Seguridad

Ecocapitalismo: «Apenas hay nuclear en el sistema»: las conversaciones de Red Eléctrica previas al apagón y otras cuestiones verdes

Administrator | Viernes 13 de junio de 2025
Manuel Yaben
Unos pocos segundos bastaron para que un empleado de Red Eléctrica hiciese lo que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha evitado desde hace siete semanas. Del «Hola, buenos días» a la afirmación que ofrece la verdad sobre el apagón que tendría lugar 12 días más tarde, el 28 de abril de 2024, únicamente hay una pregunta sobre los picos de tensión en la red.
«Pues lo que pasa es que apenas hay nuclear en el sistema», señala Red Eléctrica en conversación con varias operadoras a la que ha tenido acceso en exclusiva El Debate.
Ese entrecomillado en concreto se produjo a mediados del mes de abril, cuando ninguno de los millones de españoles y portugueses podían sospechar nada del vergonzante apagón que sufrirían el 28 de ese mes a las 12:33 horas.
De acuerdo con las conversaciones a las que ha tenido acceso El Debate, un jefe de turno contacta con Red Eléctrica, la empresa que gestiona y opera la red de transporte de energía eléctrica en alta tensión en España, en busca de motivos que esclarezcan por qué se han producido picos de tensión que han obligado a regular prácticamente todas las subestaciones. Ahí es cuando llega el asentimiento que hace referencia a la energía nuclear.
«No es algo puntual», asevera el representante de Red Eléctrica, la compañía presidida por Beatriz Corredor, ministra de Vivienda entre 2008 y 2010 con José Luis Rodríguez Zapatero y actualmente la directiva de una empresa pública que más cobra en España, con un sueldo de 546.000 euros.
Conversación portavoz del operador con REE. 16 de abril, 11:14 horas
Portavoz operador: Buenos días, os llamo para preguntaros, ¿esto es algo general de toda la red? ​Es que hemos tenido hace un momento un pico de tensiones, han subido mucho y hemos tenido que regular todas las subestaciones prácticamente. No sé si ha pasado algo o porque nos ha parecido un poco brujo, no sé...
REE: Pues lo que pasa es que apenas hay nuclear en el sistema.
Portavoz operador: Ahhh
​REE: Entonces claro, es que cualquier...
​Portavoz operador: Está muy inestable todo.
​REE: Está muy inestable, sí, sí, sí.
​Portavoz operador: Claro, vale, vale.
​REE: Ya pasó ayer por la tarde y creen cada vez que va a pasar... o sea... Vamos, es que no es algo puntual, ¿sabes?
El diálogo rezuma incertidumbre, tanto de un lado como de otro, por la estabilidad del sistema energético nacional, algo que quedaría en evidencia el 28 de abril. 46 minutos antes del suceso para el que Sánchez se empeñó en asegurar con presteza que «no hubo un problema de exceso de renovables» y apuntar que la energía nuclear «lejos de ser una solución han sido un problema», esta es la información que intercambiaba otro jefe de turno de los operadores y Red Eléctrica cuando el primero consultaba sobre las repetidas fluctuaciones de tensión:
«…es que es una fluctuación. No es cosa de una hora, es que en una hora llevamos ya 5 o 6 veces», a lo que el responsable de REE respondió que «a nosotros nos pasa lo mismo», para finalmente apuntar a la fuente renovable: «Es la solar, que entra y sale por precios y por… temas de ajustes».
Conversación portavoz del operador con REE. 28 de abril, 11:47 horas
Portavoz operador: Nada consultaros, ¿qué está pasando y si sabéis alguna cosa con el tema de las tensiones? porque ya te digo que se está viendo... pero es que es una fluctuación, no es cosa de 1 hora, es que en 1 hora llevamos ya 5 o 6 veces.
REE: Sí, nada, sí, es que... a nosotros nos pasa lo mismo, que vamos con reactancias para dentro, para fuera, para dentro, para fuera...
Portavoz operador: Pero... ¿se sabe el motivo? ¿es por el tema de generación? o...
REE: Sí, es la solar, que entra y sale por precios y por... temas de ajustes y..
Portavoz operador: Vale, vale, no, me iba a poner otra vez a regular, pero bueno, veo que habéis hecho alguna maniobra, que es otra vez bajando la tensión.
REE: Claro, y ese es el problema... ​(Comparten datos técnicos y el operador cuestiona)
​Portavoz operador: Y esto, ¿va a estar durante todo el día igual o...?
REE: Durante... y ya no todo el día... a ver este verano...
Las afecciones «por el tema de la solar» aparecen con recurrencia en las comunicaciones publicadas por este diario en las que los operarios de Red Eléctrica evidencia que el afán por aniquilar la estabilidad de la nuclear en pos de las renovables ocasionó el bochornoso apagón del 28 de abril.
El contador de jornadas sin respuestas de Sánchez a la prensa sigue activo desde el día de autos y el Gobierno continúa sin ofrecer una versión definitiva de lo ocurrido, aunque la agilidad sí salió a escena para atacar a la energía nuclear y desacreditar la tesis sobre las oscilaciones de la renovable.
