Geoestrategia

General Salami: CGRI de Irán fue el último que salió de Siria. ¿El próximo paso de Erdogan?

Administrator | Viernes 20 de diciembre de 2024
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán destaca el poder disuasivo del país y afirma que los últimos grupos que salieron de Siria eran sus miembros.
En declaraciones realizadas hoy jueves en una reunión con los comandantes sobre las consecuencias y las razones de los últimos acontecimientos militares y de seguridad en Siria, el comandante en jefe del CGRI, el general de división Hosein Salami, ha señalado que el Cuerpo de Guardianes estaba al tanto de los movimientos de los grupos armados y takfiríes en Siria desde hace meses, e incluso sabía los ejes que habían determinados para realizar los ataque.
Ha subrayado que estos datos fueron trasladados a las autoridades políticas y militares de Siria, pero no existía la voluntad de cambio, la guerra y la perseverancia en su verdadero significado, por lo que lamentablemente sucedió lo que no debería ocurrir.
El general Salami ha rechazado esta idea que Irán debería participar en los enfrentamientos en lugar del Ejército sirio. “¿Es razonable que despleguemos a todas fuerzas del CGRI y Basich en el campo de batalla en otro país mientras el Ejército de ese país funcionaba como un espectador?”, ha cuestionado agregando que además de esto, todos los caminos hacia Siria estaban cerrados.
Tras remarcar que los últimos grupos que abandonaron Siria fueron las fuerzas del CGRI y que la última persona que salió de este campo fue un guardián, el militar de alto rango castrense iraní ha aclarado que observamos los hechos y actuamos en base a las realidades.
“Las estrategias deben cambiarse según la situación. No podemos resolver muchos problemas globales y regionales con las estrategias estancadas e inmutables”, ha precisado.
Tenemos una fuerte razón política para luchar
El número uno del CGRI ha hecho énfasis en que Irán decide y actúa de acuerdos con sus capacidades y talentos internos para luchar contra los enemigos. En este sentido, ha matizado que tenemos una fuerte razón política para luchar y una fuerte legitimidad para defenderse.
“Contamos con una gran nación para resistir, un gran Líder como una fuente de inspiración y orientación, y unas Fuerzas Armadas poderosas que permanecen intactas. Si nos hubiésemos debilitado, no llevaríamos a cabo [la operación de represalia] Verdadera Promesa”, ha resaltado.
La República Islámica no ha perdido sus brazos regionales
El alto mando castrense iraní ha desestimado ciertos rumores difundidos en los círculos políticos, intelectuales y entre la gente de que la República Islámica ha perdido sus brazos regionales tras los últimos acontecimientos en la zona. “No, el Sistema no ha perdido sus brazos”, ha remarcado.
Frente de la Resistencia no tiene dependencia geográfica a Irán
El general Salami ha asegurado que incluso en la situación actual de la región, los caminos están abiertos para apoyar el frente de la Resistencia, insistiendo en que todas las rutas no se limitan a Siria, aunque es posible que esto también experimente cambios poco a poco.
Ha indicado que durante los últimos 13 años, Irán se esforzó para que la Resistencia en el Líbano y Palestina no tengan dependencia en gran medida a la República Islámica desde el punto de vista de la conexión geográfica.
El frente de la Resistencia ya no tiene dependencia geográfica. El Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) sigue ahí, está vivo y se ve fresco”, ha apostillado.
Siria vive una crisis política, social y militar desde el domingo, cuando el grupo insurgente Hayat Tahrir Al-Sham (HTS), al frente de facciones afines, tomó Damasco y anunció que había tomado el poder, derrocando así al presidente Bashar al-Asad.
El Líder de Irán asegura que zonas ocupadas en Siria serán liberadas
El Líder de Irán aseguró que las zonas ocupadas en el país árabe, serán liberadas por los jóvenes sirios. Miles de personas se congregaron este miércoles en Hoseinieh Imam Jomeini, el lugar de encuentros del Líder de la Revolución Islámica de Irán. Se trata de su primer discurso tras la caída del gobierno de Siria el domingo.
El Líder ha aludido a las evidencias de este plan conjunto, incluidos, los bombardeos del régimen israelí y EE.UU. contra infraestructuras en Siria. No obstante, asegura que las zonas ocupadas en el país árabe, serán liberadas por los jóvenes sirios.
El Líder de Irán afirma que la resistencia tiene sus raíces en los pueblos y se define como hacer frente ante la arrogancia de EE.UU. y sistemas hegemónicos. Refuta los análisis de algunos que sugieren un supuesto debilitamiento de Irán debido a las presiones que enfrenta el Eje de la Resistencia.
