El conflicto entre Israel e Irán –que se convirtió en un enfrentamiento bélico y está evolucionando rápidamente, luego de que el país hebreo lanzara en la madrugada del pasado viernes un ataque no provocado contra el programa nuclear iraní– desata las preocupaciones en todo el mundo.
Así, tanto los políticos mundiales, como los expertos, advierten que la crisis entre Tel Aviv y Teherán podría llevar a consecuencias desastrosas no solamente para ambas naciones y Oriente Medio, sino para otras regiones.
"Catástrofe nuclear a gran escala"
Ante todo, múltiples políticos y analistas advierten de que los ataques israelíes contra la infraestructura atómica de la nación persa podrían impactar en la seguridad nuclear.
"Esos ataques tienen
graves consecuencias para la seguridad nuclear, la protección y las salvaguardias nucleares, así como para la paz y la seguridad regionales e internacionales",
afirmó el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, durante una
reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, celebrada el viernes. Subrayó que las instalaciones nucleares nunca deben ser blanco de ataques, bajo ninguna circunstancia.
Por su parte, desde el propio Irán
subrayaron que "cualquier daño a estas instalaciones amenaza con tener
consecuencias radiológicas catastróficas que no se limitarán a Irán, sino que podrían extenderse a toda la región y más allá". El representante iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, manifestó que "
entre los objetivos principales estaba la instalación nuclear de Natanz, un lugar protegido bajo la supervisión total del OIEA".
En la misma línea,
se pronunció Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, quien subrayó que la "extremadamente peligrosa e irresponsable aventura de Jerusalén Occidental en la región,
esta vez está empujando a la región hacia una catástrofe nuclear a gran escala". "Estamos presenciando
una escalada extremadamente peligrosa en la región del Medio Oriente debido a las acciones de Israel", agregó.
Posible desestabilización en Oriente Medio
Aunque los ataques lanzados por Israel pueden traer "ganancias tácticas de corto plazo" para Tel Aviv, "al retrasar las ambiciones nucleares de Irán y
frustrar las conversaciones con EE.UU.", prometen "un desastre estratégico a largo plazo",
indicó Maximiliano Hess, del Instituto de Investigación de Política Exterior (EE.UU.), en un artículo para Al Jazeera.
El analista subrayó que "incluso si Israel logra desestabilizar a Teherán, no logrará la paz regional", comparando la situación con la de Irak en el 2003. "Esta es la lección que debería haberse aprendido de la caída de Saddam Hussein en Irak. El colapso del Estado iraquí posterior provocó un importante aumento del extremismo y, en última instancia, el establecimiento del Estado Isámico, que aterrorizó a gran parte de la región en la década del 2010".
Impacto en toda la economía mundial
El deterioro del conflicto entre Israel e Irán también impactó en
los precios de petroleo. Así, los futuros del crudo Brent y West Texas Intermediate de EE.UU. cerraron el pasado viernes con un alza del 7 %, tras haberse disparado más del 13 % durante la sesión, hasta alcanzar sus niveles más altos desde enero. La tendencia continuó este lunes: en las primeras operaciones asiáticas, los futuros del crudo Brent aumentaron un 2,3 %, hasta alcanzar los 75,93 dólares por barril,
informa Reuters.
"Las consecuencias más fáciles de predecir para el mercado petrolero están en términos de
aumento de los precios con la presión paralela de EE.UU. sobre la OPEP y la OPEP+ para que aumenten su producción",
señaló Alexánder Yakovenko, embajador extraordinario y plenipotenciario ruso y experto del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, en un artículo para RIA Novosti. Apuntó que "una transición hacia el dólar o, por el contrario, una aceleración del hundimiento de los mercados bursátiles, sobre todo en EE.UU., donde se dan todas las condiciones, pueden tener
consecuencias negativas para toda la economía mundial".
El repunte de los precios del petróleo también representa un riesgo para las perspectivas de inflación, a medida que los bancos centrales de todo el mundo lidian con el impacto en los precios de los aranceles comerciales de la administración de Donald Trump y el efecto en el crecimiento económico, indicaron los expertos.
