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Drogan a tres policías belgas que investigaban el escándalo del Moroccogate. El gobierno español también rinde el espacio aéreo del Sáhara

Administrator | Miércoles 06 de marzo de 2024
Ignacio Cembrero
Estamos en el Bar des Amis, en el centro de Bruselas. Es jueves, el 18 de enero pasado. Dos hombres y una mujer empiezan a atraer miradas con su comportamiento algo desinhibido, con tocamientos consentidos a la dama, a la vez que agresivo hacia los demás clientes. El gerente les pide que se larguen del establecimiento, pero la bronca sube de tono y un camarero acaba abofeteado. Tras recibir un aviso, la policía municipal irrumpe en el local a altas horas de la madrugada.
Los agentes creen que el trío está borracho perdido, sobre todo uno de ellos, y les trasladan a la comisaría del barrio de Ixelles. El más ebrio forcejea y, en pleno delirio, se le escapa incluso un insulto racista hacia uno de los municipales antes de ser introducido a la fuerza en la llamada "celda de recuperación de la sobriedad".
El incidente no tendría más alcance si, mes y medio después, no hubiera trascendido que los tres "borrachos" eran un comisario, una inspectora y, el más "bebido", un inspector principal, adscritos a la Oficina Central de Represión de la Corrupción de la Policía Federal. Los tres, pero sobre todo este último, llevaban un año largo investigando el mayor escándalo de corrupción en la historia de las instituciones europeas, que afecta de lleno al Parlamento Europeo, conocido como Qatargate, aunque es más bien un Moroccogate.
Los análisis de sangre que se les practicaron demostraron que los tres fueron drogados con grandes dosis de anfetaminas, según revelan los diarios belgas Le Soir y Het Laatste Nieuws que no publicaron sus nombres. Esa fue la causa, y no el exceso de alcohol, de la alteración de su comportamiento.
En el proceso de recuperar la sobriedad, el inspector principal empezó a tener fuertes dolores en el abdomen y acabó en el hospital, donde fue operado en urgencias de una hemorragia interna. Permaneció varios días ingresado. Ha puesto una denuncia ante la Fiscalía de Bruselas, que confirmó a la prensa la apertura de una investigación por “intento de asesinato”.
Requeridos por los medios de comunicación belgas, los toxicólogos explican que las anfetaminas en forma líquida no saben ni huelen a nada. "Se puede perfectamente mezclar una dosis en una pinta, un café o un vaso de Coca-cola sin que nadie se percate", explicó Jan Tytgat, profesor de toxicología, al diario digital 7Sur7. Es improbable que cause el fallecimiento.
¿Cuál era entonces el objetivo de los envenenadores? "La intención habría sido obstaculizar la investigación del Qatargate y dañar la reputación de la policía judicial de nuestro país", sostiene 7Sur7. ¿Quién podría estar interesado en poner trabas? "La investigación se orienta hacia un envenenamiento y los servicios secretos marroquíes", tituló en portada el periódico de Namur Sudinfo.
Operaciones híbridas made in Marruecos
Los servicios secretos de Marruecos tienen experiencia en operaciones de desprestigio. Desde el semanario L'Observateur de Maroc se propagó, en septiembre de 2008, el bulo de que el expresidente José María Aznar era el padre de la hija que iba a tener Rachida Dati, entonces ministra de Justicia de Francia. Para acreditarlo, la extinta revista Interviú publicó unas fotos en las que se les veía juntos a la salida de un restaurante en París. La falsa noticia dio la vuelta al mundo. El semanario es propiedad de Ahmed Charai, al que numerosos correos que afloraron en 2014 y una sentencia judicial de 2015, en España, vinculan con la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el servicio secreto exterior marroquí.
Con o sin envenenamiento, la investigación del mayor escándalo de corrupción que afecta a una institución europea está estancada. Arrancó muy a finales de 2022 con 19 registros policiales en Bruselas, ocho detenciones de eurodiputados, exdiputados y asistentes parlamentarios en Bélgica e Italia, así como la incautación de 1,5 millones de euros en efectivo, pero no tardó en perder fuelle. Quince meses después no hay fecha para un posible juicio.
El primer juez instructor, Michel Claise, una estrella de la judicatura belga, se vio además obligado a dimitir el pasado verano, tras ser recusado por un posible conflicto de interés. Un hijo suyo tenía negocios con uno de los sospechosos. En cuanto al fiscal, Raphaël Malagnini, el Consejo Superior de Justicia le buscó en octubre otro destino.
Anunciadas a bombo y platillo, las órdenes de detención contra un viceministro qatarí y un supuesto diplomático marroquí no se han concretado.
La brutal injerencia de varias potencias extranjeras en la labor legislativa de la Eurocámara ha quedado en casi nada. El lobby marroquí sigue campando a sus anchas. Prueba de ello es que la semana pasada un buen número de eurodiputados recibieron correos de los embajadores de Marruecos en las capitales de la UE —El Confidencial publicó el enviado por la embajadora en Dinamarca— pidiéndoles que votasen en contra de una enmienda del grupo de La Izquierda que mencionaba al Sáhara Occidental. Con los socialistas españoles a la cabeza, el pleno del miércoles pasado rechazó incorporar esa enmienda al informe anual sobre derechos humanos.
Si la Justicia se ha estancado, la prensa sigue pese a todo trabajando. Qatargate (editorial Harper Collins) es el título del libro publicado a finales de enero por dos periodistas de Le Soir, Louis Colart y Joël Matriche. En él recogen las confesiones del exeurodiputado Pier Antonio Panzeri, presunto cabecilla de la trama, durante los interrogatorios. Reveló que se reunió tres veces en Rabat con Mohamed Belharache, el agente M118 de la DGED, que hace más de una década operó en Mataró (Barcelona) antes de centrar su actividad en el aeropuerto parisino de Orly y finalmente en Bruselas.
A esos encuentros asistió Yassin Mansouri, director de la DGED, según reveló Panzeri. Una nota de la seguridad del Estado belga, que reproduce el libro, señala además que otro de los sospechosos, el eurodiputado Andrea Cozzolino, también fue recibido por el jefe de los espías en noviembre de 2019. Mansouri, que dirige ese servicio secreto desde hace 19 años, fue compañero de pupitre del rey Mohamed VI y es uno de los pocos dignatarios marroquíes que tiene acceso directo al monarca sin pasar por intermediarios.

