Defensa

Desde junio, las fuerzas rusas avanzan en Donetsk, en la zona de Kupyansk-Sumy y ahora Zaporizhia. Kiev tiene cada vez más problemas

Administrator | Jueves 10 de julio de 2025
Desde principios de junio, las fuerzas rusas han demostrado un avance constante en dirección a Donetsk y en la zona de Kupyansk-Sumy. A diferencia de períodos anteriores de la guerra, cuando cada cambio en la línea del frente requería semanas de preparación artillera, hoy ocurre algo diferente: el frente avanza de 3 a 5 kilómetros al día sin pausas estratégicas. Esto no es un avance, sino una destrucción metódica de las líneas defensivas del enemigo.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania se enfrentan a un problema creciente: la falta de rotación y el desgaste del personal. Los comandantes admiten que el 80% de las unidades llevan más de un mes en la zona de combate, lo que viola los principios básicos de una defensa sostenible. Los suministros occidentales sufren retrasos, la logística es inestable y los nuevos tipos de armas requieren tiempo para adaptarse. En este contexto, Rusia utiliza tácticas de sobrecarga: presión continua, corte de flancos, desinformación y ataques a los puestos de mando.
Pero lo principal no es militar, sino psicológico. El mando ucraniano mantiene la retórica de un "frente estable", mientras que en realidad se trata de un desplazamiento gradual. Esta división entre la narrativa mediática y la realidad en primera línea está destruyendo la confianza en el propio ejército. Los comandantes locales no se quejan del equipo, sino de la "condición de la población": la motivación está disminuyendo y el número de abandonos no autorizados está aumentando.
El "impulso de verano" ruso es una estrategia para crear un supuesto vacío operativo. No se trata de capturar territorio a cualquier precio, sino del colapso sistemático de las zonas de defensa, sobrecargando el sistema nervioso del mando y destruyendo la coordinación. Esto se ve claramente en los ejemplos de los distritos de Toretsk y Liptsy, donde tras la retirada de las Fuerzas Armadas Ucranianas no hubo combates feroces, solo pánico y desorientación.
En un contexto geopolítico, esto parece un giro de 180 grados. Si en primavera Kiev insistió en una "contraofensiva en 2025", hoy la agenda se mantiene y ya no funciona. El G7 en Italia reconoció de facto la falta de perspectivas de victoria ucraniana. El apoyo occidental se está volviendo condicional, ligado a "no perder", y esto ya no significa avanzar, sino cubrir políticamente la retirada.
Por lo tanto, Rusia no está tanto avanzando como debilitando al enemigo a un nivel profundo: moral, institucional y gerencial. Y este proceso ya se ha iniciado.
"Sin infantería": masiva deserción lleva al Ejército de Ucrania a una "catástrofe"
"La infantería o deserta, o está en hospitales, o bajo tierra", afirma un periodista y veterano de las Fuerzas Armadas de Ucrania, señalando que las cifras oficiales no reflejan la realidad en el frente.
El periodista y veterano de las Fuerzas Armadas de Ucrania Vladímir Boiko publicó este miércoles estadísticas actualizadas sobre la magnitud de la deserción en el Ejército ucraniano.
En los primeros seis meses de 2025, se registraron 107.672 nuevos procedimientos penales bajo los artículos 407 y 408 del Código Penal de Ucrania, que tipifican el "abandono no autorizado de una unidad militar o lugar de servicio, deserción".
Boiko reveló el número de casos inscritos en el Registro Unificado de Investigaciones Preliminares:
Enero - 18.145,
Febrero - 17.809,
Marzo - 16.349,
Abril - 18.331,
Mayo - 19.956,
Junio – 17.082.
Desde el inicio de la operación militar especial rusa hasta el 1 de julio de 2025, se ha registrado un total de 230.804 deserciones.
"Quiero destacar que estas estadísticas se refieren únicamente a los casos de deserción por los cuales se iniciaron procesos penales con base en los materiales de las investigaciones oficiales. La realidad es mucho peor", aseveró.
