Kit Klarenberg*
Un artículo revisado por pares inicialmente aprobado y elogiado por una prestigiosa revista académica fue repentinamente rescindido sin explicación. Su autor, uno de los principales estudiosos del mundo sobre temas relacionados con Ucrania, reunió pruebas abrumadoras para concluir que los manifestantes de Maidan fueron asesinados por francotiradores golpistas.
La masacre de francotiradores de activistas antigubernamentales y policías en la plaza Maidan de Kiev a fines de febrero de 2014 fue un momento decisivo en el derrocamiento orquestado por Estados Unidos del gobierno electo de Ucrania. La muerte de 70 manifestantes desencadenó una avalancha de indignación internacional que convirtió la caída del presidente Viktor Yanukovych en un hecho consumado. Sin embargo, hoy en día estos asesinatos siguen sin resolverse .
Aquí entra Ivan Katchanovski , politólogo ucraniano-canadiense de la Universidad de Ottawa. Durante años, reunió pruebas abrumadoras que demostraban que los francotiradores no estaban afiliados al gobierno de Yanukovych, sino a agentes pro-Maidan que disparaban desde edificios ocupados por manifestantes.
Aunque el trabajo innovador de Katchanovski ha sido cuidadosamente ignorado por los principales medios de comunicación, un estudio escrupuloso que presentó sobre la masacre en septiembre de 2015 y agosto de 2021 y publicado en 2016 y en 2020 ha sido citado en más de 100 ocasiones por académicos y expertos. Como resultado de este artículo y otras investigaciones, se encontraba entre los politólogos especializados en asuntos ucranianos más referenciados del mundo.
En los últimos meses de 2022, Katchanovski presentó una nueva investigación sobre la masacre de Maidan a una destacada revista de ciencias sociales. Inicialmente aceptado con revisiones menores después de una extensa revisión por pares, el editor de la publicación elogió efusivamente el trabajo en una larga nota privada. Dijeron que el documento era "excepcional en muchos sentidos" y ofreció evidencia "sólida" en apoyo de sus conclusiones. Los revisores coincidieron con esta sentencia.
Sin embargo, el artículo no se publicó, una decisión que Katchanovski cree firmemente que fue “política”. Presentó recurso de apelación, pero fue en vano.
Entre los que apoyaban fervientemente el llamamiento de Katchanovski estaba el renombrado académico estadounidense Jeffrey Sachs. “Usted ha escrito un artículo muy importante, riguroso y sustancial. Está minuciosamente documentado. Se trata de un tema de gran importancia”, escribió Sachs al académico. “Su artículo debe publicarse por razones de excelencia... La revista solo se beneficiará de la publicación de un trabajo de tanta importancia y excelencia, que promoverá la comprensión y el debate académicos sobre un momento muy importante de la historia moderna”.
Conspiración académica del silencio
Katchanovski se negó a nombrar la revista en cuestión, pero la describió como "de primer nivel" en el campo de las ciencias sociales. Él cree que su negativa a publicar su estudio es "extraordinaria", pero no obstante emblemática de un "problema mucho mayor en la publicación académica y científica".
“El editor que aceptó mi artículo solo se enteró de que no se publicaría por mis tuits sobre el tema. Esta negativa fue muy irregular y política. Hay una creciente censura política con respecto a Ucrania en el mundo académico, y también autocensura”, dijo Katchanovski a The Grayzone . “Muchos académicos temen realizar investigaciones basadas en evidencia que contradicen las narrativas occidentales establecidas sobre Maidan, la guerra entre Rusia y Ucrania y otros temas relacionados con los conflictos en Ucrania Kiev después del golpe de Estado de 2014”.
Por el contrario, dijo el erudito, aquellos que están dispuestos a "reproducir como un loro las narrativas occidentales descaradamente y sin crítica", incluso cuando sus fábulas son "contrarias a la evidencia", son recompensados ??y no encuentran resistencia a publicar su trabajo. Katchanovski está bien posicionado para comentar sobre la censura académica relacionada con Ucrania: otras tres revistas que aceptaron sus artículos después de procesos exitosos de revisión por pares "expertos" también finalmente se negaron a publicar.
En enero de 2023, por ejemplo, otra publicación académica rechazó un artículo escrito por Katchanovski “por razones políticas similares”. El trabajo examinó la participación de la extrema derecha en la guerra civil de Donbas y la masacre de Odessa de mayo de 2014 en la que los ultranacionalistas forzaron a activistas profederalistas y rusoparlantes a entrar en la Casa de los Sindicatos de la ciudad e incendiaron el edificio, quemando vivos a docenas e hiriendo a muchos más. Al igual que con los asesinatos de francotiradores de Maidan, nunca se ha llevado a nadie ante la justicia por estos actos atroces.
Katchanovski afirma que el editor de la revista ofreció una variedad de excusas para no avanzar después de la revisión por pares. A medida que se acercaba la publicación, dijo que el editor afirmó falsamente que el estudio era idéntico a su obra anterior sobre la masacre de Maidan. Sin embargo, una verificación del software Ouriginal confirma que el artículo que envió Katchanovski no tenía similitud con su estudio de Maidan. El editor también se quejó de que clasificó el conflicto de ocho años en Donbass como una “guerra civil” que inicialmente fue provocada por la extrema derecha de Ucrania.
