El cambio de tendencia desafía las predicciones de una caída prolongada en respuesta a las sanciones. El aumento del gasto en defensa ha impulsado la producción industrial, mientras que la demanda de los consumidores está cobrando impulso gracias al mayor gasto en ayudas sociales y a la subida de los salarios.
El Banco de Rusia elevó recientemente su previsión de crecimiento para todo el año hasta el 1,5-2,5% para 2023, señalando que la producción en la mayoría de los sectores centrados en la demanda interna había alcanzado o incluso superado los niveles anteriores a la guerra.
El supuesto caos en la economía rusa es el último rayo de esperanza de Occidente de que Rusia está al borde de la ruina económica. The New York Times informó hoy en un artículo, Drastic Economic Moves Highlight Russia's Wartime Bind , que:
El martes, la jefa del banco, ampliamente respetada y con muchos años de servicio, Elvira Nabiullina, volvió a actuar con firmeza y anunció el tercer mayor aumento de la tasa de interés en una década para apuntalar la moneda nacional, el rublo, y frenar la creciente inflación. Sin embargo, esta vez, sus movimientos agresivos tuvieron poco efecto inmediato en los mercados.
Las acciones del banco central subrayaron el momento peligroso que enfrentan los funcionarios económicos rusos mientras intentan contener las fuerzas sísmicas desatadas por la invasión de Ucrania por parte del presidente Vladimir V. Putin. La guerra ha dejado a los políticos con un conjunto de tareas aparentemente imposibles: mantener la estabilidad económica mientras financian la maquinaria bélica y hacen frente a las sanciones occidentales; controlar la inflación sin llevar la economía a la recesión.
El banco elevó la tasa de interés de referencia en 3,5 puntos porcentuales al 12 por ciento. Las altas tasas de interés elevan el costo de los préstamos, lo que inhibe el gasto. Eso, a su vez, frena el crecimiento económico y puede frenar la inflación. Pero las consideraciones políticas pueden empujar en la dirección opuesta, por tasas de interés bajas que estimulen el gasto y mantengan la economía en movimiento.
El rublo se recuperó modestamente tras el anuncio; después de caer a 100 por dólar el lunes, llegó a 97 el martes.
Hay una suposición cuestionable incorporada en el informe del NY Time: la salud económica de Rusia depende de poder pagar la importación de bienes extranjeros. Sin embargo, gracias a las sanciones occidentales, las importaciones rusas de bienes de consumo/lujo extranjeros se han retirado sin que se produzca una disminución notable del nivel de vida ruso. De hecho, Rusia ahora está clasificada como la quinta economía más grande del mundo por PIB en términos de paridad de poder adquisitivo (también conocido como PPA):
PIB por PPA
La actuación de Rusia ha destruido el meme de que la economía de Rusia era una gasolinera disfrazada de país. Ha logrado esto a pesar de una disminución del 50% en el comercio con los países de Europa .
Rusia Comercio con Europa
Incluso antes de que se impusieran las sanciones, China era el mayor socio comercial de Rusia. Frente al yuan, el rublo ruso cayó casi un 20 % en los últimos seis meses. Sí, esto tiene un potencial impacto inflacionario en los consumidores rusos, pero el rublo más barato proporciona un poco de ayuda económica a China, cuya economía está en apuros. La caída en el valor del rublo significa que China puede comprar el petróleo y el gas que tanto necesita gastando menos dinero.
Soy más optimista que el New York Times sobre las perspectivas económicas de Rusia. La guerra ha estimulado una gran aceleración en la producción rusa de todo lo militar. Esto va a calentar la economía. Debido a que Rusia es autosuficiente en alimentos y energía, los gastos críticos que pueden dañar a una familia, es probable que las consecuencias negativas de la inflación sean silenciadas cuando se trata de los consumidores rusos.
Creo que el análisis económico ofrecido por el NY Times se basa en la suposición de que Rusia sigue siendo vulnerable a las presiones económicas occidentales. Eso ya no es un punto de referencia válido. Durante los últimos 18 meses, Rusia ha estado ocupada forjando nuevos lazos económicos con países no occidentales y estableciendo nuevas dinámicas comerciales.