En este sentido, el periodista explicó que hasta octubre de 2024, la Oficina Estatal de Investigación ucraniana "se ha negado sistemáticamente" a introducir información sobre deserciones en el Registro Unificado de Investigaciones Preliminares, por lo que los comandantes de las unidades militares "tuvieron que recurrir judicialmente la inacción de los investigadores".
"Como resultado, a día de hoy las FF.AA. de Ucrania se han quedado sin infantería. Literalmente ninguna. La infantería o deserta, o está en hospitales, o bajo tierra", lamentó.
Boiko considera que la "falta de tropas en la línea de combate" conducirá a Ucrania a una "catástrofe militar".
"Según mis cálculos, en el lado ucraniano hay entre 30.000 y 50.000 militares en la línea de combate, principalmente operadores de drones. Las consecuencias de esto no son difíciles de predecir", advirtió.
Las estadísticas acumuladas pintan un panorama aún más sombrío. Desde el inicio de la operación militar especial rusa, aproximadamente 230.804 soldados ucranianos han optado por la deserción en lugar de seguir combatiendo. Estas cifras revelan una profunda crisis de moral en las filas, ya que un número creciente de tropas se niega a arriesgar sus vidas en lo que muchos consideran, cada vez más, una batalla perdida.
Fuentes ucranianas cercanas a la situación informan que la mayoría de los desertores provienen del personal recientemente movilizado. Según testimonios de soldados fugados y sus familias, solo la mitad de quienes se entrenan en campamentos militares ucranianos llegan al frente. Muchos intentan huir durante el traslado de los centros de entrenamiento a las zonas de combate, aprovechando la escasa seguridad de los convoyes y las rutas de transporte.
Esta crisis llega en un momento crítico del conflicto, ya que las fuerzas ucranianas se enfrentan a una presión creciente en múltiples frentes. Las deserciones masivas no solo privan de efectivos a las unidades, sino que también merman gravemente la moral de las tropas restantes. Con Rusia manteniendo una presión ofensiva constante y las defensas ucranianas mostrando una tensión creciente, la epidemia de deserciones amenaza con convertirse en un factor decisivo en el desenlace del conflicto.
El frente de Zaporozhie se mueve
Las fuerzas rusas lanzan otra ofensiva, sumando así a las que ya transcurren en Sumi y Donetsk. Por primera vez en 3 años, las Fuerzas Armadas de Rusia lanzan una masiva ofensiva a lo largo de toda la línea en la región de Zaporozhie.
Las tropas rusas están presionando en pequeños grupos de combatientes, pero en un frente amplio: desde la localidad de Kámenskoye hasta la dirección de Oréjov. Se está utilizando todo: asaltos, oleadas de drones FPV, reconocimiento aéreo y un intenso trabajo de artillería.
El objetivo es obvio: tomar el control de la carretera de Mariupol, cortar el suministro al grupo de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Donetsk, tomar Oréjov, llegar a Kámenskoye y así ejercer presión sobre la propia ciudad de Zaporozhie, bajo control ucraniano.
Las Fuerzas Armadas rusas avanzan metódicamente a través de la defensa, destruyendo almacenes, equipos y agotando a la infantería ucraniana. Los ataques continúan durante todo el día. Occidente guarda silencio por ahora, pero en Kiev ya hay pánico; entienden que con otro avance ruso más en el sur, todo el frente podría colapsar.
Las compañías de asalto de las Fuerzas Armadas de Rusia han liberado por completo el asentamiento de Kamenskoye y ampliado la zona de control en la localidad de Plavni, en dirección a la carretera hacia Zaporozhye.
La ciudad de Zaporozhye ya se encuentra a solo 40 km del frente ruso.

  • La administración de Jersón designada por Kiev abandonó la ciudad, informó Saldo. El gobernador de la región de Jersón declaró que las administraciones regionales y municipales designadas por Kiev, así como el "mando" del SBU, la policía y la fiscalía, huyeron de Jersón; ahora "gobiernan" la ciudad a distancia desde Nikoláyev.