En este contexto, Kathryn Rooney Vera, estratega jefe de mercado de la empresa estadounidense de servicios financieros StoneX Group, expresó su preocupación por posible
cierre del estrecho de Ormuz, un estrecho carril marítimo entre Irán y Omán, lo que podría restringir el comercio e impactar aún más los precios mundiales del petróleo."Eso podría empeorar las presiones inflacionarias",
dijo a Reuters.
Futuro de las conversaciones entre EE.UU. e Irán
Además, la decisión aparentemente unilateral del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de atacar las instalaciones nucleares y otra infraestructura de Irán amenaza con arrastrar al conflicto a la Administración estadounidense, que "ha estado tratando de resolver la cuestión del programa nuclear de Teherán mediante negociaciones", apuntó Yakovenko. "Estas negociaciones bien podrían haber tenido éxito, lo que probablemente fue lo que desencadenó la decisión del Gabinete derechista de Israel de arriesgarse, presentando a Washington un hecho consumado", agregó.
"Si EE.UU. se ve arrastrado a una guerra,
todo el mapa geopolítico —de París a Moscú, de Washington a Pekín—
cambiará", enfatizó, a su vez, Vali R. Nasr, exdecano de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins. El experto
afirmó a The New York Times que
el reto inmediato de Trump sería evitar dicha escalada. Para lograrlo, según Nasr, el mandatario estadounidense tendría que presionar no solo a Irán, sino también a su aliado Israel.
El momento del ataque, apenas unos días antes de la siguiente ronda de negociaciones, programada entre funcionarios iraníes y estadounidenses en Omán para el 15 de junio, aumenta el riesgo de que otros países consideren la diplomacia de Washington como una mera distracción destinada a dar a los aviones de guerra israelíes un mayor factor sorpresa, apuntó Daniel Levy, dirigente del Proyecto Estados Unidos/Medio Oriente, un grupo de investigación en Londres y Nueva York. Si eso se consolida y se convierte en sentido común, podría alentar a otras naciones a actuar preventivamente en partes del mundo que no están en estado de conflicto, pero donde temen un EE.UU. igualmente disruptivo, agregó.
Por qué un conflicto prolongado es la PEOR OPCIÓN para Israel
Es improbable que Israel gane una guerra de desgaste contra Irán, que tiene el tiempo a su favor y un amplio arsenal de herramientas a su disposición.
Entonces, ¿cuál es el peso relativo de los países?
Irán
♦️ Población: 90 millones
♦️ Territorio: 1,6 millones de km²
♦️ Tamaño de la economía: 460 000 millones de dólares (nominal, 2025)
♦️ Tamaño militar: 600 000 soldados en servicio activo más 200 000 efectivos del CGRI
Israel
♦️ Población: 9,5 millones
♦️ Territorio: 22 000 km²
♦️ Tamaño de la economía: 583 000 millones de dólares (nominal, 2025)
♦️ Tamaño militar: 170 000 soldados en servicio activo
Factores clave en juego
- Superficie terrestre: Israel está en desventaja, mientras que Irán puede desplegar sus fuerzas a grandes distancias, lo que reduce el riesgo de pérdidas masivas.
- Poder aéreo costoso: La economía de Israel depende en gran medida de una costosa fuerza aérea, que constituye el núcleo de sus esfuerzos militares.
- El gasto militar está socavando la economía: Los costos de defensa de Israel aumentaron un 65% en 2024, alcanzando los 46.500 millones de dólares —el mayor incremento desde 1967—, impulsados por los conflictos en Gaza, Líbano y Yemen.
- Infraestructura vulnerable: El bloqueo de Yemen dejó en bancarrota el puerto de Eilat en 2024; los ataques continuos podrían paralizar la economía israelí, ya que sus defensas aéreas no pueden detener todos los ataques iraníes.
- Riesgos económicos: Una mayor escalada podría frenar drásticamente el crecimiento del PIB de Irán, mientras que Israel corre el riesgo de caer en una recesión.