Los picos de tensión que genera la energía solar fueron identificados por los operarios de Red Eléctrica no solo el 16 y el mismo 28 de abril, sino que la con mayor rotundidad aparece el 26 de abril a las 16:18 horas en otro intercambio de información con un jefe de turno de los operadores.
«Estamos teniendo un montón de oscilaciones de tensión», protesta otro jefe de turno de uno de los operadores, a lo que Red Eléctrica sale al paso con la misma clarividencia con la que Sánchez reiteró que el origen del cero energético nada tuvo que ver con las renovables: «Sí, se están viendo varias zonas afectadas, ¿vale? Es por el tema de la fotovoltaica», expuso el interlocutor de REE.
El vaivén de tensiones en todo el sistema retumbó —y todavía lo hace— entre los técnicos de Red Eléctrica 12 días antes de que la península ibérica se fundiese a negro; sin embargo, ningún integrante del Gobierno ha ofrecido esta versión de lo ocurrido y, en definitiva, no han comunicado la verdad que sí conocen y podían anticipar del apagón, como que la red muestra inestabilidad por los picos de tensión de la energía fotovoltaica y que esa sobretensión provoca que las centrales de generación se desconecten, tal y como marca el protocolo.
Fuente: El Debate
Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica, en Espejo Público:
«El sistema eléctrico español es de los más seguros del mundo».
«No hay ningún riesgo ni a corto ni a medio plazo de que ocurra un apagón».
Esta INUTIL chupoptera que cobra más de 500.000 euros/anuales, y NUNCA trabajo antes en sector, fue
DESGNADA A DEDO por Pedro Sánchez.
NO ES TECNICO sino una simple politicucha pelota de su "lider"
TODAVIA NO HA DIMITIDO...ni lo hará
Premio Nobel de Física: «El calentamiento global es una fabricación de periodistas y políticos deshonestos»
Claudio Fabián Guevara
El Premio Nobel 2022, Dr. John F. Clauser, cuestiona la veracidad del «Cambio Climático» y advierte sobre la desinformación política y mediática. Asegura que la idea de un incremento alarmante en eventos extremos es más una construcción mediática que una realidad científica.
En el contexto actual, donde el cambio climático domina los debates públicos y políticos, el Dr. John F. Clauser, físico galardonado con el Premio Nobel en 2022 por sus trabajos en mecánica cuántica, ofrece una visión crítica que contrasta con la narrativa dominante. En una entrevista con American Thought Leaders de The Epoch Times, Clauser cuestiona los fundamentos científicos y mediáticos detrás del discurso sobre el calentamiento global y los eventos climáticos extremos.
Según el Dr. Clauser, muchos de los fenómenos atribuidos al cambio climático no muestran un aumento significativo en frecuencia o intensidad. Asegura que la idea de un incremento alarmante en eventos extremos es más una construcción mediática que una realidad científica. En sus palabras, “la preocupación por el calentamiento global es una fabricación total de periodistas sensacionalistas y políticos deshonestos”. Esta afirmación, contundente y provocadora, refleja su escepticismo frente a lo que considera una distorsión sistemática de los datos y tendencias climáticas.
Además, Clauser critica la geoingeniería como una solución ineficaz y costosa. Según él, muchos de los proyectos propuestos para modificar artificialmente el clima carecen de una base científica sólida y podrían acarrear consecuencias imprevistas. Considera que se está invirtiendo en tecnologías que no abordan el verdadero comportamiento del sistema climático de la Tierra, el cual, afirma, está influido por factores mucho más complejos y variados que las emisiones de CO₂.
Una de sus principales preocupaciones es la forma en que se ha construido una infraestructura burocrática y económica alrededor de la narrativa climática. Clauser sostiene que existe una fuerte resistencia a aceptar visiones disidentes porque muchas decisiones políticas, académicas y económicas han sido tomadas basándose en la premisa de una crisis climática inminente. “Cuando uno ha apostado su reputación o su carrera a una idea dominante, es difícil aceptar pruebas que la contradigan”, sugiere Clauser.
Su postura ha generado controversia, especialmente por provenir de una figura reconocida en el ámbito científico. Sin embargo, Clauser insiste en que la ciencia debe ser guiada por la evidencia, no por consensos políticos o presiones ideológicas. Con su intervención, plantea un llamado a la revisión crítica y al debate abierto sobre un tema que, más allá de la ciencia, influye profundamente en las decisiones globales.
  • MANIPULACION DE REGISTRO TEMPERATURAS EN G.B. Nuevas evidencias impactantes muestran que picos de calor antinaturales de 60 segundos, impulsan muchos récords de temperatura de la Oficina Meteorológica del Reino Unido. Han surgido pruebas sustanciales que sugieren que el Servicio Meteorológico del Reino Unido promueve la causa política del Cero Neto mediante el uso de termómetros sensibles recientemente introducidos para registrarpicos de calor no naturales de 60 segundos . Estos pulsos se utilizan para promover constantes "registros" de clickbait y afirmar un calentamiento atmosférico exagerado
HALLAN RELACIÓN ENTRE LA ACTIVIDAD DEL SOL Y LA CANTIDAD DE NUBES

Un nuevo artículo científico estudia el clima y la cubierta de nubes en España durante los últimos mil años, y encuentran «pruebas convincentes» de la relación entre la actividad solar, la circulación atmosférica y el clima de la región. Los autores destacan que el resultado concuerda con hallazgos previos sobre la profunda influencia de la actividad solar en el clima y exigen investigaciones interdisciplinarias más profundas sobre esta relación. Sus resultados también arrojan luz sobre las tendencias de las últimas décadas en la nubosidad, revelando una notable correspondencia entre la intensa actividad solar, las altas temperaturas y la reducción de la nubosidad.
