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Jefe de Estado y Mando Supremo de las Fuerzas Armadas
(...) El 2 de junio de 2014, Don Juan Carlos dio por concluido su reinado al abdicar la Corona de España, solicitando del Gobierno y de las Cortes Generales instruir las medidas sucesorias necesarias “conforme a las previsiones constitucionales”, lo que en el caso concreto de abdicación exige la aprobación de una ley orgánica. Y sin aducir razón específica al respecto. Una decisión verdaderamente trascendente tomada en medio de una legislatura marcada por una grave crisis económica, necesitada de grandes reformas estructurales e institucionales para salvaguardar la estabilidad del sistema político, con la sociedad española alarmada por las amenazas de secesionismo en Cataluña y el País Vasco, en una entorno de corrupción política y de deterioro inédito de la política nacional… Y, por supuesto, tras un importante rechazo social a la propia Institución Monárquica debido a comportamientos poco edificantes de Su Majestad y de otros miembros de la Familia Real.
Un artista del currículum mentiroso al frente de la Guardia Civil
(...) Cualquier lector de aquella comedida nota informativa ajeno a la realidad (no el informado), podía sacar la conclusión de que el hombre situado al frente del Instituto Armado era un ciudadano de trayectoria ejemplar de acuerdo a los cánones de la ideología dominante en nuestra sociedad. El pasado de Arsenio Fernández, sin embargo, es bien diferente y desvela una gran habilidad para hacerse con un currículum fraudulento que enmascara su vida de joven indolente y engominado, ‘hijo de papá’ (y en su caso sobre todo ‘hijo de mamá’), sin más oficio ni beneficio que el de la política de adscripción ‘digital’, y persona autoritaria y fatua donde las haya...
El sindicalista agrario que perduró al frente de la Policía
(...) el 28 de abril de 2013, el incisivo periodista Jordi Évole, director y presentador del programa ‘Salvados’ de La Sexta, dedicó un reportaje retrospectivo al accidente de la Línea 1 del Metro de Valencia del año 2006, titulado ‘Olvidados’. En él, y mediante testimonios directos de personas afectadas, se denunció que Juan Cotino, a la sazón conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat, había actuado de forma ilegítima con las víctimas a fin de encubrir la realidad sobre la investigación de aquel trágico accidente, en el que murieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas...
Un ministro de Defensa eficaz y respetuoso con la Institución Militar
(...) El ministro García Vargas vinculó los momentos más amargos de aquella etapa personal a la actividad terrorista de ETA y los más enojosos a los recortes impuestos en los presupuestos de Defensa de forma sucesiva por los ministros de Economía y Hacienda Carlos Solchaga y Pedro Solbes. En cualquier caso, él ha sido sin la menor duda el ministro de Defensa más respetuoso con la Institución Militar y también el más respetado por el estamento castrense...
El ministro anti militar que mordió el polvo del CESID
(…) Narcís Serra, personaje sibilino que elevó el “secretismo” de su política ministerial a cotas realmente paradigmáticas, también supo enmascarar ante la opinión pública la implicación directa de España en la Guerra del Golfo (la “Operación Tormenta del Desierto”, 1990-1991), apoyando al “gendarme” estadounidense de forma soterrada. Una intervención centrada básicamente en la “logística” militar, pero sin duda decisiva en el conjunto estratégico y de planeamiento bélico…
La encarnación real del poder oculto socialista
(...) La capacidad operativa de José Enrique Serrano, junto con la influencia y el poder oculto que conlleva, no es una novedad para los observadores políticos avezados. Ya se desveló durante los años 1995 y 1996, coincidiendo con las operaciones más oscuras del “felipismo”. Aunque de forma parcial, debido a su innata preocupación por pasar desapercibido y al lavado de rastros sobre sus intervenciones más controvertidas, así ha trascendido en algunos informes reservados...
Un “canonista” al frente de la Defensa Nacional
?(...) Su nuevo desembarco en el Ministerio de Defensa se produjo en el contexto dramático que supuso la dimisión del general Alonso Manglano como director del CESID, el 15 de junio de 1995, y los ceses paralelos de Narcís Serra como vicepresidente del Gobierno y de Julián García Vargas como ministro de Defensa precedente. Con la convulsión política y social que conllevó el escándalo de las escuchas ilegales del CESID, acompañado por las amenazas latentes en los “papeles de Perote”, su principal tarea se centró en “blindar” las operaciones más comprometidas del CESID ante el eventual acceso del PP al Gobierno, tras las inminentes elecciones generales de 1996...
La sombra religiosa de Trillo-Figueroa en el Ministerio de Defensa
(...) Sin dejar de valorar su capacidad profesional, tanto en el ámbito jurídico como en el económico, Fernando Díez Moreno fue arrastrado por el estrepitoso fracaso personal de Federico Trillo-Figueroa al frente del Ministerio de Defensa. Como ejemplo de esta desafortunada simbiosis, baste recordar su encendido pronunciamiento sobre la “reconquista” del islote de Perejil: “Las Fuerzas Armadas han arriesgado su vida y han escrito una página heroica; una página que querían leer los españoles”...
Un comodín marrullero en las alcantarillas del Estado
(...) FRANCISCO PAESA “El Zorro”, ha sido conocido en sus numerosos conflictos con la Justicia como Alberto Seoane, Francisco Sevilla, Francisco de Asís o Paesa Abad, habiendo rencarnado supuestamente también en el argentino Francisco Pando Sánchez. Siempre cuidó su figura atildada, mostrando una imagen a caballo del banquero sobrevenido y del diplomático de guardarropía, entre el caduco play boy aficionado a los coches deportivos y el espía embutido en su clásica gabardina, tocado con sombrero y gafas ahumadas. Su vida y milagros ilustran sobradamente la definición que André Gide dio de la novela policíaca: una fórmula narrativa en la que cada personaje intenta burlar a los demás, hasta que la verdad se muestra a través de la niebla del engaño....
El súper-ministro intruso y enigmático de Felipe González
(...) El 14 de julio de 1993, Belloch fue designado ministro de Justicia en el séptimo gobierno presidido por Felipe González. De forma paralela, el 5 de mayo de 1994, asumió también la cartera de Interior al haber dimitido su titular, Antoni Asunción, tras la fuga del ex director de la Guardia Civil, Luis Roldán, personaje que terminaría siendo capturado en Laos en una extraña operación policial supervisada por el propio Belloch y participada por el controvertido Francisco Paesa. Aquel sumando ministerial, le permitió acumular un poder excesivo y una doble responsabilidad política, en buena medida de “juez y parte”, políticamente poco comprensible que, no obstante, disfrutó como pez en el agua, satisfaciendo de forma momentánea su creciente pasión por el poder. En esa línea de ambición política, y aún con una biografía llena de incógnitas y de contradicciones, llegó incluso a postularse como sucesor formal de Felipe González, de forma obviamente infructuosa.
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