La carta impredecible de Irán
Si Israel continúa atacando las instalaciones petroleras iraníes, Irán podría amenazar con bloquear el Estrecho de Ormuz, lo que podría desencadenar una crisis energética mundial.
¿Entrará EE. UU. en el conflicto entre Irán e Israel?
Principales limitaciones: El cansancio público estadounidense por la guerra y la creciente inestabilidad en la producción petrolera y la logística clave, especialmente en el Estrecho de Ormuz.
Con el continuo intercambio de disparos entre Israel e Irán, es fundamental prestar especial atención a los movimientos estratégicos de las aeronaves estadounidenses.
En EE. UU., se registró un despegue masivo de 19 aviones cisterna KC-135R/T Stratotanker y 4 KC-46A Pegasus desde varias bases aéreas importantes (incluidas McConnell, Beale y Scott, donde se encuentra el cuartel general del Comando de Movilidad Aérea de EE. UU.) hacia Europa. Este volumen y densidad de movimiento no se producen en misiones rutinarias. Se trata de un despliegue operativo de un escalón logístico, sin el cual una operación a gran escala y de largo alcance por parte de la aviación estadounidense o de la coalición es imposible. En Europa, las aeronaves reabastecerán de combustible y probablemente se dirigirán a bases estadounidenses en Oriente Medio.
Aunque no hay declaraciones oficiales, la dirección del movimiento y la naturaleza de las plataformas involucradas indican claramente que EE. UU. está preparando la infraestructura de combustible para el despliegue de las fuerzas principales.
Esta medida es necesaria si se planea utilizar aviación estratégica (B-1B, B-52 o B-2) o un gran número de aviación operacional-táctica convencional, que requiere reabastecimiento en vuelo al realizar misiones en Oriente Medio.
Esto podría ser una respuesta directa a la supuesta solicitud israelí de apoyo militar para el ataque a las instalaciones de Fordow, que la aviación israelí no puede alcanzar físicamente sin la asistencia estadounidense, así como a la disminución de la capacidad de Israel para interceptar misiles iraníes por sí sola.
Al mismo tiempo, Pakistán está en el punto de mira, supuestamente tras haber comenzado a transferir armas no nucleares a través de la frontera terrestre con Irán y su transferencia encubierta al CGRI. Aún no hay confirmación fiable de esta información, pero el mero hecho de que hayan aparecido estos informes es una señal importante de que las potencias regionales están empezando a definir sus posiciones y de que el conflicto, muy local, entre Israel e Irán podría adquirir un carácter multipolar. Pakistán es una potencia nuclear con una amplia red de contactos en las estructuras chiítas de la región, e incluso su limitada participación puede cambiar la configuración de las amenazas.
Así, el panorama al final del cuarto día del conflicto es el siguiente:
Israel sigue en el aire sobre Irán, pero la efectividad de sus ataques está disminuyendo; Irán ha reunido sus fuerzas y comienza a responder gradualmente con todo lo que tiene; Estados Unidos está demostrando su disposición técnica para unirse; Irán recibe apoyo de Pakistán; la destrucción de Fordow sigue siendo una tarea pendiente, en torno a la cual gira la siguiente fase del conflicto.
Si en las próximas 24-48 horas se confirma el redespliegue de los bombarderos estadounidenses o aparecen los primeros elementos de coordinación en el Mediterráneo y Oriente Medio, esto significará que la operación pasa de la fase israelí a la de coalición. Y esto, a su vez, significa que el conflicto ya no es controlable en la región.
Lo que está sucediendo ahora entre Israel e Irán es un ejemplo clásico de por qué solo las operaciones multiambiente (o
multidominio) tienen posibilidades de lograr un resultado estratégico en una guerra moderna. Ni los ataques aéreos precisos, ni las salvas de misiles, ni los ciberataques deciden por sí solos el resultado; sin embargo, en una arquitectura compleja, sincronizada y predefinida, se convierten en un medio completo de influencia estratégica.