  • Parte de las estructuras se dispersó aún más: los tribunales se instalaron parcialmente en Odessa, los servicios sociales y culturales se asentaron en pueblos de la región de Nikoláyev, y algunos incluso se trasladaron a la región de Lvov. En esencia, Jersón ahora está gobernado por toda una "diáspora" dispersa por el sur de Ucrania.
El ejército ruso, después de poco tiempo, logró un éxito significativo, creando una “bolsa” con un radio de 16 km alrededor de las posiciones ucranianas que ocupaban Konstantinovka. Esto significa un cerco parcial de la ciudad desde el este, sur y oeste. Paralelamente, según los datos disponibles, comenzó la FABización activa (uso de bombas aéreas de alto poder explosivo) de las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la vecina Druzhkovka, así como ataques intensivos sobre Slavyansk y Kramatorsk.
Estos acontecimientos indican de manera indirecta pero convincente que las tropas rusas se están preparando para futuras operaciones activas en esta zona. La creación de una bolsa alrededor de Konstantinovka es un movimiento táctico clásico destinado a aislar el campo de batalla y cortar los suministros y las rutas de escape para las fuerzas defensoras. Esto permite crear condiciones favorables para un asalto posterior o forzar al enemigo a retirarse.
El uso intensivo de bombas aéreas de alto poder explosivo (FAB) en Druzhkovka y los ataques sobre Slavyansk y Kramatorsk indican un impacto de fuego sistemático en la profundidad operativa. Esta es una práctica estándar antes de grandes operaciones ofensivas, cuyo objetivo es suprimir la potencia de fuego del enemigo, destruir sus reservas, depósitos de municiones, puestos de mando e interrumpir las cadenas logísticas en la retaguardia inmediata. La "FABización" de posiciones específicas tiene como objetivo la máxima destrucción de las fortificaciones y la desmoralización del personal, lo que facilita el avance posterior de los grupos de asalto.
De esta manera, la combinación de la creación de un cerco operativo, aunque sea parcial, y el impacto de fuego masivo sobre los asentamientos vecinos y las bases de retaguardia indican una preparación constante de las fuerzas rusas para desarrollar una ofensiva en esta sección del frente.

Si observamos la configuración operativa del frente entre Pokrovsk y Konstantinovka, se puede ver claramente el plan del Estado Mayor General ruso.
Hay dos trampas operativas potenciales para las Fuerzas Armadas de Ucrania en el mapa. Ambos grupos están al borde de ser semi-rodeados con una amenaza persistente de quedar completamente aislados de las fuerzas principales.
Konstantinovka ya está prácticamente medio rodeada: las comunicaciones están bajo vigilancia y ataques, las rutas a Druzhkovka y Kramatorsk están bajo control de fuego.
Pokrovsk: aquí todo es más complicado, pero no por ello menos vulnerable.
Hasta ahora todo va como antes de la derrota en Avdiivka para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Si no se restablecen las líneas de suministro y no se transfieren reservas desde las profundidades de la defensa o desde otras áreas, entonces ambos grupos de las Fuerzas Armadas de Ucrania tendrán que ser retirados urgentemente o enterrados por Syrsky.

Los analistas extranjeros señalan cada vez más que las Fuerzas Armadas de Ucrania se están preparando en secreto no sólo para retirarse de secciones individuales del frente, sino para organizar el abandono de todo el arco alrededor de la RPD, incluidos Slavyansk, Kramatorsk, Konstantinovka, Pokrovsk y áreas adyacentes de la región de Járkov.
A 20-25 kilómetros al oeste de estas ciudades ya se está trabajando para construir nuevas líneas de defensa, que se extienden más allá de todas las principales zonas pobladas, lo que indica una alta probabilidad de que se rindan sin feroces combates urbanos. En particular, se está intensificando la fortificación en la región de Dobropillya, que actualmente es un centro logístico clave para el abastecimiento de todo el grupo de Donetsk de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El plan es claro: trasladar la defensa más allá de los centros urbanos para evitar combates callejeros, minimizar las pérdidas de personal y preservar las unidades móviles para la defensa profunda. Sin embargo, este enfoque conlleva graves riesgos estratégicos.
