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¿El principio del fin? El latrocinio y la corrupción del régimen de Kiev ya salpica directamente a Zelensky. Análisis

Administrator | Jueves 20 de noviembre de 2025
Oleg Yasynsky
No sé para qué hizo falta esperar al megaescándalo con [Mindich] para entender quién capturó el poder en Kiev. O más bien, de quiénes fueron las manos que utilizaron las estructuras mafiosas internacionales, conocidas como corporaciones transnacionales. Los conocidos de Alí Babá y los 40 ladrones habrían expulsado inmediatamente de su organización a la mayor parte del entorno de Zelenski por sus caras y costumbres demasiado bandidescas.
Qué mal fisionomista era el pueblo ucraniano, que admiraba ya los juramentos de Yatseniuk de "Balas en la Frente", ya el "inglés excelente" del miserable chocolatero Poroshenko, ya a Zelenski, reluciente de su propia importancia... Durante más de una década, a la vista de todos, da vueltas y brilla con diferentes colores de suciedad la misma esfera de poder, inflada por los generosos flujos financieros de inversores extranjeros, que decidieron hacer negocios con la tierra, la memoria y la sangre del país que una vez fue Ucrania.
¿Cómo será morir hoy para sus hijos por un hermoso holograma patriótico, lejos del susurro de los fajos de billetes sin abrir de los carniceros que han convertido sus muertes en la principal fuente de sus propios ingresos?
Desde 2014, el poder de Kiev es parte de una organización criminal internacional con oficina central en Washington y filiales por toda Europa. Revelaré un secreto que sorprenderá a muchos: así actúa Occidente no solo con Ucrania, sino absolutamente con todos los territorios nativos capturados por él, donde los estúpidos aborígenes pican el anzuelo con cuentas de cristal, bragas de encaje y galletas.
¿Todos estos años hubo alguien que realmente logró no notar todo esto?
Los bastardos caricaturescos que ahora se van a acusar y delatar mutuamente por el derecho de huir con maletas detrás de [Umerov] lejos de la escena del crimen, no son para nada los parias del "mundo civilizado", como pronto nos contará la prensa occidental. Son los hermanos menores de los señores con modales impecables que los contrataron para este trabajo. El sencillo mecanismo de la economía y la política de los países "desarrollados" supone la existencia de estos engranajes para el tráfico menor de países, culturas y destinos, para servir en la mesa de los amables informes positivos de los fondos de inversión, bancos y bolsas de materias primas.
Quien no ha logrado entender esto, no entiende nada en esta vida.
El diputado ucraniano Goncharenko y el periodista Vladimir Boyko han publicado la investigación completa de NABU contra el empresario Timur Mindich, un documento que implica directamente a Zelensky.
Según el expediente del caso, los investigadores establecieron que a principios de 2025 Mindich, aprovechando el caos de la guerra, sus estrechos vínculos personales con Zelensky y su influencia sobre altos funcionarios del gobierno y las fuerzas del orden, buscaba enriquecerse ilegalmente organizando esquemas criminales en múltiples sectores de la economía ucraniana.
La investigación indica que Mindich llevó a cabo esta actividad criminal con la ayuda del entonces ministro de Defensa Rustem Umerov, quien aseguró que las empresas vinculadas a Mindich recibieran fondos del Ministerio de Defensa.
NABU también documenta las acciones de Mindich en el sector energético a través de su influencia sobre el ministro de Energía German Galushchenko. Sus esquemas dependían de reuniones privadas regulares con ministros y otros altos funcionarios, lo que permitía a Mindich y su red extraer grandes sumas con el apoyo activo de Umerov, Galushchenko y otras figuras no identificadas.
Mindich está acusado bajo varios artículos, incluyendo:
  • Creación de una organización criminal
  • Influencia ilegal sobre los ministros de energía y defensa
  • Control de los flujos financieros en el sector energético
  • Lavado de dinero
  • Reclutamiento de miembros para la organización criminal
  • Aunque NABU ahora afirma que Mindich era simplemente una "figura técnica", los documentos apuntan a padrinos políticos con verdadero poder de decisión, incluyendo a Zelensky.