España avanza en la cesión del espacio aéreo del Sáhara a pesar del rechazo de los socios del PSOE

La cesión de España a Marruecos del espacio aéreo del Sáhara Occidental, hasta ahora controlado desde Canarias, podría ser pronto una realidad. El hito al que se oponen los socios del PSOE, desde Sumar hasta Coalición Canaria, está cada vez más cerca de consumarse y se hallaría ligado a alguno de los compromisos que el Ejecutivo de Pedro Sánchez lleva dos años tratando de arrancar en vano a la Casa Real alauí.

Fuentes de Exteriores español reconocen a El Independiente que “España y Marruecos acordaron iniciar conversaciones sobre cooperación en la gestión de los espacios aéreos, en cuestiones tales como la seguridad en el tráfico aéreo o las comunicaciones, y éstas siguen su curso”. Una escueta respuesta en línea con el mutismo que el ministro José Manuel Albares ha impuesto en la carrera diplomática.

En manos de controladores canarios

La transferencia del espacio aéreo de la ex colonia española, una evidente vulneración del derecho internacional, es uno los asuntos que aborda el grupo de trabajo establecido por Marruecos y España desde el giro copernicano del Gobierno español en el contencioso del Sáhara Occidental y el inicio de la bautizada “nueva era” de las relaciones hispano-marroquíes. La ocupación del Sáhara en 1976 por Marruecos no modificó un ápice el control del espacio aéreo.

Según el mapa de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por sus siglas en inglés), una agencia de la ONU que supervisa la aviación civil internacional, el cielo del Sáhara Occidental se controla desde la Fir de las Islas Canarias. En el argot aeronáutico, Fir es una región de información de vuelo donde se presta un servicio de información de vuelo y un servicio de alerta (ALRS). El ICAO delega en un país el control operativo de una FIR determinada, en este caso, la que abarca las Islas Canarias y el Sáhara Occidental recae en España.

Fuentes del ICAO consultadas por este diario evitan pronunciarse sobre las negociaciones en marcha. “Únicamente los Estados miembros pueden divulgar información relativa a su cooperación con el ICAO”, señalan desde la agencia con extrema cautela. Fuentes del organismo subrayan la imposibilidad de especular con escenarios similares pero deslizan el ejemplo del Fir de Doha, establecido el año pasado después de que el ICAO acordara establecer un espacio aéreo nuevo para el estado de Qatar, modificando el mapa mundial del espacio aéreo por primera vez en décadas.


Aspiración de Rabat

En el caso del Sáhara Occidental, la posible cesión se enfrenta al marco legal de un territorio no autónomo que es considerado el último pendiente de descolonización en África. La luz verde española allanaría el camino hacia una larga aspiración de Rabat y sería visto como un trofeo a su ocupación. “Es muy importante para Marruecos porque tiene repercusiones tanto técnicas como simbólicas. Recuperar el control total del espacio aéreo del Sáhara es una prueba más de que el enfoque marroquí está ganando impulso y solidificándose”, señalan a este diario fuentes próximas a la inteligencia marroquí. En realidad, más que “recuperarlo” sería obtener el control del espacio aéreo por primera vez.

Desde Rabat aseguran, no obstante, que la conquista del espacio aéreo no sería fruto de un cambalache. Insisten en que su negociación no está vinculada a las trabas que han impedido hasta ahora la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada desde 2018, y la creación de la de Ceuta. Ambas son uno de los principales objetivos del restablecimiento de las relaciones a partir del volantazo en el Sáhara pero, a punto de cumplirse dos años, no se han materializado. Ni siquiera la audiencia de Sánchez con Mohamed VI logró desencallar la normalización aduanera.

