Jamás ha estado España más cerca de recuperar el Peñón que cuando la política dejó de estar en manos de los políticos para estarlo en las de un dictador solo responsable ante Dios y la historia. Se consiguió que Naciones Unidas ordenaran a descolonizar Gibraltar y reintegrarlo, a plazo fijo, a la soberanía española. Paralelamente, mediante un riguroso bloqueo, se logró hundir su “economía”. Sobrevivía merced a la Base Militar y a las subvenciones hasta que el Reino Unido tuvo que acudir a ajustes por mor de la crisis económica. Londres necesitaba árnica para poder seguir sosteniendo la Colonia. Por primera vez se muestra dispuesto a hablar con España sobre soberanía.
Con la vuelta de los políticos al gobierno, los de UCD comenzaron por desdramatizar el hecho colonial que quebraba nuestra integridad territorial. Continuaron desartillando nuestra victoria diplomática en Naciones Unidas. Los del PSOE continuaron la labor. Terminaron desbaratando todo lo conseguido. Pusieron fin al bloqueo y abrieron la Verja entre La Línea y “Gibraltar” dando el respiro tan necesario a los británicos.
Entretanto el Reino Unido había logrado un estatuto privilegiado en la UE para Gibraltar que le permitía, entre otras cosas, competir ventajosamente con el Campo en temas como el turismo o el comercio minorista. Abrir la Verja fue como permitir al Corte Inglés de la Castellana vender sin IVA en Madrid. ¿Cuánto iban a durar los comercios de la competencia? Pues lo mismo que tardó La Línea en convertirse en uno de los lugares más pobres de Europa y la Colonia en uno de los más ricos del mundo.
La fortuna hizo que el Reino Unido refrendara el Brexit. Se consiguió para España el derecho a vetar cualquier acuerdo entre Unión y el Reino Unido. La mala suerte, ha determinado que Gibraltar esté en Andalucía, el granero de votos del PSOE, y a las puertas de unas elecciones. El gobierno ha decido desactivar aquel derecho. Hubiera servido para retomar el tema de la propuesta socialista de una cosoberanía o al menos para exigir que, si los gibraltareños quieren tener las ventajas de la UE, se ajusten a su normativa como una La Línea más.
Erik I. Martel
Embajador de España, delegado especial del Ministerio de Asuntos Exteriores (1979-84)