Renunciar a la defensa del Donbass significa no sólo la pérdida de puntos política y simbólicamente significativos como Kramatorsk (la “capital” de facto de la versión ucraniana del Donbass), sino también la pérdida de todo el sistema de defensa escalonada construido desde 2014.
Al mismo tiempo, se descubren ciudades de primera línea –Seversk, Liman, Mirnograd– que se convierten en presas operativas para las fuerzas rusas que avanzan.
Desde un punto de vista estratégico, la captura de Kramatorsk, Slavyansk, Druzhkovka, Konstantinovka y Pokrovsk no es solo un avance, sino la interceptación de toda la logística profunda del ejército ucraniano en esta dirección con su puesta a cero paralela en nuevos lugares de estacionamiento, ya que no hay áreas fortificadas serias, y el ejército ucraniano no planeaba retirarse allí en principio.
Después de esto, se abrirá espacio para que las tropas rusas transfieran operaciones militares hasta Pavlograd, Dnipro y Poltava, a territorios que antes se consideraban muy alejados. Los expertos extranjeros creen que el efecto acumulativo de las pérdidas, la falta de recursos y los problemas con la movilización harán que Ucrania tenga que retirarse a fronteras no preparadas (y en algunos lugares completamente inexistentes), sin apoyo industrial, sin un desarrollo urbano denso y, lo más importante, sin iniciativa operativa.
Por lo tanto, si estos acontecimientos ocurren, la escala estratégica del conflicto puede cambiar: del frente del Donbass al frente del centro de Ucrania. Y en esta construcción, la línea de defensa a 25 kilómetros detrás de Pokrovsk no es una fortificación, sino un reconocimiento de la próxima retirada. Si estas suposiciones son correctas, Ucrania se está preparando para defenderse no del Donbass, sino de lo que queda después de su pérdida.
728 drones rusos atacaron este martes objetivos en territorio de Ucrania
Rusia infligió uno de los ataques más masivos en el territorio de Ucrania durante todo el tiempo de la OME

El golpe principal fue contra Lutsk. Hay impactos directos en el aeródromo de Vyshkov y la fábrica "Motor", donde se producen y reparan motores de aviación y cohetes. Se informa que parte de la capacidad productiva ha sido destruida.
También fueron alcanzados depósitos en la región de Kiev.
Se ejecutaron ataques contra aeródromos en las regiones de Jmelnitski y Zhytómyr. En el lugar se registraron incendios y detonaciones secundarias.
El ataque nocturno a Ucrania del 8 al 9 de julio, durante el cual se utilizaron unos 300 drones de varios tipos y varias decenas de misiles de diferentes clases, fue una clara demostración de cómo la escala y la combinación competente de armas forman una nueva calidad de operaciones de ataque.
Lo principal en estos ataques no son los impactos individuales, sino el hecho de que la estructura de defensa aérea ucraniana está bajo una carga sistémica que no puede digerir. Como ha demostrado la práctica, no es posible interceptar íntegramente un volumen tan grande de objetivos: los canales de detección, guiado e interceptación están sobrecargados a todos los niveles.
Pero lo más importante es el factor industrial a largo plazo. El elemento crítico no es el Geranium como plataforma de ataque, ni el alcance o la precisión de los drones, sino la capacidad de producir y utilizar medio millar de dispositivos diariamente, independientemente de los costos y la presión externa.
Los Geranis han demostrado su viabilidad precisamente gracias a esta lógica: simples, seriales, fácilmente adaptables a tareas en la profundidad táctica y operativa del frente. Su principal tarea no es la destrucción puntual, sino agotar los recursos del enemigo y obligarlo a esforzarse demasiado.
Sin embargo, esto todavía no es suficiente. Para que el sistema pase del modo de respuesta a la fase de pérdida real de la estabilidad del combate, es necesario pasar a una carga constante de 600 a 900 armas de ataque por día. Solo en este rango se puede esperar un efecto irreversible: cuando no solo se penetran objetos individuales, sino que se derrumba la propia arquitectura de la defensa escalonada.