Decenas de estudios como éste apuntan a un papel esencial de la alta actividad solar en la segunda mitad del siglo XX como responsable de buena parte del cambio climático observado. La ONU prefiere ignorarlos porque se pueden poner impuestos a las emisiones de CO₂ pero no al sol.
ESTE AÑO HAY MUCHO MÁS HIELO EN LA SUPERFICIE DE GROENLANDIA

El balance de masa superficial del casquete de hielo de Groenlandia está aproximadamente 50.000 millones de toneladas por encima de la media para esta época del año. Esto equivale a 50 kilómetros cúbicos de hielo adicionales. Me pregunto qué harán con todo ese hielo extra. No hay suficientes bebidas en Groenlandia para usar tantos cubitos de hielo.
El balance de masa superficial es la diferencia entre la nieve caída y la escorrentía por fusión. Siempre es positivo a lo largo de un año. El balance total del casquete de hielo incluye también la masa que se pierde cuando los glaciares desprenden icebergs, el derretimiento de las lenguas glaciares al entrar en contacto con el agua del mar y los efectos de la fricción en la parte inferior de la capa de hielo.
Un balance de masa superficial alto, como el de este año, indica que ha nevado mucho y que el casquete perderá poco hielo y contribuirá menos a la subida del nivel del mar.
DESCIENDE LA ACTIVIDAD DEL SOL Y BAJARÁN LAS TEMPERATURAS

Mayo ha sido el mes con menor actividad solar desde 2022, lo que permite establecer el máximo solar de este ciclo según el cómputo de 13 meses suavizado en el mes octubre de 2024. El ciclo solar 25 en el que estamos tiene un máximo de actividad un 38% más alto que el máximo del ciclo anterior, que tuvo lugar en abril de 2014. Yo ya predije en 2016 que el ciclo 25 sería más activo que el 24.
Desde 2009 ha existido el temor entre algunos de que se aproximaba un gran mínimo solar que reduciría grandemente la actividad del sol durante décadas, produciendo una pequeña edad de hielo. Ese temor infundado puede darse por descartado.
Quedan por delante unos cinco años de reducción de la actividad solar que ayudarán un poco a que descienda la temperatura media del planeta y a que fracasen las desafortunadas predicciones de la ONU sobre las temperaturas de 2025-30.
LA ONU SE PILLA LOS DEDOS CON SUS PREDICCIONES ALARMISTAS
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es una agencia especializada de la ONU que abandonó su misión de fomentar la información meteorológica para dedicarse al activismo climático al dictado de la ONU.
Su último informe es un compendio de alarmismo en el que subyace una profunda ignorancia de cómo y por qué cambia el clima. Han asumido como normal y antrópico el calentamiento excepcional y de origen natural que tuvo lugar en 2023-24, con toda probabilidad debido a la anómala erupción volcánica de Hunga Tonga que puso 150 millones de toneladas de agua en la estratosfera.
Muchos recordaréis el reto que sostuve con la NOAA con respecto a su predicción de que habría un evento de La Niña en el invierno de 2024-25. Mi predicción basada en el ciclo solar indicaba un año neutral. El reto se saldó a mi favor y este invierno está clasificado como neutral.
Vamos a repasar las predicciones de la OMM, porque están igualmente equivocadas y tienen una alta probabilidad de fallar. Estos fallos hay que registrarlos para demostrar como engañan a la gente con predicciones alarmistas falsas, como los falsos profetas.
– Probabilidad del 80% de que al menos un año de 2025-29 sea el año más cálido jamás registrado.
Yo considero que hay una probabilidad del 80% de que ninguno lo sea. 2025 ya va camino de fallar.
– Probabilidad del 86% de que al menos un año de 2025-29 supere en más de 1,5°C la temperatura media de 1850-1900.
Esto depende de la base de datos utilizada, porque 2024 tiene entre 1,53 (UK MetOffice) y 1,60°C (Copernicus) (https://wmo.int/resources/dashboards/global-mean-temperature-1850-2024). Si seguimos la UK MetOffice (HadCRUT5) yo le doy una probabilidad del 15% a que algún año supere el +1,5°C.
– Probabilidad del 70% de que el calentamiento medio quinquenal del período 2025-29 sea superior a 1,5°C.
Esto es directamente absurdo. Yo le doy una probabilidad del 90% a que no. Según se van pasando los efectos del volcán la temperatura va a ir bajando, y además el ciclo solar se dirige a su mínimo en los próximos 5 años. Todo está en contra de que se mantenga la temperatura.
