Una notable carrera militar amparada en las sombras del 23-F
JUAN ORTUÑO nació el 27 de febrero de 1940 en Polop de la Marina (Alicante). En julio de 1957 ingresó en la Academia General Militar y obtuvo su despacho de teniente del Arma de Ingenieros en julio de 1961, siendo destinado al Regimiento de Instrucción de la Academia de Ingenieros, en el que, entre otras funciones, ejerció como instructor de suboficiales.
En marzo de 1966 ascendió a capitán, empleo con el que fue puesto al mando de una compañía mecanizada del Regimiento de Ingenieros nº 3. Tras complementar su formación profesional cursando varias especialidades (Paracaidismo, Mando de Unidades de Operaciones Especiales, Inteligencia y Contrainteligencia, Lucha contra la Subversión…), en 1970 obtuvo el diploma de Estado Mayor del Ejército.
Tras su paso por la Escuela de Estado Mayor, en 1970 fue destinado al Alto Estado Mayor, ejerciendo distintas responsabilidades en el Área de Inteligencia y Contrainteligencia. Allí se adhirió al grupo de militares que colaboraría en la fundación original del Partido Popular a través de GODSA (Gabinete de Orientación y Documentación), y que más tarde constituirían de forma conjunta el “núcleo duro” del CESID (Javier Calderón, Florentino Ruiz Platero, José Luis Cortina…).
De hecho, una vez ascendido a comandante en 1978, Ortuño se incorporó a la Subsecretaría de Defensa con destino en el recién creado CESID (Centro Superior de Información de la Defensa), en el que aquellos compañeros del antiguo “Alto” ya se habían integrado desde su misma fundación junto con el equipo transvasado del SECED, el servicio de inteligencia precedente. Durante cuatro años, desde 1978 hasta 1982, permaneció en el organismo, viviendo en primera línea la oscura intentona golpista del 23 de febrero de 1981.
El 25 de abril de 1981, con el escándalo del 23-F bien vivo, sustituyó al comandante José Luis Cortina al frente de la AOME (Agrupación Operativa de Medios Especiales), unidad que había prestado apoyo técnico y logístico a los asaltantes del Congreso de los Diputados. En aquellos difíciles momentos, su principal labor consistió en “barrer” cualquier pista o sospecha que evidenciara las connotaciones golpistas del propio CESID, entonces bajo la supervisión directa del controvertido Javier Calderón, que era su secretario general técnico.
Este episodio de la biografía de Juan Ortuño, y su relación con el denominado “núcleo duro” del CESID, ha sido descrito con profusión de detalles en muchos medios y reportajes informativos. Quizás, el más preciso sea el dossier titulado “Golpistas al poder” publicado por la revista “El Siglo” (nº 402, 21 al 27 de febrero de 2000), coincidiendo con el 19 Aniversario del 23-F.
Una vez cumplida aquella misión de “limpieza”, y postergado dentro del CESID por su nuevo director, el entonces coronel Emilio Alonso Manglano, en 1982 se incorporó a la División de Coordinación y Planes del Estado Mayor del Ejército.
Entre junio de 1985 y julio de 1986, asistió al Curso de Mando y Estado Mayor del Ejército de Estados Unidos. Al concluirlo, y tras su ascenso a teniente coronel (abril de 1986), regresó a su anterior destino en Coordinación y Planes del EME con rango de jefe de negociado. Un año después obtuvo el mando de un Batallón en el Regimiento de Transmisiones Estratégicas nº 22.
En 1989 fue nombrado agregado militar de la Embajada de España en Londres, destino en el que permaneció hasta 1992. Entonces, y ya con el empleo de coronel, se incorporó al EMACON como jefe de sección del Área Mediterránea, en la División de Inteligencia.
Una vez ascendido a general de Brigada en 1994, fue nombrado jefe de la División de Planes del EME, participando en la ejecución del Plan Norte. El 9 de noviembre de 1996, el Gobierno presidido por José María Aznar le promovió a general de División, asignándole el mando de la Fuerza Rápida Europea (EUROFOR), de la que sería su primer general comandante. En julio de 1997, la banda terrorista ETA se responsabilizó de haber enviado una carta-bomba a su acuartelamiento de Pedrieri, en Florencia (Italia), cuyo destinatario era el general Ortuño.
El mando de esa unidad, reducida pero de composición multinacional, junto con su dominio del idioma inglés, practicado con intensidad durante sus permanencias en Estados Unidos y en el Reino Unido, le proporcionó una cierta aureola de militar “cosmopolita”. Tras cumplir dos años al frente de la misma, regresó a España para ser nombrado asesor del JEME y jefe del Programa CIS del Ejército de Tierra.
El 26 de noviembre de 1999, Ortuño fue designado primer comandante en jefe del Eurocuerpo o Cuerpo de Ejército Europeo (CEUR), destino durante el que, el 12 de mayo de 2000, se produjo su ascenso a teniente general. Tras permanecer en el cargo hasta finales del año 2001, regresó de nuevo a España para ocupar el mando de la Fuerza de Maniobra del Ejército de Tierra (FME) hasta su pase a la situación de reserva en febrero de 2004.
La brillante culminación de la carrera militar de Juan Ortuño, producida con el Partido Popular en el Gobierno, no dejó de sorprender, y también de intranquilizar, a muchos de sus compañeros de profesión. Como es evidente, su presencia en el CESID durante los sucesos del 23-F y su vinculación al entorno que actuó como “colaborador necesario” en los mismos, no se compadecía para nada con la línea constitucionalista y de moderación “centrista” proclamada por José María Aznar antes y después de presidir el Consejo de Ministros.
Tras acceder al generalato, la importancia de sus últimos destinos sólo se ha podido entender gracias a la inteligente administración de sus conocimientos secretos sobre el 23-F y de su colaboración para sustraerlos de la verdad histórica, acompañada, por supuesto, de su pertenencia al clan de los militares colaboradores de GODSA.
El esperpento para quienes aún conservaban un mínimo de memoria política y de respeto por el orden constitucional, llegó a su cenit el 12 de octubre del año 2000 en Madrid, coincidiendo con la Fiesta Nacional. Su celebración incluyó una llamativa parada militar presidida por el rey Juan Carlos I que contaba, por primera vez, con fuerzas del Cuerpo de Ejército Europeo. Los dos mandos más significados de aquellas unidades en revista, caracterizados como sucesor y ayudante, respectivamente, del comandante Cortina en el CESID más polémico y cuestionado, eran el teniente general Juan Ortuño (al frente de la representación del EUROCUERPO) y el general brigadista Francisco García-Almenta (que desfilaba encabezando la Fuerza Terrestre, como en otras ocasiones anteriores).
Ya en situación de reserva, Juan Ortuño se incorporó en 2008 al lobby empresarial aglutinado en torno a la revista “Atenea”, formando parte de su Consejo Asesor fundacional junto a otros destacados ex altos mandos de las Fuerzas Armadas vinculados históricamente a sus aprovisionamientos y servicios logísticos. Con esa incorporación, recuperaba la estela que abandonó en el CESID, dada la dependencia que tanto aquella publicación como su consultora adherida tienen del complejo empresarial participado por José Luis Cortina (“OMBUDS” e “i2v”).
Casado y padre de cuatro hijos, Juan Ortuño ha sido distinguido con numerosas condecoraciones, entre ellas varias Cruces del Mérito Militar, Cruces del Mérito Naval y Aeronáutico, la Gran Cruz del Mérito Militar…
FJM (Actualizado 02/02/2009)
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