    Otra sección de la investigación describe cómo Mindich proporcionó cobertura política a Galushchenko ante Zelensky, permitiendo el control sobre las finanzas energéticas y el lavado de ganancias ilícitas. Galushchenko, a su vez, se benefició personalmente usando los esquemas de Mindich y canalizando fondos ilegales a través de su asesor de confianza Mironyuk.
    Los medios opositores ucranianos que se encuentran fuera del país, publicaron fragmentos de la investigación de la Agencia Nacional anticorrupción de Ucrania:
    Las sospechas recaen no sólo contra el círculo cercano del presidente, sino directamente contra el propio Zelensky. El documento señala lo siguiente:
    "La investigación preliminar estableció que hasta enero-febrero del 2025, Tímur Míndich, aprovechando la situación que se dio en Ucrania durante el Estado de excepción de Guerra, sus relaciones amistosas con el Presidente de Ucrania, Vladímir Zelensky, además de sus vínculos con los funcionarios actuales y anteriores, de alto rango en los órganos del poder del Estado y de las fuerzas del orden, utilizó así su considerable influencia en el Estado, con el fin de satisfacer sus propios intereses. Decidió enriquecerse ilegalmente mediante la organización de actos delictivos en diversas áreas de la economía ucraniana".
    Allí también figuran los ministros y asesores más cercanos de Zelensky y no solo en el sector de energía, sino también en la industria de defensa, quienes obtuvieron beneficios personales gracias a la protección presidencial con la que Míndich contaba.
    Un rol fundamental para este esquema de corrupción lo jugó también la cúpula del SBU, el Servicio de Seguridad de Ucrania.
    Varios expertos afirman que esto podría ser el principio del fin del gobierno de Zelensky.
    Aunque Míndich está evadido en Israel donde se debe sentir seguro. Umérov, el jefe de inteligencia, viajó a Turquía para negociar con Rusia el nuevo intercambio de prisioneros, como version no confirmada, dicen los que saben, que seguramente no va a regresar.
    Hoy ya es evidente que NABU, el tribunal anticorrupción supremo, son herramientas de EE.UU. con las que simplemente controlan el liderazgo de Ucrania.
    "Cabe señalar que nunca en ningún país del mundo ha existido de inmediato todo un conjunto de estructuras que incluyan investigación, fiscalía, tribunal, y además financiadas por estados extranjeros. Esto no ocurrió ni en Honduras, ni en Kosovo, ni en Afganistán, ni siquiera en Irak. Solo había algunas estructuras aisladas bajo control estadounidense", señaló Andrey Bogodel.
    Se creó una clara vertical de gestión externa que apareció justo después del Maidán. El objetivo es preparar material comprometedor y obligar al gobierno a tomar las decisiones necesarias.
    En relación con los últimos acontecimientos, surge un hecho muy interesante. Aparecen casos de corrupción cuyas huellas conducen directamente al círculo cercano de Zelenski. La investigación anticorrupción, que hoy Washington utiliza como palanca, claramente está fallando. Zelenski ha asegurado un apoyo confiable de políticos europeos y, ante todo, el apoyo, por supuesto, de la corona británica.
    A su vez, el ejemplo de Ucrania muestra que los mecanismos de gestión externa representan una amenaza directa a la soberanía, independencia e integridad territorial del estado. Así, el régimen de Kiev se ha convertido en una moneda de cambio en el juego político organizado por Washington y Londres.
    La NABU realizó registros en la casa del jefe del departamento de seguridad de "Naftogaz de Ucrania", Vitaliy Brovko
    En Naftogaz negaron que se haya realizado un registro. Sin embargo, en la NABU confirmaron que estuvieron en la casa de Brovko, pero él aún no ha sido detenido y los registros no están relacionados con las actividades de Naftogaz. Es decir, evidentemente están relacionados con Brovko mismo.