– El calentamiento a largo plazo se mantiene por debajo de 1,5°C.
Esto les conviene decirlo, porque si ya se han superado los +1,5°C del límite de París carece de sentido esforzarse por cumplirlo. Con esta predicción estoy de acuerdo, obviamente.
– El calentamiento del Ártico seguirá superando el calentamiento medio del planeta.
Bueno, si el planeta se va a enfriar en estos cinco años, como preveo, no es muy difícil que incluso una falta de calentamiento en el Ártico lo supere. Hasta que no suba la actividad solar en el próximo ciclo no comenzará el enfriamiento del Ártico, y eso no va a pasar antes de al menos 6-8 años.
– La distribución de las precipitaciones presenta grandes variaciones regionales.
Por qué se acaba el consenso sobre los modelos climáticos: "No producen evidencia científica y son manipulables"
Ana Hernández
Alguno de los mejores estudios publicados últimamente alrededor del cambio climático llama la atención sobre uno de los aspectos más polémicos de la investigación climática, que además es clave en toda la política que se está imponiendo desde –cada vez menos– estados: los modelos climáticos que predicen cuál será el aumento de las temperaturas en las próximas décadas.
A la luz de estos estudios, hemos querido profundizar más en cómo son estos modelos y en por qué quizá sea un despropósito cambiar la política económica en todo el mundo por unas predicciones que son, como mínimo, poco fiables.
Para ello hemos hablado con cuatro miembros de la Asociación de Realistas Climáticos, científicos llegados desde diversas disciplinas pero todos expertos en clima, a los que hemos empezado por preguntar cómo valoran la fiabilidad científica de los modelos climáticos que son usados por el IPCC.
"No están basados en la realidad física"
Javier Vinós, doctor en Biología y especialista en clima, empieza por advertir que "los modelos son absolutamente necesarios en ciencia y mucho más en una que no es experimental como la climatología". El problema es que "no producen evidencia científica y constituyen razonamiento circular, es decir, no están basados en la realidad física sino en nuestro conocimiento incompleto y a menudo erróneo de ella" por lo que en lugar de producir evidencias "reproducen nuestros sesgos y creencias, son un producto de nuestras mentes"
Y lo peor es que "a la mayoría, incluyendo a los que trabajan con ellos, eso se les olvida" y por tanto "les otorgan una fiabilidad que no tienen y un papel de árbitros científicos que les viene grande".
Vinós explica también que es cierto que "algunos procesos físicos son bien reproducidos por los modelos", pero hay otros "extremadamente importantes" que están "incorporados de forma esquemática y poco realista", lo que "los hace poco fiables". Entre esos procesos que los modelos no logran reproducir con fiabilidad están "la formación de las nubes, el transporte de calor por la atmósfera, la variabilidad natural del clima o la reflexión de la luz solar por el planeta".
Jorge Badules, doctor ingeniero agrónomo especialista en mecánica de fluidos computacional, afirma que la fiabilidad de esos modelos es "muy escasa". Nos explica que están basados "en la resolución de las ecuaciones de Navier-Stokes que determinan los movimientos de los fluidos" y que "tienen muchas limitaciones inherentes". "Muchos fenómenos de dinámica de fluidos –nos explica– son tan complejos y estocásticos que los resultados de los modelos de ordenador deben entenderse como tendencias, no como valoraciones fiables". Además, añade que "la modelización de la atmósfera, aún con el aumento de potencia computacional, tiene una fiabilidad más que dudosa".
Juan Mallo García, Geólogo por la UCM y MSC por el Imperial College, nos dice que los modelos climáticos "oficiales" no pueden producir resultados fiables poque la "complejidad del Sistema Climático" es enorme. "Está compuesto por decenas de parámetros, que actúan a distintas escalas y con periodos temporales diferentes, muchos de los cuales son ignorados por los modeladores por lo que, ya de entrada, no están representados en sus complicados cálculos".
Además, insiste, "es un sistema no lineal y caótico, algo que ya fue reconocido por el IPCC desde sus primeros informes". Esto implica que, si falta algún parámetro, "la insuficiente representación matemática de sus propiedades o incluso pequeñas diferencias en el número de decimales usados para representarlo producirá resultados muy distintos cada vez que se corran los programas". Esa es la razón, concluye, por la que "todos modelos climáticos difieren mucho de los valores reales obtenidos mediante los registros de los satélites".
Tal y como nos cuenta, estas carencias las reconocen muchos de los propios creadores de estos modelos. De hecho, "uno de los pioneros y desarrolladores de estos modelados, Syukuro Manabe, que en 2021 ganó el Nobel– afirmaba que constituyen una excelente herramienta para entender el clima, pero muy mala para predecirlo".
Por su parte, Saúl Blanco, profesor de ecología, cree que "la fiabilidad científica de los modelos climáticos del IPCC es cuestionable", ya que los modelos son "herramientas útiles para comprender el clima, pero poco fiables para predecirlo". Las razones son las "limitaciones técnicas, la incapacidad de reproducir con precisión" y también "su excesiva dependencia del CO₂ como variable principal, ignorando la complejidad de factores naturales que influyen en el sistema climático".