El Líder se refirió a la presencia de Irán en Siria e Irak, dijo que eran en función de asesoramiento a petición de sus respectivos gobiernos, así como impedir la expansión de la inseguridad en la región.
Las palabras del líder fueron motivadoras, especialmente para iraníes que se habían esforzado en limpiar la zona del terrorismo, incluido de Daesh en los años 2011 a 2020.
Miles de personas se reunieron este miércoles con el Líder de la Revolución Islámica donde el ayatolá Jamenei ofreció un importante discurso sobre los recientes acontecimientos en la región de Asia Occidental, especialmente en Siria, y también sobre el futuro del Eje de resistencia.
Irán y su influencia en el nuevo orden estratégico de Asia Occidental
Xavier Villar
La caída del gobierno de Bashar al-Asad en Siria y la consiguiente transformación del país en un “Estado fallido” —un territorio fragmentado por la acción de diversos grupos internos y potencias extranjeras como Turquía, Estados Unidos, Catar e Israel— ha supuesto un severo golpe a uno de los pilares estratégicos de la denominada “Red de Resistencia”.
En los últimos días, la intensificación de la presencia operativa del régimen de Israel en Siria ha evidenciado un cambio significativo en su estrategia regional. Los esfuerzos israelíes por destruir infraestructuras defensivas y puntos estratégicos clave, junto con las incursiones terrestres de su ejército en territorio sirio —incluso más allá de los altos del Golán ocupados—, reflejan la determinación del régimen de Tel Aviv de establecer un “nuevo orden”
en Asia Occidental. Este avance supone una clara escalada en el enfrentamiento geopolítico en la región, lo que representa una amenaza directa a los intereses del conocido como Eje de Resistencia.
Además, se está presenciando una desmilitarización forzada de Siria, bajo la intervención directa de Israel y Estados Unidos. Según analistas internacionales, el objetivo de esta estrategia es garantizar que Siria no cuente con armas ni con una infraestructura militar capaz de desafiar los intereses israelíes en la región. Los ataques se justifican en nombre de la seguridad nacional de Israel y la lucha contra supuestas amenazas terroristas, aunque muchos consideran que la verdadera intención es consolidar un control geopolítico más amplio sobre la zona.
En una fase posterior, se prevé la participación activa de Estados Unidos y la Unión Europea en lo que se denomina la “reconstrucción estatal” y la “reforma del sector de seguridad” en Siria. Este proceso incluirá la creación de un nuevo ejército sirio, entrenado y supervisado por fuerzas extranjeras. Según diversas fuentes, la misión principal de esta nueva fuerza será controlar los movimientos internos de la población y reprimir cualquier forma de disidencia que pueda surgir contra la influencia israelí o la presencia occidental en la región.
Ante este escenario, se hace urgente una revisión estratégica por parte de Irán para frenar, e incluso revertir, la ofensiva israelí. El proyecto de un “nuevo orden en Asia Occidental”, impulsado por Israel, ha logrado un avance significativo con la caída del gobierno de Bashar al-Asad. No obstante, según varios analistas iraníes, la victoria definitiva aún parece distante.
En este contexto, Irán podría revertir la situación mediante el diseño e implementación de una estrategia adecuada, tal y como ocurrió después de la ocupación de Irak y Afganistán por parte de Estados Unidos, cuando la gestión del orden de seguridad regional pasó a manos del Eje de Resistencia.
Según analistas iraníes, uno de los elementos clave en esta nueva fase estratégica debe ser un cambio de enfoque hacia Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de que, en términos generales, ambas naciones han formado parte de la estrategia de contención occidental, podrían llegar a establecer una cooperación táctica temporal con Teherán para alterar la actual ecuación estratégica en la región.
Los analistas señalan que las acciones de Turquía, uno de los vértices del triángulo de poder en Asia Occidental junto con Irán y Arabia Saudí, han permitido a Ankara tomar la delantera en los últimos años. Durante esta etapa de transición, Turquía ha logrado superar a Arabia Saudí tanto en los ámbitos político como militar. Además, ha eliminado una de sus principales preocupaciones de seguridad en la región: la situación en Siria, lo que le ha permitido consolidar su influencia y posición en la región.
Estas fuentes subrayan que el contexto geopolítico actual representa una oportunidad para forjar un modelo de cooperación entre Teherán y Arabia Saudí. Este acercamiento podría marcar una colaboración inédita en la región, en la que Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos trabajen conjuntamente para gestionar el creciente protagonismo de Turquía en Asia Occidental. En este sentido, se estaría abriendo una nueva fase en la dinámica de poder regional, donde las alianzas tradicionales podrían ser desafiadas por una cooperación estratégica entre actores que hasta ahora han sido adversarios.