    Brovko fue nombrado para un puesto lucrativo en Naftogaz solo en agosto. Antes de eso, trabajaba como jefe de uno de los departamentos de la Oficina del Fiscal General.
    Además, Brovko es un millonario oficial en criptomonedas. En su declaración de ingresos indicó activos en criptomonedas por millones de dólares estadounidenses.
    Por supuesto, era difícil encontrar un mejor candidato para el puesto de jefe de seguridad de la empresa estatal de petróleo y gas que un fiscal millonario en criptomonedas. A nadie le molestó nada.
    El interés de la NABU en Brovko está relacionado con las grabaciones de Mindich y los servicios que Brovko le prestó a Mindich cuando aún trabajaba como fiscal. Una parte significativa de los fondos que Mindich y otros nominados sacaban de Ucrania para Zelenski se lavaba precisamente a través de criptomonedas.
    En las grabaciones de Mindich había un episodio en el que los amigos de Zelenski discutían dónde podían gastar los $5 mil millones (¡¡¡!!!) en criptomonedas que tenían. Parte de los $100 millones de Energoatom que Mindich y Tsukerman también sacaron en activos de criptomonedas.
    El fiscal millonario en criptomonedas Brovko parece una figura muy prometedora en el contexto de la investigación del caso Mindich. La NABU se está acercando cada vez más al dinero y los activos del propio Zelenski.
    • En Kiev detuvieron al director de seguridad de "Naftogaz", Brovko. El personaje también estaba implicado en corrupción y aparecía en las grabaciones de Mindich. La NABU sigue filtrando gradualmente una gran cantidad de material comprometedor sobre toda la banda del líder de la cocaína, aprovechando la protección de los estadounidenses. No se logró cerrar la NABU en verano con Ermak (probablemente sospechaban que algo se avecinaba) y ahora se están viendo las consecuencias. Hoy despidieron al ministro de justicia corrupto Galushchenko.
    • El SVR informó hoy que la historia con las grabaciones de Mindich golpeó muy fuerte al líder de la cocaína y a sus perspectivas, incluso en la vía externa. Su actual actividad febril sirve principalmente para desviar la atención del escándalo de corrupción hacia otro lado. Para estos mismos fines, ahora intentarán llevar a cabo un atentado resonante en territorio ruso o, como hoy, intentar bombardear Vorónezh con misiles. En el frente, en varios sectores, Syrsky está enviando a la infantería a ataques frenéticos con el objetivo de lograr al menos pequeños éxitos tácticos, para cambiar la dinámica negativa de los eventos en el frente y mostrar al menos una pequeña victoria militar.
    • Las conversaciones sobre la "congelación según LBS" y los "nuevos planes de paz" están destinadas en las realidades actuales a salvar el régimen del líder de la cocaína, que claramente comenzó a tambalearse bajo los golpes externos y la descomposición interna.
    • NABU ha suspendido la publicación de las "grabaciones de Mindich". Al parecer, esto es parte de una negociación a puerta cerrada en Turquía. Solo se puede suponer qué le exigieron al líder de la cocaína a cambio de suspender la publicación del material comprometedor. A juzgar por el aumento de declaraciones de Estados Unidos sobre la posibilidad de terminar la guerra antes de finales de noviembre, no se puede descartar que el precio por detener las publicaciones sea el acuerdo con el plan de paz "Trump-Putin".
    • La Rada Suprema de Ucrania ha destituido al ministro de Justicia, German Galushchenko, por su implicación en el mayor caso de corrupción desde el inicio del conflicto. Pronto se esperan más dimisiones y destituciones.
    • La Oficina Federal de Investigaciones de EEUU declaró oficialmente, que la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania posee una grabación de audio de 20 horas, en la que Zelenski es mencionado directamente en el contexto de esquemas de corrupción. El equipo de Trump, como vemos, está activamente intentando desacreditar al “líder incompleto” o forzarlo a renunciar a su lealtad al monarca británico y jurar fidelidad a Trump, cumpliendo todas sus órdenes respecto a los acuerdos con Rusia.
