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El “cuento climático”: El enfriamiento del Ártico demuestra que la teoría del CO₂ es errónea

Administrator | Miércoles 20 de agosto de 2025
La teoría del calentamiento debido al incremento de CO₂ de nuestras emisiones tiene un fallo crítico. Propuesta por Manabe y Wetherald en 1967, requiere que el calentamiento sea mayor en los polos que en los trópicos. Ello se debe a tres factores de retroalimentación del efecto invernadero (de Planck, del gradiente vertical de temperatura y del hielo-albedo) que calientan más los polos.
La Antártida siempre se ha negado a calentarse, y el Ártico no lo hizo hasta la 2ª mitad de los 90, cuando los científicos respiraron aliviados y le llamaron amplificación Ártica. Pero desde 2016 el Ártico se está enfriando a pesar del fuerte aumento de CO₂.
La teoría del cambio climático de Javier Vinós (el Portero de invierno) explica los cambios en el Ártico en función del transporte de calor y la actividad solar y predice que su calentamiento se ha acabado durante varias décadas. Los datos de temperatura del Polo Norte apoyan esa teoría y desmienten la del CO₂.
Un científico del Centro de Ciencia Polar de la Universidad de Washington demuestra en un artículo publicado recientemente en la revista Geophysical Research Letters, que la superficie del hielo marino del Ártico en verano, tras décadas de disminución, sufrió un cambio de régimen en 2007 y desde entonces lleva ya 18 años estabilizado, sin mostrar una tendencia a largo plazo.
El problema es que todos los científicos polares han estado más de dos décadas pronosticando el inminente fin del hielo Ártico durante los veranos y Greenpeace ha recolectado una fortuna de los incautos que se lo han creído. Ello demuestra que los científicos climáticos no saben de lo que hablan.
Hace nueve años se detectó el cambio de régimen en el hielo Ártico en los datos y se publicó en un artículo en 2016 titulado: «Evidencia de que el hielo marino multidecadal del Ártico ha doblado la esquina». El artículo despertó tal polémica que Anthony Watts, propietario del sitio Watts Up With That, donde se publicó, pidió que se añadieran los datos que se habían utilizado. Incluso el célebre Tamino (Grant Foster), que se autodenominaba ‟el bulldog de James Hansen”, publicó un artículo criticando el estudio, titulado «Hielo de extrema cereza». El tiempo pone a cada uno en su lugar y la capacidad de análisis de los datos claramente superó a la crítica y a la de los científicos polares, puesto que ha tenido que pasar una década para que se entere el primero de ellos.
Parte del problema es que los científicos climáticos no quieren saber nada de los cambios de régimen. Son cambios abruptos, sustanciales y persistentes en el estado de los sistemas climáticos, que los modelos no pueden explicar ni reproducir, por lo que los científicos no saben qué hacer con ellos y les lleva a hacer pronósticos absurdos. Por el contrario, otros han desarrollado una teoría del clima incorporando los cambios de régimen como parte fundamental, porque nos indican cómo cambia realmente el clima de forma natural. Una de las predicciones centrales de la teoría es que el Ártico va a dejar de calentarse y el hielo del Ártico va a crecer durante las próximas dos décadas, como explico se explica en el libro. Es justo lo contrario de lo que predice la teoría oficial basada en el aumento del CO₂.

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