La principal preocupación de la República Islámica en el ámbito regional radica en la necesidad urgente de desarrollar una nueva estrategia para frenar los planes de Israel en la región. Según fuentes cercanas a la diplomacia iraní, el objetivo de Israel sería la creación de un nuevo Asia Occidental bajo su hegemonía, respaldado por Estados Unidos.
Expertos en política internacional, como Mohsen Yalilvand, señalan que, en su intento por contener a China, Estados Unidos redirigirá su atención hacia Asia Oriental, lo que implicaría una delegación de las responsabilidades en Asia Occidental a Israel. De acuerdo con este análisis, Estados Unidos estaría delegando a Israel la tarea de gestionar los conflictos y la dinámica geopolítica de la región para centrarse en otros frentes estratégicos más alineados con sus intereses en el Pacífico.
En Israel, respaldado por Estados Unidos, crece la convicción de que el contexto actual ofrece una oportunidad única para redefinir el mapa político de Oriente Próximo. Este giro estratégico tiene como objetivo transformar la ecuación de poder en la región y desmantelar el Eje de la Resistencia, una alianza que se articula en torno a un objetivo común: reducir y contrarrestar la influencia de Israel. La búsqueda de la hegemonía israelí en la región, según los analistas, pasa por una serie de movimientos militares, políticos y diplomáticos, con el fin de debilitar a aquellos actores clave que se oponen a su influencia, entre ellos Irán, Siria, Líbano y Palestina.
A pesar de estos intentos israelíes reconfigurar la región según sus propios intereses, Irán ha dejado en claro que posee las capacidades políticas y militares necesarias para desafiar sus objetivos. Además, la posibilidad de formar una alianza con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos para contrarrestar el expansionismo turco podría reforzar la estrategia iraní a largo plazo. Esta cooperación, aunque inédita, representaría un cambio significativo en la dinámica regional, creando un frente común capaz de hacer frente a las amenazas emergentes y equilibrar el creciente protagonismo de Turquía en el contexto geopolítico de Asia Occidental.
¿Cuál es el próximo movimiento de Erdogan en Siria?
Martin Jay
En 2016, Steven Bannon me entrevistó sobre Oriente Medio para su popular programa de radio. El tipo de preguntas que me hizo mostró claramente que realmente sabía muy poco de la región. Pero Bannon es inteligente. Hizo preguntas inteligentes. Una de ellas fue ¿quién es el alborotador de la región?
Le respondí que posiblemente podría tratarse del líder turco Recep Erdogan, que acababa de sobrevivir a un golpe de Estado ideado por el que posiblemente sea el líder más poderoso de la región, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, al que a menudo se llama MBZ. Sostuve que Erdogan tenía enormes ambiciones geopolíticas, el dinero, los recursos militares y las agallas para convertir a Turquía en una potencia regional que compitiera con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Dije que Erdogan tenía mucho que demostrar y que estaba ansioso por causar sensación, y que podría conseguirlo si mantenía la cabeza fría.
Para mi gran sorpresa, observé que un par de semanas más tarde Bannon concedía una entrevista a un periódico saudí y repetía textualmente todo lo que yo le había dicho. ¡Incluso copió mis expresiones!
Pero frivolidades aparte, hay algunos puntos serios sobre el papel de Erdogan y lo que ahora debe estar pensando sobre el posicionamiento de Turquía en la región.
La caída de Siria cogió a todo el mundo por sorpresa. La velocidad a la que se derrumbó el régimen de Assad mientras todo un ejército se alejaba de la horda de yihadistas que se dirigían a gran velocidad hacia el sur, hasta llegar a Damasco, fue impresionante. Ahora sólo nos quedan los tópicos de los periodistas. ¿Quiénes son los ganadores y los perdedores? ¿Debilitará esto ahora a Irán, tentando así a Estados Unidos e Israel a lanzar un segundo golpe contra él? ¿O atacará ahora Israel a los aliados de Irán en la región, ahora que la Media Luna chiíta ya no dispone de una autopista vital que pueda utilizarse para abastecer a Hezbolá en Líbano?
Todas estas preguntas siguen en el aire, ya que tenemos que ver si estos yihadistas de Idlib tienen las habilidades políticas para emplumar sus propias camas con los actores regionales. Tal vez dentro de Siria, podría ser más difícil ya que, en el momento de escribir estas líneas, el HTS ya está luchando contra ciudades clave en el norte que están controladas por el principal enemigo de Turquía, el PKK, o deberíamos decir el YPG como se le conoce - las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) que se compone en gran parte de kurdos, con una minoría de desertores del ejército sirio en la mezcla.
Este enfrentamiento ahora es interesante, ya que los kurdos poseen la parte clave de Siria que tiene tanto el petróleo como las mejores tierras agrícolas. Seguramente, se podría argumentar que Jolani se moverá ahora para echar a los kurdos, a pesar de que sus patrocinadores -Estados Unidos- también lo son.