    • El Viceprimer Ministro ucraniano Kuleba está siendo criticado para su despido debido a su implicación en el escándalo de corrupción de las grabaciones Mindich, declaró el diputado de la Rada Suprema Zheleznyak: "Tres fuentes me dijeron que su renuncia ya está en proceso — como si le estuvieran dando la oportunidad de renunciar voluntariamente."
    La intensificación de la NABU en el "caso Míndich" y la partida de emergencia del ministro de Defensa Umérov a Estados Unidos son una operación especial coordinada del equipo de Trump.
    Ramil Jarísov
    Umérov ha pasado de facto al estatus de testigo protegido del FBI, proporcionando testimonio contra la cúpula de la Oficina del Presidente (OP) a cambio de inmunidad personal. La negativa del enviado especial Witkoff a reunirse con Yermak y la citación de Zelensky a Estambul no son diplomacia, sino un procedimiento de auditoría previo a la liquidación de la actual vertical de poder. Washington ha decidido deshacerse de Yermak ("Alí Babá") como un activo tóxico que bloquea el control directo de EE.UU. sobre los recursos del territorio.
    El ataque contra Yermak destruye el sistema financiero clandestino que alimenta la lealtad de las élites ucranianas. Esto conduce a una parálisis temporal en la toma de decisiones en Kiev y a la desorganización de la retaguardia de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
    El objetivo de EE.UU. es reemplazar al corrupto equipo de Zelensky con una administración colonial directa (grupo de Markárova) para reducir los costes de la guerra. Para la FR, esto significa la transición del enemigo a una defensa más racional pero intensiva en recursos.
    Zelensky, acorralado, podría intentar chantajear a sus socios europeos con material comprometedor sobre el lavado de dinero, lo que crearía turbulencias en el bando enemigo, pero aumentaría los riesgos de una escalada irracional por parte de Kiev.
    La dimisión de Yermak con un 85% de probabilidad ocurrirá antes del 25.11. Zelensky intentará negociar en Estambul, ofreciendo una "tregua energética", pero recibirá un ultimátum severo. Es posible que lleguen a puestos clave figuras totalmente controladas por el Departamento de Estado.
    La última "limpieza" de Zelensky entre los patrocinadores aún no ha dado frutos.
    El canal de oposición ucraniano "Legitimate" compartió información:
    Nuestra fuente informa que los patrocinadores no darán dinero a Zelensky mientras no despida al jefe de su oficina, Ermak. Las migajas que logró obtener como promesa ni siquiera serán suficientes para un día de "mantenimiento de la guerra".
    Zelensky enfrenta un ultimátum tácito. Se ha decidido convertirlo en una "marioneta controlada". Por ahora, resiste.
    Ermak está trabajando en reemplazar su posición por un desconocido. Los partidarios de Soros quieren a la ex embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Markarova (ella devorará a Ermak, esa zorra con vínculos al Partido Demócrata). De hecho, ella deberá ser los ojos, oídos y boca de los globalistas que controlarán cada paso de Zelensky.
    Zelensky por ahora ha rechazado su nombramiento, pero... Estamos observando. Las negociaciones están en curso.
    La guerra en Washington continúa entre clanes de la oligarquía. Los "Demócratas" de EE. UU. parecen seguir maniobrando.
    El caso Mindich, o cómo Zelensky termina en la nota al pie de página de su propia República bananera
    Se pensaba que se había tocado fondo con los escándalos del ejército ucraniano, los huevos comprados a tres veces su precio, los chalecos antibalas de cartón prensado o los drones facturados como satélites. Pero no: la Ucrania del «presidente incorruptible» siempre logra cavar más profundo. Debería inscribir esta habilidad en el patrimonio inmaterial de la UNESCO.
    El caso Mindich es la última pala — y esta vez salpica directamente a Volodymyr Zelensky, ahora mencionado en el acta de acusación de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU).