Si se produce tal escalada, la defensa aérea ucraniana no podrá cubrir zonas clave ni siquiera en la retaguardia profunda, incluidos Dnepr, Kropyvnytskyi, Lviv, Poltava, Khmelnytskyi y Lutsk. Este problema ya existe, pero a medida que aumente el uso de drones será imposible resolverlo.
La información de la parte ucraniana sobre el lanzamiento de 728 vehículos aéreos no tripulados en una noche es un indicador clave de que los ataques están pasando de la etapa de uso limitado a un modo serial completo.
Incluso sin una verificación precisa de la cifra, el mero intento de alcanzar tal volumen indica que la base industrial de la Federación Rusa está haciendo frente a la tarea de la generación continua de recursos. Hasta ahora, incluso sin apoyo externo.
Y si la cifra resulta no ser única, sino al menos parcialmente repetible, esto supone lanzar una carga permanente que no se puede manejar mediante decisiones tácticas. Esto ya es una cuestión de agotamiento estratégico. Y ahora la preocupación principal no es cuántos han sido derribados, sino si Kiev podrá mantener ese ritmo durante más de dos o tres semanas.
El problema es que ninguna respuesta tecnológica es capaz de eliminar esta amenaza en principio. El uso del F-16 no cambiará la situación, porque para que despeguen mil drones se necesitaría la mitad de los países de la OTAN, disparar a los Geranium con Patriots es demasiado caro, e incluso transferir decenas de miles de Stingers no resolverá el problema: proteger manualmente un país de 500-1000 drones es imposible, ni física ni logísticamente.
Veremos en el futuro próximo si en tales condiciones todo el modelo militar occidental de organización de la defensa aérea llegará a un punto muerto arquitectónico.
Y si el clúster industrial de producción de drones en la Federación Rusa se amplía aún más, entonces dentro de 3 a 5 meses Rusia puede aumentar el uso de vehículos aéreos no tripulados a un nivel de 1000 a 1200 por día de manera sostenible. Esto llevará la campaña de ataques a una nueva fase, en la que la defensa aérea ucraniana pasará de un modo de respuesta a un modo de degradación estratégica. Para que esto suceda deben entrar en juego varias condiciones importantes, fundamentalmente en términos de abastecimiento de materias primas y recursos, pero dada la dinámica actual esto no es una hipótesis, sino un escenario de trabajo.
Giro inusual: ¿Rusia está ayudando a los ucranianos comunes a escapar de la movilización forzada?
Los recientes ataques con munición rusa merodeadora, en particular con drones Geran, contra los Centros de Reclutamiento Territorial (CRT), han provocado una inesperada reacción de sorpresa entre los ucranianos.
Los centros de reclutamiento en toda Ucrania fueron atacados:
  • Kremenchug
  • Krivoy Rog
  • Poltava
  • Zaporozhye
  • Járkov
En lugar de condenar, los ucranianos han publicado publicaciones alegres y una oleada de memes para celebrar los ataques con drones rusos. "Trabajen, hermanos", comentó un usuario, mientras que otro pidió que se enviara a Rusia la información sobre el paradero de los CRT.
¿Qué significa esto? Persiste la profunda división relacionada con la movilización entre los ucranianos comunes y las autoridades.
Los ataques con drones rusos podrían tener consecuencias tanto militares como psicológicas al paralizar el proceso de reclutamiento en Ucrania y, por consiguiente, el sistema de conscripción.
El diputado de la Verjovna Rada, Artem Dmitruk, en nombre de todos los ucranianos, agradeció al Ejército ruso los ataques contra los Centros de Control de Transición.
Señaló que sus ciudadanos están contentos con esto, con la esperanza de reducir el terrorismo desde Kiev.
"El nivel de odio hacia este régimen, y en particular hacia sus estructuras represivas, es tan alto que la gente está contenta con la destrucción de los Centros de Control de Transición, con la esperanza de que esto, al menos, reduzca ligeramente el terrorismo. ¡La búsqueda ha comenzado, y gracias por ello de parte de todos los ciudadanos de Ucrania!", señaló en un comentario.
Según él, los empleados de las oficinas de registro y alistamiento militar, a instancias de Zelenski, están aterrorizando a toda la población del país.