Por esta razón asegura que "el consenso científico en torno al calentamiento global antropogénico responde más a intereses institucionales y políticos que a una evidencia científica concluyente".
"Son fácilmente manipulables"
La siguiente pregunta surge con claridad: si es cierto que estos modelos no son fiables y sobreestiman el calentamiento, ¿por qué se siguen usando? Javier Vinós dice que, pese a sus deficiencias, "son muy necesarios en climatología" ya que "al tratarse de una ciencia no experimental, pues no se pueden hacer experimentos con el clima, sirven de laboratorio para testar ideas e hipótesis".
Jorge Badules admite que, aunque los modelos sean poco fiables, "tampoco hay muchas alternativas a nivel de simulación informática", pero además añade otra razón para su éxito bastante más perversa: "Son fácilmente manipulables, una pequeña variación de las condiciones de contorno del modelo da resultados muy diferentes, así que se pueden conseguir los resultados que busque quien hace el estudio".
Saúl Blanco, por su parte, también cree que se debe a una combinación de factores, entre los que cita "el arraigo de la hipótesis del Calentamiento Global Antropogénico en programas informáticos" y también la existencia de "intereses creados", desde "gobiernos que buscan justificar mayores impuestos y regulaciones" a "empresas de energía que se benefician de esquemas como el comercio de carbono" u "organizaciones que dependen de la preocupación pública para su financiación".
Pero, ¿hay alguna alternativa más realista que se pueda usar y esté siendo deliberadamente ignorada por razones políticas o ideológicas? La respuesta de Javier Vinós si apunta a un par de ellas, aunque "todos los modelos están basados en los mismos principios y conocimientos", por lo que todos son igualmente poco fiables. Hay no obstante, dos rusos (INM-CM4 y INM-CM5) que son más moderados, "pero son ignorados precisamente por constituir un caso atípico y estar lejos de la media de los demás".
Jorge Badules tampoco ve esa alternativa: "Creo que dentro de la modelización de fluidos no", asegura, "son los que son, no hay otros". Eso sí, advierte que en vista de sus escasa fiabilidad "lo que se tendría que hacer es no considerarlos como dogma".
Un grado de incertidumbre inaceptable
Pero no es eso lo que ocurre: actualmente esos modelos son la base que justifica decisiones políticas al más alto nivel y con un enorme impacto en las economías y las personas, pese a que su "incertidumbre es mucho mayor de lo considerado", nos dice Vinós, "y usar la media de ellos no mejora la situación, si acaso la empeora". Por lo que remata: "Ninguna persona prudente debería utilizar los resultados de los modelos climáticos como base para ninguna decisión importante".
"Incluso en los modelos más sencillos –explica Badules– de simulaciones aerodinámicas en túnel de viento, es habitual considerar un éxito un error del 25% en los valores de velocidad respecto del valor realmente medido". Es decir, que "no se puede marcar un grado de incertidumbre aceptable, porque la real es muy grande".
Pero, si esto es así, si estamos manejando como verdades científicas lo que son aproximaciones con un enorme margen de error, ¿por qué los medios de comunicación y muchos organismos oficiales evitan recoger cualquier información que contradiga esta narrativa dominante del "colapso climático"?
Según Saúl Blanco, porque existe lo que denomina un "complejo del culto climático", compuesto por una mezcla de elementos que a priori debería tener intereses distintos si no opuestos: "Gobiernos que ven en el calentamiento global una excusa para aumentar impuestos y regulaciones, empresas energéticas que se benefician del comercio de carbono, organizaciones benéficas que dependen de la ansiedad pública para su financiación" y, por último pero no por ello sin importancia, periodistas ambientales "que necesitan exagerar la amenaza para justificar su trabajo". Además, "los científicos que disienten de la narrativa alarmista son marginados, sus fondos de investigación desaparecen y son difamados".
Jorge Badules resume, de forma muy sencilla, que "hay mucho interés económico en mantener la narrativa" y Javier Vinós apunta que "el cambio climático se ha vuelto una cuestión política conflictiva", por lo que medios y organismos "consideran que cuestionar las bases de la alarma climática es jugar a favor de los escépticos".
¿Es bueno o es malo?
La última pregunta que planteamos a nuestros interlocutores no puede ser otra: ¿cuál creen que sería una política climática razonable, equilibrada y fundamentada en evidencia empírica?
Juan Mallo abre fuego asegurando que "la única" sería la que generada por un debate "entre científicos con posturas diferentes, manteniéndose alejados de las ideologías, los dogmas, los políticos y de los medios, solo fruto de discusiones netamente científicas", algo que reconoce que es "utópico".
Badules nos responde que esa no es una pregunta técnica, pero aun así decide mojarse: "Para empezar, y aceptando que la temperatura del planeta está aumentando, hay que debatir si eso es bueno o malo, porque hasta ahora, sólo se dice que es malo, sin demasiado fundamento". Además, "habría que explicar a la gente las consecuencias del abandono de los combustibles fósiles, si es que éstos son los responsables de ese calentamiento" y analizar las "ventajas y los inconvenientes", de su abandono y del calentamiento que, supuestamente, producen.
