China está planeando construir una enorme red de satélites para proveer servicios de internet a usuarios en todo el mundo y así contrarrestar la influencia y el alcance de la compañía Starlink, de Elon Musk, informaron este 24 de febrero medios locales chinos.
De acuerdo con los reportes, que citan un artículo publicado el 15 de febrero en la revista especializada Command Control and Simulation, el plan del Gobierno de Pekín es colocar rápidamente 12.992 satélites en la órbita cercana a la Tierra (conocida como Low Earth Orbit (LEO), en inglés).
El proyecto, con el nombre clave GW, está encabezado por el profesor Xu Can en conjunto con otros investigadores del Ejército de Liberación del Pueblo y la Universidad de Ingeniería Espacial pekinesa. La constelación GW incluirá 12.992 satélites propiedad de la recién creada China Satellite Network Group Co, señalan Xu y sus colegas.
Se desconoce el cronograma de los lanzamientos, pero el número rivalizaría con la escala de la red planificada de SpaceX de más de 12.000 satélites para 2027.
"Esto nos va a asegurar que nuestro país tenga un lugar en la LEO y evitar que la constelación de Starlink se apropie excesivamente de los recursos de órbita baja", escribió el equipo de Xu en su artículo.
SpaceX, la compañía que opera el servicio de Starlink, ha puesto ya centenares de pequeños satélites en órbita para proveer internet de alta velocidad en todo el mundo. Actualmente, tiene más de 3.000 satélites en circulación. Para 2027, pretende tener 12.000 y hasta 30.000 más adelante.
Según investigadores chinos, la constelación de Starlink representa un riesgo para los satélites de otras naciones, ya que el Departamento de Defensa estadounidense, que tiene contratos con Space X, puede ordenar a la compañía de Musk que sus satélites "golpeen y destruyan activamente objetivos cercanos en el espacio".
El equipo chino dice que el Gobierno de su país también podría cooperar con otras administraciones para formar una coalición anti-Starlink y "exigir a SpaceX que publique los datos orbitales precisos de los satélites" de la firma. Añadieron que se desarrollarían nuevas armas, incluidos láseres y microondas de alta potencia, que se utilizarían para destruir los satélites Starlink que pasen sobre China u otras regiones sensibles.
Los académicos chinos han destacado el peligro que representan miles de satélites Starlink en el espacio. Un informe publicado en noviembre de 2022 en la revista china especializada Radio Engineering acusó a SpaceX de ignorar de manera rutinaria las "reglas de tránsito" informales pero ampliamente respetadas en el espacio, e instó a la creación de un marco más formal para la seguridad espacial.
China prueba la táctica de 'ataque espacial fantasma' contra defensas antimisiles enemigas en una simulación
Ingenieros chinos están desarrollando una táctica de 'ataque espacial fantasma' para abrumar y desgastar las defensas antimisiles. El concepto se basa en la idea de crear una multitud de señales de objetivos falsos, desde el espacio exterior, que aparenten un ataque masivo en la pantalla de radar del enemigo. Mediante simulaciones computadorizadas se comprobó la efectividad del prototipo y ahora procederán a enfrentar los desafíos de ingeniería, informa South China Morning Post.
Dado el alto costo que implica construir naves espaciales altamente móviles que maniobren en el espacio y generen señales fantasma que confundan a una red completa de radares, el equipo de ingenieros basó su solución en un diseño inteligente que toma en consideración dos puntos débiles de los sistemas globales de defensa antimisiles.
La posibilidad de rastrear y localizar con precisión estos sistemas que se asientan en estructuras voluminosas los hace vulnerables a la nueva táctica. La nave espacial de interferencia diseñada viajaría en un misil señuelo, sin ojiva. Una vez en el espacio, realizaría su actividad de interferencia enviando señales fantasma que harían que el misil desarmado pareciera una amenaza real, escribió el equipo de ingenieros en Journal of Electronics and Information Technology.
El equipo también consideró que a partir de una configuración basada en tres naves espaciales interceptoras el resultado sería exitoso. Las naves serían económicas porque no necesitarían motores para la propulsión, ya que viajarían a bordo del misil desarmado. En función de la información de inteligencia sobre los sitios de las estaciones fijas de radar del enemigo, antes del lanzamiento, se establecería la dirección de vuelo y velocidad de misil portador, así como la ubicación final de las naves.
El otro aspecto, aprovechado con astucia por el equipo de diseño, es el relacionado con el más o menos amplio margen de error con el que operan los sistemas de radares actuales para realizar el seguimiento de los objetivos. Esta desventaja permitiría que un diseño cuidadoso de las naves les permita mantener el error de posicionamiento de ellas muy dentro del margen de error estándar de un radar militar. Después de la liberación del misil portador, la distancia entre estas naves aumentaría con el tiempo y afectaría la precisión de las señales del objetivo fantasma si no se realizan estas correcciones.
Todavía hay más desafíos
Aunque la tecnología desarrollada podría ampliarse para incluir muchos más dispositivos de interferencia y crear una gran cantidad de pistas fantasma, la misma enfrenta otros desafíos. Debido a que un sistema de defensa antimisiles también podría incluir plataformas móviles, incluso satelitales, equipadas también con sensores de calor y telescopios ópticos para monitorear amenazas, la tarea de burlar estos dispositivos por parte de las naves espaciales no es nada fácil. "Hay muchos detalles técnicos que no discutimos en este documento", escribieron los autores.