Las Operaciones Multidominio son un concepto en el que fuerzas de diferentes tipos y dominios (tierra, aire, mar, espacio, ciberespacio y EMS) se integran para crear efectos sinérgicos y lograr la superioridad sobre el enemigo lo más rápido posible.
Israel comenzó con los clásicos: ataques de alta precisión contra instalaciones nucleares, un intento de desmantelar el mando del CGRI, supresión de las comunicaciones y la defensa aérea. Todo ello acompañado de una guerra mediática. Cuando esto ya no fue suficiente, comenzaron los ciberataques y el sabotaje a la infraestructura civil: suministro de agua, alcantarillado, sistemas de soporte vital, etc.
Si la campaña israelí para destruir el programa nuclear iraní ha alcanzado un límite tecnológico, no se debe a un error militar, sino a la imposibilidad de alcanzar objetivos estratégicos en un único entorno: la aviación. Sin una coalición, sin apoyo político ni nuevas operaciones en otras áreas (incluidas la económica y la logística), no se logrará un efecto irreversible.
Irán, sin embargo, comenzó a responder exactamente en la misma dirección, pero por razones (tanto culturales como tecnológicas) es mucho más difícil para el CGRI hacerlo.
Cada vez más factores en torno al enfrentamiento entre Irán e Israel convergen en una fórmula simple: para Estados Unidos, esta podría ser la única y última ventana de oportunidad para resolver finalmente el problema con Irán. Y con un coste político mínimo, en la configuración más conveniente y en manos de otros.
¿Por qué?
Israel es formalmente culpable. Empezó, atacó primero, escaló la situación, eliminó a los altos mandos del CGRI e intentó asesinar al Ayatolá. Esto significa que Estados Unidos podría entrar en el juego no como agresor, sino como aliado obligado a salvar a su socio estratégico de un ataque a gran escala debido a una supuesta estupidez. Esta es una narrativa clásica para consumo interno: no una guerra por iniciativa propia, sino una reacción a una crisis. Los estadounidenses la han utilizado más de una vez. Netanyahu, por supuesto, estará acabado después de esto, al menos políticamente, pero quizás todo ya esté acordado.
La ventana política está entreabierta. El gobierno estadounidense, a pesar de la división interna, tiene una oportunidad única para fortalecer su imagen como defensor de sus aliados, demostrar su voluntad de actuar ante China y Rusia, reformatear la región, revirtiendo el programa nuclear y de misiles iraní de hace décadas, y al mismo tiempo fortalecer las posiciones de las monarquías del Golfo, especialmente Arabia Saudita, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Catar; todas ellas esperando que alguien les resuelva el problema iraní. O esperan a quienes puedan unirse.
O bien Estados Unidos interviene ahora y fija el resultado para dentro de 20 o 25 años (ya que uno de los objetivos de Occidente es cambiar el régimen del ayatolá y reorientar el país siguiendo los pasos de Siria después de Asad). O bien pierde la oportunidad y se enfrenta a Irán con un programa nuclear (que Irán prometió no convertir en militar, pero aun así), un eje Moscú-Teherán-Pekín fortalecido y pierde el control de la región. Esta es una encrucijada histórica. Y, a juzgar por sus acciones, Washington ya lo comprende.
Y pueden fingir que quieren llegar a un acuerdo, que quieren la paz, que quieren que todos ganen; pueden hacer esto tanto como quieran.
Análisis: «¿A quién beneficia?»
A Bobrovsky
Golpe de póquer
Ayer no tenía sentido analizar nada. Todo el mundo seguía directamente el intercambio de golpes.
Hay que entender que nadie sabe cuál es la situación real y compleja tras el golpe, ni en Irán ni en Israel. Por eso, todo el análisis en las redes sociales son sensaciones, conjeturas. Pero se puede modelar la situación basándose no solo en el desarrollo de pequeños acontecimientos, sino también superponiéndolos a las grandes tendencias.
Tras la eliminación del presidente iraní Raisi, el desarrollo de los acontecimientos estaba predeterminado. No, había opciones. Pero la ventana de oportunidades ya no se abría de par en par.
