El magnate George Soros, el hijo del presidente Joe Biden, Hunter Biden y el grupo de banca de inversión Goldman Sachs están involucrados en el financiamiento de biolaboratorios desarrollados en Ucrania, acusó el politólogo Alfredo Jalife-Rahme.
Además, de acuerdo con una investigación del asesor político Peter Schweizer, tanto el presidente Biden como su encargado de la política climática de la Casa Blanca, John Kerry, están involucrados en el financiamiento de biolaboratorios para desarrollar armas biológicas tanto en territorio ucraniano como en Polonia, acusó el internacionalista y colaborador de Sputnik.
En el marco del conflicto que atraviesan Rusia y Ucrania, el Kremlin ha denunciado que Estados Unidos ha buscado desarrollar este tipo de armas en territorios en torno a Rusia y Bielorrusia.
Jalife-Rahme también señaló vínculos entre la empresa ucraniana de gas Burisma y Metabiota, especialista en la investigación de enfermedades con potencial de desatar pandemias y que, además, figura como contratista del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Además, acusó que una empresa fundada en 2009 por Hunter Biden, Rosemont Seneca Technoogy Partners (RSTP), está detrás del financiamiento a Metabiota con 30 millones de dólares.
Esta última firma, sostuvo Jalife-Rahme en su colaboración del domingo 3 de abril en La Jornada, es dirigida por Nathan Daniel Wolfe, quien desarrolló investigaciones biomédicas en el África subsahariana y el sudeste asiático.
El politólogo recordó que Metabiota se vio involucrada en graves errores durante la epidemia de ébola sufrida en países del África occidental durante 2014.
Rusia ha acusado a Estados Unidos de desarrollar laboratorios biológicos en diferentes partes del mundo, con énfasis en Ucrania, además de denunciar que Washington tenía intenciones de instalar estos espacios en la península de Crimea.
Además, el Kremlin ha reclamado en varias ocasiones la pretensión estadounidense de integrar a Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que considera un gesto de hostilidad contra la seguridad rusa.