Un militar “auténtico” que renunció a la dirección del CESID
GERARDO MARIÑAS nació el 20 de octubre de 1918 en La Coruña, en el seno de una familia con tradición militar. A los diez días de su nacimiento, falleció su padre, capitán del Cuerpo de Estado Mayor.
Con ese antecedente, entre los años 1927 y 1935 realizó los estudios de Bachillerato en el Colegio de Huérfanos de Militares de Madrid. A continuación comenzó su preparación para el ingreso en la Academia de Infantería, terminando al año siguiente el primer curso de Ciencias Exactas.
Iniciada la Guerra Civil, se alistó como Oficial Provisional de Infantería, combatiendo en los frentes de Brunete, Teruel y del Ebro, encuadrado durante largo tiempo en el I Tabor del Grupo de Regulares “Tetuán” nº 1, integrado en la División “Navarra”, resultando herido en dos ocasiones con pronóstico “menos grave”.
Concluida la contienda, Mariñas ingresó en la Academia de Transformación de Infantería de Zaragoza, obteniendo el empleo de teniente en julio de 1941. En su primer destino volvió a incorporarse al Grupo de Fuerzas Indígenas de Infantería “Tetuán” nº 1, en el que permaneció como capitán y hasta lograr su ascenso a comandante en 1949.
A partir de esa fecha estuvo destinado primero en el Batallón de Cazadores de Montaña “Barcelona” nº 5 y, después, en el Regimiento de Infantería “Álava” nº 22. En 1953 ingresó en la Escuela de Estado Mayor del Ejército, obteniendo el diploma correspondiente en 1956, clasificado como número uno de su promoción.
Al término de dicho curso, fue destinado al Estado Mayor de la Capitanía General de la I Región Militar y un año después al Estado Mayor Central del Ejército. En 1957 obtuvo también el “Posee” de lengua árabe en el Tribunal de Idiomas del Ejército.
Ascendido a teniente coronel en junio de 1968, fue puesto al frente de la X Bandera de La Legión (la “Millán-Astray”). En 1970 realizó el Curso Básico de Mandos Superiores, con calificación de sobresaliente, motivo por el que se le concedió la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. En julio de ese mismo año, y ya como coronel, obtuvo el mando del Tercio Sahariano “Alejandro Farnesio”, IV de la Legión, acuartelado en Villa Cisneros, destino en el que se mantuvo hasta octubre de 1975, momento de su ascenso a general de brigada.
Desde 1975 hasta finales de 1978 fue designado al frente de la Brigada Aerotransportable (BRIAT), concluyendo en esas mismas fechas el Curso Complementario para Mandos Superiores, también calificado con sobresaliente. En diciembre de 1978 fue nombrado director de la Academia General Militar de Zaragoza, puesto que ocupó hasta su ascenso a general de división en 1979, siendo entonces designado por breve espacio de tiempo gobernador militar de la plaza y provincia de La Coruña.
En agosto de 1979 fue nombrado director del CESID, sustituyendo a José María Bourgón, aun cuando para el cese de éste se aprovechara su ascenso a general de división, argumentando precisamente un exceso de nivel para continuar en ese puesto (en realidad el cese le llegó, como hemos visto, por sus desavenencias con Gutiérrez Mellado), nada impidió que, a renglón seguido, el relevo lo tomara Mariñas, que ya era general divisionario.
Gerardo Mariñas, lo mismo que su antecesor al frente del CESID, carecía de la menor formación en materia de Información/Inteligencia, actividad que íntimamente despreciaba, por lo que su corto mandato al frente del mismo, centrado en la desactivación del “involucionismo” y en la lucha contra ETA, estuvo realmente codirigido por el teniente coronel Javier Calderón, a la sazón secretario general del organismo. Lo cierto es que, comprobada su incómoda realidad funcional, él mismo solicitó la baja en julio de 1980, siendo puesto el inmediato mes de agosto al frente de la Comandancia General de Ceuta, con el cargo anexo de Delegado del Gobierno, un excelente destino para un general de dos estrellas.
En aquel cargo vivió los acontecimientos del 23-F, sin que las implicaciones del CESID en el mismo le sorprendieran demasiado, a tenor de algún comentario realizado a sus más allegados, personalmente satisfecho de la intuición con la que gestionó su regreso a la vida militar “pura”. A las dos horas del secuestro del Gobierno y de los diputados por parte del teniente coronel Tejero, el general Mariñas manifestó al diario “El Faro de Ceuta” que quienes habían perpetrado dicha acción eran unos irresponsables, considerando que el pueblo español había apostado claramente por la paz, la democracia y por el rey Juan Carlos. Durante toda aquella expectante jornada, mantuvo contacto directo con el jefe del Estado Mayor del Ejército, José Gabeiras Montero, y no con su inmediato superior jerárquico, el capitán general de la II Región Militar, Pedro Merry Gordon.
En enero de 1982 fue ascendido a teniente general y nombrado jefe del Mando Superior de Personal del Ejército (MASPER), cargo en el que sucedió a Ramón Ascanio, entonces promovido a la jefatura del Estado Mayor del Ejército. En abril de 1982 se especuló con su nombramiento como capitán general de la I Región Militar, que entonces quedaba vacante por el pese a la reserva de su titular, Guillermo Quintana Lacacci, sustitución que finalmente recaería en el teniente general Ricardo Arozarena Girón.
El teniente general Mariñas pasó a la reserva en octubre de 1984, trasladando su residencia a La Coruña, su ciudad natal, en la que presidió la Real Sociedad Deportiva Hípica. Falleció el 23 de agosto de 2003.
Casado en 1948 con Francisca Del Río Amador, fue padre de tres hijas y tres hijos, dos de los cuales siguieron la tradición militar familiar en el Arma de Infantería.
Gerardo Mariñas se reveló como un profundo conocedor del entorno norteafricano, dada la larga experiencia que vivió en Marruecos al mando de fuerzas regulares y legionarias. Publicó numerosos artículos sobre el tema y dos documentados libros: “Recuerdos del Sáhara” (Imprenta Dehon, 1986) y “El Sáhara y La Legión” (Editorial San Martín, 1988).
FJM (Actualizado 12/06/2011)
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