Ese mismo artículo había sido rechazado por otra revista meses antes, de manera similar porque Katchanovski se atrevió a describir la guerra en Donbas como “civil, con intervenciones militares rusas”. Esta caracterización es común en la "mayoría de los estudios académicos" sobre el conflicto, dijo a The Grayzone.
Que elementos violentos de extrema derecha estuvieron involucrados centralmente en la masacre de Odesa está confirmado por abundantes imágenes de video apenas controvertidas. No está claro por qué el reconocimiento de este hecho indiscutible fue considerado demasiado polémico por una revista académica, pero la razón detrás de la supresión de las investigaciones de la masacre de Maidan de Katchanovski es evidente.
“Esto se hace por razones políticas. Los principales medios de comunicación siguen a sus gobiernos, no a los hechos. Los periodistas occidentales tergiversaron groseramente la masacre de Maidan”, dijo el académico. “Con algunas excepciones, los periodistas no informaron videos de francotiradores que apoyaban a Maidan y sus confesiones, y testimonios de los manifestantes heridos de Maidan y varios cientos de testigos sobre tales francotiradores”.
La evidencia de código abierto recopilada por Katchanovski respalda persuasivamente su conclusión de que la masacre de Maidan “fue una exitosa operación de bandera falsa organizada y dirigida por elementos del liderazgo de Maidan y grupos ocultos de francotiradores para derrocar al gobierno y tomar el poder en Ucrania”.
Entre la documentación hay 14 videos que muestran francotiradores anidando en edificios controlados por manifestantes de Maidan, 10 de los cuales muestran sin ambigüedades a tiradores vinculados a grupos de extrema derecha instalados en el Hotel Ukraina, apuntando a multitudes de manifestantes debajo y disparando a agentes del orden alineados con el gobierno.
Mientras tanto, videos sincronizados demuestran que los disparos de las fuerzas de seguridad gubernamentales inicialmente encargadas de la masacre no coinciden con el asesinato de los manifestantes. En cambio, los policías dispararon tiros de advertencia a objetos inanimados como postes de luz, árboles y el suelo para calmar a las multitudes violentas. También dispararon contra las paredes y ventanas donde se encontraban los francotiradores en el Hotel Ukraina, controlado por Maidan, apuntando a los francotiradores anidados allí.
Se espera que el juicio por la masacre de Maidan emita su veredicto final este otoño. Cientos de testigos , incluidos 51 manifestantes heridos durante el tiroteo, han declarado que les dispararon desde edificios o áreas controlados por Maidan. Algunos dijeron que vieron francotiradores dentro del edificio. Esta narrativa está respaldada por las investigaciones de los expertos en balística del gobierno. En total, 14 miembros autoadmitidos de los grupos de francotiradores de Maidan han implicado a francotiradores y líderes específicos de Maidan en la masacre.
A pesar de la gran cantidad de evidencia que apunta a una operación de bandera falsa, Katchanovski no tiene fe en que el juicio llegue a la verdad, o que su veredicto se base en la evidencia altamente incriminatoria acumulada durante los procedimientos:
“La fiscalía simplemente negó que hubiera tales francotiradores y no los investigó. Los tribunales ucranianos carecen de independencia y, a menudo, basan sus decisiones, especialmente en casos tan politizados y de alto perfil, en directivas de la administración presidencial. Es una situación difícil para los jueces y el jurado. Hay amenazas de la extrema derecha de no absolver a los policías”.
Hay otras razones para sospechar que el veredicto será un lavado de cara. Por un lado, el riesgo de que la verdad detrás de los hechos pueda implicar directamente a funcionarios estadounidenses en los asesinatos y, más en general, en el golpe de estado de Maidan, es considerable. Es un artículo de fe axiomático en la corriente principal occidental que Washington no estuvo involucrado de ninguna manera en la agitación, a pesar de las montañas de pruebas contundentes de lo contrario.
Miembros de alto rango del partido de extrema derecha Svoboda, incluido su antiguo líder Oleg Tyagnibok y su adjunto Ruslan Koshulinskyi, han alegado que la matanza de francotiradores de Maidan estuvo estrechamente coordinada con Estados Unidos. Tyagnibok ha jurado que después de que los primeros cuatro manifestantes fueran asesinados, se sorprendió por la falta de protestas internacionales.
“¿Por qué no hay reacción? Esto no es suficiente”, asegura haberse lamentado en ese momento.
A su vez, Koshulinskyi discutió qué número de muertos sería suficiente para que Washington y sus lacayos internacionales comenzaran a exigir en voz alta la destitución de Yanukovych de su cargo:
“Hablaron de las primeras muertes, bueno, cinco, 20… ¿100? ¿Cuándo tendrá la culpa el gobierno? Al final, llegaron a la cifra de 100. No hubo presión. No hubo sanciones. Esperaron hasta un asesinato en masa. Y si hay un asesinato en masa en el país, la culpa es del gobierno, porque se pasó de la raya, las autoridades no pueden permitir los asesinatos en masa”.
*Kit Klarenberg es un periodista de investigación que explora el papel de los servicios de inteligencia en la configuración de la política y las percepciones.