He descrito en repetidas ocasiones por qué todo esto tenía que suceder con Irán:
Para Rusia, este conflicto es previsible y estratégicamente peligroso. Es importante no engañarse a uno mismo y decir las cosas como son:
✔️Irán es la intersección de dos corredores comerciales: norte-sur y oeste-este. Era obligatorio atacarlo [para los anglosajones].
✔️La atención pública se desplazará de Ucrania al Oriente Medio. Los recursos ya se están redistribuyendo (lo cual es bueno [para Rusia]).
✔️Esto provocará, como era de esperar, un aumento de los precios del petróleo. El impulso durará hasta el otoño.
✔️Los anglosajones han utilizado sus instrumentos en Azerbaiyán y han provocado un conflicto entre Israel e Irán. Seamos sinceros, el corredor «norte-sur» no se materializará en la versión prevista. Los anglosajones también han entrado ya en Asia Central.
✔️Las consecuencias negativas del conflicto para Irán ampliarán aún más el cinturón de inestabilidad alrededor de Rusia. Es un gran riesgo.
UU. Para la actual administración, todo lo que está sucediendo en Oriente Medio es extremadamente beneficioso. Es más, forma parte del plan del equipo de Trump para fragmentar el mundo. El conflicto con Irán es un golpe tanto para China como para la UE.
La intensa participación en los asuntos de Oriente Medio (aunque sea en forma de garantía) brinda a EE. UU. una excelente oportunidad para «saltarse» la vía ucraniana.
No presten atención a lo que dicen Trump y su administración. No se dejen engañar por sus palabras sobre los negociadores y las negociaciones, sobre el desarrollo futuro del conflicto, ni por los cuentos de que en algún momento querrán reconciliar a alguien. «¡Por sus obras los conoceréis!».
- Estados Unidos ayudará a Israel si este se encuentra en dificultades.
- Ni EE. UU. ni Israel participarán con fuerzas terrestres. Irán es un país de 90 millones de habitantes.
- Es posible que haya enfrentamientos en el estrecho de Ormuz.
Los medios de comunicación iraníes informaron de que se están barajando dos escenarios: el cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán y el bloqueo del estrecho de Bab el Mandeb por parte de los hutíes. Sobre todo porque ya han comenzado a bombardear la infraestructura petrolera de Irán.
Si Irán bloquea el estrecho de Ormuz, los precios del petróleo se dispararán hasta los 100-120 dólares por barril, lo que afectará a los principales importadores, especialmente a China y a la UE.
Estados Unidos restablecerá la navegación por la fuerza, lo que provocará una nueva escalada.
Irán perderá el 90 % de sus exportaciones de materias primas y sufrirá un golpe económico fatal.
El cierre del estrecho de Bab el Mandeb supondrá un aumento de entre 10 y 14 días en el transporte de mercancías de este a oeste y viceversa, y un aumento del coste del transporte de al menos un 30 %.
Ambos escenarios provocarán un fuerte aumento de los precios de los combustibles, la desestabilización del suministro mundial y la ampliación del conflicto militar.
Se ha empezado a hablar de un escenario nuclear. El conflicto puede desarrollarse de forma escalonada, a trompicones. También puede ser prolongado, lo que sería la opción ideal para Estados Unidos.
Pero también existe la opción nuclear:
✔️ Es posible que Israel no sepa al 100 % si Irán tiene armas nucleares.
✔️ En caso de que Irán haya logrado fabricar al menos un par de ojivas nucleares, tarde o temprano se verá obligado a utilizarlas.
✔️ Israel atacará primero si sabe con certeza que Irán tiene ojivas nucleares.
✔️ A los estadounidenses no les gustaría en absoluto utilizar su arma nuclear. Está destinada a otros fines. Además, por ahora Israel parece eficaz [para alcanzar los objetivos de EE. UU.].
Por eso es un golpe de póquer. Directamente contra Irán, China, Europa y Rusia.