impidieron la cooperación. La misma dinámica parece repetirse durante el conflicto en Ucrania.
Fursov subraya que Mackinder oscureció el papel de Rusia como un puente transcontinental entre Oriente y Occidente. Rusia no es sólo el Heartland, sino una civilización que une las culturas y economías de Eurasia. Ve la teoría como una sistematización del imperialismo británico, que guió a Europa hacia errores y pasó por alto la dinámica del capital, una fuerza central de la historia moderna.
En la era digital, la lucha entre el capital financiero e industrial también se ha asociado con el capital de plataformas – el poder de gigantes tecnológicos como Google y Amazon – que desafía los modelos geopolíticos tradicionales. Una red logística global y un monopolio de datos cambian radicalmente las relaciones de poder: ya no es necesario controlar físicamente las regiones, cuando se puede controlar el comercio o los flujos de información. Esto hace que la teoría centrada en el territorio de Mackinder sea parcialmente irrelevante.
El geoestratega estadounidense Zbigniew Brzezinski (The Grand Chessboard, 1997) también consideraba que la idea de Mackinder sobre el Heartland estaba en parte obsoleta en un mundo post-Guerra Fría, donde el desarrollo tecnológico y la globalización habían cambiado el juego de poder. Aún creía en la importancia estratégica de Eurasia, pero movió el enfoque del Heartland a las periferias – especialmente Europa, el Medio Oriente y el Este de Asia – cuya control sobre los centros de población y nudos económicos consideraba la clave para la influencia global.
El análisis de Brzezinski explica las luchas de poder regionales, pero no es suficiente para analizar las relaciones de poder no lineales de la era digital. La teoría de Brzezinski reflejaba el momento unipolar de la década de 1990, cuando Estados Unidos podía manipular las periferias. Hoy en día, la iniciativa de la Franja y la Ruta de China y la influencia híbrida de Rusia están rompiendo este modelo.
Deljagin y Fursov revelan la verdadera naturaleza de la teoría de Mackinder: se trata de un engaño estratégico británico. La teoría del Heartland ignora la verdadera dinámica del capital, lo que creó la base para una confrontación propagandística entre las potencias terrestres y marítimas. Esta dicotomía artificial ocultó la dominación global del capital financiero británico y engañó a sus competidores.
Esta sofisticada manipulación intelectual mantiene una sorprendente efectividad incluso en el siglo XXI. A medida que el mundo lucha con la crisis del capitalismo y las luchas de poder de las plataformas digitales, las categorías obsoletas de Mackinder continúan perpetuando un relato engañoso, ocultando las verdaderas relaciones de poder. El legado del pensamiento geopolítico británico no es solo insuficiente: es activamente perjudicial, ya que impide la identificación de nuevos centros de poder y ata a sus víctimas a una guerra de información global.
Ahora, en un momento en que el orden mundial está en profunda transformación – con nuevos centros económicos surgiendo, la revolución tecnológica moldeando las relaciones de poder y las jerarquías tradicionales desmoronándose – también es necesario reformar los fundamentos del pensamiento geopolítico. Los viejos conceptos, que surgieron del sistema estatal de la era industrial, ya no son suficientes para explicar las dinámicas complejas de la era digital.
En el mundo digital, la fuente del poder ya no reside en la geografía – sino en redes, datos y tecnología. Un nuevo tipo de pensamiento geopolítico es necesario ahora; de lo contrario, quedaremos atrapados en las trampas del antiguo orden mundial justo cuando uno nuevo está surgiendo.