Finalmente, afirma también que "los que defienden la teoría del calentamiento por CO₂ deberían aportar evidencias de las causas de la pequeña edad de hielo o el óptimo climático romano", ya que en su opinión la teoría que defienden está demasiado ajustada "para los datos de las últimas décadas", nos dice recordando que antes ya nos ha advertido que los modelos "pueden ajustarse dentro de un margen para obtener datos que se adapten a lo que se quiere".
Finalmente, Vinós y Blanco coinciden en que la única política climática razonable es la adaptación "utilizando la tecnología y el conocimiento", del mismo modo que "nuestros antepasados se adaptaron a los cambios de sus épocas. Tratar de controlar el clima –concluye– está fuera de nuestro alcance e intentarlo puede tener, o más bien está teniendo, un coste muy elevado".
Blanco, por su parte, señala que esa política razonable "reconocería que el CO₂ es un impulsor marginal del clima y consideraría que invertir en adaptación es más sensato que implementar medidas con severas consecuencias económicas, especialmente cuando la evidencia científica que respalda la influencia dominante del CO₂ en el clima es cuestionable" como hemos visto. Además, "fomentaría la investigación científica abierta y sin sesgos políticos para comprender mejor la complejidad del sistema climático".
Por desgracia, no parece que a corto plazo vayamos a tener esa política razonable, si bien es cierto que muros que parecían invulnerables están empezando a caer.
La ciencia ficción de un gran mínimo solar en el s. XXI
Javier Vinós
Las ciencias del clima son poco serias, al menos para un científico experimental como yo. Están llenas de ficciones basadas en creencias, relatos y suposiciones que son aceptadas sin discusión, a pesar de no estar apoyadas por evidencias sólidas. Entre los que promueven la ciencia ficción climática no están sólo los que creen que el clima cambia fundamentalmente por culpa nuestra, sino también los que piensan lo contrario.
Hace dieciséis años se gestó una ciencia ficción climática por parte de algunos científicos escépticos del cambio climático antrópico: la ficción de que se iba a producir un gran mínimo solar (GMS) que no solo revertiría el calentamiento global, sino que sumiría al planeta en una nueva pequeña edad de hielo, sorprendiendo a los alarmistas del calentamiento y causando un gran sufrimiento. Al igual que todas las demás ficciones climáticas, ésta debe ser erradicada.
  • El origen de la ficción
  • El profundo mínimo solar de 2008-2009 fue una completa sorpresa para los astrofísicos. No sabían que la actividad solar pudiera llegar a ser tan baja, ya que no se había producido algo parecido durante el periodo de observación del sol con instrumentos modernos. En 2009, un astrofísico llamado Habibullo Abdussamatov publicó un artículo en ruso en el que argumentaba que los años siguientes verían un enfriamiento importante debido al inicio de un nuevo GMS. Sus argumentos eran:
    • La baja actividad solardurante el mínimo entre los ciclos solares (CS) 23 y 24, que estaba en curso en ese momento.
    • El conocido ciclo bicentenario de actividad solarque muestran los registros de carbono-14 y de manchas solares, que redujo la actividad del sol tras 1600 y 1800. Era lo que estaba pasando 200 años después, en 2009.
    • La pausa en el calentamiento globalque estaba teniendo lugar desde 1998.

    Figura 1. Procedente de Abdussamatov 2009. «El Sol define el clima». Nauka i Zhizn, N1, pp. 34-42. Propone que lo que pasó en 1700 se va a repetir tras el 2000.
    Esta predicción llegó a Occidente y se hizo muy popular, como cualquier otra predicción catastrófica. Los artículos sobre la llegada de un GMS proliferaron en los blogs sobre el clima, como el de Watts Up With That (WUWT): «The Baby Grand Has Arrived».
    Otros científicos, como Livingston & Penn y de Jager & Duhau, se unieron a Abdussamatov en 2009 para proponer la llegada de un GMS, aunque fueron más cautelosos sobre sus efectos climáticos. La historia llegó incluso a amenazar la narrativa del calentamiento global en un momento en que estaba bajo asalto por la Pausa y el Climategate. Así que nada menos que Stefan Rahmstorf salió al ruedo diciendo que, según los modelos «un nuevo mínimo de actividad solar tipo Maunder [el último GMS] no puede compensar el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano», Feulner y Rahmstorf, 2010.
  • Los años dorados de la ficción, 2012-2015
  • Pasado 2009, la actividad solar aumentó tan lentamente que pronto quedó claro que el CS24 era un ciclo tan poco activo como no se había visto en casi un siglo. Muchos científicos escribían artículos sobre un posible GMS, que había pasado de ser una hipótesis a considerarse una posibilidad real, a pesar de la ausencia de pruebas. Abdussamatov publicó nuevos artículos en inglés en 2012 y 2013.
    En 2011, el experto sueco en el nivel del mar Nils-Axel Mörner publicó un artículo en una de las pocas revistas que aún aceptaban contribuciones escépticas, Energy & Environment. Comenzaba con una afirmación audaz: «Alrededor de 2040-2050 nos encontraremos en un nuevo mínimo solar importante. Entonces se puede esperar una nueva «pequeña edad de hielo» en el Ártico y el noroeste de Europa» (Nils-Axel Mörner, 2011). Una afirmación para la que no aportó más pruebas que una extrapolación de la actividad solar basada en el registro de manchas solares.