En casa, los trabajadores rusos han visto aumentar los salarios y las fábricas rusas luchan por satisfacer la demanda. En lugar de cerrar fábricas, Rusia está construyendo nuevas y aumentó drásticamente su producción de tanques, aviones de combate, misiles de crucero, misiles hipersónicos, municiones de artillería y vehículos militares. Rusia disfruta de una ventaja que Occidente no tiene: es prácticamente autosuficiente en productos básicos, minerales de tierras raras y energía.
Un proyecto chino basado en blockchain podría revolucionar flujos mundiales y 'acabar' con el dólar
China se adelantó en la carrera por modernizar los flujos monetarios mundiales gracias a una nueva plataforma para ampliar el alcance del yuan digital y de otras divisas, poniendo así en peligro el sistema dominado por el dólar.
El proyecto mBridge, basado en blockchain (cadena de bloques), es un prototipo digital impulsado por Pekín que permite enviar dinero a todo el mundo sin utilizar los canales tradicionales dependientes del dólar.
Según Bloomberg, el objetivo de mBridge es crear una posible vía para impulsar la internacionalización del yuan, desarrollando el uso a gran escala de la tecnología blockchain para los pagos internacionales. En otras palabras, su objetivo es permitir grandes transferencias y operaciones de cambio de divisas directamente entre los bancos comerciales participantes luego de que hayan cambiado el efectivo por la moneda tokenizada en su banco central.
Mediante el empleo de la tecnología de registro distribuido —similar a la base sobre la que opera Bitcoin— esas transacciones podrían producirse casi instantáneamente, a cualquier hora o día de la semana.
El medio destaca que algunos altos funcionarios de EEUU y Europa expresaron su preocupación por las implicaciones del proyecto, ya que podría dejar a China en ventaja en el empleo de monedas digitales para revolucionar los pagos internacionales, permitiendo potencialmente la evasión de sanciones, impuestos y regulaciones contra el blanqueo de dinero. Además, se apunta que mBridge podría facilitar la utilización del yuan chino como alternativa al dólar.
El informe del proyecto indica que la financiación del comercio es uno de los mayores usos previstos, con un flujo de bienes y servicios entre los participantes por valor de unos 564.000 millones de dólares.
Análisis: Razones de cacofonía económica global
Mikhail Ledenev
El sistema económico internacional hoy en día se encuentra en una posición descomunal. Se están produciendo cambios importantes, las crisis en varios ámbitos de la economía mundial: el financiero, energético, alimentario. Hay que analizar esto.
Destacaría el hecho de que las tendencias que ahora tanto se ponen de manifiesto comenzaron años atrás. Las famosas “sanciones infernales” del Occidente cortaron los lazos con Rusia, multiplicando los efectos negativos para la economía mundial. La obstinación de excluir a Moscú de los procesos económicos internacionales ha resultado ser un fracaso estrepitoso. La economía rusa está creciendo desde junio del año pasado, y los pronósticos de los líderes occidentales del derrumbe de esta fallaron vergonzosamente. Este año el incremento del PIB de la Federación de Rusia será de 1,5-2%, posiblemente llegando al 4% (algunos vaticinaron la caída de hasta el 20%).
Mientras que el sueño de una Eurasia unida de Lisboa a Vladivostok se tornaba pesadilla, en la orquesta económica internacional aparecía un nuevo líder: BRICS. El antiguo director trata de mantenerse en su cátedra por todos los medios, destruyendo los mecanismos de la Organización Internacional de Comercio que ya no sirven para mantener el empuje de China. La respuesta a la pregunta de cómo influye todo este escenario sobre la melodía de la economía: la orquesta está desafinada. Los intentos de los países occidentales de culpar de todo exclusivamente a Rusia no son correctos ni nuevos: es una práctica habitual suya a lo largo de muchos siglos.
El sistema financiero está bailando junto con la volatilidad de los mercados bursátiles, altos niveles de deudas privadas y públicas, déficit de recursos para financiar el desarrollo global y disminuir la desigualdad. Los países desarrollados (sobre todo los miembros de G-7) han aportado a esto. Empezando por la crisis financiera de 2008 y particularmente durante la pandemia de Covid-19 imprimieron dinero a toneladas para cubrir el déficit presupuestario y mantener su propio bienestar. Solo en los últimos dos años la masa monetaria aumentó casi en el 40% en EEUU y en un 20%, en la Unión Europea. Como resultado se aceleraron los procesos inflacionarios y se agudizaron problemas en el sector energético y alimentario de los países en desarrollo. Según los datos de las Naciones Unidas, los precios en EEUU en 2022 crecieron el 6,5%; en Gran Bretaña, el 10,5%; en la UE, el 9,2%.