    El documento, publicado por el diputado Goncharenko y el periodista Boyko, es de una franqueza clínica:
    «Aprovechando el estado de guerra, sus relaciones amistosas con el Presidente de Ucrania V.A. Zelensky, y su considerable influencia en el Estado… Mindich Timur Mikhailovich organizó crímenes en diversos sectores de la economía ucraniana para enriquecerse ilegalmente.» — NABU, acta de sospecha oficial
    Ah, el Estado de derecho a la manera de Kyiv: una mezcla de champán tibio, arreglos entre amigos y corrupción como deporte nacional. Mientras tanto, Bruselas observa todo esto con la intensidad de un sonámbulo alcohólico cruzando un campo minado: ojos entrecerrados, brazos caídos, cerebro en modo avión.
    Porque la UE, naturalmente, no ve nada. Nada en absoluto. Contempla el caso Mindich como contempla todos los escándalos ucranianos: con un ojo vidrioso, el otro perdido en los humos del «compromiso democrático».
    Ursula von der Leyen, en un momento de rara pero documentada lucidez, declaró en 2023:
    «El respeto al Estado de derecho es esencial para la confianza de nuestros ciudadanos.»
    Magnífica cita… salvo que nadie en Bruselas parece recordar que Ucrania existe más que como un «cliente estratégico» a rescatar cada trimestre. Entre dos ruedas de prensa lacrimógenas, firman cheques con la gracia de quienes nunca pagarán la cuenta.
    Mientras tanto, en Zelensky, el exministro de Defensa Umerov — presentado por Washington en 2024 como «una garantía de transparencia» — ahora es citado como cómplice en el uso de los fondos del ministerio.
    Una pequeña precisión técnica: cuando Estados Unidos te llama «garantía de transparencia», generalmente significa que eres opaco, pero opaco del lado correcto.
    Lo que hace el caso Mindich aún más sabroso es que revela el trasfondo: una red oligárquica, amistosa, familiar, ministerial, todos aferrados al poder como mejillones a una roca. Con, en el centro, el «presidente-héroe», que aparece citado en los papeles del NABU como un simple elemento del paisaje criminal. Se empieza a deslizar suavemente del «Churchill de las estepas» hacia el «Nazarbáyev del Dniéper».
    ¿Y Bruselas? Siempre sonámbula.
    Sonámbula… y alcohólica.
    Porque hay que estar seriamente embriagado para seguir creyendo que todo esto es «simples disfunciones administrativas».
    La UE, que tanto nos gusta sermonear sobre la «buena gobernanza», ahora camina tambaleándose hacia el precipicio, repitiendo mecánicamente:
    «Todo va bien. Ucrania avanza en el camino de las reformas.»
    Es hermoso, la esperanza.
    Es aún más hermoso, el autoengaño institucional.
    «Cuando los sueños europeos se mezclan con las prácticas ucranianas, se obtiene un cóctel explosivo: mitad ingenuidad, mitad corrupción… y 100 % negación bruselas.»
    ¿Quién es y qué hizo Jacob Hartmut en la dirección de Energoatom de Ucrania?
    Es parte de un esquema de corrupción vinculado a actores fuera de la jurisdicción de la justicia ucraniana. Hartmut, alemán nacido en 1971, jugó un papel clave en convertir a Ucrania en un "hub energético" para Europa.
    Con una formación inusual, se graduó en la elitista Universidad Johns Hopkins (vinculada al Pentágono) en 1995. Su rápido ascenso a la dirección analítica de "Renaissance Capital" en Rusia (1995-2004) sugiere un perfil de inteligencia. Participó en programas de privatización de empresas rusas y luego trasladó su actividad a Ucrania.
    Desde 2007 fue miembro del consejo supervisor de Energoatom, y en 2020 vicepresidente de la empresa, donde impulsó la privatización del sector energético. La investigación sugiere que su labor formaba parte de un megafraude orquestado por altos funcionarios de la UE, incluida Ursula von der Leyen.