    Dos años más tarde, Mörner consiguió que otros 18 investigadores participaran en el primer número de una revista de reciente creación, Pattern Recognition in Physics. Se trataba de un número especial sobre cómo las órbitas de los planetas podrían causar cambios en la actividad solar, una hipótesis aún no confirmada. Incluía una carta firmada por los 19 investigadores que constituía un ataque frontal a las conclusiones del IPCC. Entre los firmantes se encontraban investigadores de renombre como Willie Soon, Nicola Scafetta, Ole Humlum, David Archibald, Harald Yndestad y Don Easterbrook, así como algunas personas activas en Internet, como Tallbloke. El resultado previsible fue la cancelación de la revista por parte de sus editores. La carta terminaba con una conclusión y dos implicaciones acordadas por los firmantes. La segunda implicación es relevante aquí: «Es evidente que nos encaminamos hacia un nuevo mínimo solar. Esto pone seriamente en duda la cuestión del calentamiento continuo, e incluso acelerado, que afirma el proyecto del IPCC». Evidente no era.
    Para entonces, se habían publicado muchos artículos sobre el próximo GMS y sus posibles efectos sobre el clima (de Jager y Duhau, 2012; Solheim et al., 2012; Anet et al., 2013; Steinhilber y Beer, 2013). Múltiples artículos en Internet popularizaron la ficción entre los escépticos y alarmistas del clima, atraídos por la naturaleza catastrófica de una nueva era glacial.
  • El estrellato de Valentina Zharkova
  • Fue en julio de 2015 cuando la ficción saltó a los periódicos de todo el mundo. Una investigadora de la Universidad de Northumbria, Valentina Zharkova, presentó su modelo solar en un congreso, y el comunicado de prensa destacó que predecía una «caída del 60% en la actividad solar en la década de 2030, hasta niveles de una ‟mini edad de hielo”».
    La conexión con el clima no fue establecida por ella, sino por quienes redactaron el comunicado de prensa. Su artículo (Zharkova et al. 2015), publicado ese mismo año, no incluía nada sobre el clima. Ella misma dijo: «En el comunicado de prensa no dijimos nada sobre el cambio climático. Supongo que cuando oyeron hablar del mínimo de Maunder, utilizaron Wikipedia o algo similar para obtener más información al respecto», Valentina Zharkova.
    Pero debido a la cobertura mediática obtenida, ella misma relacionó a partir de entonces su investigación con el cambio climático y la Pequeña Edad de Hielo, según dijo porque una vez establecida la conexión le pareció lógica. Le gustó la atención recibida. A día de hoy, Zharkova sigue relacionando su investigación sobre la actividad solar con los efectos climáticos. En un editorial de 2020 para la revista Temperature (Zharkova 2020), escribió: «Esto, a su vez, puede provocar una disminución de la temperatura de la Tierra de hasta 1,0°C con respecto a la temperatura actual durante los próximos tres ciclos (25-27) del gran mínimo. Las mayores caídas de temperatura se producirán durante los mínimos locales entre los ciclos 25-26 y 26-27», (Zharkova, 2020).
    Irina Kitiashvili, investigadora de la NASA, también tiene un modelo que predijo que el CS25 tendría aproximadamente la mitad de la actividad del CS24 (Kitiashvili, 2020). El problema con los modelos de Kitiashvili y Zharkova es que son una sencilla extrapolación lineal, disfrazada de complejidad, de la disminución de la actividad solar que tuvo lugar desde el CS21 en 1980. Las extrapolaciones no son herramientas fiables a la hora de predecir el futuro.
  • La situación dio un giro en 2018
  • Un artículo del grupo de Zharkova en 2018 (Popova et al. 2018) extrapolaba su modelo 800 años hacia atrás en el pasado y fue duramente criticado por el destacado astrofísico finlandés Ilya Usoskin (Usoskin 2018). Éste fue revisor del artículo, pero su revisión, muy crítica, se perdió en el sistema de la editorial y posteriormente se publicó como comentario. Usoskin afirmó con razón que: «es imposible hacer predicciones armónicas para miles de años basándose solo en 35 años de datos», Usoskin, 2018, y que los resultados del modelo contradecían las observaciones, como muestra la figura 2.

    Figura 2. Procedente de Zharkova et al. 2015 con mis anotaciones en rojo mostrando la actividad solar reconstruida a partir de los registros de radiocarbono. En la figura de Zharkova todo está mal situado en el calendario, excepto el mínimo de Maunder, incluso el doble pico de actividad que define el máximo moderno. El periodo cálido medieval tuvo lugar entre el 950-1100, no entre el 1350-1500. Zharkova predice todo lo azul a partir de los datos del óvalo negro.
