El 20 de agosto Roscosmos informó oficialmente de la pérdida de la estación automática Luna-25, que llevaba funcionando desde el 16 de agosto de 2023 en órbita circunlunar. Según la corporación estatal, durante la transición a la órbita de preaterrizaje el 19 de agosto se produjo una desviación de los parámetros reales del impulso de los motores de corrección respecto a los calculados, y la estación automática entró en una órbita no calculada, terminando su existencia como resultado de la colisión con la superficie de la Luna.
Naturalmente, el informe sobre el problema técnico que condujo al fracaso de la primera misión rusa a la Luna en 46 años causa gran alegría entre los comentaristas extranjeros de países no amigos y una tormenta entre numerosos “comentaristas de sofá”. Pero si dejamos las emociones aparte, cualquier interrupción prolongada en cualquier proyecto científico y técnico complejo implica riesgos: ya que muchas cosas tienen que hacerse desde el principio. Nadie es inmune a los errores y derrotas, por lo que las personas adecuadas en tal situación no esperan que todo va a ir según lo previsto. Y si miramos la experiencia de la URSS en la exploración espacial, resulta que los lanzamientos fallidos son inevitables.
El alunizaje de la sonda Chandrayaan-3 se realiza según lo previsto
NUEVA DELHI (Sputnik) — El alunizaje de la sonda Chandrayaan-3 se está realizando de acuerdo a lo programado, comunicó la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO, por sus siglas en inglés).
"La misión se realiza según lo previsto. Los sistemas se someten a revisiones regulares. La navegación continúa sin problemas", indicó la ISRO en la red social X.
La ISRO también publicó fotografías de la Luna tomadas desde una altitud de unos 70 kilómetros, y señaló que estas imágenes "ayudan al módulo de aterrizaje a determinar su posición [latitud y longitud] comparándolas con el mapa de la Luna".
En caso de que la operación sea un éxito, la India será el cuarto país —después de Estados Unidos, Rusia y China— que haya logrado posar una nave en la superficie de la Luna.
El pasado 17 de agosto, el aterrizador Vikram se separó del módulo de propulsión de Chandrayaan-3 que se quedó en la órbita para llevar a cabo estudios científicos.
El 18 y el 20 de agosto se realizaron dos correcciones de la órbita del aterrizador. Vikram contiene un vehículo lunar, Pragyan, que se dedicará a investigar la superficie lunar durante 14 días, el máximo que puede aguantar.
El lanzamiento de la misión Chandrayaan-3 estaba inicialmente programado para 2020, pero se pospuso en un principio a la primera mitad de 2021, luego para agosto de 2022 y finalmente a julio de 2023, debido a la pandemia, las reformas en el sector espacial indio y la introducción de nuevos modelos. La misión Chandrayaan-3 está preparada para corregir los posibles errores cometidos durante la expedición anterior, Chandrayaan-2, que fracasó en la fase de alunizaje.
La misión Chandrayaan-2, lanzada en julio de 2019, alcanzó un mes más tarde la órbita lunar, pero el módulo de alunizaje se estrelló en septiembre por un fallo que se produjo durante el descenso, cuando se encontraba a una altitud de 2,1 kilómetros del suelo.
Respuesta a todos los “quejicas” por el fracaso en órbita del Luna-25
Yevgeni Belkin*
El 20 de agosto Roscosmos informó oficialmente de la pérdida de la estación automática Luna-25, que llevaba funcionando desde el 16 de agosto de 2023 en órbita circunlunar. Según la corporación estatal, durante la transición a la órbita de preaterrizaje el 19 de agosto se produjo una desviación de los parámetros reales del impulso de los motores de corrección respecto a los calculados, y la estación automática entró en una órbita no calculada, terminando su existencia como resultado de la colisión con la superficie de la Luna.
De las seis primeras estaciones automáticas lunares lanzadas en 1958-1959 en la URSS con el propósito de llegar simplemente a la Luna (no para hacer un alunizaje suave, sino para alcanzar la superficie del satélite y estrellarse contra ella), sólo una cumplió totalmente el programa (Luna-2), otra - parcialmente (Luna-1 voló cerca de ella), y cuatro simplemente se perdieron por un accidente del vehículo lanzador.
Bueno, esa fue la primera etapa, y luego hubo 3 lanzamientos más, cuyo objetivo era hacer una maniobra gravitatoria y obtener una foto de la cara posterior de la Luna (1959-1960). De los tres vehículos sólo uno fue capaz de hacerlo, se le dio el nombre oficial de Luna-3.
La siguiente etapa consistió en intentar un alunizaje suave. De los 13 (!) lanzamientos de 1963-66, sólo dos (Luna-9 y Luna-13) tuvieron éxito, el resto de los vehículos volvieron a ser víctimas de fallos técnicos.
Eso no es todo: en el marco del mismo programa lunar soviético, entre 1966 y 1976 se llevaron a cabo 23 lanzamientos más, durante los cuales 13 (!) fracasaron por diversas razones técnicas. A pesar de esto, todo el mundo creía casi unánimemente que la URSS tenía el mejor programa espacial y la mejor tecnología del mundo. Ya lo creo: todos los lanzamientos con éxito se cubrían a bombo y platillo en los medios de comunicación, casi todos nuestros éxitos fueron los primeros, incluso el efecto más sonoro del aterrizaje de los astronautas estadounidenses en la Luna en 1969 se vio seriamente minado por nuestros primeros drones lunares del mundo: Lunojod-1 y Lunojod-2 (1970 y 1973), y el punto final del programa espacial soviético fue la entrega de 170 gramos de suelo lunar en modo totalmente automático por la estación Luna-24.
¿Por qué hago toda esta larga excursión por la historia?
Para que recordemos y nos convenzamos de que prácticamente no existen programas espaciales sin problemas más allá de la órbita terrestre. Y para que saquemos la conclusión principal de la primera experiencia fallida del lanzamiento ruso de una estación automática a la Luna: es necesario hacerlo más a menudo, y contar con que los riesgos son parte integrante de tales proyectos. Estoy seguro de que los especialistas de Roscosmos lo solucionarán todo, y se enviarán nuevos vehículos al satélite terrestre teniendo en cuenta la historia de Luna-25. Además, los trabajos sobre Luna-26 y Luna-27 avanzan ahora activamente. El programa lunar no es un juego de ordenador en el que se puede empezar todo de nuevo en un minuto, por lo que la experiencia negativa adquirida es muy importante para el desarrollo ulterior de la cosmonáutica rusa. Nos estamos preparando para una larga partida: nos esperan nuevas victorias. Y las obtendremos.
*Redactor Jefe de “Tecnosfera. Rusia”
