Por Yrene Calais
A Federico Trillo no le llega la camisa al cuello, porque tal y como van precipitándose los acontecimientos, todo indica, que a pesar de estar moviendo hilos, de presionar a un tiempo al sector Rajoy y al sector Aznar, para que no se le involucre ni se le cite en relación con el escándalo de Luis Bárcenas y los sobres y la financiación ilegal del PP, puesto que él fue el abogado de Bárcenas y de Gürtel, cobrando la minuta del partido en negro, no parece que sus pretensiones puedan llegar a cumplirse. Está en boca de todos que él es el hombre que sabía y sabe demasiado y el que ocultó la cutre realidad de corrupción en la que está instalado su partido.
Por ponerles una metáfora, queridos lectores, Federico Trillo versus la rata de alcantarilla. Según fuentes, y yo misma hace algunos años presencié una escena en la que este político, en los prolegómenos de un mitin celebrado en Alicante, y a menos de veinte metros del finiquitado expresidente Camps, exhibía con orgullo una carpetilla en la que decía tener todo un dossier contra Camps. Por lo que pueden ver que la lealtad no es precisamente una de sus virtudes. Ahora ha traicionado a Rajoy para pasarse a Esperanza Aguirre, que en las ensoñaciones de ambos le debe parecer la reencarnación de Margaret Thatcher.
A Federico Trillo le que le gusta es conspirar con unos y con otros y a pesar de los puestos que ha ocupado es un hombre frustrado al no haber podido llegar a la presidencia del Gobierno, que era su objetivo. Nada, pues, le satisface. Siempre argumentaba que Aznar con una oposición inferior a la suya había llegado más lejos y eso lo consideraba una insoportable injusticia. Y hablando de oposiciones: ¿No les parece muy raro que sus dos hijas, recién salidas de la Facultad de Derecho y como por arte de magia se las encumbre en dos puestos jurídicos de máxima relevancia estatal, las Cortes y el Consejo de Estado?
La respuesta es muy sencilla y muy en la línea de este señor: la conexión fotovoltaica o el enchufe que se decía, y que lo he verificado, como todos, viendo a personas que han accedido a puestos con el carnet en la boca, hijos de diputados o senadores, que sacaban la oposición con el mínimo esfuerzo. Sin comentarios. Ahora parece ser que pretende situar a uno de sus vástagos, varón, en un relevante puesto de la City londinense y a ello dedica todo su tiempo, junto con la actividad de conspirar contra el Gobierno de Rajoy, con la facción de Esperanza Aguirre y el enano rasputín, al que se ha sumado en esta etapa final Pedro J Ramírez.
El soñador que consiguió, como aquel burgués gentilhombre de Molière, emparentar a su hija con un marqués, ahora al chico le está buscando una lady de las de pamela y si es adinerada y con castillo, mejor que mejor, porque, señores, a este petimetre le gustaría que el mundo fuera un sombrero para colocárselo, eso sí, con cargo al contribuyente.
Con tanta actividad conspiratoria, las horas del día se le quedan cortas y parece ser que aquel defecto que tenía en el Ministerio de Defensa de no trabajar, se le ha visto acrecentado en la embajada de España en Londres, en la que se comenta en toda la colonia española que está missing, que no atiende los asuntos de sus compatriotas y que hay algunos que están semanas enteras llamando por teléfono sin conseguir contestación. ¿Estará Federico en Porto Bello Road haciendo transacciones de antigüedades transportables en la valija diplomática?
Nadie lo sabe a ciencia cierta, lo que sí se ha convertido en un clamor, al igual que lo fuera en anteriores trabajos, es la consideración de vago. El trabajo, según el Opus Dei, santifica, pero hace ya tiempo que a Federico le provoca excesivo cansancio y le ha tomado aversión; quizás una temporada en la cárcel reconfortaría su espíritu apático.
Fuente Alerta Digital