Como una última injuria a los 44 tripulantes desaparecidos con el submarino ARA San Juan, su búsqueda estuvo llena de engaños a la opinión pública, contando con la complicidad de los medios afines al Gobierno. Que ocultaron que Ocean Infinity es una compañía inglesa con filial en EEUU. Que el Seabed Constructor es un buque de exploración y servicios petroleros, que fue expulsado de Islandia por efectuar investigaciones clandestinas disfrazadas de rescate. Que su propietario es la compañía inglesa Swire. Que el Gobierno llamó a licitación para exploraciones petroleras, en áreas que el Saebed Constructor estaba barriendo furtivamente sin conexión satelital, y perdiendo el tiempo, en lugar de ir directamente al lugar del siniestro. Donde sospechosamente en el último día de búsqueda lo encontró, al cumplirse el aniversario de su desaparición. Habiéndose sometido la jurisdicción de dichas exploraciones a la CPA (Corte Permanente de Arbitraje) de La Haya, donde está la sede de la compañía angloholandesa Royal Dutch Shell.
Javier Llorens
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