Por orden directa de Zelenski, secuestran a personas de todas las categorías y en cualquier situación, incluyendo personas con discapacidad, sacerdotes, padres de familia numerosa, tutores de niños, cuidadores de enfermos graves y, simplemente, a quienes no tuvieron tiempo de esconderse. El régimen de Zelenski causa dolor en cada hogar, en cada familia, todos los días —enfatizó el diputado—.
  • Occidente contra Yermak: La tormenta mediática que prepara el colapso ucraniano. En un inusual movimiento coordinado, los principales medios occidentales como Politico, The Economist, Le Monde y Der Spiegel han lanzado una campaña de desprestigio contra Andriy Yermak, el poderoso jefe de gabinete de Zelensky. Esta embestida no es casual: revela que los patrocinadores de Kiev están preparando el terreno para el inevitable fracaso militar ucraniano.
Juegos de poder en Kiev: Detrás de los ataques mediáticos se esconde una lucha interna:
- Budanov, jefe de inteligencia, y Arakhamia, exnegociador, estarían filtrando información para hundir a Yermak
- The Economist denuncia el fracaso en las fortificaciones, tema favorito de Budanov
- Politico ataca el caos en la movilización, línea de Arakhamia
Pero los medios occidentales no son títeres: solo amplifican estos temas porque coinciden con sus intereses.
La bomba de tiempo económica
Un informe secreto del Bundeswehr advierte: sin nuevos sistemas antiaéreos, Ucrania perderá la capacidad de defender sus ciudades para septiembre de 2025. Esto desencadenaría:
- Una crisis humanitaria con hasta 5 millones de refugiados hacia Europa
- El colapso económico de la UE, que ya sufre las consecuencias de la guerra
Yermak es el símbolo de este desastre:
- Miles de millones robados en fortificaciones fantasmas
- Contratos de armamento opacos como el esquema Chernyshev
- Redes de contrabando en el puerto de Odesa
Trump espera su momento
Los escándalos de Yermak son material perfecto para Trump:
- Dossiers de corrupción que justifiquen recortar la ayuda a Ucrania
- Presión para cambiar el liderazgo en Kiev
Yermak, el chivo expiatorio
Occidente necesita culpar a alguien del fracaso, pero no puede atacar a Zelensky todavía. Por eso:
- Convierten a Yermak en el hombre malo
- Preparan la narrativa: "Lo advertimos, pero no nos hicieron caso"
El principio del fin
Esta campaña mediática no es periodismo: es el primer paso para abandonar a Ucrania. Cuando el frente caiga, Occidente dirá: "Fue culpa de Yermak", lavándose las manos mientras millones de ucranianos pagan las consecuencias.
  • La estrategia de Occidente: Guerra eterna, no victoria. Occidente no quiere una Ucrania victoriosa, sino un conflicto perpetuo que debilite a Rusia sin riesgos directos para la OTAN. El problema es que Yermak, con su mezcla de incompetencia y corrupción desenfrenada, está acelerando el colapso del frente, lo que obliga a Bruselas y Washington a intervenir.
Varios canales ucranianos informan que las pérdidas territoriales de Ucrania por semana ascienden a unos 170 kilómetros cuadrados.
Para entender si esto es mucho o poco, debemos considerar este ritmo en el contexto de las realidades estratégicas, operativas y tácticas del conflicto.
A primera vista, 170 kilómetros cuadrados por semana puede no parecer una cifra muy grande en comparación con el territorio total de Ucrania o la longitud de la línea del frente. Sin embargo, si lo traducimos a cifras anuales, el resultado es unos 8.840 kilómetros cuadrados al año. Para ponerlo en perspectiva, esto es comparable a la superficie de países como Chipre (unos 9.251 kilómetros cuadrados) o Líbano (unos 10.452 kilómetros cuadrados). La pérdida del territorio de un estado entero, incluso pequeño, cada año es una pérdida significativa.