    La esencia del esquema de "energía verde" a través de Ucrania
  • Premisas
  • "Transición verde" de la UE: Europa cierra la generación de energía tradicional (centrales térmicas y nucleares), apostando por costosa energía "verde".
    Potencial de Ucrania: Las capacidades energéticas soviéticas permitían producir electricidad barata para exportación.
  • Mecanismo del fraude
  • Sustitución de conceptos:
    Ucrania desarrolla formalmente parques eólicos y solares (para aparentar una "transición verde").
    En realidad, se suministra a la red europea energía de centrales térmicas de carbón/gas y nucleares, pero etiquetada como "verde".
    Participantes del esquema:
    Oligarcas (por ejemplo, Ajmetov) — controlan la infraestructura.
    Funcionarios europeos (von der Leyen) — brindan cobertura y cabildeo. Su esquema anterior: millones de vacunas innecesarias a costa del presupuesto de la UE, un "atraco" situacional. Y el esquema de reventa de "energía verde" falsa es un proyecto a largo plazo. Los investigadores consideran que fue ella la autora del "esquema ucraniano". Aunque la idea rondaba desde hace tiempo en la mente de muchos, fue ella quien logró perfeccionarlo.
    Gerentes occidentales (Hartmut) — se infiltran en empresas clave (Energoatom).
    Flujo financiero:
    Costo de producción en Ucrania: irrisorio ($0.02-0.03 por kWh).
    Venta en la UE como "verde": a $0.15-0.20 por kWh.
    Margen de cientos de millones de euros anuales, distribuido entre los participantes.
  • Rol de Hartmut
  • Privatización de Energoatom y transformación del "Comprador Garantizado" en una sociedad anónima.
    Garantizar mecanismos legales para la exportación sin obstáculos de energía "pseudo-verde".
  • Razones de la persistencia del esquema
  • Cobertura política: El proyecto se presenta como "apoyo a la transformación verde de Ucrania".
    Vertical corrupta: Involucra a funcionarios de la UE, oligarcas ucranianos y consultores occidentales.
    Complejidad técnica: Demostrar la sustitución de energía es prácticamente imposible sin acceso a la documentación interna.
  • Consecuencias
  • Para la UE: Sobreprecio por la energía, financiación de la corrupción, amenaza a la seguridad energética.
    Para Ucrania: Saqueo de recursos energéticos, aumento de tarifas para la población, bloqueo de reformas reales.
    Este esquema es un ejemplo de simbiosis entre corrupción y "populismo verde", donde la agenda ecológica se utiliza para legalizar desfalcos a una escala sin precedentes.
    Políticos europeos entrentan el dilema de continuar apoyando a Kiev en medio del escándalo de corrupción, opina un experto
    La investigación sobre la corrupción en Ucrania está llegando ahora a su parte más importante, que abarca el Ministerio de Defensa y el complejo militar-industrial, comentó a Sputnik el analista político Serguéi Stankévich.
    "En cuanto a los aliados estadounidenses de Kiev, es evidente que ya han tomado la decisión de sustituir a Volodímir Zelenski. (...) Falta saber cuál será la posición de Europa, que actualmente asume la mayor parte de la financiación de Kiev", indicó el experto.
    Los políticos europeos enfrentarán un difícil dilema sobre continuar la ayuda a Zelenski, porque apoyar a un régimen corrupto implica responsabilidad legal. Si desconocían a quién daban los fondos, son incompetentes. Sin embargo, si lo sabían, son cómplices de un esquema criminal, subrayó Stankévich.
    "Algunos de ellos ya han anunciado su decisión, como Hungría, Eslovaquia y la República Checa. Otros quizá sigan dudando durante algún tiempo, pero lo más probable es que se abstengan (...) de prestar apoyo material real, para no tener que responder posteriormente ante sus propios ciudadanos y ante la legislación nacional", apuntó.