Al cambio de manos del espacio aéreo -hasta ahora responsabilidad de controladores canarios, encargados de vigilar y gestionar los vuelos por la zona- se oponen los socios de legislatura del PSOE. Fuentes de Sumar consultadas por este diario muestran su oposición al proyecto. “Rechazamos la soberanía marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental. También sobre las aguas territoriales y el espacio aéreo”, apuntan. Esta pasada semana la diputada de Sumar Tesh Sidi, de origen saharaui, dio por hecho la cesión del espacio aéreo y afeó a Albares su política exterior desde la tribuna del Congreso de los Diputados.

Advertencia de Coalición Canaria

Una posición que también secunda Coalición Canaria en declaraciones a este diario. Los nacionalistas canarios aseguran desconocer el desarrollo de las conversaciones. “No sabemos absolutamente nada. Y si se produce la cesión, estaremos totalmente en contra porque incumple el derecho internacional y con las resoluciones de la ONU”, apunta fuentes de Coalición Canaria. Dudan, en cualquier caso, de que se pueda producir la transferencia. “Por una razón de seguridad nacional son competencias que no se pueden ceder y que irían de forma clara y tajante en contra de las resoluciones de la ONU”.

Desde Canarias se exige información sobre las negociaciones en marcha

Desde Canarias se denuncia, además, la total opacidad que marcan las negociaciones de Exteriores español con Rabat. De hecho, el pasado lunes el presidente canario Fernando Clavijo remitió una carta a Sánchez para conocer qué asuntos se trataron en su reciente visita a Marruecos y su audiencia con el monarca alauí. Entre otros asuntos, Canarias quiere conocer los términos en los que se está abordando la delimitación de los espacios marítimos, la explotación de recursos naturales en aguas próximas a las islas y las decisiones en materia de control de los flujos migratorios con Marruecos.

En el acuerdo de investidura por el que Coalición Canaria respaldó a Sanchez, se exigió participar en las cuestiones que se aborden con Marruecos desde el Gobierno de España, bien tomando parte en las reuniones, bien teniendo la información detallada de lo que en ellas se trate. Una promesa que hasta ahora no se ha cumplido. “Cuando hay un acuerdo firmado, las partes tienen que cumplir. Si una de las dos partes no cumple, hay consecuencias”, advierten desde Coalición Canarias. Y agrega: “Somos una formación política que siempre ha defendido la autodeterminación del pueblo saharaui y creemos que las cosas no se están haciendo de la mejor manera”.

Desde noviembre de 2020 el FIR de Canarias ha desaconsejado sobrevolar el Sáhara por debajo de los 5.800 metros de altitud por la reanudación del conflicto armado entre el Polisario y Marruecos. Desde entonces el régimen alauí ha empleado drones para atacar posiciones saharauis e incluso a civiles que transitaban por el área.

En caso de que fruto de esas opacas negociaciones con Marruecos el Gobierno de Sánchez ceda el espacio aéreo, el Frente Polisario ya ha avisado de que recurrirá la decisión a las instancias internacionales "España no es la dueña del espacio aéreo para conceder su control a una potencia ocupante como es Marruecos, y nos va a encontrar enfrente en caso de que eso suceda", ha amenazado Abdulah Arabi, delegado del Polisario en España.

El Parlamento Europeo no mencionó las violaciones de derechos humanos en Palestina y el Sáhara Occidental.

Israel y Marruecos lograron conjuntamente impedir la aparición de párrafos sobre “violaciones de derechos humanos en Palestina y el Sáhara Occidental” en el informe anual sobre derechos humanos y democracia en el mundo elaborado por el Parlamento Europeo.

Marruecos lo ha conseguido gracias a la ayuda del grupo socialista en el Parlamento Europeo y, sobre todo, del eurodiputado español Nacho Sánchez Amor, encargado de redactar y presentar el informe anual.

Las cláusulas sobre violaciones de derechos humanos pedían al Parlamento Europeo que “prestara especial atención a la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados ilegalmente, incluidos los casos de ocupación prolongada como Palestina y el Sáhara Occidental”.

Sin embargo, 386 eurodiputados, entre ellos la mayoría de los liberales del grupo Renovación y del Partido Popular Europeo con la mencionada cooperación con los socialistas, se mostraron a favor de excluir de la enmienda las referencias a Palestina y, sobre todo, al Sáhara Occidental .

El Sáhara Occidental , como Palestina, sufre los mismos problemas de ocupación, república árabe parcialmente reconocida y apoyada por Argelia, ocupada por Marruecos desde 1975, el régimen real, en connivencia con la junta de Mauritania, capturó esta antigua provincia española, pero en los territorios saharianos los árabes se unieron en el frente Polisario, que fue apoyado y armado por Argelia y Libia, como resultado, logró derrotar al ejército de Mauritania, liberando el territorio ubicado en su zona de ocupación.

Según la ONU, el territorio del Sáhara Occidental no pertenece a ningún Estado, pero el representante legítimo del pueblo en este territorio es el Polisario. A su vez, proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en todo el territorio de la Unión Occidental.

Fuente: El Confidencial

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