El sistema monetario occidental está sutilmente confeccionado para mantener el nivel de vida de los así llamados “mil millones de oro” —los felices habitantes del “jardín floreciente”, según la terminología del Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell. La deuda pública estadounidense se ha acercado a 32,7 billones de dólares, pero lo paga todo el mundo. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial están bloqueando asignaciones de recursos a los estados-accionistas bajo pretexto de las “razones técnicas”. Venezuela, Irán, Bielorrusia y Siria, entre otros, ya han sido víctimas de dicha política de doble rasero. Esta lista se ampliará a voluntad de los dueños de las instituciones financieras mundiales en cualquier momento.
El dominio del sistema mundial de liquidación y pago se traduce en restricciones económicas unilaterales, como sucedió en la primavera de 2022, cuando Visa y MasterCard bajo la presión política privaron a los ciudadanos rusos del acceso a los servicios financieros. Los bancos de Rusia fueron desconectados del sistema de pagos SWIFT de la noche a la mañana. Simultáneamente fueron bloqueados unos 300 mil millones de dólares de nuestras reservas internacionales. Además de ser un atraco, es también una lección: ya no existe el “sagrado” concepto de la propiedad, llegó la hora de expropiaciones.
Los problemas en el sector energético (la inestabilidad de los mercados correspondientes, un aumento drástico de los precios de hidrocarburos) aparecieron bastante antes del inicio de la operación militar en Ucrania. La crisis estimuló la transición energética acelerada por subsidios otorgados al sector de energías renovables junto con la disminución de inversiones en el sector petrolífero. Otro factor: las fluctuaciones bruscas de la demanda debido a la pandemia.
Tras el inicio de la operación militar especial el sector energético ruso se convirtió en el blanco de las ya mencionadas sanciones occidentales. Contrariamente al legado de Adam Smith, EEUU y la UE decidieron aplicar medidas antimercado: crear un “cártel de compradores” y establecer precios máximos para el petróleo y productos petrolíferos. En septiembre de 2022 completaron con el atentado contra el sistema de gasoductos “Nordstream”. Sin embargo, Rusia aumentó sus suministros energéticos tanto en volumen como en ganancias, incrementando su rol en el mercado internacional de hidrocarburos. En 2022 Rusia produjo 535 millones de toneladas de petróleo y 673,8 mil millones de metros cúbicos de gas. Hemos reorientado las exportaciones a Asia y otros mercados internacionales más prometedores que la UE.
Tratan de atribuir a Rusia la actual crisis alimentaria. Otra vez, las primeras señales de alarma sonaron antes del inicio de la operación militar especial en Ucrania. Fueron drásticamente agudizadas por duras sanciones contra el sector agropecuario ruso, uno de los tres mayores del mundo. Fueron bloqueados los terminales portuarios utilizados para el tránsito de la producción agrícola procedente de la Federación de Rusia. Las empresas financieras y logísticas internacionales se negaron a asegurar, acreditar y atender las transacciones de venta de las mercancías y fertilizantes de Rusia. El pasado 5 de junio fue destrozado por Ucrania el conducto de amoníaco Togliatti-Odesa, cuya seguridad fue garantizada por los Acuerdos de Estambul (la Iniciativa de Grano). El conducto aseguraba las exportaciones para producir fertilizantes con capacidad de 2,5 millones de toneladas de amoníaco al año. También preveían el levantamiento de las restricciones contra el banco ruso “Rosselkhozbank”, la entidad clave para el sector agropecuario ruso. No se viabilizó. O sea, las exportaciones agropecuarias rusas las tratan de bloquear por todos los medios.
Son las sanciones en contra de Rusia, la reticencia de los países occidentales a reconocer la formación inexorable del nuevo orden mundial y su anhelo de mantener el dominio mundial que están agravando las negativas tendencias económicas. Los hechos lo demuestran.