A menudo ocurre que grupos rivales en Siria que están a sueldo del Tío Sam luchan entre sí. Pero la escala de este conflicto potencial es enorme y no debe subestimarse. Siria está en bancarrota. Su economía está hecha trizas y los soldados del régimen gubernamental sólo ganan 7 dólares al mes en libras sirias locales, probablemente una de las monedas más devaluadas del mundo en la última década.
Pero es interesante cómo fue un líder turco a menudo despreciado por los funcionarios estadounidenses quien ocupó el lugar de los saudíes y emiratíes que, en 2006, justo después de la vergonzosa guerra de 34 días en el Líbano que hizo sangrar la nariz a Israel, aseguró a Dick Cheney que nunca se vería a Estados Unidos financiando realmente al grupo terrorista más brutal de Oriente Medio para luchar en sus guerras sucias. América, bajo Obama, en realidad dio a Al Quada, ISIS y sus afiliados cientos de millones de dólares para luchar contra Assad una vez que la CIA había dado oficialmente su aprobación al plan para derrocar a Assad en 2014.
En realidad, la política del gobierno estadounidense era derrocar a Assad, ya que Siria siempre fue vista, incluso entonces, como el eslabón más débil en la esfera de poder e influencia de Irán. Lo que la caída de Assad es significativo, en términos de puntos destacados que plantea, o mitos que desacredita, es que los medios de comunicación occidentales ya no serán capaces de ignorar el hecho de que Occidente financia a los terroristas más horribles y espantosos del mundo, mientras que hace cola con el cortejo fúnebre de Charlie Hebdo y condena la bomba del concierto de Ariana Grande en Manchester. A pesar de que la CNN hizo un gran esfuerzo en una entrevista con Jolani para desmarcarlo, el gato está fuera de la bolsa.
En realidad se trata de relaciones. Cómo mantenerlas, cómo ganar otras nuevas y cómo perderlas.
Irónicamente, al final fue Assad el eslabón más débil. Se negó a que su ejército fuera entrenado tanto por los rusos como, más tarde, por los iraníes. Decidió que su longevidad pasaba por Israel, por lo que se arrimó a los EAU, que le ayudaron con el cabildeo en DC, que algunos creen que estaba funcionando. En realidad, Assad estaba tratando de convertirse en el espía que entró desde el frío con sus contactos en Washington en lugar de quedarse con los rusos y los iraníes. Dado que fue Rusia quien le salvó de una humillante derrota en 2015, cuando la mayoría de los hackers occidentales ya estaban escribiendo su panegírico, tal vez haya una lección para los líderes regionales.
Pero la mayoría de los líderes no aprenden lecciones. En los últimos años, las relaciones entre Assad y Erdogan han oscilado de un punto álgido a otro. Assad podría haber trabajado con Erdogan en la destrucción de las Fuerzas de Autodefensa y recuperar el territorio. Había una oferta. Sin embargo, Assad estaba cegado por su propio dogma y vanidad, que es quizás el punto clave que tiene en común con Erdogan.
El líder turco debe ahora reevaluarse a sí mismo y a su país. Por un lado, ha ganado muchos puntos tanto con Estados Unidos como con Israel, siendo este último un archienemigo que ha servido a su narrativa política durante algún tiempo, sobre todo recientemente.
¿Cumple ahora Erdogan su sueño de tener en Damasco un gobierno formado por funcionarios de tipo otomano y de la misma ideología? ¿O acaso tanto Israel como Estados Unidos dejan ahora de lado a Erdogan pensando que ya no les es útil, una medida, en sí misma, que desencadenaría una guerra civil a gran escala en Siria entre estos dos actores principales ahora. Erdogan debe presentarse ahora como el intermediario clave que tiene un valor incalculable para encontrar una solución política, pero ¿cómo lo hace ahora que ha meado hasta en la sopa a dos potencias regionales clave que le ayudaron durante tanto tiempo, Irán y Rusia?
Financiar en nombre de los estadounidenses a un grupo terrorista con el que Washington no quiere mancharse las manos fue inteligente. Encontrar alrededor de un tercio de los combatientes del HTS procedentes de Asia Central, le mantendrá en buena posición como contendiente en la mesa de póquer con todos los líderes regionales reunidos.
Pero ahora que ha cumplido un sueño, que casualmente es el mismo que el de Netanyahu -la destrucción de Siria como superproxy iraní-, ¿cómo mantiene su ímpetu y relevancia, dado que a Occidente le encanta odiarle tanto y a menudo se enorgullece de rehuirle en ocasiones?
Quizá Steve Bannon tenga la respuesta a todas estas preguntas.

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