(Alfonso Lafarga).- Willy Meyer, el principal valedor de la causa saharaui en el Parlamento Europeo, cree que Felipe VI, en su primera visita oficial a Marruecos, no se pronunciará ante Mohamed VI a favor de los legítimos derechos del pueblo saharaui.
La dimisión de Willy Meyer por el caso del fondo de pensiones del Parlamento Europeo gestionado por una sicav ha dejado fuera de la Eurocámara al hombre que durante diez años ha denunciado los atropellos marroquíes contra los saharauis y que, con la Izquierda Unitaria Europea, consiguió del Parlamento Europeo exigir a Marruecos la liberación de los presos políticos y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
El que fue, entre otros cargos, vicepresidente del Intergrupo Paz y Libertad para el Pueblo Saharaui del Parlamento Europeo, asegura que su salida no significará una merma en la política seguida hasta ahora, ya que los nuevos representantes de Izquierda Unida son personas igualmente comprometidas con la causa saharaui.
En declaraciones a “elespíadigital.com”, preguntado por el próximo viaje de los reyes de España a Rabat Meyer se muestra escéptico sobre la posibilidad de que Felipe VI tenga un gesto o palabras favorables hacia la población originaria del Sáhara Occidental, que lucha por ejercer el derecho a la autodeterminación de un territorio invadido por Marruecos a finales de 1975, tras serle entregado por España.
“La monarquía española –precisa- está totalmente unida al sátrapa marroquí y, por lo tanto, no espero nada, ninguna reivindicación fuerte, que es lo que tendría que hacer un jefe de Estado. Un jefe de Estado, si fuera republicano, lógicamente tendría que impulsar el cumplimiento del derecho internacional; y en esa visita protocolaria España, como país interesado en la administración de la descolonización, debería pedir y exigir fechas concretas para el ejercicio de la autodeterminación”.
A lo que añade: “Pero esto no va a pasar así, porque la monarquía es hoy fundamentalmente un lobby económico. Esto es en lo que se ha convertido la monarquía en España, con grandes intereses económicos, con grandes fortunas y lo único que pretenderá hacer es que las grandes empresas españolas sigan explotando recursos que no son propiedad de Marruecos, sino de los saharauis”.
Meyer se muestra satisfecho de que la Eurocámara, además de reconocer el derecho a la autodeterminación del territorio no autónomo del Sáhara Occidental y pedir la liberación de los presos políticos, haya planteado la necesidad de que se monitoricen por parte de la MINURSO la situación de Derechos Humanos y que el Parlamento haga suyo un mensaje inequívoco conforme a la carta de Naciones Unidas y a la necesidad de que se ejercite el derecho de autodeterminación.
Victorias y derrotas
Una de las actuaciones más combativas ha sido la denuncia de la explotación de los recursos naturales en los territorios ocupados, donde dice ha habido victorias y derrotas: “Una victoria muy importante fue la no prórroga del acuerdo de pesca y, sin embargo, también la derrota; al final se aprobó un nuevo acuerdo de pesca que incluía las aguas del Sáhara Occidental pendientes de la descolonización”.
Señala como muy importante que el Parlamento haya fijado una posición de fondo que ayuda a que este alineado con la carta de Naciones Unidas, “muy clara en cuanto a la necesidad de que el último proceso de descolonización de África tenga que ejercitarse y ejercerse”.
Precisamente el voto negativo al acuerdo de pesca de la Unión Europea con Marruecos le costó a Meyer ciertas críticas, hasta el punto de que el ayuntamiento de Conil (Cádiz), a propuesta del PSOE, le declaró persona no grata. Sin embargo, recuerda que no tuvo repercusión y que en las elecciones europeas obtuvieron en este municipio “un resultado formidable, muy bueno”.
Ante la cuestión de por qué Marruecos ha ganado adeptos en el Parlamento Europeo, como ocurrió con el acuerdo de pesca, dice que han hecho una denuncia permanente y así fue durante la presidencia de turno española, con José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se organizó la cumbre UE-Marruecos en Granada. Allí, señala, se acordó “pasar del acuerdo de asociación a un estatuto avanzado, que es un estatuto privilegiado, a pesar de los incumplimientos permanentes de Marruecos en Derechos Humanos respecto a la ocupación y, además, respecto a los propios DDHH de Marruecos”.
“Planteamos en ese mismo momento una denuncia de cómo es posible que un acuerdo comercial y un acuerdo de asociación no tenga en cuenta los Derechos Humanos. Hay un lobby marroquí muy potente de empresas a través de Francia y España que permanentemente actúa en el Parlamento Europeo, llegando a extremos increíbles. Cuando se aprobaron unas delegaciones “ad hoc” para visitar los territorios ocupados, sobre la marcha la cancillería marroquí vetó a los parlamentarios y no permitió la entrada. Hasta ese punto tienen capacidad”, relata.
El 9 de marzo pasado una delegación europea tenía previsto ir a los territorios ocupados y Willy Meyer, expulsado por la fuerza en otras tres ocasiones, formaba parte de ella. Ahora, a pesar de no tener la condición de europarlamentario, se muestra tajante al hablar de volver a la capital del Sáhara Occidental: “Por supuesto, claro, en cuanto haya posibilidad volveré a intentar entrar en el Aaiún”.
El exdiputado europeo es crítico con la actuación de los diferentes gobiernos de España en el conflicto del Sáhara Occidental: “La administración española de todos los colores políticos que hemos tenido se ha caracterizado, fundamentalmente, por una cosa, no asumir la obligación que demanda el derecho internacional de quien fuera la potencia administradora de la descolonización. Se ha situado al revés, a favor de la fuerza ocupante”.
Y agrega: “Ha sido uno de los problemas más serios que hemos tenido en todos los gobiernos, desde Felipe González hasta el último de Rajoy, pasando por todos los demás, no han asumido esa responsabilidad. Es lo contrario que hizo Portugal con Timor. Portugal sí asumió la responsabilidad del proceso de descolonización, consiguió que se realizara el derecho de autodeterminación, pero en el caso de España no. Y eso va en contra de los derechos de los saharauis, les pone en una situación de gran indefensión”.
Wily Meyer ha sido durante estos diez años la voz de los saharauis en Europa. Denunció la actuación de las fuerzas ocupantes marroquíes en el desmantelamiento del campamento de la dignidad en las afueras de El Aaiún, acudió junto a Aminetu Haidar al aeropuerto de Lanzarote cuando estaba en huelga de hambre, en diciembre de 2009, tras ser expulsada ilegalmente de El Aaiún, y un año después la propuso para el premio Sájarov para la Libertad de Conciencia que concede el Parlamento Europeo.
En reconocimiento a su defensa de la causa saharaui, en octubre de 2013 Willy Meyer recibió en Sevilla el premio a la Solidaridad “González Carballo” de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui, instituido en homenaje a este médico de compromiso internacionalista que falleció en 2001 en un accidente de tráfico en los campamentos saharauis de Tinduf. El galardón lo han recibido, entre otros, Marcos Ana, José Saramago y la Familia Bardem.
Aunque ha terminado su etapa en el Parlamento Europeo, Meyer asevera que seguirá implicado con la causa saharaui: “Me pondré a disposición del Grupo de Amistad del Parlamento Europeo para que como exdiputado cuenten conmigo para cualquier actividad, y con las asociaciones de solidaridad lo mismo. Quiero seguir estando ahí, ayudando en la medida de mis posibilidades hasta conseguir el objetivo, el derecho de autodeterminación”.