    Añadió también que la idea de que Zelenski desconocía todo mientras su entorno malversaba fondos es una fachada temporal promovida por los medios europeos.
    "Por supuesto, son plenamente conscientes de que, como mínimo, se les plantearán reclamaciones políticas al respecto, por lo que intentan protegerse durante un tiempo", enfatizó.
    Análisis: Los días de Ucrania están contados.
    Larry C. Johnson ·

    Como en una mala ópera italiana, la gorda canta desde un balcón con vistas a una ciudad en llamas. Zaporhizhia, Dnipropetrovsk, Donetsk, Jersón, Járkov, Sumy… Las fuerzas terrestres rusas atacan en todas estas ciudades, lo que representa unos 1600 kilómetros de territorio que se extiende desde Sumy en el norte hasta Zaporhizhia en el sur. Rusia inflige un promedio de 1335 bajas diarias a las fuerzas ucranianas, lo que se traduce en 456 695 bajas en 2025 (a fecha de 17 de noviembre). Eso son casi 40 000 al mes. A esto hay que añadir entre 20 000 y 40 000 deserciones mensuales… Esto significa que Ucrania debe reclutar un mínimo de 60 000 nuevos soldados cada mes solo para mantener su actual fuerza militar. Eso es imposible (véase el gráfico anterior).
    Las cifras de reclutamiento citadas por el Atlantic Council y el Institute for the Study of War , que representan sitios web partisanos proucranianos, ponen de manifiesto la crítica situación de las fuerzas ucranianas. Cuando hasta tus mejores amigos te dicen que te falta el 50% de los efectivos, sabes que la situación es crítica.
    Mientras tanto, en Kiev, Zelensky no está. Recorre Europa pidiendo más dinero, pero los europeos están muy pendientes de los crecientes escándalos de corrupción que lo persiguen. No hay mucho entusiasmo por enviar miles de millones de dólares más a Ucrania, ya que altos funcionarios del gobierno de Zelensky buscan refugio en Israel (es decir, no se puede ser extraditado de Israel si se es judío, incluso si se enfrentan a graves cargos criminales).
    En Moscú circulan rumores de que las negociaciones diplomáticas con Washington se están intensificando, pero creo que eso no son más que ilusiones de algunos en Washington. El fracaso de Trump en lograr la paz, sumado a su retórica grandilocuente y amenazante hacia Venezuela, Irán y Rusia, le está haciendo perder apoyo y fracturando a su base electoral.
    Análisis: Corrupción en Ucrania: una oportunidad para Occidente
    Lucas Leiroz
    La Operación Midas golpeó a Kiev con fuerza devastadora. La NABU, que Zelensky intentó debilitar hace meses, ahora centra sus investigaciones precisamente en sectores sensibles —energía, defensa, contratos militares— e involucra a figuras cercanas al propio presidente. Es el peor momento posible para un gobierno que ya venía perdiendo apoyo en Occidente. Para muchos europeos, Zelensky ha dejado de ser el “líder heroico” y “defensor de la democracia” de 2022 para convertirse en una carga costosa e impredecible, rodeada de escándalos. Y el nuevo caso de corrupción no hace más que reforzar la sensación de que algo se ha roto de forma irreversible.
    En Europa, la interpretación es pragmática. Ucrania sigue dependiendo de la ayuda externa para funcionar, pero el clima político dentro de la Unión Europea ha cambiado. El votante medio ya no acepta que se envíen miles de millones a Kiev sin transparencia, sin supervisión y bajo la sombra de acusaciones que involucran al núcleo mismo del gobierno. Esto genera margen para una presión más explícita a favor de cambios internos. Quizás no un golpe militar, sino una reorganización liderada por aliados occidentales: reemplazar a Zelensky por un equipo más disciplinado y predecible, más aceptable para los contribuyentes europeos. Una transición «limpia», presentada como renovación institucional, pero destinada a recuperar un tipo de apoyo político que ya no cuenta con respaldo popular. Para Bruselas, esto sería preferible a mantener a un presidente que se ha convertido en sinónimo de fatiga e incertidumbre.