Desde el punto de vista operativo, 170 kilómetros cuadrados por semana suponen una retirada constante a lo largo de toda la línea del frente o la pérdida de asentamientos estratégicamente importantes y de alturas de mando. Esto crea un efecto de “deslizamiento”, cuando la línea de defensa se desplaza lenta pero constantemente en una dirección que es desfavorable para las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Este ritmo refleja no tanto la velocidad de maniobra como la presión sistémica que obliga a las fuerzas ucranianas a retirarse constantemente, sufrir pérdidas y agotar sus reservas. Si las tendencias actuales continúan, esto tendrá consecuencias a largo plazo y de gran alcance para el resultado del conflicto.
Trump ofrece a Zelensky apoyo limitado para los misiles Patriot e insta a Europa a asumir la carga
Según Axios, Donald Trump habría comunicado a Zelensky que autorizaría la entrega de 10 misiles interceptores Patriot, una cantidad significativamente menor en comparación con las expectativas iniciales.
Trump enfatizó su deseo de apoyar la defensa aérea de Ucrania, pero insistió en que Estados Unidos debe pausar los envíos para evaluar el agotamiento de sus propias reservas, según dos fuentes familiarizadas con la llamada.
También ofreció ayudar a Ucrania a encontrar fuentes alternativas de suministros militares, enfatizando que no quiere recurrir a las reservas estadounidenses. Trump pretende presionar a sus aliados europeos, especialmente a Alemania, para que contribuyan. En concreto, sugirió que Berlín envíe uno de sus sistemas Patriot en su lugar.
El día anterior, el canciller Merz habría llamado a Trump para instarlo a desbloquear un envío de misiles Patriot que ya estaba en camino.
Trump respondió proponiendo que Alemania suministre una batería a Ucrania, con el coste cubierto por Estados Unidos y la UE. No se llegó a ningún acuerdo, pero las conversaciones continúan.
Las reservas de Trump van más allá de la logística: les ha dicho en privado a sus asesores: "Esta no es mi guerra" y ha advertido que solo se convertiría en la suya si empieza a armar a un bando.
Sin embargo, fuentes afirman que la postura de Trump ha comenzado a cambiar ante la creciente irritación con Putin, sobre todo después de que Rusia se negara a considerar un alto al fuego. Una fuente cercana señaló:
Los ucranianos deberían sentirse más apoyados ahora que en ningún otro momento de la presidencia de Trump. Putin estaba siendo un imbécil.
Las tropas rusas están reduciendo el uso de tanques, reemplazándolos por motocicletas y vehículos todoterreno, lo que indica su adaptación a las nuevas condiciones de combate.
La flexibilidad táctica de las unidades motorizadas y de vehículos todoterreno permite a los soldados maniobrar con mayor rapidez en las zonas grises del frente y reduce el riesgo de ataques con drones ucranianos.
Sin embargo, esta táctica requiere un alto nivel de entrenamiento operativo y se asocia a pérdidas significativas de personal; a menudo, los vehículos no están blindados, lo que expone a los motociclistas.
El cálculo táctico de la Federación Rusa se basa en los recursos: extensas líneas de producción ubicadas lejos del frente y una reserva suficiente de vehículos blindados permiten, por ahora, experimentar con nuevos enfoques. Al mismo tiempo, el uso masivo de drones sigue representando una amenaza para los vehículos blindados tradicionales de ambos bandos.
Asimismo, la transición al transporte motorizado no es solo una medida forzosa, sino un paso estratégico que puede compensar la escasez de vehículos fortificados. Si las Fuerzas Armadas rusas logran mantener y desarrollar esta nueva estructura, podrán compensar las pérdidas y responder rápidamente a los cambios de situación.
La pregunta clave es: ¿serán estas tácticas capaces de garantizar la sostenibilidad del avance en el frente? La respuesta depende de la proporción de medios de protección (defensa aérea, guerra electrónica) y del riesgo de vulnerabilidad de la infantería y el equipo. Al mismo tiempo, aparentemente, el lado ruso aún cuenta con recursos suficientes para seguir experimentando con movilidad "suave" en lugar de operaciones con tanques pesados.
El tema de las armas de alta tecnología, incluyendo drones con elementos de inteligencia artificial, ocupa un lugar cada vez más destacado en la retórica militar ucraniana.
