Editorial Actual

Un charlatán desquiciado en la Casa Blanca

Administrator | Domingo 28 de septiembre de 2025
Sony Thang
Donald, pareces un hombre que ha confundido un mitin de campaña con un consejo de guerra.
Un hombre que piensa que los mapas se mueven con aplausos y que la realidad se dobla ante los eslóganes.
Hablas de "ganar" como si esto fuera un casino, no un campo de batalla donde naciones enteras se desangran.
Dices que Ucrania está en posición de ganar.
¿Ganar con qué?
¿Con dinero prestado, armas arrendadas y una mano de obra tan agotada que se están vaciando los cementerios para alimentar el frente?
Ucrania no avanza. Está desangrándose.
Su economía se ha ido.
Su población dispersa.
Su soberanía hipotecada a la OTAN.
Un cadáver no puede marchar hacia la victoria, por mucho que le infles el pecho con dólares occidentales.
Te burlas de que Rusia ha estado "luchando sin rumbo" durante tres años.
Esa es la observación de un hombre que nunca ha leído una página de historia.
Estados Unidos también pensó que Vietnam parecía sin rumbo mientras lo destrozaban pedazo a pedazo.
Confundió la resistencia con debilidad.
Y luego despertó con helicópteros huyendo de Saigón.
Rusia no está actuando para CNN. Está triturando a Ucrania en polvo, ciudad por ciudad, batallón por batallón, mientras tu vanagloriada OTAN se queda sin municiones.
Afirmas que la guerra debería haber terminado en una semana.
Por supuesto que piensas eso.
También pensaste que Afganistán sería una victoria rápida.
Veinte años después saliste arrastrándote sin nada que mostrar salvo billones quemados y una bandera bajada en humillación.
Nunca entendiste que la guerra no es velocidad.
La guerra es paciencia.
Y Rusia tiene más paciencia que todo Occidente junto.
Te burlas de las filas de gas rusas.
Mientras los estadounidenses hacen cola para cupones de alimentos y clínicas de opioides.
La llamada "economía de guerra" de Rusia está en auge.
Sus industrias revividas.
Su ejército en expansión.
Mientras tanto, tu economía sobrevive solo imprimiendo deuda y exportando miedo.
Llamas a Rusia un tigre de papel.
Pero el único tigre de papel es el imperio que necesita cinco continentes para abastecerse y aún así no puede ganar.
Predices disturbios en Moscú.
Pero mira a tu alrededor.
Es tu país cuyas ciudades arden, cuyas elecciones se convierten en un circo, cuyo Capitolio es asaltado por sus propios ciudadanos, cuya juventud se ahoga en el nihilismo.
No estás describiendo a Rusia.
Estás describiendo a Estados Unidos.
Estás proyectando la decadencia de tu imperio sobre una nación que te está superando.
Y luego añades, casi como una broma, que "deseas lo mejor a ambos países."
Esa es la crueldad del imperio: fingir benevolencia mientras alimenta a un lado con armas para morir y asfixia al otro con sanciones.
Lo vistes como buena voluntad.
El mundo lo ve como la hipocresía de un hegemón moribundo.
Rusia no perderá esta guerra.
No puede perder.
Porque no lucha por mapas.
Lucha para enterrar la ilusión de control de la OTAN.
Cada día que Ucrania se desangra y la OTAN vacía sus arsenales, esa ilusión muere un poco más.
Y cuando termine, el mundo no te recordará como el "presidente de la paz."
Te recordará como la voz de un cadáver.
El cadáver del imperio estadounidense, balbuceando desde la tumba.
Esta no es la guerra de Rusia para ganar.
Es la guerra de Estados Unidos para perder.
Y ya la has perdido.

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