    En la reconstrucción de Zharkova, el mínimo de Maunder se encuentra donde debería, pero el mínimo de Spörer, el mayor GMS en miles de años, brilla por su ausencia. En su lugar, la autora etiquetó erróneamente el periodo 1350-1500 (parte de la Pequeña Edad de Hielo) como el período cálido medieval, que tuvo lugar al menos 300 años antes. Zharkova se ha unido a las filas de los científicos climáticos dispuestos a tergiversar los datos para avanzar en sus carreras. El modelo de Zharkova no merece el tiempo de computación que consume. Esta es una triste realidad para muchos modelos actuales.
    En 2018 se avecinaba el nuevo mínimo solar y los blogs sobre el clima publicaron numerosos artículos sobre un GMS inminente. Un mínimo solar es también el momento en que los campos polares solares alcanzan sus valores máximos de 11 años, lo que nos permite predecir la intensidad del ciclo venidero utilizando el método del precursor del campo polar. En una reunión celebrada en 2018, Leif Svalgaard hizo pública su predicción de que el CS25 debería tener un poco más de actividad que el CS24, y no menos.
  • El máximo solar de este ciclo ha sido un 38% superior al anterior
  • La actividad solar se mide oficialmente suavizando los datos medios de manchas solares de 13 meses consecutivos con un filtro (fórmula) matemático para reducir su alta variabilidad. El máximo de actividad del CS24 tuvo lugar en abril de 2014 con 116,4 manchas solares. El máximo del CS25 ha quedado establecido en octubre de 2024 con 160,8 manchas solares. Por lo tanto, este ciclo ha tenido un máximo un 38% superior al anterior.

    Figura 3. Actividad solar medida por el número mensual de manchas solares entre 1954 y mayo de 2025. En azul los datos mensuales y en rojo el suavizado que define el máximo y mínimo de cada ciclo.
    La mayor actividad solar del CS25 es muy clara cuando se comparan los ciclos más recientes.

    Figura 4. Utilizando el número de manchas solares suavizado oficial, el CS25 muestra una actividad muy superior a la del CS24. Fuente: Jan Alvestad.
    Aunque la actividad del CS25 es mayor que la del CS24, sigue estando por debajo de la media de actividad solar de los últimos 300 años. CS24 tuvo una actividad muy baja. No obstante, al haberse incrementado la actividad solar en casi un 40%, los temores de que se desarrolle un GMS durante los próximos ciclos solares deberían desaparecer.
  • El análisis espectral solar lo sabía desde 2006
  • Antes de que comenzara toda esta historia, antes de que el método precursor del campo polar tuviera una predicción para el CS24, antes de que nadie supiera que se avecinaba un descenso de la actividad solar, en 2006 Mark Clilverd, junto con otros investigadores británicos y finlandeses, publicó un artículo titulado «Prediciendo el ciclo solar 24 y más allá»(Clilverd et al. 2006). En este notable artículo, utilizaron un método espectral basado en ciclos seculares en el número de manchas solares para predecir que los CS24 y 25 tendrían una actividad mucho menor que los ciclos anteriores, pero que serían seguidos por el CS26, cuando la actividad comenzaría a recuperarse (Figura 5).

    Figura 5. El modelo de Clilverd predijo dos ciclos de baja actividad mucho antes de que se produjeran.
    Recordemos que, en 2006 los científicos de la NASA predijeron un gran ciclo solar 24, mayor que el CS23. Vaya si se equivocaron, CS24 terminó siendo el ciclo menor en 100 años.
    Yo también realicé un modelo espectral sencillo de la actividad solar pasada y futura en 2016, que hice público en un comentario en WUWT. El modelo fue perfeccionado en 2018 para mi primer libro (publicado en 2022) y aparece en el capítulo 13 (Cambio climático en el siglo XXI). La variable modelada es el cómputo total de las manchas mensuales durante toda la duración de cada ciclo.

    Figura 6. Modelo espectral de la actividad solar que muestra el ciclo centenario de Feynman (F1-F4) y predice la actividad solar hasta 2130. Figura de Vinós 2022.
    Este modelo también predijo en 2016 que no se produciría ningún GMS en el siglo XXI. De hecho, pueden pasar dos o tres siglos antes de que los seres humanos vuelvan a experimentar un GMS. No es un mal resultado si resulta ser correcto, ya que los GMS tienen un efecto climático muy negativo y los enfriamientos que producen suelen ir acompañados de hambrunas y epidemias (Vinós 2022).
  • Conclusión
  • Los científicos generan ciencia ficción cuando se apartan de lo que los datos y las evidencias demuestran. Lo hacen por interés, deseo de notoriedad y la posibilidad de alcanzar la fama por ser los primeros en defender una teoría que luego resulte correcta. Estas ficciones no deben admitirse porque entorpecen y retrasan el avance de la ciencia. Pensar que el CO₂ controla el clima en ausencia de pruebas claras no es muy distinto de pensar que va a tener lugar un GMS en ausencia de pruebas claras. Un buen científico es profundamente escéptico y debe dudar incluso, o especialmente, de sus propias hipótesis porque nadie es más fácil de engañar que uno mismo.
    Este artículo es una actualización del artículo publicado en inglés en febrero de 2023 en el blog WUWT titulado: «It is Time to Bury the Grand Solar Minimum Myth».
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