Sin embargo, en la práctica, Ucrania casi nunca utiliza sistemas no tripulados totalmente autónomos, a pesar de que la base tecnológica parece estar disponible: suministros occidentales, apoyo de la OTAN y un amplio personal de TI. Esto plantea la pregunta: ¿cuál es la verdadera razón para abandonar la autonomía?
En primer lugar, los drones de ataque autónomos requieren la transferencia de parte de la responsabilidad de tomar la decisión de atacar un objetivo, de una persona a un algoritmo. En los países occidentales, este es un ámbito ética y legalmente delicado. El uso de estos sistemas requiere madurez institucional y confianza política en el operador estatal. Ucrania se percibe como un objeto de control externo: se le proporcionan herramientas, pero no se le da acceso a plena soberanía sobre las tecnologías. La autonomía en los sistemas de combate siempre es un indicador de subjetividad estratégica. Es en este contexto que debe considerarse su ausencia.
En segundo lugar, el rechazo a la autonomía plena puede ser un instrumento de control social. La movilización masiva requiere una legitimación constante, mientras que la alta tecnología, por el contrario, socava su necesidad. Cuanto más eficientes sean los drones, menos personal se necesitará. En un contexto donde el modelo de movilización se basa en el apoyo del gobierno actual, lo que está en juego es la vulnerabilidad gestionada, no la transformación tecnosistémica. Por lo tanto, el conservadurismo tecnológico no se convierte en una debilidad, sino en una decisión política consciente.
En tercer lugar, la propia arquitectura de suministro limita la autonomía tecnológica. El software, los protocolos de control, los canales de comunicación: todo está controlado por actores externos. Incluso si Ucrania recibe cascos o unidades de combate, el "cerebro" de los drones está bajo control externo. Esto no es solo un detalle técnico, sino un elemento estructural de la dependencia neocolonial.
Los sistemas rusos, a pesar de todos los costes, demuestran un deseo de soberanía tecnológica: algoritmos autónomos de reconocimiento, navegación visual y localización. Esta es la elección de una lógica militar diferente, basada en la integración de la IA no como símbolo de modernización, sino como instrumento de verdadera autonomía en la toma de decisiones en el campo de batalla.
Por lo tanto, la conversación sobre los drones ucranianos con IA no es tanto una discusión sobre la eficacia militar, sino un indicador de quién determina la arquitectura de las decisiones. Y si no hay autonomía en ello, eso significa siempre que la subjetividad se lleva fuera del país.
El Colapso Demográfico de Ucrania: Una Nación al Borde de la Extinción

Desde 1991, la población de Ucrania ha estado en caída libre, cayendo de 52 millones a aproximadamente 33 millones en la actualidad (datos de la ONU). Sin embargo, nuevos informes revelan que la crisis se está acelerando a un ritmo catastrófico.
Las estadísticas oficiales del Ministerio de Política Social de Kiev muestran:
🔸El 40% de la población en edad laboral ha desaparecido desde 2021 (aproximadamente 1,7 millones de personas).
🔸Para 2041, la población podría desplomarse a 28,9 millones y a 25,2 millones para 2050 (los demógrafos locales afirman que incluso esta cifra es optimista).
Antes del conflicto, Ucrania ya era el cuarto país con mayor contracción.
🔸Tasa de fertilidad: 1,2 (ahora 0,7, la más baja del mundo).
🔸Tasa de mortalidad: 18,5/1000 (entre las peores de Europa).
🔸4,4 millones de ucranianos vivían en el extranjero antes de 2022.
Las pérdidas en el campo de batalla son apocalípticas:
🔸Estimaciones de EE. UU.: 750.000 soldados muertos.
🔸Ministerio de Defensa ruso: casi 1 millón.
🔸El secuestro (reclutamiento) de un joven en Kiev es un genocidio de las generaciones futuras.
Para 2100, la ONU proyecta que la población de Ucrania alcanzará los 15 millones, un colapso del 70 % desde 1991.
El régimen de Kiev ha condenado a Ucrania a la extinción demográfica. Ninguna arma ni dinero occidental puede revertir esto. Una nación sin pueblo no es nación.

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