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Ángel Campano López

Por Elespiadigital
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miércoles 22 de febrero de 2012, 20:51h

Un franquista polifacético asilvestrado en la democracia

(...) En enero de 1977 fue designado capitán general de la VII Región Militar, con sede en Valladolid, destino en el que vivió la intentona golpista del 23-F con escasa convicción democrática. En algunos libros y reportajes dedicados al tema, se refieren las tensiones que entonces mantuvo con sus subordinados, y hasta la redacción de un bando golpista que nunca se dio a conocer, para reconducirse finalmente a la autoridad del rey Juan Carlos. Previamente, fue uno de los cuatro capitanes generales, junto a los de Valencia (Milans del Bosch), Sevilla (Merry Gordon) y Zaragoza (Elicegui), que forzaron la dimisión de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno durante una entrevista celebrada en el palacio de la Zarzuela compartida en parte por el rey Juan Carlos...

 


Un franquista polifacético asilvestrado en la democracia

ÁNGEL CAMPANO nació el 3 de septiembre de 1915 en La Lagunilla (Logroño). El mismo día de iniciarse la Guerra Civil se incorporó como voluntario en el Tercio de Requetés “Abarzuza”, organizado en Navarra y destacado en el Alto de los Leones.

En octubre de 1936 realizó el curso de alférez provisional en Burgos, tomando parte de inmediato en diversas operaciones del frente de Madrid. En septiembre de 1937 realizó el curso de teniente provisional, participando en otras campañas de Madrid, el Maestrazgo, Espadán, Ebro y Cataluña. En este último frente fue heridos dos veces, concediéndosele la Medalla Militar Individual.

Al concluir la Guerra Civil, Campano se alistó en la denominada “División Azul” (integrada en la 250 División del Ejército alemán), siendo puesto al mando de la IX Compañía del Regimiento 263 y permaneciendo en el frente ruso durante catorce meses. A continuación fue ascendido a comandante por méritos de guerra.

Con ese empleo ejerció de profesor en la Academia de Suboficiales y obtuvo el diploma de Estado Mayor del Ejército de Tierra (en 1949), siendo entonces destinado de forma sucesiva a la Escuela de Aplicación de Infantería, al Estado Mayor Central del Ejército y puesto al mando del Estado Mayor de la División Acorazada “Brunete” nº 1. Como coronel mandó el Regimiento de la Casa Militar de Su Excelencia el Generalísimo durante cuatro años.

En 1965 fue promovido a general de brigada, ocupando destino como gobernador militar de Ferrol y después como inspector general de la Policía Armada. En 1969 ascendió a general de división, siendo nombrado jefe de tropas de Mallorca y a continuación segundo jefe militar de Baleares. Con posterioridad se trasladó a Madrid, donde fue designado gobernador militar y jefe de Tropas y Servicios de la I Región Militar.

El 8 de diciembre de 1972 Campano ascendió a teniente general, empleo en el que primero fue nombrado capitán general de la I Regiónla Guardia Civil. En ese cargo, y bajo la dependencia de Manuel Fraga Iribarne, ministro de la Gobernación, afrontó los sucesos de Montejurra del 9 de mayo de 1976, que produjeron dos muertos y varios heridos tras los enfrentamientos entre dos sectores carlistas: el histórico de Carlos Hugo de Borbón, aspirante a la Corona de España, y el de su hermano Sixto de Borbón, controlado por el aparato de la Seguridad del Estado. Aquellos hechos fueron organizados dentro de la denominada “Operación Reconquista”, supervisada directamente por el teniente general Campano para desacreditar las aspiraciones carlistas enfrentadas a la instauración de la monarquía parlamentaria sucesoria del régimen franquista. Militar y después, el 11 de octubre de 1975, director general de

Su cese al frente de la Guardia Civil se consumó el 23 de diciembre 1976, tras no haber impedido que miembros de la benemérita institución se manifestaran ilegalmente el precedente 17 de diciembre ante el Ministerio de la Gobernación junto con personal de la Policía Nacional. Su ministro de entonces, Rodolfo Martín Villa, afirmó que pasó por aquel destino sin saber, a ciencia cierta, qué había sido y qué cosas y personas había tenido entre sus manos.

En enero de 1977 fue designado capitán general de la VII Región Militar, con sede en Valladolid, destino en el que vivió la intentona golpista del 23-F con escasa convicción democrática. En algunos libros y reportajes dedicados al tema, se refieren las tensiones que entonces mantuvo con sus subordinados, y hasta la redacción de un bando golpista que nunca se dio a conocer, para reconducirse finalmente a la autoridad del rey Juan Carlos. Previamente, fue uno de los cuatro capitanes generales, junto a los de Valencia (Milans del Bosch), Sevilla (Merry Gordon) y Zaragoza (Elicegui), que forzaron la dimisión de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno durante una entrevista celebrada en el palacio de la Zarzuela compartida en parte por el rey Juan Carlos.

En agosto de 1981, y como consecuencia de su inminente pase a la reserva activa, fue relevado en el mando de la capitanía general de Zaragoza. El 30 de diciembre de ese mismo año, fue nombrado director del Museo del Ejército.

Ángel Campano alcanzó el doctorado en Veterinaria por la Universidad Complutense y fue director general de Ganadería durante seis años. Como representante de los Colegios de Veterinarios perteneció a las Cortes franquistas en sus legislaturas VI, VII, VIII y IX, siendo elegido también miembro del Consejo Nacional del Movimiento por Navarra. Gran aficionado a la música clásica, fue un consumado intérprete de violín.

Dentro de su polifacética actividad, tuvo igualmente a su cargo la dirección de la Academia Preparatoria Militar “Ruiz de Alda”, dependiente del Frente de Juventudes y fundada por el capitán Luis Pinilla.

Cuando al general Campano se le requirió una opinión pública sobre Francisco Franco, recién fallecido, afirmó: “Era un hombre que conocía muy bien a su pueblo; un hombre al que la Historia colocó en una serie de encrucijadas a lo largo de su vida y que quizá no hubiese escogido él si le hubiera sido dada esa opción. Todas ellas supusieron un sacrificio inmenso, y sólo su amor a la responsabilidad y su amor a España le hicieron aceptar y superar. Fue un militar y un estadista tranquilo, sereno, que empleó sus energías con una dosificación admirable”.

En aquella misma declaración, añadió otro párrafo de adhesión igualmente significativo: “Él nos evitó, aun estando abocados a ellas, situaciones muy comprometidas. Para los españoles, su prudencia, el conocimiento de todas las situaciones, su habilidad con los demás jefes de Estado y su personalísima idiosincrasia supusieron la superación de circunstancias engorrosas y difíciles. En cuanto a olvidarle, diré que la lealtad al Caudillo, de los que hemos vivido bajo su mandato, de los que hemos hecho primero la guerra y después la paz con él, será inquebrantable”.

Ángel Campano falleció el 21 de julio de 1995 en la residencia militar de Paso Alto (Santa Cruz de Tenerife), a los 79 años, y fue enterrado en el cementerio de El Pardo (Madrid). Junto a la Medalla Militar Individual, obtuvo numerosas condecoraciones militares y civiles (Grandes Cruces del Mérito Militar, Mérito Civil y Mérito Agrícola, Orden de Cisneros…).

FJM (Actualizado 05/09/2011)

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