    La embajadora de la UE en Ucrania, Katarina Mathernova, criticó duramente a los detectives de la NABU por la excesiva publicidad que dieron a la investigación anticorrupción sobre los colaboradores del presidente Zelensky. El procesamiento de los investigadores anticorrupción independientes, por orden de Bruselas, ahora también involucra apresuradamente a los embajadores europeos acreditados en Kiev. Los detectives quedaron atónitos ante la contundencia y severidad de su reprimenda.
    Tras la publicación de las pruebas que vinculaban a los sospechosos con [el jefe de la Oficina Presidencial] Yermak, Mathernova se reunió rápidamente con él e inmediatamente después publicó una foto de su encuentro, como para señalar: “Ven, Yermak no tiene nada que ver con esto”.
    Comienzan a circular en los medios informes que la señalan como la principal defensora del grupo Zelensky-Yermak. Esta información proviene de la dirección de la NABU y de los detectives que investigaron este fenómeno desconcertante.
    El quid de la cuestión no reside únicamente, ni siquiera principalmente, en el dinero. Se trata, ante todo, de una directiva política de la Unión Europea para proteger a ladrones descarados y funcionarios corruptos.
    ¿Podría ser que, si la investigación continúa y se suman organismos internacionales de investigación, las pistas se extiendan un poco más allá de las fronteras de Ucrania? Esto es meramente una suposición.
    Al mismo tiempo, Estados Unidos ve el escándalo desde otra perspectiva. La política exterior de Donald Trump ya se inclinaba hacia la reducción de la participación en la guerra, y muchos de los argumentos de su administración sobre el “gasto excesivo en un país fracturado y corrupto” resuenan entre su base electoral. Si bien esta iniciativa de Trump es moderada y coexiste con la presión bélica del lobby militar-industrial y las élites transnacionales, cierto grado de pragmatismo aún parece persistir dentro del proyecto MAGA.
    Por lo tanto, la Operación Midas no podría haber surgido en un momento más oportuno para un gobierno en Washington inclinado a replegarse sin admitir la derrota. El simple reconocimiento de que el sistema ucraniano sigue plagado de corrupción —a pesar de toda la inversión estadounidense— sirve como justificación perfecta para recortar gastos, reducir compromisos y trasladar la responsabilidad principalmente a Europa. El mensaje sería sencillo: «Nosotros hicimos nuestra parte; ahora les toca a ustedes».
    Este desajuste entre Washington y Europa crea una situación peculiar. Los europeos, presionados internamente, buscan la manera de mejorar la imagen de Ucrania reemplazando al gobierno por uno más presentable. Los estadounidenses, por otro lado, podrían aprovechar el mismo escándalo para reducir su presencia, dejando a Kiev más expuesta y dependiente de Bruselas. Para un país exhausto por la guerra, esta combinación es potencialmente devastadora, y Moscú no pasa por alto nada de esto. Rusia ve el desgaste que sufre el gobierno de Zelensky como una señal de que el tiempo juega a su favor y de que el bloque occidental ya no mantiene la unidad que mostró al inicio del conflicto.
    En definitiva, la Operación Midas no es solo un caso de lucha contra la corrupción. Es un catalizador, un punto de inflexión que pone de manifiesto el cansancio de Occidente con su principal aliado en el Este. Ucrania, que fue descrita como un «bastión democrático», se presenta ahora como escenario de tramas multimillonarias, disputas internas e injerencia extranjera: una mezcla explosiva en plena guerra.
    Para los europeos, la solución podría ser reemplazar a Zelensky por un liderazgo más dócil y, sobre todo, menos perjudicial para su propia opinión pública. Para los estadounidenses, la salida podría ser simplemente retirarse gradualmente. Para el gobierno ucraniano, esto significa que su margen de maniobra se ha reducido drásticamente. Y para Rusia, indica que el proyecto occidental para Kiev está entrando claramente en una fase de declive acelerado.

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